Un análisis de riesgo/beneficio de 33 especies de peces analiza los efectos del DHA para potenciar el cerebro y los compara con los efectos dañinos del mercurio, para determinar el efecto neto sobre la inteligencia (IC – Cociente Intelectual).
El mercurio en comparación con el omega-3 para el desarrollo cerebral
Sólo porque las madres que comen pescado pueden dar a luz a niños con cerebros más pequeños, no significa necesariamente que sus hijos crecerán con defectos neurológicos. Pero usando imágenes por resonancia magnética funcional en tiempo real puedes realmente ver la diferencia en la activación cerebral en adolescentes cuyas madres comieron muchos animales marinos cuando estaban embarazadas. Esto es lo que ves en un cerebro normal cuando pones una luz en los ojos de alguien. Pero esto es lo que ves en los cerebros expuestos a mercurio y PCB; lo que sugiere “daños relacionados con tóxicos” en los centros visuales en el cerebro. El consumo de carne de pez también puede aumentar el riesgo de que nuestros niños nazcan con epilepsia.
Sin embargo, ¿tiene el consumo de pescado de la madre un efecto sobre cómo de inteligentes serán nuestros niños? Bueno, mira; el DHA -el ácido graso omega 3 de cadena larga- en los peces es bueno para el desarrollo del cerebro. Pero, por supuesto, el mercurio es malo para el desarrollo del cerebro. Así que lo que estos investigadores hicieron fue analizar 33 especies diferentes de peces para ver el efecto neto que estos compuestos tendrían sobre el CI de los niños. Y, en la mayoría de las especies de peces, encontraron que el efecto adverso del mercurio en las puntuaciones de CI de los niños “superaba los efectos beneficiosos del DHA”. Es tanta la inteligencia perdida por el consumo de pescado que, de hecho, EE. UU. puede perder 5 billones de dólares en productividad económica cada año.
Tomemos, por ejemplo, nuestro pescado más popular: el atún. Si las mujeres embarazadas comieran atún todos los días, el DHA del pescado añadiría algunos puntos de CI. Pero el mercurio en ese mismo atún causaría tanto daño cerebral que el efecto total de comer atún durante el embarazo sería negativo, eliminando una media de 8 puntos de CI. De hecho, los únicos 2 peces más dañinos para el cerebro fueron el lucio y el pez espada.
En el otro extremo del espectro, el efecto potenciador del DHA podría superar los efectos perjudiciales del mercurio en el cerebro en el salmón, por poco menos de 1 punto de CI. Por desgracia, el CI sólo tiene en cuenta los daños cognitivos causados por el mercurio, no los efectos adversos sobre la función motora, la atención, y déficit de comportamiento. Creemos que la capacidad de atención puede ser particularmente vulnerable a la exposición al mercurio durante el desarrollo, probablemente debido a daños en los lóbulos frontales del cerebro.
Y el estudio del CI no tuvo en cuenta los niveles relativamente altos de PCB en el salmón, y las preocupaciones asociadas respecto al “riesgo de cáncer”. Las preocupaciones sobre sostenibilidad añaden otro problema, ya que el salmón criado en granja se considera un “pescado a evitar”; mientras que la caballa se considera una “mejor” opción para la sostenibilidad, pero sus niveles de mercurio son tan altos como para justificar el evitar su consumo, excediendo los niveles de acción de la FDA (Food and Drug Administration – Ministerio de Alimentos y Drogas) y de la EPA (Environmental Protection Agency – Ministerio de Protección del Medio Ambiente) para la contaminación por mercurio. La manera en que yo lo veo es, por qué aceptar cualquier pérdida de inteligencia en absoluto, cuando las mujeres embarazadas pueden obtener todo el DHA que quieran de suplementos de microalgas, sin ninguno de los contaminantes, obteniendo el efecto potenciador del cerebro, sin el daño cerebral.
Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el vídeo más arriba. Esto es sólo una aproximación del audio. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Laura Duarte y Adrián Bravo López.
Considera ser voluntario/a para ayudar en la página web.
- S. J. Petre, D. K. Sackett, D. D. Aday. Do national advisories serve local consumers: An assessment of mercury in economically important North Carolina fish. J. Environ. Monit. 2012 14(5):1410 - 1416.
- P. Grandjean, J. E. Henriksen, A. L. Choi, M. S. Petersen, C. Dalgaard, F. Nielsen, P. Weihe. Marine food pollutants as a risk factor for hypoinsulinemia and type 2 diabetes. Epidemiology 2011 22(3):410 - 417.
- D.-H. Lee, I.-K. Lee, K. Song, M. Steffes, W. Toscano, B. A. Baker, D. R. Jacobs Jr. A strong dose-response relation between serum concentrations of persistent organic pollutants and diabetes: Results from the National Health and Examination Survey 1999-2002. Diabetes Care 2006 29(7):1638 - 1644.
- A. Wallin, D. Di Giuseppe, N. Orsini, P. S. Patel, N. G. Forouhi, A. Wolk. Fish consumption, dietary long-chain n-3 fatty acids, and risk of type 2 diabetes: Systematic review and meta-analysis of prospective studies. Diabetes Care 2012 35(4):918 - 929.
- R. F. White, C. L. Palumbo, D. A. Yurgelun-Todd, K. J. Heaton, P. Weihe, F. Debes, P. Grandjean. Functional MRI approach to developmental methylmercury and polychlorinated biphenyl neurotoxicity. Neurotoxicology 2011 32(6):975 - 980.
- M. J. Zeilmaker, J. Hoekstra, J. C. H. van Eijkeren, N. de Jong, A. Hart, M. Kennedy, H. Owen, H. Gunnlaugsdottir. Fish consumption during child bearing age: a quantitative risk-benefit analysis on neurodevelopment. Food Chem Toxicol. 2013 54:30-34.
- D. A. Axelrad, D. C. Bellinger, L. M. Ryan, T. J. Woodruff. Dose-response relationship of prenatal mercury exposure and IQ: An integrative analysis of epidemiologic data. Environ. Health Perspect. 2007 115(4):609 - 615.
- E. Oken, A. L. Choi, M. R. Karagas, K. Mariën, C. M. Rheinberger, R. Schoeny, E. Sunderland, S. Korrick. Which fish should I eat? Perspectives influencing fish consumption choices. Environ. Health Perspect. 2012 120(6):790 - 798.
- I. B. Cace, A. Milardovic, I. Prpic, R. Krajina, O. Petrovic, P. Vukelic, Z. Spiric, M. Horvat, D. Mazej, J. Snoj. Relationship between the prenatal exposure to low-level of mercury and the size of a newborn's cerebellum. Med. Hypotheses 2011 76(4):514 - 516.
- M. R. Karagas, A. L. Choi, E. Oken, M. Horvat, R. Schoeny, E. Kamai, W. Cowell, P. Grandjean, S. Korrick. Evidence on the human health effects of low-level methylmercury exposure. Environ. Health Perspect. 2012 120(6):799 - 806.
- J. J. Strain, P. W. Davidson, M. P. Bonham, E. M. Duffy, A. Stokes-Riner, S. W. Thurston, J. M. W. Wallace, P. J. Robson, C. F. Shamlaye, L. A. Georger, J. Sloane-Reeves, E. Cernichiari, R. L. Canfield, C. Cox, L. S. Huang, J. Janciuras, G. J. Myers, T. W. Clarkson. Associations of maternal long-chain polyunsaturated fatty acids, methyl mercury, and infant development in the Seychelles Child Development Nutrition Study. Neurotoxicology 2008 29(5):776 - 782.
- A. M. Lando, Y. Zhang. Awareness and knowledge of methylmercury in fish in the United States. Environ. Res. 2011 111(3):442 - 450.
- P. A. Olsvik, H. Amlund, B. E. Torstensen. Dietary lipids modulate methylmercury toxicity in Atlantic salmon. Food Chem. Toxicol. 2011 49(12):3258 - 3271.
- S. D. Stellman, T. Takezaki, L. Wang, Y. Chen, M. L. Citron, M. V. Djordjevic, S. Harlap, J. E. Muscat, A. I. Neugut, E. L. Wynder, H. Ogawa, K. Tajima, K. Aoki. Smoking and lung cancer risk in American and Japanese men: An international case-control study. Cancer Epidemiol. Biomarkers Prev. 2001 10(11):1193 - 1199.
- M. Porta. Persistent organic pollutants and the burden of diabetes. Lancet 2006 368(9535):558-559.
- B. Choi, L. Lapham, L. Amin-Zaki, T. Saleem. Abnormal neuronal migration, deranged cerebral cortical organization, and diffuse white matter astrocytosis of human fetal brain: a major effect of methylmercury poisoning in utero. J Neuropathol Exp Neurol. 1978 37(6):719-733.
- S. B. Elhassani. The many faces of methylmercury poisoning. J Toxicol Clin Toxicol. 1982 19(8):875 - 906.
- K. Yaginuma-Sakurai, K. Murata, M. Iwai-Shimada, K. Nakai, N. Kurokawa, N. Tatsuta, H. Satoh. Hair-to-blood ratio and biological half-life of mercury: Experimental study of methylmercury exposure through fish consumption in humans. J Toxicol Sci 2012 37(1):123 - 130.
- D. McAlpine, S. Araki. Minamata disease: An unusual neurological disorder caused by contaminated fish. Lancet 1958 2(7047):629 - 631.
- L Trasande, Y Lui. Reducing the staggering costs of environmental disease in children, estimated at $76.6 billion in 2008. Health Aff 2011 30(5): 863-870.
- J. Julvez, F. Debes, P. Weihe, A .Choi, P. Grandjean. Sensitivity of continuous performance test (CPT) at age 14 years to developmental methylmercury exposure. Neurotoxicol Teritol 2010 32(6): 627-32.
Imágenes gracias a tomhe vía Flickr.
Sólo porque las madres que comen pescado pueden dar a luz a niños con cerebros más pequeños, no significa necesariamente que sus hijos crecerán con defectos neurológicos. Pero usando imágenes por resonancia magnética funcional en tiempo real puedes realmente ver la diferencia en la activación cerebral en adolescentes cuyas madres comieron muchos animales marinos cuando estaban embarazadas. Esto es lo que ves en un cerebro normal cuando pones una luz en los ojos de alguien. Pero esto es lo que ves en los cerebros expuestos a mercurio y PCB; lo que sugiere “daños relacionados con tóxicos” en los centros visuales en el cerebro. El consumo de carne de pez también puede aumentar el riesgo de que nuestros niños nazcan con epilepsia.
Sin embargo, ¿tiene el consumo de pescado de la madre un efecto sobre cómo de inteligentes serán nuestros niños? Bueno, mira; el DHA -el ácido graso omega 3 de cadena larga- en los peces es bueno para el desarrollo del cerebro. Pero, por supuesto, el mercurio es malo para el desarrollo del cerebro. Así que lo que estos investigadores hicieron fue analizar 33 especies diferentes de peces para ver el efecto neto que estos compuestos tendrían sobre el CI de los niños. Y, en la mayoría de las especies de peces, encontraron que el efecto adverso del mercurio en las puntuaciones de CI de los niños “superaba los efectos beneficiosos del DHA”. Es tanta la inteligencia perdida por el consumo de pescado que, de hecho, EE. UU. puede perder 5 billones de dólares en productividad económica cada año.
Tomemos, por ejemplo, nuestro pescado más popular: el atún. Si las mujeres embarazadas comieran atún todos los días, el DHA del pescado añadiría algunos puntos de CI. Pero el mercurio en ese mismo atún causaría tanto daño cerebral que el efecto total de comer atún durante el embarazo sería negativo, eliminando una media de 8 puntos de CI. De hecho, los únicos 2 peces más dañinos para el cerebro fueron el lucio y el pez espada.
En el otro extremo del espectro, el efecto potenciador del DHA podría superar los efectos perjudiciales del mercurio en el cerebro en el salmón, por poco menos de 1 punto de CI. Por desgracia, el CI sólo tiene en cuenta los daños cognitivos causados por el mercurio, no los efectos adversos sobre la función motora, la atención, y déficit de comportamiento. Creemos que la capacidad de atención puede ser particularmente vulnerable a la exposición al mercurio durante el desarrollo, probablemente debido a daños en los lóbulos frontales del cerebro.
Y el estudio del CI no tuvo en cuenta los niveles relativamente altos de PCB en el salmón, y las preocupaciones asociadas respecto al “riesgo de cáncer”. Las preocupaciones sobre sostenibilidad añaden otro problema, ya que el salmón criado en granja se considera un “pescado a evitar”; mientras que la caballa se considera una “mejor” opción para la sostenibilidad, pero sus niveles de mercurio son tan altos como para justificar el evitar su consumo, excediendo los niveles de acción de la FDA (Food and Drug Administration – Ministerio de Alimentos y Drogas) y de la EPA (Environmental Protection Agency – Ministerio de Protección del Medio Ambiente) para la contaminación por mercurio. La manera en que yo lo veo es, por qué aceptar cualquier pérdida de inteligencia en absoluto, cuando las mujeres embarazadas pueden obtener todo el DHA que quieran de suplementos de microalgas, sin ninguno de los contaminantes, obteniendo el efecto potenciador del cerebro, sin el daño cerebral.
Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el vídeo más arriba. Esto es sólo una aproximación del audio. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Laura Duarte y Adrián Bravo López.
Considera ser voluntario/a para ayudar en la página web.
- S. J. Petre, D. K. Sackett, D. D. Aday. Do national advisories serve local consumers: An assessment of mercury in economically important North Carolina fish. J. Environ. Monit. 2012 14(5):1410 - 1416.
- P. Grandjean, J. E. Henriksen, A. L. Choi, M. S. Petersen, C. Dalgaard, F. Nielsen, P. Weihe. Marine food pollutants as a risk factor for hypoinsulinemia and type 2 diabetes. Epidemiology 2011 22(3):410 - 417.
- D.-H. Lee, I.-K. Lee, K. Song, M. Steffes, W. Toscano, B. A. Baker, D. R. Jacobs Jr. A strong dose-response relation between serum concentrations of persistent organic pollutants and diabetes: Results from the National Health and Examination Survey 1999-2002. Diabetes Care 2006 29(7):1638 - 1644.
- A. Wallin, D. Di Giuseppe, N. Orsini, P. S. Patel, N. G. Forouhi, A. Wolk. Fish consumption, dietary long-chain n-3 fatty acids, and risk of type 2 diabetes: Systematic review and meta-analysis of prospective studies. Diabetes Care 2012 35(4):918 - 929.
- R. F. White, C. L. Palumbo, D. A. Yurgelun-Todd, K. J. Heaton, P. Weihe, F. Debes, P. Grandjean. Functional MRI approach to developmental methylmercury and polychlorinated biphenyl neurotoxicity. Neurotoxicology 2011 32(6):975 - 980.
- M. J. Zeilmaker, J. Hoekstra, J. C. H. van Eijkeren, N. de Jong, A. Hart, M. Kennedy, H. Owen, H. Gunnlaugsdottir. Fish consumption during child bearing age: a quantitative risk-benefit analysis on neurodevelopment. Food Chem Toxicol. 2013 54:30-34.
- D. A. Axelrad, D. C. Bellinger, L. M. Ryan, T. J. Woodruff. Dose-response relationship of prenatal mercury exposure and IQ: An integrative analysis of epidemiologic data. Environ. Health Perspect. 2007 115(4):609 - 615.
- E. Oken, A. L. Choi, M. R. Karagas, K. Mariën, C. M. Rheinberger, R. Schoeny, E. Sunderland, S. Korrick. Which fish should I eat? Perspectives influencing fish consumption choices. Environ. Health Perspect. 2012 120(6):790 - 798.
- I. B. Cace, A. Milardovic, I. Prpic, R. Krajina, O. Petrovic, P. Vukelic, Z. Spiric, M. Horvat, D. Mazej, J. Snoj. Relationship between the prenatal exposure to low-level of mercury and the size of a newborn's cerebellum. Med. Hypotheses 2011 76(4):514 - 516.
- M. R. Karagas, A. L. Choi, E. Oken, M. Horvat, R. Schoeny, E. Kamai, W. Cowell, P. Grandjean, S. Korrick. Evidence on the human health effects of low-level methylmercury exposure. Environ. Health Perspect. 2012 120(6):799 - 806.
- J. J. Strain, P. W. Davidson, M. P. Bonham, E. M. Duffy, A. Stokes-Riner, S. W. Thurston, J. M. W. Wallace, P. J. Robson, C. F. Shamlaye, L. A. Georger, J. Sloane-Reeves, E. Cernichiari, R. L. Canfield, C. Cox, L. S. Huang, J. Janciuras, G. J. Myers, T. W. Clarkson. Associations of maternal long-chain polyunsaturated fatty acids, methyl mercury, and infant development in the Seychelles Child Development Nutrition Study. Neurotoxicology 2008 29(5):776 - 782.
- A. M. Lando, Y. Zhang. Awareness and knowledge of methylmercury in fish in the United States. Environ. Res. 2011 111(3):442 - 450.
- P. A. Olsvik, H. Amlund, B. E. Torstensen. Dietary lipids modulate methylmercury toxicity in Atlantic salmon. Food Chem. Toxicol. 2011 49(12):3258 - 3271.
- S. D. Stellman, T. Takezaki, L. Wang, Y. Chen, M. L. Citron, M. V. Djordjevic, S. Harlap, J. E. Muscat, A. I. Neugut, E. L. Wynder, H. Ogawa, K. Tajima, K. Aoki. Smoking and lung cancer risk in American and Japanese men: An international case-control study. Cancer Epidemiol. Biomarkers Prev. 2001 10(11):1193 - 1199.
- M. Porta. Persistent organic pollutants and the burden of diabetes. Lancet 2006 368(9535):558-559.
- B. Choi, L. Lapham, L. Amin-Zaki, T. Saleem. Abnormal neuronal migration, deranged cerebral cortical organization, and diffuse white matter astrocytosis of human fetal brain: a major effect of methylmercury poisoning in utero. J Neuropathol Exp Neurol. 1978 37(6):719-733.
- S. B. Elhassani. The many faces of methylmercury poisoning. J Toxicol Clin Toxicol. 1982 19(8):875 - 906.
- K. Yaginuma-Sakurai, K. Murata, M. Iwai-Shimada, K. Nakai, N. Kurokawa, N. Tatsuta, H. Satoh. Hair-to-blood ratio and biological half-life of mercury: Experimental study of methylmercury exposure through fish consumption in humans. J Toxicol Sci 2012 37(1):123 - 130.
- D. McAlpine, S. Araki. Minamata disease: An unusual neurological disorder caused by contaminated fish. Lancet 1958 2(7047):629 - 631.
- L Trasande, Y Lui. Reducing the staggering costs of environmental disease in children, estimated at $76.6 billion in 2008. Health Aff 2011 30(5): 863-870.
- J. Julvez, F. Debes, P. Weihe, A .Choi, P. Grandjean. Sensitivity of continuous performance test (CPT) at age 14 years to developmental methylmercury exposure. Neurotoxicol Teritol 2010 32(6): 627-32.
Imágenes gracias a tomhe vía Flickr.
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El mercurio en comparación con el omega-3 para el desarrollo cerebral
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URLNota del Doctor
¿Qué es eso sobre cerebros más pequeños? Mira el vídeo Comer pescado asociado con encogimiento del cerebro. Para más sobre el efecto de la carne de pez en adolescentes, ver Nervios de mercurio.
Para más sobre los PCB, ver:
El concepto de los alimentos como “paquetes nutricionales” es recurrente (mira, por ejemplo, Se encuentran nuevos potenciadores de absorción de minerales). Sí, los productos lácteos son la fuente principal de calcio en EE. UU., pero también son la fuente principal de grasa saturada. Afortunadamente, hay una forma de obtener calcio sin todos estos problemas, y lo mismo sucede con el DHA (y el hierro, y la proteína, y…).
Es raro que recomiende suplementos, pero hay al menos uno (vitamina B12) que es crítico para aquellos con dietas a base de vegetales. Mi resumen más reciente de recomendaciones puede encontrarse en mi blog Recomendaciones para una nutrición óptima.
Para más contexto, consulta mi blog Los 10 vídeos más populares de 2013.
Échale un vistazo a la página de información sobre los recursos traducidos.