Una comparación entre la fibra y la dieta baja en FODMAP para los síntomas de la hiperproliferación bacteriana intestinal

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Lo importante no es cuántas bacterias tienes en el intestino delgado, sino qué tipo de bacterias; y esto puede estar muy relacionado con la dieta.

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A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Victoria Rodas voluntaria activa en NutritionFacts.org.

Si haces un prueba a más de mil pacientes con síntomas de intestino irritable tales como gases excesivos, hinchazón, diarrea y dolor abdominal durante más de seis meses y quienes no aparentan tener nada más grave, como la enfermedad del intestino inflamatorio, descubres que un gran porcentaje tienen intolerancia a la lactosa, es decir, intolerancia al azúcar de la leche. En nuestra infancia, tenemos una enzima en nuestro intestino delgado que digiere el azúcar de la leche, pero la mayoría de nosotros lógicamente la pierde luego del destete. “A pesar de que una mutación genética generó la permanencia de [la enzima] en [una minoría] de adultos, alrededor del 75 por ciento de la población mundial absorbe mal la lactosa [y tiene intolerancia a la lactosa] después de los 30 años”. Sin embargo, se diagnosticó a un tercio con hiperproliferación bacteriana intestinal (SIBO, por sus siglas en inglés).

La evidencia PARA los síntomas de SIBO y SII es controversial, principalmente por el hecho de que las pruebas de aliento que se utilizan en la práctica clínica para diagnosticar la SIBO no son válidas, tal como lo analicé en el último video. Ni siquiera está claro cuáles son las consecuencias de tener más en lugar de menos bacterias en crecimiento en el intestino delgado ya que el número parece no tener relación con los síntomas. Resulta ser que no es el número sino el tipo. Es el tipo de bacteria que tienes creciendo en el intestino delgado. Entonces, es “la disbiosis microbiana intestinal”; no la hiperproliferación en general, sino el crecimiento del tipo malo que parece ser la base de los síntomas asociados a los trastornos gastrointestinales funcionales como el síndrome del colon irritable.

¿Cómo se puede prevenir esto? Bien, los síntomas aparentemente están relacionados a una disminución significativa en el número de especies de Prevotella. ¿Se acuerdan de ellas? La Prevotella digiere la fibra saludable, lo que sugiere un consumo mayor de fibra en individuos sanos, mientras que las bacterias que se encontraron más en pacientes sintomáticos comían azúcar, lo que puede reflejar una ingesta de azúcares más alta en su dieta. Pero la correlación no significa causalidad.

Para demostrar la causa y efecto tienes que hacerlos pasar una prueba, que es exactamente lo que hicieron. “Cambiar un grupo de personas sanas que habitualmente tenían una dieta alta en fibras… por una dieta [estadounidense más típica y estándar] baja en fibras [con mucha azúcar]…produjo resultados notables” dentro de tan solo siete días. “En primer lugar, el 80 por ciento desarrolló síntomas gastrointestinales [nuevos][inesperadamente], tales como distensión y dolor abdominal que se solucionaba con la reanudación de su habitual dieta [más saludable] alta en fibra. [Y los] cambios relacionados a la dieta en el microbioma del intestino delgado fueron predictivos de los síntomas…y estaban relacionados a una alteración en la permeabilidad [intestinal]”; en otras palabras, desarrollaron un intestino permeable en siete días. Y mientras que algunos fueron de SIBO positivo a SIBO negativo, o de SIBO negativo a SIBO positivo, no fue relevante, porque el número de bacterias que se desarrollaron no era correlativo con los síntomas. Era el tipo de bacteria en desarrollo.

Y no es extraño que sus intestinos se hayan hecho permeables. Los niveles de ácidos grasos de cadena corta se desplomaron. Esos son los derivados mágicos que nuestras bacterias buenas del intestino hacen de la fibra, la cual “tiene un papel importante en la integridad de la barrera [intestinal], lo que significa, que impide que nuestros intestinos se hagan permeables.

Así que, mientras que no tenemos datos fiables de que algo como una dieta baja en FODMAP brinda algún beneficio para los pacientes con síntomas de SIBO, se han realizado más de mil de ensayos controlados aleatorizados para poner a prueba a la fibra y, en general, hubo una mejora significativa en los síntomas entre aquellos aleatorizados para aumentar su consumo de fibra. Eso puede ayudar en realidad a explicar por qué las dietas altas en fibra y basadas en productos de origen vegetal pueden prevenir tantas enfermedades comunes, debido al efecto que dichas dietas tienen en la composición y actividad metabólica de nuestro microbioma. Nuestras bacterias intestinales buenas toman los residuos de las plantas, como la fibra, y producen “metabolitos que promueven la salud y son supresores de cáncer” como esos ácidos grasos de cadena corta “los cuales tienen propiedades antiinflamatorias”. “Toda la evidencia indica una necesidad fisiológica de alrededor de 50 g [de] fibra por día, que es la cantidad que contiene la dieta africana tradicional y que está asociada a la prevención de enfermedades de occidente”. Eso es aproximadamente dos veces lo que típicamente se recomienda y tres veces más de lo que la mayoría de las personas consumen día a día. Quizás no deba sorprendernos que necesitemos tanta. A pesar de que nos separamos de los chimpancés millones de años atrás “todavía hay gran congruencia” en la composición de nuestros respectivos microbiomas en la actualidad. Mientras que ellos aún tienen su dieta basada en un 98 a 99 por ciento en plantas para alimentar su flora amistosa con fibra, nosotros hemos eliminado los alimentos ricos en fibra de nuestro suministro alimentario.

Considera ser voluntario/a para ayudar en la página web.

Video producción Glass Entertainment

Motion graphics by Avo Media

A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Victoria Rodas voluntaria activa en NutritionFacts.org.

Si haces un prueba a más de mil pacientes con síntomas de intestino irritable tales como gases excesivos, hinchazón, diarrea y dolor abdominal durante más de seis meses y quienes no aparentan tener nada más grave, como la enfermedad del intestino inflamatorio, descubres que un gran porcentaje tienen intolerancia a la lactosa, es decir, intolerancia al azúcar de la leche. En nuestra infancia, tenemos una enzima en nuestro intestino delgado que digiere el azúcar de la leche, pero la mayoría de nosotros lógicamente la pierde luego del destete. “A pesar de que una mutación genética generó la permanencia de [la enzima] en [una minoría] de adultos, alrededor del 75 por ciento de la población mundial absorbe mal la lactosa [y tiene intolerancia a la lactosa] después de los 30 años”. Sin embargo, se diagnosticó a un tercio con hiperproliferación bacteriana intestinal (SIBO, por sus siglas en inglés).

La evidencia PARA los síntomas de SIBO y SII es controversial, principalmente por el hecho de que las pruebas de aliento que se utilizan en la práctica clínica para diagnosticar la SIBO no son válidas, tal como lo analicé en el último video. Ni siquiera está claro cuáles son las consecuencias de tener más en lugar de menos bacterias en crecimiento en el intestino delgado ya que el número parece no tener relación con los síntomas. Resulta ser que no es el número sino el tipo. Es el tipo de bacteria que tienes creciendo en el intestino delgado. Entonces, es “la disbiosis microbiana intestinal”; no la hiperproliferación en general, sino el crecimiento del tipo malo que parece ser la base de los síntomas asociados a los trastornos gastrointestinales funcionales como el síndrome del colon irritable.

¿Cómo se puede prevenir esto? Bien, los síntomas aparentemente están relacionados a una disminución significativa en el número de especies de Prevotella. ¿Se acuerdan de ellas? La Prevotella digiere la fibra saludable, lo que sugiere un consumo mayor de fibra en individuos sanos, mientras que las bacterias que se encontraron más en pacientes sintomáticos comían azúcar, lo que puede reflejar una ingesta de azúcares más alta en su dieta. Pero la correlación no significa causalidad.

Para demostrar la causa y efecto tienes que hacerlos pasar una prueba, que es exactamente lo que hicieron. “Cambiar un grupo de personas sanas que habitualmente tenían una dieta alta en fibras… por una dieta [estadounidense más típica y estándar] baja en fibras [con mucha azúcar]…produjo resultados notables” dentro de tan solo siete días. “En primer lugar, el 80 por ciento desarrolló síntomas gastrointestinales [nuevos][inesperadamente], tales como distensión y dolor abdominal que se solucionaba con la reanudación de su habitual dieta [más saludable] alta en fibra. [Y los] cambios relacionados a la dieta en el microbioma del intestino delgado fueron predictivos de los síntomas…y estaban relacionados a una alteración en la permeabilidad [intestinal]”; en otras palabras, desarrollaron un intestino permeable en siete días. Y mientras que algunos fueron de SIBO positivo a SIBO negativo, o de SIBO negativo a SIBO positivo, no fue relevante, porque el número de bacterias que se desarrollaron no era correlativo con los síntomas. Era el tipo de bacteria en desarrollo.

Y no es extraño que sus intestinos se hayan hecho permeables. Los niveles de ácidos grasos de cadena corta se desplomaron. Esos son los derivados mágicos que nuestras bacterias buenas del intestino hacen de la fibra, la cual “tiene un papel importante en la integridad de la barrera [intestinal], lo que significa, que impide que nuestros intestinos se hagan permeables.

Así que, mientras que no tenemos datos fiables de que algo como una dieta baja en FODMAP brinda algún beneficio para los pacientes con síntomas de SIBO, se han realizado más de mil de ensayos controlados aleatorizados para poner a prueba a la fibra y, en general, hubo una mejora significativa en los síntomas entre aquellos aleatorizados para aumentar su consumo de fibra. Eso puede ayudar en realidad a explicar por qué las dietas altas en fibra y basadas en productos de origen vegetal pueden prevenir tantas enfermedades comunes, debido al efecto que dichas dietas tienen en la composición y actividad metabólica de nuestro microbioma. Nuestras bacterias intestinales buenas toman los residuos de las plantas, como la fibra, y producen “metabolitos que promueven la salud y son supresores de cáncer” como esos ácidos grasos de cadena corta “los cuales tienen propiedades antiinflamatorias”. “Toda la evidencia indica una necesidad fisiológica de alrededor de 50 g [de] fibra por día, que es la cantidad que contiene la dieta africana tradicional y que está asociada a la prevención de enfermedades de occidente”. Eso es aproximadamente dos veces lo que típicamente se recomienda y tres veces más de lo que la mayoría de las personas consumen día a día. Quizás no deba sorprendernos que necesitemos tanta. A pesar de que nos separamos de los chimpancés millones de años atrás “todavía hay gran congruencia” en la composición de nuestros respectivos microbiomas en la actualidad. Mientras que ellos aún tienen su dieta basada en un 98 a 99 por ciento en plantas para alimentar su flora amistosa con fibra, nosotros hemos eliminado los alimentos ricos en fibra de nuestro suministro alimentario.

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Nota del Doctor

Si no viste el video anterior, mira ¿Son válidas las pruebas de la hiperproliferación bacteriana intestinal?

Para más información sobre el SII o de los síntomas de los distintos tipos de SII, mira:

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