La traducción de este texto viene de la mano de nuestra voluntaria Tamara Amor.
¿Qué impacto podría tener la radiación de los celulares y el Bluetooth en el oído?
“Dada la gran cantidad de usuarios de teléfonos móviles [celulares] en la actualidad, incluso los efectos adversos más simples para la salud podrían tener implicaciones importantes”. “La mayor preocupación acerca de los teléfonos celulares es que por lo general se usan cerca de la cabeza, lo que da como resultado una exposición significativa a radiaciones en el cerebro y en otros tejidos en el lado de la cabeza donde se coloca el teléfono”. ¿Otros tejidos? Sí, también el oído interno, que es órgano que exponemos con más frecuencia a la radiación de los teléfonos móviles. ¿Qué pasa con los posibles efectos adversos en la audición? De hecho, el canal auditivo “puede proporcionar una vía natural por la cual las radiaciones de radiofrecuencia emitidas pueden llegar al sistema nervioso periférico y central”, de forma más profunda.
Una primera pregunta podría ser, ¿los usuarios de teléfonos celulares a largo plazo tienen peor audición? Parecería que sí. Se descubrió que los usuarios de teléfonos celulares tienen una pérdida auditiva detectable, aunque no lo suficiente como para ser perceptible, lo que sugiere que el uso prolongado de teléfonos celulares podría dañar el oído interno. El daño fue bilateral, detectable en ambos oídos, lo que podría ser más consistente con un efecto de radiación que con un efecto de ruido fuerte constante en un oído.
Ahora bien, este resultado surge de comparar usuarios frecuentes de celulares contra personas que no los utilizan. Como puedes ver en el minuto 1:20 de mi video Los efectos de los teléfonos móviles y el bluetooth en la función nerviosa, al comparar a los usuarios frecuentes de teléfonos celulares con los usuarios ocasionales, parece haber una respuesta a la dosis, cuanto mayor es la duración del uso diario del teléfono celular (hasta 4 o 5 horas en ese estudio), mayor es la pérdida auditiva. Los investigadores encontraron que los participantes que usaban los móviles con frecuencia tenían un umbral de sonido más alto y concluyeron que esto “reveló de forma clara los efectos peligrosos del uso del teléfono móvil en la función auditiva”. Por lo que “se recomienda usar los teléfonos móviles con mucha prudencia”, ya que no parece haber ninguna diferencia entre los no usuarios y los que solo lo usan de 10 a 20 minutos por día. Sin embargo, su uso durante dos horas diarias parecía estar asociado con una cierta cantidad de pérdida auditiva, atribuida a una “exposición prolongada al campo electromagnético (EM)”. Pero, para hacer una afirmación de esa magnitud, no se pueden usar estudios observacionales como estos. Se necesita ponerlo a prueba.
Como puedes ver en el minuto 2:13 de mi video, para determinar si las señales de los teléfonos celulares podrían afectar el nervio auditivo, los investigadores expusieron el nervio a un teléfono celular en medio de una cirugía cerebral durante 5 minutos. Se observó un deterioro dramático de los impulsos nerviosos. De hecho, el deterioro fue tal que decidieron detener el experimento antes de tiempo “para evitar posibles daños permanentes en las estructuras auditivas”. Claro que esa fue una situación muy antinatural que está “lejos de reproducir la exposición a los campos electromagnéticos de la vida cotidiana”, ya que la piel, los huesos, la sangre, el cerebro están en el camino. Sin embargo, muestra que las emisiones de los teléfonos celulares son tan potentes como para, al menos, afectar de forma potencial la función nerviosa.
¿Qué tal un estudio de intervención sobre los efectos de los teléfonos celulares en la audición que no involucre cirugía cerebral? El primer estudio sobre esto jamás publicado encontró que 10 minutos de exposición no tuvieron ningún efecto. Hasta aquí todo bien. ¿Qué pasa con más de 10 minutos? Los investigadores no encontraron ningún efecto a los 15, 20 o incluso 30 minutos, pero ¿qué pasa después de una hora? “Sesenta minutos de exposición cercana a campos electromagnéticos emitidos por un teléfono móvil” parecieron impactar de forma inmediata los niveles de umbral de audición en frecuencias específicas. El efecto no fue tal como para notar una diferencia en la audición, pero fue suficiente para detectarlo pruebas auditivas.
¿Qué pasa si usas un auricular Bluetooth? ¿La radiación Bluetooth afecta la audición? Al parecer, no tiene ningún efecto… en ratas… pero ¿qué efecto tiene en las personas? “Treinta voluntarios adultos fueron expuestos a un dispositivo de auriculares Bluetooth (1) en la configuración de ‘espera’ durante 6 horas y (2) a plena potencia durante 10 minutos”. Los investigadores no detectaron cambios en la audición. ¿Podría ser que las emisiones de Bluetooth no tengan el poder de afectar los nervios? Lástima que el grupo de investigación de cirugía cerebral no intentara con los auriculares Bluetooth también.
¡Ah, pero lo hicieron! Después de demostrar que los campos electromagnéticos de los teléfonos móviles podían deteriorar los impulsos nerviosos, los investigadores decidieron repetir el experimento para ver si ocurría lo mismo con los campos de Bluetooth. Bluetooth funciona a una frecuencia más alta que los teléfonos móviles, por lo que, con la misma potencia, podría ser más peligroso, pero funciona con una potencia casi 1000 veces menor. No sorprende entonces que el dispositivo Bluetooth no tuviera ningún efecto sobre el nervio auditivo, incluso cuando se lo expuso de forma directa. “Tomados en conjunto, estos hallazgos indican que la alternativa que ofrece un auricular Bluetooth junto con un teléfono celular guardado en un bolsillo o sobre una mesa es en general más segura en términos de los efectos de los campos electromagnéticos en el sistema nervioso y, por lo tanto, representa una solución viable para utilizar el celular de forma más segura”.
Esta es parte de mi serie extendida sobre la radiación de los teléfonos celulares. Quizás te preguntes por qué me interesa este tema ya que no tiene nada que ver con la alimentación. Bueno, como la nutrición, tiene detrás industrias de miles de millones de dólares que compiten para distorsionar la ciencia, así que quiero ayudar a la gente a diferenciar la realidad de la ficción.
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¿Qué hemos aprendido?
- Dado que los teléfonos móviles suelen colocarse cerca de la cabeza, el cerebro y otros tejidos, como el oído interno, pueden estar expuestos a su radiación de forma significativa. Además, se ha encontrado que los usuarios frecuentes de celulares tienen una pérdida auditiva detectable, aunque no lo suficiente como para ser perceptible, excepto durante una prueba de audición.
- Cuando se compara el uso intensivo con el leve, parece haber una respuesta a la dosis, cuanto mayor es la duración del uso diario, mayor es la pérdida de audición. No parece haber ninguna diferencia entre no usuarios y usuarios poco frecuentes (10 a 20 minutos diarios), pero usar un teléfono celular alrededor de 2 horas al día parece estar asociado con la pérdida de audición, atribuida a la “exposición a largo plazo a campo electromagnético (EM) generado por teléfonos celulares”.
- Cuando los investigadores expusieron el nervio auditivo a un teléfono celular en el medio de una cirugía cerebral, se observó un deterioro tan dramático en los impulsos nerviosos que detuvieron el experimento antes de tiempo “para evitar posibles daños permanentes en las estructuras auditivas”. Esto demostró que las emisiones de los teléfonos son tan potentes como para, al menos, afectar de forma potencial la función nerviosa.
- Un estudio de intervención que no involucró cirugía cerebral encontró que “la exposición cercana de los campos electromagnéticos emitidos por un teléfono móvil” durante una hora (pero no menos que eso) es suficiente para impactar de forma inmediata los niveles de umbral de audición en frecuencias específicas. Si bien el efecto no es perceptible, es suficiente para detectarlo durante una prueba de audición.
- Sin embargo, la radiación de Bluetooth parecería no afectar la audición. Treinta adultos fueron expuestos a un auricular Bluetooth en “espera” durante 6 horas o a plena potencia durante 10 minutos y en ningún caso los investigadores detectaron cambio en la audición.
- El Bluetooth funciona a una frecuencia más alta que los teléfonos móviles y, con la misma potencia, podría ser más peligroso, pero su potencia es 1000 veces menor.
- Los investigadores encontraron que el Bluetooth no tiene ningún efecto sobre el nervio auditivo, incluso cuando se lo expuso en forma directa y concluyeron que “un auricular Bluetooth acoplado con un teléfono celular guardado en el bolsillo o sobre una mesa es en general más seguro en términos de los efectos de los campos electromagnéticos en el sistema nervioso y por lo tanto, representa una solución viable para usar el móvil de forma segura”.
Un saludo,
Michael Greger
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