Los beneficios de la levadura nutricional para el cáncer

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¿Cómo puede la fibra de beta-glucano presente en la levadura nutricional, de cerveza y de panadería mejorar la cicatrización de heridas y, posiblemente, la inmunidad contra el cáncer?

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A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción de este contenido ha sido realizada por Carmen Otero Romero, voluntaria activa en NutritionFacts.org.

En un artículo titulado “El tratamiento del cáncer inoperable”, se afirma que “hace 200 años se dieron cuenta de que cierto número de crecimientos malignos desaparecieron tras un ataque de erisipela (un tipo de infección por estreptococos)”, y eso fue 200 años, antes de 1901, cuando se publicó el artículo en The Medical Press. Se produjo un número desproporcionado de casos de “regresión espontánea del tumor” seguido de diversas infecciones. La idea es que una infección puede llegar a agravar tanto el sistema inmunológico que el cáncer puede quedar atrapado en una línea de fuego. Este fenómeno puede incluso haber inspirado a curanderos que se remontan a los antiguos egipcios, hace miles de años. Pero tú (o los antiguos egipcios) no lo sabrás hasta que lo pongas a prueba.

Sin embargo, no se estudió de forma oficial hasta el siglo XIX, cuando los médicos comenzaron a infectar de manera intencionada a pacientes con cáncer. El partidario más famoso de esta práctica fue William Coley, conocido como el “padre de la inmunoterapia” en lo que se convertiría en el Memorial Sloan Kettering. “Coley estaba convencido de que tener una infección grave podía provocar una regresión del cáncer. Hizo falta mucho coraje, pero en 1891 inyectó a su primer paciente (de cáncer) con microorganismos estreptocócicos y se observó un encogimiento del tumor maligno”. Por supuesto el problema es que causar infecciones es bastante peligroso. Dos de sus pacientes murieron a causa de una infección, pero sus tumores se encogieron. Si por lo menos pudiéramos reforzar el sistema inmunológico sin matar al paciente.

De hecho, esa es la teoría que hay detrás de las vacunas terapéuticas contra el cáncer. Uno de estos tratamientos, que ha estado en práctica durante décadas, consiste en inyectar una bacteria debilitada de la tuberculosis bovina en las vejigas de pacientes con cáncer de vejiga para hacer que el sistema inmunológico ataque, y así aumentar la supervivencia a largo plazo hasta en un 36 por ciento, como puedes ver en el minuto 1:56 en mi video. En vez de tener líquidos uretrales de la bacteria de la tuberculosis de una vaca, ¿hay algo que podamos comer que pueda estimular nuestra función inmunológica? En mis videos sobre cómo combatir la inmunosupresión inducida por el estrés y prevenir las infecciones infantiles comunes, revisé la evidencia sobre los beta-glucanos, un tipo de fibra que se encuentra en las levaduras nutricionales, de panadería y de cerveza. “Los beta-glucanos derivados de la levadura se consideran compuestos inmunomoduladores que mejoran la defensa contra infecciones y tienen efectos anticancerígenos”, es decir, posiblemente combaten el cáncer.

Los beta-glucanos como tal no parecen tener un efecto citotóxico directo a la hora de matar las células cancerosas, pero pueden aumentar la inmunidad antitumoral activando nuestras células inmunes, como puedes ver en el minuto 2:32 en mi video. Si coges tumores recién extirpados de pacientes con cáncer de mama, por ejemplo, y dejas sueltos los linfocitos citolíticos naturales sobre el tumor, estos pueden acabar con un pequeño porcentaje de las células tumorales. Pero si primero se preparan este tipo de células (las células NK) in vitro con algunos beta-glucanos de levadura, se vuelven aproximadamente cinco veces más efectivas cuando acaban con las células cancerosas, tal y como puedes ver en el minuto 2:43 de mi video. Sin embargo, ¿qué sucede si solo comes los beta-glucanos?

Cuando a 23 mujeres con cáncer de mama metastásico se les administraron beta-glucanos en 1/16 de cucharadita de levadura nutricional, experimentaron un aumento del 50 por ciento de la cantidad de monocitos (glóbulos blancos, una parte de nuestras defensas naturales) en sus torrentes sanguíneos y un aumento significativo en la activación. Sin embargo, el estudio solo duró dos semanas y no queda del todo clara la importancia clínica de este hallazgo. Lo que queremos saber es si realmente viven más tiempo.

El único ensayo en inglés sobre pacientes con cáncer de mama y beta-glucanos aleatorizado, doble ciego y controlado con placebo fue más, en realidad, un estudio de curación de heridas. Los investigadores descubrieron que las mujeres que tomaban beta-glucanos sanaron mucho más rápido tras una mastectomía, tanto que podían quitarse los tubos de drenaje del pecho y las axilas, en algunos casos, días antes. Este fue el primer estudio clínico que demostró una mejor cicatrización de las heridas utilizando beta-glucanos orales. Otros dos estudios que también mostraron beneficios (uno donde se estudiaron las quemaduras pediátricas y otro donde se examinaron las úlceras en las piernas) se llevaron a cabo con preparaciones tópicas de beta-glucanos que se aplicaron directamente sobre la piel. Dicha aplicación tópica no pareció revertir las lesiones precancerosas de la piel, no mejor que el placebo, tal y como puedes ver en el minuto 4:15 de mi video, pero eso se debe a que la crema del placebo también funcionó bien. De hecho, ambos grupos mostraron una reducción significativa. Sin embargo, cada paciente del estudio “actuó por su cuenta”, lo que significa que se pusieron la crema de beta-glucano en uno de sus brazos y la crema de placebo en el otro. Los investigadores especularon sobre si los beta-glucanos aplicados en un brazo podrían haber sido absorbidos dentro del sistema y ayudar al otro brazo. Se habían observado previamente efectos sistemáticos tras la administración tópica.

¿Qué efecto podrían tener los beta-glucanos orales sobre la progresión de los cánceres internos? Sí, los beta-glucanos de levadura orales pueden causar una reducción importante del tumor en ratones. ¿Y en las personas? Parece haber solo un estudio en humanos publicado en inglés. Como puedes ver en el minuto 5:01 de mi video, 20 pacientes con cáncer avanzado en quimioterapia recibieron un suplemento de beta-glucano en un ensayo abierto no controlado. “El sesenta por ciento de los pacientes informaron sobre una sensación de bienestar mientras tomaban el beta-glucano y pidieron permanecer con el tratamiento incluso tras finalizar el estudio. El cuarenta por ciento de los pacientes informaron sentirse menos fatigados mientras tomaban el beta-glucano”. Pero esos resultados suenan como el clásico efecto placebo. Sin embargo, algo despertó el interés, y es que “un paciente con linfoma y adenopatía cervical significativa (ganglios linfáticos agrandados en el cuello) que retrasó su quimioterapia estándar 4 semanas durante el estudio, notó una reducción significativa del tamaño de los ganglios mientras tomaba la beta-glucano”. Aunque este caso anecdótico sea intrigante, sobre todo porque no tiene efectos secundarios, no es exactamente revolucionario.

En Japón se han realizado 22 estudios aleatorizados controlados sobre el uso de beta-glucanos como tratamiento complementario del cáncer. Los investigadores descubrieron que “los beta-glucanos de la levadura pueden mejorar el efecto de la quimioterapia o radioterapia contra el cáncer y tener un efecto positivo en la supervivencia y la calidad de vida de los pacientes con cáncer”. Por ejemplo, un estudio examinó la posibilidad de tomar un suplemento de beta-glucanos de levadura para ayudar a prevenir la recaída del cáncer después de la cirugía. El grupo tratado no tuvo ninguna recaída, a diferencia del grupo de control, donde sí sucedía en uno de cada cinco personas. Aún más intrigante fue el impacto de los beta-glucanos de levadura para los pacientes con cáncer en etapa terminal inoperable. En el grupo de control, solo 1 de cada 20 pacientes sobrevivió durante tres meses, y a los seis meses todos habían muerto. Sin embargo, en el grupo tratado, la mayoría de los pacientes sobrevivieron durante más de tres meses. No solo 1 de cada 20, sino la mayoría de ellos, y el 43 por ciento seguía vivo seis meses después. Pero no queda claro cómo se dividió a los pacientes en los grupos de tratamiento y control. Si los sujetos no fueron asignados al azar, los investigadores pudieron haber elegido de manera involuntaria pacientes más sanos para el grupo de tratamiento, lo cual explicaría los resultados. No obstante, la cantidad de beta-glucanos que usaron es la que encontrarías en una sola pizca de levadura nutricional, que costaría menos de un centavo y el único efecto secundario serían unas palomitas de maíz más sabrosas. Entonces, ¿por qué no intentarlo?

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Crédito de la imagen: Alex Ex vía Wikimedia. La imagen ha sido modificada.

Gráficos de Avocado Video

A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción de este contenido ha sido realizada por Carmen Otero Romero, voluntaria activa en NutritionFacts.org.

En un artículo titulado “El tratamiento del cáncer inoperable”, se afirma que “hace 200 años se dieron cuenta de que cierto número de crecimientos malignos desaparecieron tras un ataque de erisipela (un tipo de infección por estreptococos)”, y eso fue 200 años, antes de 1901, cuando se publicó el artículo en The Medical Press. Se produjo un número desproporcionado de casos de “regresión espontánea del tumor” seguido de diversas infecciones. La idea es que una infección puede llegar a agravar tanto el sistema inmunológico que el cáncer puede quedar atrapado en una línea de fuego. Este fenómeno puede incluso haber inspirado a curanderos que se remontan a los antiguos egipcios, hace miles de años. Pero tú (o los antiguos egipcios) no lo sabrás hasta que lo pongas a prueba.

Sin embargo, no se estudió de forma oficial hasta el siglo XIX, cuando los médicos comenzaron a infectar de manera intencionada a pacientes con cáncer. El partidario más famoso de esta práctica fue William Coley, conocido como el “padre de la inmunoterapia” en lo que se convertiría en el Memorial Sloan Kettering. “Coley estaba convencido de que tener una infección grave podía provocar una regresión del cáncer. Hizo falta mucho coraje, pero en 1891 inyectó a su primer paciente (de cáncer) con microorganismos estreptocócicos y se observó un encogimiento del tumor maligno”. Por supuesto el problema es que causar infecciones es bastante peligroso. Dos de sus pacientes murieron a causa de una infección, pero sus tumores se encogieron. Si por lo menos pudiéramos reforzar el sistema inmunológico sin matar al paciente.

De hecho, esa es la teoría que hay detrás de las vacunas terapéuticas contra el cáncer. Uno de estos tratamientos, que ha estado en práctica durante décadas, consiste en inyectar una bacteria debilitada de la tuberculosis bovina en las vejigas de pacientes con cáncer de vejiga para hacer que el sistema inmunológico ataque, y así aumentar la supervivencia a largo plazo hasta en un 36 por ciento, como puedes ver en el minuto 1:56 en mi video. En vez de tener líquidos uretrales de la bacteria de la tuberculosis de una vaca, ¿hay algo que podamos comer que pueda estimular nuestra función inmunológica? En mis videos sobre cómo combatir la inmunosupresión inducida por el estrés y prevenir las infecciones infantiles comunes, revisé la evidencia sobre los beta-glucanos, un tipo de fibra que se encuentra en las levaduras nutricionales, de panadería y de cerveza. “Los beta-glucanos derivados de la levadura se consideran compuestos inmunomoduladores que mejoran la defensa contra infecciones y tienen efectos anticancerígenos”, es decir, posiblemente combaten el cáncer.

Los beta-glucanos como tal no parecen tener un efecto citotóxico directo a la hora de matar las células cancerosas, pero pueden aumentar la inmunidad antitumoral activando nuestras células inmunes, como puedes ver en el minuto 2:32 en mi video. Si coges tumores recién extirpados de pacientes con cáncer de mama, por ejemplo, y dejas sueltos los linfocitos citolíticos naturales sobre el tumor, estos pueden acabar con un pequeño porcentaje de las células tumorales. Pero si primero se preparan este tipo de células (las células NK) in vitro con algunos beta-glucanos de levadura, se vuelven aproximadamente cinco veces más efectivas cuando acaban con las células cancerosas, tal y como puedes ver en el minuto 2:43 de mi video. Sin embargo, ¿qué sucede si solo comes los beta-glucanos?

Cuando a 23 mujeres con cáncer de mama metastásico se les administraron beta-glucanos en 1/16 de cucharadita de levadura nutricional, experimentaron un aumento del 50 por ciento de la cantidad de monocitos (glóbulos blancos, una parte de nuestras defensas naturales) en sus torrentes sanguíneos y un aumento significativo en la activación. Sin embargo, el estudio solo duró dos semanas y no queda del todo clara la importancia clínica de este hallazgo. Lo que queremos saber es si realmente viven más tiempo.

El único ensayo en inglés sobre pacientes con cáncer de mama y beta-glucanos aleatorizado, doble ciego y controlado con placebo fue más, en realidad, un estudio de curación de heridas. Los investigadores descubrieron que las mujeres que tomaban beta-glucanos sanaron mucho más rápido tras una mastectomía, tanto que podían quitarse los tubos de drenaje del pecho y las axilas, en algunos casos, días antes. Este fue el primer estudio clínico que demostró una mejor cicatrización de las heridas utilizando beta-glucanos orales. Otros dos estudios que también mostraron beneficios (uno donde se estudiaron las quemaduras pediátricas y otro donde se examinaron las úlceras en las piernas) se llevaron a cabo con preparaciones tópicas de beta-glucanos que se aplicaron directamente sobre la piel. Dicha aplicación tópica no pareció revertir las lesiones precancerosas de la piel, no mejor que el placebo, tal y como puedes ver en el minuto 4:15 de mi video, pero eso se debe a que la crema del placebo también funcionó bien. De hecho, ambos grupos mostraron una reducción significativa. Sin embargo, cada paciente del estudio “actuó por su cuenta”, lo que significa que se pusieron la crema de beta-glucano en uno de sus brazos y la crema de placebo en el otro. Los investigadores especularon sobre si los beta-glucanos aplicados en un brazo podrían haber sido absorbidos dentro del sistema y ayudar al otro brazo. Se habían observado previamente efectos sistemáticos tras la administración tópica.

¿Qué efecto podrían tener los beta-glucanos orales sobre la progresión de los cánceres internos? Sí, los beta-glucanos de levadura orales pueden causar una reducción importante del tumor en ratones. ¿Y en las personas? Parece haber solo un estudio en humanos publicado en inglés. Como puedes ver en el minuto 5:01 de mi video, 20 pacientes con cáncer avanzado en quimioterapia recibieron un suplemento de beta-glucano en un ensayo abierto no controlado. “El sesenta por ciento de los pacientes informaron sobre una sensación de bienestar mientras tomaban el beta-glucano y pidieron permanecer con el tratamiento incluso tras finalizar el estudio. El cuarenta por ciento de los pacientes informaron sentirse menos fatigados mientras tomaban el beta-glucano”. Pero esos resultados suenan como el clásico efecto placebo. Sin embargo, algo despertó el interés, y es que “un paciente con linfoma y adenopatía cervical significativa (ganglios linfáticos agrandados en el cuello) que retrasó su quimioterapia estándar 4 semanas durante el estudio, notó una reducción significativa del tamaño de los ganglios mientras tomaba la beta-glucano”. Aunque este caso anecdótico sea intrigante, sobre todo porque no tiene efectos secundarios, no es exactamente revolucionario.

En Japón se han realizado 22 estudios aleatorizados controlados sobre el uso de beta-glucanos como tratamiento complementario del cáncer. Los investigadores descubrieron que “los beta-glucanos de la levadura pueden mejorar el efecto de la quimioterapia o radioterapia contra el cáncer y tener un efecto positivo en la supervivencia y la calidad de vida de los pacientes con cáncer”. Por ejemplo, un estudio examinó la posibilidad de tomar un suplemento de beta-glucanos de levadura para ayudar a prevenir la recaída del cáncer después de la cirugía. El grupo tratado no tuvo ninguna recaída, a diferencia del grupo de control, donde sí sucedía en uno de cada cinco personas. Aún más intrigante fue el impacto de los beta-glucanos de levadura para los pacientes con cáncer en etapa terminal inoperable. En el grupo de control, solo 1 de cada 20 pacientes sobrevivió durante tres meses, y a los seis meses todos habían muerto. Sin embargo, en el grupo tratado, la mayoría de los pacientes sobrevivieron durante más de tres meses. No solo 1 de cada 20, sino la mayoría de ellos, y el 43 por ciento seguía vivo seis meses después. Pero no queda claro cómo se dividió a los pacientes en los grupos de tratamiento y control. Si los sujetos no fueron asignados al azar, los investigadores pudieron haber elegido de manera involuntaria pacientes más sanos para el grupo de tratamiento, lo cual explicaría los resultados. No obstante, la cantidad de beta-glucanos que usaron es la que encontrarías en una sola pizca de levadura nutricional, que costaría menos de un centavo y el único efecto secundario serían unas palomitas de maíz más sabrosas. Entonces, ¿por qué no intentarlo?

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Crédito de la imagen: Alex Ex vía Wikimedia. La imagen ha sido modificada.

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Nota del Doctor

Si los beta-glucanos realmente son tan poderosos, ¿existe una preocupación sobre si puede que sobreestimulen el sistema inmunológico en ciertas condiciones autoinmunes? Sí. Consulta ¿La levadura nutricional desencadena la enfermedad de Crohn? y ¿Es saludable para todos la levadura nutricional? para más información.

¿Qué hay del uso de beta-glucanos para las infecciones comunes?

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