Los efectos de la sucralosa (Splenda) en el microbioma

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¿Qué efecto tienen los edulcorantes artificiales como la sucralosa (Splenda), sacarina (Sweet & Low), aspartamo (Nutrasweet) y acesulfamo K (Sweet One) en nuestras bacterias intestinales?

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En el día de los santos inocentes de 1998, la FDA (Administración de Medicamentos y Alimentos) aprobó el edulcorante artificial sucralosa, también conocido como uno-seis-dicloro-uno-seis-di-deoxy-beta-D-fructo-furanosyl-quatro-chloro-quatro-deoxy-alpha-D-galacto-pyranosida, pero aparte de su nombre temible, lo peor que parecía hacer era desencadenar una migraña en individuos susceptibles. El fabricante de la sucralosa contestó que debes medir cualquier riesgo que puede haber contra la salud, en contra de los riesgos muy grandes que acompañan la epidemia de obesidad en los EEUU.

Esa era la esperanza, proveer un sustituto saludable para el azúcar que tuviera un gusto dulce pero no las calorías ni picos en el nivel de azúcar en la sangre. Sin embargo, eso no es como parece haber resultado, con estudios de poblaciones ligando el consumo de edulcorantes artificiales, mayormente en sodas dietéticas, con una incidencia mayor de obesidad, síndrome metabólico y de diabetes Tipo 2. Pero una asociación no es una causalidad. Tienes que ponerlo a prueba. Si das la cantidad de sucralosa que hay en una botella de una soda dietética a un individuo obeso, tiene una subida dramática en el azúcar en sangre a causa del reto que causa el azúcar, requiriendo mucha más insulina (20% más insulina en la sangre) lo que sugire que la sucralosa causa resistencia a la insulina, potencialmente explicando los vínculos entre el consumo de edulcorantes artificiales y el desarrollo de diabetes, enfermedad cardiaca y apoplejía. Así que, la sucralosa no es como una sustancia inerte, si no que afecta la reacción del azúcar en la sangre. ¿Pero cómo?

La compañía Splenda recalca que la sucralosa casi nunca es absorbida por el cuerpo y, por eso, se queda en el tracto digestivo para ser rápidamente eliminada del cuerpo. Pero el hecho que no es absorbida por el intestino pequeño quiere decir que llega al intestino grueso  y puede afectar nuestra flora intestinal. Ha habido investigaciones sobre los edulcorantes artificiales y la bacteria intestinal de ratas, pero nunca habían hecho investigaciones sobre los humanos…hasta ahora. Pusieron a prueba la sacarina, sucralosa y el aspartamo, los edulcorantes artificiales en Sweet & Low, Splenda, y NutraSweet, y encontraron que los edulcorantes sin calorías inducen la intolerancia a la glucosa porque alteran los microbios en el intestino. Las investigaciones humanas eran limitadas, pero después de unos días tomando sacarina, por ejemplo, unos de los participantes tuvieron respuestas exageradas de azúcar en la sangre causadas por el cambio de tipo de bacteria en su intestino en solo una semana.

Acesulfamo K, otro edulcorante artificial común, también estuvo asociado con cambios en la bacteria intestinal. O sea, por todo este tiempo, los edulcorantes artificiales tenían que prevenir las enfermedades crónicas, pero es posible que hayan estado contribuyendo al problema debido a alteraciones microbianas. Algunos en la comunidad científica estuvieron sorprendidos de que incluso concentraciones menores de un edulcorante (estaban hablando del aspartamo) son suficientes para causar cambios grandes en los habitantes de nuestro intestino. Otros se sorprendieron menos. Cada molécula de aspartamo se metaboliza como formaldehído. Eso puede explicar porque algunas personas que son alérgicas al formaldehído tienen reacciones tan malas. Por lo tanto, no es inesperado que hasta cantidades pequeñas pueden modificar las comunidades bacterianas. Hay reportes mixtos sobre la seguridad del aspartamo. Todas las investigaciones fundadas por la industria dicen que es muy seguro, mientras que 90% de las investigaciones fundadas independientemente dicen que el aspartamo puede tener efectos malos para la salud. Eso nos debería decirnos algo.

Sin duda, los consumidores de dichos aditivos alimentarios, que normalmente son considerados como seguros, no saben que esas sustancias pueden influir a su bacteria intestinal. Esto puede ser de importancia particularmente para pacientes con enfermedades correlacionadas con modificaciones de la bacteria intestinal, como en enfermedades intestinales inflamatorias, como la colitis ulcerativa y la enfermedad de Crohn. A lo mejor estos individuos no se dan cuenta que los edulcorantes artificiales están afectando su intestino. ¿Es posible que el efecto puede ser tan grande que cause cambios en la incidencia de las enfermedades intestinales inflamatorias? Canadá fue el primer país que aprobó el uso de sucralosa, ¿qué paso con sus indices de enfermedad intestinal inflamatoria (EII)? Los indices parecen haberse duplicado después de aprobarse el uso de sucralosa. ¿Y los Estados Unidos? Después de décadas de tasas estables de colitis ulcerativa y enfermedad de Crohn, las tasas empezaron a subir. En China, después de la aprobación de sucralosa, la enfermedad intestinal inflamatoria se multiplicó 12 veces. Otra vez, esto podía ser una coincidencia, pero este tipo de correlación también fue observada en dos países más. Entre más gráficos así se ven, se hace más difícil pensar que no hay alguna posible conexión.

La buena noticia es que después de dejar de tomar los edulcorantes artificiales, el equilibrio original de la bacteria intestinal puede ser restaurado en solo unas semanas. Ahora, claro, las consecuencias negativas de los edulcorantes artificiales no deben ser interpretadas como que deberíamos volver a tomar azúcar y jarabe de maíz alto en fructosa. Para la mejor salud, es recomendado que todos intentemos bajar el consumo de los dos.

Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el vídeo más arriba. Esto es sólo una aproximación del audio contribuida por Katie Schloer. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Emma Navajas y Elizabeth Romo.

Considera ser voluntario/a para ayudar en la página web.

Las imágenes son gracias a Dave Crosby via Flickr.

En el día de los santos inocentes de 1998, la FDA (Administración de Medicamentos y Alimentos) aprobó el edulcorante artificial sucralosa, también conocido como uno-seis-dicloro-uno-seis-di-deoxy-beta-D-fructo-furanosyl-quatro-chloro-quatro-deoxy-alpha-D-galacto-pyranosida, pero aparte de su nombre temible, lo peor que parecía hacer era desencadenar una migraña en individuos susceptibles. El fabricante de la sucralosa contestó que debes medir cualquier riesgo que puede haber contra la salud, en contra de los riesgos muy grandes que acompañan la epidemia de obesidad en los EEUU.

Esa era la esperanza, proveer un sustituto saludable para el azúcar que tuviera un gusto dulce pero no las calorías ni picos en el nivel de azúcar en la sangre. Sin embargo, eso no es como parece haber resultado, con estudios de poblaciones ligando el consumo de edulcorantes artificiales, mayormente en sodas dietéticas, con una incidencia mayor de obesidad, síndrome metabólico y de diabetes Tipo 2. Pero una asociación no es una causalidad. Tienes que ponerlo a prueba. Si das la cantidad de sucralosa que hay en una botella de una soda dietética a un individuo obeso, tiene una subida dramática en el azúcar en sangre a causa del reto que causa el azúcar, requiriendo mucha más insulina (20% más insulina en la sangre) lo que sugire que la sucralosa causa resistencia a la insulina, potencialmente explicando los vínculos entre el consumo de edulcorantes artificiales y el desarrollo de diabetes, enfermedad cardiaca y apoplejía. Así que, la sucralosa no es como una sustancia inerte, si no que afecta la reacción del azúcar en la sangre. ¿Pero cómo?

La compañía Splenda recalca que la sucralosa casi nunca es absorbida por el cuerpo y, por eso, se queda en el tracto digestivo para ser rápidamente eliminada del cuerpo. Pero el hecho que no es absorbida por el intestino pequeño quiere decir que llega al intestino grueso  y puede afectar nuestra flora intestinal. Ha habido investigaciones sobre los edulcorantes artificiales y la bacteria intestinal de ratas, pero nunca habían hecho investigaciones sobre los humanos…hasta ahora. Pusieron a prueba la sacarina, sucralosa y el aspartamo, los edulcorantes artificiales en Sweet & Low, Splenda, y NutraSweet, y encontraron que los edulcorantes sin calorías inducen la intolerancia a la glucosa porque alteran los microbios en el intestino. Las investigaciones humanas eran limitadas, pero después de unos días tomando sacarina, por ejemplo, unos de los participantes tuvieron respuestas exageradas de azúcar en la sangre causadas por el cambio de tipo de bacteria en su intestino en solo una semana.

Acesulfamo K, otro edulcorante artificial común, también estuvo asociado con cambios en la bacteria intestinal. O sea, por todo este tiempo, los edulcorantes artificiales tenían que prevenir las enfermedades crónicas, pero es posible que hayan estado contribuyendo al problema debido a alteraciones microbianas. Algunos en la comunidad científica estuvieron sorprendidos de que incluso concentraciones menores de un edulcorante (estaban hablando del aspartamo) son suficientes para causar cambios grandes en los habitantes de nuestro intestino. Otros se sorprendieron menos. Cada molécula de aspartamo se metaboliza como formaldehído. Eso puede explicar porque algunas personas que son alérgicas al formaldehído tienen reacciones tan malas. Por lo tanto, no es inesperado que hasta cantidades pequeñas pueden modificar las comunidades bacterianas. Hay reportes mixtos sobre la seguridad del aspartamo. Todas las investigaciones fundadas por la industria dicen que es muy seguro, mientras que 90% de las investigaciones fundadas independientemente dicen que el aspartamo puede tener efectos malos para la salud. Eso nos debería decirnos algo.

Sin duda, los consumidores de dichos aditivos alimentarios, que normalmente son considerados como seguros, no saben que esas sustancias pueden influir a su bacteria intestinal. Esto puede ser de importancia particularmente para pacientes con enfermedades correlacionadas con modificaciones de la bacteria intestinal, como en enfermedades intestinales inflamatorias, como la colitis ulcerativa y la enfermedad de Crohn. A lo mejor estos individuos no se dan cuenta que los edulcorantes artificiales están afectando su intestino. ¿Es posible que el efecto puede ser tan grande que cause cambios en la incidencia de las enfermedades intestinales inflamatorias? Canadá fue el primer país que aprobó el uso de sucralosa, ¿qué paso con sus indices de enfermedad intestinal inflamatoria (EII)? Los indices parecen haberse duplicado después de aprobarse el uso de sucralosa. ¿Y los Estados Unidos? Después de décadas de tasas estables de colitis ulcerativa y enfermedad de Crohn, las tasas empezaron a subir. En China, después de la aprobación de sucralosa, la enfermedad intestinal inflamatoria se multiplicó 12 veces. Otra vez, esto podía ser una coincidencia, pero este tipo de correlación también fue observada en dos países más. Entre más gráficos así se ven, se hace más difícil pensar que no hay alguna posible conexión.

La buena noticia es que después de dejar de tomar los edulcorantes artificiales, el equilibrio original de la bacteria intestinal puede ser restaurado en solo unas semanas. Ahora, claro, las consecuencias negativas de los edulcorantes artificiales no deben ser interpretadas como que deberíamos volver a tomar azúcar y jarabe de maíz alto en fructosa. Para la mejor salud, es recomendado que todos intentemos bajar el consumo de los dos.

Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el vídeo más arriba. Esto es sólo una aproximación del audio contribuida por Katie Schloer. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Emma Navajas y Elizabeth Romo.

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