Los efectos de la obesidad en el dolor de espalda, la tensión, el cáncer y la diabetes

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Perder peso puede ayudar con la ciática, la hipertensión y el riesgo de cáncer, además de revertir la diabetes de tipo 2.

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A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Viviana García voluntaria activa en NutritionFacts.org.

En el ABC de las consecuencias de la obesidad sobre la salud, si la A es artritis, como lo mencioné en mi video anterior, la B es lumbago. El sobrepeso no solo es factor de riesgo de dolor lumbar, también la ciática, dolor neurálgico que se irradia, la degeneración del disco lumbar y la hernia de disco. Como en la historia de la artritis, de forma similar, puede deberse a la combinación de la carga pesada, colesterol alto e inflamación asociados al sobrepeso. ¿Por qué el colesterol? Estudios de autopsias y angiografías muestran que las arterias lumbares que nutren la columna pueden obstruirse con aterosclerosis y acabar con los discos de la región lumbar.

La B es también la presión arterial. El exceso de grasa visceral, exceso de grasa abdominal interna, puede físicamente comprimir los riñones y el aumento de la compresión puede efectivamente devolver sodio a tu torrente sanguíneo aumentando tu presión arterial. La combinación de obesidad e hipertensión puede tener “implicaciones desastrosas para la salud” pero la buena noticia es que aún perder unos cuantos kilos puede ayudar a eliminar esta presión. Perder peso se ha descrito como una “estrategia vital para controlar la hipertensión”. El perder casi 4 kilos puede disminuir la presión sanguínea tanto como cuando se reduce la ingesta de sal casi a la mitad.

La C es cáncer. Aproximadamente tres cuartos de los encuestados no sabían del vínculo entre obesidad y cáncer, cuando, de hecho, basados en un análisis completo de miles de estudios, el exceso de grasa corporal aumenta el riesgo de la mayoría de cánceres, como los de esófago, estómago, colorrectal, hepático, vesicular, pancreático, de mama, uterino, de ovario, de los riñones, del cerebro, de la tiroides y de la médula ósea (mieloma múltiple). Puede ser la inflamación crónica de la obesidad o pueden ser los altos niveles de insulina debido a la resistencia a esta. (Aparte de controlar el azúcar en sangre, la insulina es un potente promotor de crecimiento de tumores). En mujeres, también puede ser el exceso de estrógeno.

Cuando los ovarios entran en receso por la menopausia, la grasa toma el lugar como productor principal de estrógeno. Por eso las obesas tienen casi el doble de los niveles de estrógenos circulando en su torrente sanguíneo, lo cual se asocia a un aumento en el riesgo de desarrollar y morir de cáncer de mama. La información sobre el cáncer de próstata no es tan sólida, aunque la obesidad se asocia a un riesgo elevado de cáncer invasivo del pene.

Una razón por la que confiamos en que el vínculo entre obesidad y cáncer es causa y efecto, no solo consecuencia indirecta de no alimentarse bien, es que cuando la gente pierde peso, aún con cirugía bariátrica, su riesgo general de cáncer disminuye. Quienes experimentan pérdida de peso constante de 18 kilos, luego de la cirugía, desarrollaron un tercio menos de cánceres en la década siguiente que el grupo de control sin cirugía de individuos similares que continuaron ganando peso lentamente con el paso del tiempo. Pero la excepción es el cáncer colorrectal.

El cáncer de colon y rectal parece ser el único con malignidad para el cual el riesgo aumenta después de la cirugía para obesidad. Luego de la cirugía bariátrica, la muerte por cáncer rectal puede triplicarse. Se cree que reorganizar la anatomía en una de las cirugías más comunes, baipás gástrico Roux-en-Y, aumenta la exposición a la bilis en la pared intestinal. Causa cambios promotores de inflamación años después del procedimiento, lo cual, se cree, es responsable del aumento del riesgo de cáncer. Por el contrario, perder peso con dietas tiene el potencial de disminuir el riesgo de cáncer por obesidad en general. De eso trata mi libro How Not to Diet.

D es diabetes. Como se planteó en declaración de International Diabetes Federation, se considera a la obesidad como mayor factor de riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, causa principal de falla renal, de amputación de miembros inferiores y de ceguera en adultos. Irónicamente, muchos de los medicamentos principales para tratar la diabetes (incluida la misma insulina) en realidad causan más aumento de peso, creando un círculo vicioso. Tratar la causa subyacente con medicina del estilo de vida no es solo más seguro, sencillo y barato, sino más efectivo.

Si no lo has hecho aún, puedes suscribirte a mis videos de forma gratuita haciendo click aquí.

Video producción de Glass Entertainment

Gráficos de Avocado Video

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En el ABC de las consecuencias de la obesidad sobre la salud, si la A es artritis, como lo mencioné en mi video anterior, la B es lumbago. El sobrepeso no solo es factor de riesgo de dolor lumbar, también la ciática, dolor neurálgico que se irradia, la degeneración del disco lumbar y la hernia de disco. Como en la historia de la artritis, de forma similar, puede deberse a la combinación de la carga pesada, colesterol alto e inflamación asociados al sobrepeso. ¿Por qué el colesterol? Estudios de autopsias y angiografías muestran que las arterias lumbares que nutren la columna pueden obstruirse con aterosclerosis y acabar con los discos de la región lumbar.

La B es también la presión arterial. El exceso de grasa visceral, exceso de grasa abdominal interna, puede físicamente comprimir los riñones y el aumento de la compresión puede efectivamente devolver sodio a tu torrente sanguíneo aumentando tu presión arterial. La combinación de obesidad e hipertensión puede tener “implicaciones desastrosas para la salud” pero la buena noticia es que aún perder unos cuantos kilos puede ayudar a eliminar esta presión. Perder peso se ha descrito como una “estrategia vital para controlar la hipertensión”. El perder casi 4 kilos puede disminuir la presión sanguínea tanto como cuando se reduce la ingesta de sal casi a la mitad.

La C es cáncer. Aproximadamente tres cuartos de los encuestados no sabían del vínculo entre obesidad y cáncer, cuando, de hecho, basados en un análisis completo de miles de estudios, el exceso de grasa corporal aumenta el riesgo de la mayoría de cánceres, como los de esófago, estómago, colorrectal, hepático, vesicular, pancreático, de mama, uterino, de ovario, de los riñones, del cerebro, de la tiroides y de la médula ósea (mieloma múltiple). Puede ser la inflamación crónica de la obesidad o pueden ser los altos niveles de insulina debido a la resistencia a esta. (Aparte de controlar el azúcar en sangre, la insulina es un potente promotor de crecimiento de tumores). En mujeres, también puede ser el exceso de estrógeno.

Cuando los ovarios entran en receso por la menopausia, la grasa toma el lugar como productor principal de estrógeno. Por eso las obesas tienen casi el doble de los niveles de estrógenos circulando en su torrente sanguíneo, lo cual se asocia a un aumento en el riesgo de desarrollar y morir de cáncer de mama. La información sobre el cáncer de próstata no es tan sólida, aunque la obesidad se asocia a un riesgo elevado de cáncer invasivo del pene.

Una razón por la que confiamos en que el vínculo entre obesidad y cáncer es causa y efecto, no solo consecuencia indirecta de no alimentarse bien, es que cuando la gente pierde peso, aún con cirugía bariátrica, su riesgo general de cáncer disminuye. Quienes experimentan pérdida de peso constante de 18 kilos, luego de la cirugía, desarrollaron un tercio menos de cánceres en la década siguiente que el grupo de control sin cirugía de individuos similares que continuaron ganando peso lentamente con el paso del tiempo. Pero la excepción es el cáncer colorrectal.

El cáncer de colon y rectal parece ser el único con malignidad para el cual el riesgo aumenta después de la cirugía para obesidad. Luego de la cirugía bariátrica, la muerte por cáncer rectal puede triplicarse. Se cree que reorganizar la anatomía en una de las cirugías más comunes, baipás gástrico Roux-en-Y, aumenta la exposición a la bilis en la pared intestinal. Causa cambios promotores de inflamación años después del procedimiento, lo cual, se cree, es responsable del aumento del riesgo de cáncer. Por el contrario, perder peso con dietas tiene el potencial de disminuir el riesgo de cáncer por obesidad en general. De eso trata mi libro How Not to Diet.

D es diabetes. Como se planteó en declaración de International Diabetes Federation, se considera a la obesidad como mayor factor de riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, causa principal de falla renal, de amputación de miembros inferiores y de ceguera en adultos. Irónicamente, muchos de los medicamentos principales para tratar la diabetes (incluida la misma insulina) en realidad causan más aumento de peso, creando un círculo vicioso. Tratar la causa subyacente con medicina del estilo de vida no es solo más seguro, sencillo y barato, sino más efectivo.

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