El Beverage Guidance Panel (panel de orientación sobre las bebidas) conformado para proporcionar recomendaciones sobre los beneficios y riesgos de varias categorías de bebidas, descubrió que el té y el café, preferiblemente sin crema o edulcorante, son las dos bebidas más saludables, superadas solo por el agua.

De hecho, los estudios han demostrado muchos beneficios potenciales del consumo de café. En los infectados con hepatitis C, por ejemplo, el consumo de café puede reducir el daño al ADN, aumentar la depuración de las células infectadas por el virus y ralentizar el proceso de cicatrización, lo cual puede ayudar a explicar el papel aparente del café en la reducción del riesgo de progresión de la enfermedad hepática.

¿Qué pasa con el café y el párkinson? El consumo parece estar asociado a un riesgo un tercio menor. El ingrediente clave parece ser la cafeína, ya que el también parece protector y el café descafeinado no. ¿Y para tratar el párkinson? Dar a los pacientes con párkinson la cafeína equivalente a dos tazas de café al día mejoró significativamente los síntomas de movimiento dentro de tres semanas.

Con el National Institutes of Health–AARP Diet and Health Study (el estudio prospectivo más grande realizado sobre alimentación y salud del National Institutes of Health–AARP) , se descubrió que las personas que bebían seis o más tazas de café al día tenían una tasa de mortalitdad 10% a 15% menor, debido a menos muertes por enfermedad cardíaca, enfermedad respiratoria, apoplejía, lesiones, accidentes, diabetes e infecciones. Sin embargo, cuando un estudio observó a personas de 55 años de edad y menores, se encontró el efecto opuesto: beber más de seis tazas de café diariamente aumentó el riesgo de muerte. La conclusión, basada en todos los mejores estudios hasta la fecha, es que el consumo de café puede, de hecho, estar asociado a una pequeña reducción en la mortalidad, del orden de un 3% menor riesgo de muerte prematura por cada taza de café consumida diariamente.

Solíamos pensar que la cafeína podría aumentar el riesgo de fibrilación auricular, un ritmo cardíaco irregular, pero los estudios disiparon ese mito. Por otra parte, la “baja dosis” de cafeína, definida como beber menos de seis tazas de café al día, puede incluso tener un efecto protector sobre el ritmo cardíaco.

Los investigadores de la Universidad de Harvard descubrieron que las personas que bebían dos o más tazas de café diariamente parecían tener solo la mitad del riesgo de suicidio en comparación quienes no lo bebían y un estudio de Kaiser Permanente descubrió que las personas que bebían más de seis tazas al día tenían 80% menos probabilidades de cometer suicidio; aunque beber ocho o más tazas diarias se ha asociado al aumento del riesgo de suicidio.

Sin embargo, el café no es para todos. Las personas con glaucoma, epilepsia y enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) pueden querer mantenerse alejados del café con cafeína.

Traducción: Ana Victoria Esquivel. Edición: Viviana Garcia

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