Consumir dos cucharaditas menos de sodio proveniente de la sal todos los días puede mejorar de forma significativa el funcionamiento pulmonar en personas asmáticas.
Cómo tratar el asma con una dieta baja en sal
En la década de los 60 y los 70, empezó a surgir un misterio. ¿Por qué los índices de asma eran de entre 2 y 5 por ciento en los países desarrollados, pero, en los países en vías de desarrollo, eran menores al 0,007 por ciento? Por ejemplo, en los países en vías de desarrollo, en lugar de que los niños afectados fueran 1 de cada 20, o incluso 1 de cada 50, los índices se acercaban más a 1 de cada 10 000, algo extremadamente raro. Y, cuando los niños se mudaban de un área de bajo riesgo a una de alto riesgo, su riesgo aumentaba. ¿Qué estaba pasando? ¿Estaban expuestos a algo nuevo? ¿Dejaban atrás algún factor protector?
Allá por 1938, los científicos demostraron que podían detener los ataques de asma disminuyendo los niveles de sodio en los niños. Esto se hacía con una droga diurética, pero experimentos posteriores sobre la dieta demostraron que las dietas con un alto contenido de sal parecían aumentar los síntomas del asma, mientras que “reducir la sal los disminuía…”. Este conjunto de evidencia, aparentemente, quedó en el olvido, hasta que se lo retomó en la década de los 80 como una posible explicación sobre por qué los países de Occidente tenían índices de asma más elevados.
Quizás la respuesta era la sal.
Como puedes ver en el minuto 1:34 de mi video, los investigadores graficaron las muertes infantiles debido al asma, en comparación con cuánta sal compraba una familia, y el resultado parecía indicar que más sal implicaba más muertes. Sin embargo, el hecho de que una familia compre más sal no significa necesariamente que los niños estén consumiendo más. La forma de saber cuánta sal consume una persona consiste en tomar una muestra de su orina en un período de 24 horas y medir la cantidad de sodio, ya que la cantidad de sal que consumimos es prácticamente la misma cantidad que excretamos. La prueba para el asma, llamada prueba de provocación bronquial, consiste en ver si hay una respuesta exagerada a un químico inhalado. Y, en efecto, hubo una fuerte correlación entre cómo reaccionaban los pulmones y cuánta sal estaban consumiendo. Sin embargo, hay muchos tipos de aditivos alimentarios, como los conservantes, que pueden disparar las llamadas reacciones de hipersensibilidad, así que, quizás, la alta ingesta de sodio no era más que un indicador de un gran consumo de comida procesada. Quizás el problema no era la sal en absoluto.
O, tal vez, eran otros componentes de la dieta. Por ejemplo, la razón por la que el sodio podría ser un factor de riesgo para otra enfermedad inflamatoria, la artritis reumatoidea, es que la ingesta de sodio funciona como un indicador de un alto cosumo de pescado y otras carnes, o de un bajo consumo de frutas y verduras. Necesitábamos un estudio en el que los investigadores cambiaran la cantidad de sal en la dieta de personas asmáticas y observaran qué sucedía. Y eso es exactamente lo que se hizo.
Como puedes ver en el minuto 3:16 de mi video, los investigadores duplicaron el consumo de sal de diez asmáticos, y la sensibilidad pulmonar empeoró en nueve de diez. Sin embargo, no hubo un grupo de control. ¿Podrá ser que, de todas formas, los sujetos empeoraron?
En un estudio doble ciego, aleatorizado, controlado con placebo, los investigadores les dieron a todos una dieta baja en sal, pero, después, a la mitad de los sujetos les dieron pastillas de sodio de liberación controlada, para aumentar el consumo de sal hasta un nivel normal. A los demás sujetos les dieron un placebo. Cinco semanas después, los grupos alternaron el régimen por otras cinco semanas. Así es como se puede aleatorizar a las personas para que lleven una dieta verdaderamente baja en sodio sin que siquiera lo noten. ¡Es una genialidad! Entonces, ¿qué pasó? Los asmáticos que consumían sal empeoraron. Su función pulmonar y los síntomas de asma empeoraron, y tuvieron que usar más veces el inhalador. Este estudio comparó a los asmáticos que consumían unas tres cucharaditas de sal por día con los que consumían menos de una y que, de esta manera, pudieron disminuir de manera efectiva la ingesta de sodio consumiendo dos cucharaditas menos de sal, como puedes ver en el minuto 4:04 de mi video. Si se hace un estudio más “pragmático” y solo se reduce la ingesta de sal en media cucharadita por día, no funciona.
Sin embargo, incluso si puedes reducir el consumo de sodio lo suficiente como para que tenga un efecto terapéutico, deberías considerar hacer un tratamiento complementario. No dejes de tomar el medicamento para el asma sin autorización de tu médico.
Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ver el video más arriba. Esto es solo una aproximación del audio.
Considera ser voluntario/a para ayudar en la página web.
Crédito de imagen: Jack Lawrence vía flickr. La imagen ha sido modificada.
Crédito de vídeo: Daniel Black.
En la década de los 60 y los 70, empezó a surgir un misterio. ¿Por qué los índices de asma eran de entre 2 y 5 por ciento en los países desarrollados, pero, en los países en vías de desarrollo, eran menores al 0,007 por ciento? Por ejemplo, en los países en vías de desarrollo, en lugar de que los niños afectados fueran 1 de cada 20, o incluso 1 de cada 50, los índices se acercaban más a 1 de cada 10 000, algo extremadamente raro. Y, cuando los niños se mudaban de un área de bajo riesgo a una de alto riesgo, su riesgo aumentaba. ¿Qué estaba pasando? ¿Estaban expuestos a algo nuevo? ¿Dejaban atrás algún factor protector?
Allá por 1938, los científicos demostraron que podían detener los ataques de asma disminuyendo los niveles de sodio en los niños. Esto se hacía con una droga diurética, pero experimentos posteriores sobre la dieta demostraron que las dietas con un alto contenido de sal parecían aumentar los síntomas del asma, mientras que “reducir la sal los disminuía…”. Este conjunto de evidencia, aparentemente, quedó en el olvido, hasta que se lo retomó en la década de los 80 como una posible explicación sobre por qué los países de Occidente tenían índices de asma más elevados.
Quizás la respuesta era la sal.
Como puedes ver en el minuto 1:34 de mi video, los investigadores graficaron las muertes infantiles debido al asma, en comparación con cuánta sal compraba una familia, y el resultado parecía indicar que más sal implicaba más muertes. Sin embargo, el hecho de que una familia compre más sal no significa necesariamente que los niños estén consumiendo más. La forma de saber cuánta sal consume una persona consiste en tomar una muestra de su orina en un período de 24 horas y medir la cantidad de sodio, ya que la cantidad de sal que consumimos es prácticamente la misma cantidad que excretamos. La prueba para el asma, llamada prueba de provocación bronquial, consiste en ver si hay una respuesta exagerada a un químico inhalado. Y, en efecto, hubo una fuerte correlación entre cómo reaccionaban los pulmones y cuánta sal estaban consumiendo. Sin embargo, hay muchos tipos de aditivos alimentarios, como los conservantes, que pueden disparar las llamadas reacciones de hipersensibilidad, así que, quizás, la alta ingesta de sodio no era más que un indicador de un gran consumo de comida procesada. Quizás el problema no era la sal en absoluto.
O, tal vez, eran otros componentes de la dieta. Por ejemplo, la razón por la que el sodio podría ser un factor de riesgo para otra enfermedad inflamatoria, la artritis reumatoidea, es que la ingesta de sodio funciona como un indicador de un alto cosumo de pescado y otras carnes, o de un bajo consumo de frutas y verduras. Necesitábamos un estudio en el que los investigadores cambiaran la cantidad de sal en la dieta de personas asmáticas y observaran qué sucedía. Y eso es exactamente lo que se hizo.
Como puedes ver en el minuto 3:16 de mi video, los investigadores duplicaron el consumo de sal de diez asmáticos, y la sensibilidad pulmonar empeoró en nueve de diez. Sin embargo, no hubo un grupo de control. ¿Podrá ser que, de todas formas, los sujetos empeoraron?
En un estudio doble ciego, aleatorizado, controlado con placebo, los investigadores les dieron a todos una dieta baja en sal, pero, después, a la mitad de los sujetos les dieron pastillas de sodio de liberación controlada, para aumentar el consumo de sal hasta un nivel normal. A los demás sujetos les dieron un placebo. Cinco semanas después, los grupos alternaron el régimen por otras cinco semanas. Así es como se puede aleatorizar a las personas para que lleven una dieta verdaderamente baja en sodio sin que siquiera lo noten. ¡Es una genialidad! Entonces, ¿qué pasó? Los asmáticos que consumían sal empeoraron. Su función pulmonar y los síntomas de asma empeoraron, y tuvieron que usar más veces el inhalador. Este estudio comparó a los asmáticos que consumían unas tres cucharaditas de sal por día con los que consumían menos de una y que, de esta manera, pudieron disminuir de manera efectiva la ingesta de sodio consumiendo dos cucharaditas menos de sal, como puedes ver en el minuto 4:04 de mi video. Si se hace un estudio más “pragmático” y solo se reduce la ingesta de sal en media cucharadita por día, no funciona.
Sin embargo, incluso si puedes reducir el consumo de sodio lo suficiente como para que tenga un efecto terapéutico, deberías considerar hacer un tratamiento complementario. No dejes de tomar el medicamento para el asma sin autorización de tu médico.
Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ver el video más arriba. Esto es solo una aproximación del audio.
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Crédito de imagen: Jack Lawrence vía flickr. La imagen ha sido modificada.
Crédito de vídeo: Daniel Black.
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Cómo tratar el asma con una dieta baja en sal
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