¿Los suplementos de vitamina D ayudan a prevenir la diabetes, la mortalidad por cáncer y la mortalidad general?

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Es necesario hacer ensayos aleatorizados para establecer una relación de causa y efecto con el uso de suplementos de vitamina D.

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A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Mariana Alejandra Guerra voluntaria activa en NutritionFacts.org.

El estudio VITAL se trataba de un ensayo aleatorizado para evaluar si la administración de suplementos de vitamina D podría prevenir las enfermedades cardiovasculares o el cáncer. También se utilizó para probar el aceite de pescado y demostró, de forma convincente, que el uso de omega-3 no es eficaz para prevenir las enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, los participantes de peso regular asignados al azar a vitamina D sí tuvieron una menor incidencia de cáncer. Durante un período de cinco años, presentaron un riesgo un 24 % menor de desarrollar cáncer, mientras que esto no ocurrió en individuos con sobrepeso u obesos. La dosis utilizada en el estudio (2000 unidades internacionales por día) podría no haber dado lugar a resultados similares en los participantes con sobrepeso u obesidad debido a sus mayores necesidades de vitamina D. 2000 UI por día pueden ser suficientes para que las personas de peso estándar alcancen el objetivo, pero los adultos obesos pueden necesitar al menos dos o tres veces más, una dosis cercana a las 3000 a 6000 UI por día para alcanzar los mismos niveles en sangre.

Se observó un resultado similar en el ensayo más grande sobre vitamina D en la diabetes, en el que los prediabéticos asignados aleatoriamente a tomar 4000 UI por día redujeron en un 29 % el riesgo de desarrollar diabetes en estado avanzado. Sin embargo, solo funcionó si no eran obesos. Por este motivo, quizá en el futuro los ensayos clínicos sobre vitamina D deban basarse en las concentraciones de vitamina D alcanzadas en sangre, en lugar de una dosis única para todos.

Por ejemplo, si revisamos las concentraciones de vitamina D que se alcanzaron en los ensayos sobre cáncer de mama, sin tener en cuenta el grupo al que se asignó de manera aleatoria a los sujetos, vemos una sorprendente reducción del 82 % en la tasa de incidencia de cáncer de mama en las mujeres con concentraciones de vitamina D iguales o superiores a 60 ng/ml en comparación con aquellas con niveles inferiores a 20 ng/ml. Además, a medida que aumentaban sus niveles, parecía disminuir aún más su riesgo de cáncer de mama. Sin embargo, si se agrupa a todas las participantes, deja de ser un ensayo controlado aleatorizado. Además, volvemos a la cuestión de los factores de confusión, como la posibilidad de que las mujeres tuvieran niveles más altos de la vitamina del sol solo porque salían a correr todos los días, y sabemos que la actividad física por sí sola puede reducir el riesgo de cáncer de mama.

El hallazgo de beneficios en ciertos subgrupos de individuos del ensayo, como menos casos de cáncer entre aquellos que no tienen sobrepeso o menor incidencia de diabetes en las personas no obesas, son ejemplos de análisis secundarios. Estos análisis se revisan después de que el ensayo haya concluido para determinar si puede haber funcionado en algún subgrupo, aunque la intervención haya resultado fallida en general. Esto es habitual, pero dichos resultados deben interpretarse con cautela, ya que prácticamente se pueden manipular y obtener resultados espurios si se intenta lo suficiente. Sin embargo, si se combinan todos los ensayos controlados aleatorios sobre la suplementación con vitamina D para la prevención de la diabetes tipo 2, la suplementación diaria con 1000 o más UI de vitamina D reduce, en efecto, el riesgo de diabetes entre los prediabéticos. En los tres grandes ensayos diseñados y realizados específicamente para la prevención de la diabetes, la suplementación con vitamina D redujo el riesgo de desarrollar diabetes en aproximadamente un 10 % en general.

¿Qué tal si se combinan todos los ensayos controlados aleatorios sobre vitamina D para la prevención del cáncer? Aquellos asignados al azar para ingerir suplementos de vitamina D tenían un 13 % menos de probabilidad de fallecer por cáncer en los 3 a 10 años siguientes. Ahora bien, la suplementación con vitamina D no logró reducir el riesgo de contraer cáncer, pero sí demostró reducir, de manera significativa, el riesgo de muerte por cáncer. Es un beneficio minúsculo que básicamente reduce las posibilidades de que estas personas fallezcan por cáncer en un periodo de unos pocos años, pasando de alrededor de 24 de cada 1000 a, aproximadamente, 21 de cada 1000. Sin embargo, sigue siendo un efecto beneficioso en la reducción de la mortalidad por cáncer, según un análisis exhaustivo de diez ensayos controlados aleatorizados que involucraron a más de 80 000 participantes. 

Es importante considerar que una reducción del 13 % en la mortalidad por cáncer no significa necesariamente una vida más larga. Dado que los suplementos de vitamina D no ayudan en las enfermedades cardíacas, el principal asesino, solo se esperaría que la esperanza de vida aumente, de manera significativa, si el riesgo de enfermedad cardíaca es realmente bajo. Solo si se está protegido contra las enfermedades cardíacas, el segundo asesino tendría un papel más destacado, o si hubiera alguna otra razón por la que se tuviera un riesgo de cáncer particularmente alto.

Para aquellos que no reciben suficiente luz solar, recomiendo 2000 UI por día de vitamina D3. La dosis diaria es importante, ya que tomar grandes dosis mensuales o anuales no parece ser efectivo para reducir la mortalidad por cáncer. Además, puede que se prefiera la vitamina D3. Tradicionalmente, se sugiere que no hay diferencia en términos de eficacia entre los dos tipos de vitaminas que se pueden comprar, vitaminas D2 o D3, pero resulta que vitamina D3 puede funcionar mejor, ya que puede aumentar los niveles de vitamina D en aproximadamente un 75 %, en comparación con la misma dosis de vitamina D2 que solo aumenta los niveles en aproximadamente un tercio. Por lo tanto, parece que vitamina D3 es aproximadamente el doble de efectiva para aumentar los niveles en sangre. 

¿Importa si ingieres cápsulas de vitamina D en polvo, preparados a base de aceite o a base de agua? No, todos los preparados parecen aumentar los niveles de vitamina D por igual.

Considera ser voluntario/a para ayudar en la página web.

A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Mariana Alejandra Guerra voluntaria activa en NutritionFacts.org.

El estudio VITAL se trataba de un ensayo aleatorizado para evaluar si la administración de suplementos de vitamina D podría prevenir las enfermedades cardiovasculares o el cáncer. También se utilizó para probar el aceite de pescado y demostró, de forma convincente, que el uso de omega-3 no es eficaz para prevenir las enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, los participantes de peso regular asignados al azar a vitamina D sí tuvieron una menor incidencia de cáncer. Durante un período de cinco años, presentaron un riesgo un 24 % menor de desarrollar cáncer, mientras que esto no ocurrió en individuos con sobrepeso u obesos. La dosis utilizada en el estudio (2000 unidades internacionales por día) podría no haber dado lugar a resultados similares en los participantes con sobrepeso u obesidad debido a sus mayores necesidades de vitamina D. 2000 UI por día pueden ser suficientes para que las personas de peso estándar alcancen el objetivo, pero los adultos obesos pueden necesitar al menos dos o tres veces más, una dosis cercana a las 3000 a 6000 UI por día para alcanzar los mismos niveles en sangre.

Se observó un resultado similar en el ensayo más grande sobre vitamina D en la diabetes, en el que los prediabéticos asignados aleatoriamente a tomar 4000 UI por día redujeron en un 29 % el riesgo de desarrollar diabetes en estado avanzado. Sin embargo, solo funcionó si no eran obesos. Por este motivo, quizá en el futuro los ensayos clínicos sobre vitamina D deban basarse en las concentraciones de vitamina D alcanzadas en sangre, en lugar de una dosis única para todos.

Por ejemplo, si revisamos las concentraciones de vitamina D que se alcanzaron en los ensayos sobre cáncer de mama, sin tener en cuenta el grupo al que se asignó de manera aleatoria a los sujetos, vemos una sorprendente reducción del 82 % en la tasa de incidencia de cáncer de mama en las mujeres con concentraciones de vitamina D iguales o superiores a 60 ng/ml en comparación con aquellas con niveles inferiores a 20 ng/ml. Además, a medida que aumentaban sus niveles, parecía disminuir aún más su riesgo de cáncer de mama. Sin embargo, si se agrupa a todas las participantes, deja de ser un ensayo controlado aleatorizado. Además, volvemos a la cuestión de los factores de confusión, como la posibilidad de que las mujeres tuvieran niveles más altos de la vitamina del sol solo porque salían a correr todos los días, y sabemos que la actividad física por sí sola puede reducir el riesgo de cáncer de mama.

El hallazgo de beneficios en ciertos subgrupos de individuos del ensayo, como menos casos de cáncer entre aquellos que no tienen sobrepeso o menor incidencia de diabetes en las personas no obesas, son ejemplos de análisis secundarios. Estos análisis se revisan después de que el ensayo haya concluido para determinar si puede haber funcionado en algún subgrupo, aunque la intervención haya resultado fallida en general. Esto es habitual, pero dichos resultados deben interpretarse con cautela, ya que prácticamente se pueden manipular y obtener resultados espurios si se intenta lo suficiente. Sin embargo, si se combinan todos los ensayos controlados aleatorios sobre la suplementación con vitamina D para la prevención de la diabetes tipo 2, la suplementación diaria con 1000 o más UI de vitamina D reduce, en efecto, el riesgo de diabetes entre los prediabéticos. En los tres grandes ensayos diseñados y realizados específicamente para la prevención de la diabetes, la suplementación con vitamina D redujo el riesgo de desarrollar diabetes en aproximadamente un 10 % en general.

¿Qué tal si se combinan todos los ensayos controlados aleatorios sobre vitamina D para la prevención del cáncer? Aquellos asignados al azar para ingerir suplementos de vitamina D tenían un 13 % menos de probabilidad de fallecer por cáncer en los 3 a 10 años siguientes. Ahora bien, la suplementación con vitamina D no logró reducir el riesgo de contraer cáncer, pero sí demostró reducir, de manera significativa, el riesgo de muerte por cáncer. Es un beneficio minúsculo que básicamente reduce las posibilidades de que estas personas fallezcan por cáncer en un periodo de unos pocos años, pasando de alrededor de 24 de cada 1000 a, aproximadamente, 21 de cada 1000. Sin embargo, sigue siendo un efecto beneficioso en la reducción de la mortalidad por cáncer, según un análisis exhaustivo de diez ensayos controlados aleatorizados que involucraron a más de 80 000 participantes. 

Es importante considerar que una reducción del 13 % en la mortalidad por cáncer no significa necesariamente una vida más larga. Dado que los suplementos de vitamina D no ayudan en las enfermedades cardíacas, el principal asesino, solo se esperaría que la esperanza de vida aumente, de manera significativa, si el riesgo de enfermedad cardíaca es realmente bajo. Solo si se está protegido contra las enfermedades cardíacas, el segundo asesino tendría un papel más destacado, o si hubiera alguna otra razón por la que se tuviera un riesgo de cáncer particularmente alto.

Para aquellos que no reciben suficiente luz solar, recomiendo 2000 UI por día de vitamina D3. La dosis diaria es importante, ya que tomar grandes dosis mensuales o anuales no parece ser efectivo para reducir la mortalidad por cáncer. Además, puede que se prefiera la vitamina D3. Tradicionalmente, se sugiere que no hay diferencia en términos de eficacia entre los dos tipos de vitaminas que se pueden comprar, vitaminas D2 o D3, pero resulta que vitamina D3 puede funcionar mejor, ya que puede aumentar los niveles de vitamina D en aproximadamente un 75 %, en comparación con la misma dosis de vitamina D2 que solo aumenta los niveles en aproximadamente un tercio. Por lo tanto, parece que vitamina D3 es aproximadamente el doble de efectiva para aumentar los niveles en sangre. 

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Gráficos de Avo Media

Nota del Doctor

Otro video reciente sobre vitamina D es Los suplementos de vitamina D para EPOC, cardiopatías, depresión, obesidad y supervivencia del cáncer.

Para más información sobre los suplementos de vitamina D, visita nuestra página para recomendaciones para una nutrición óptima.

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