¿Es posible que las casomorfinas de la leche de vaca afecten al autismo?

Image Credit: Irene B / Pixabay.

La traducción de este texto viene de la mano de nuestra voluntaria Tamara Amor.

Las casomorfinas son productos de degradación de la caseína, una proteína de la leche, que tienen actividad similar a los opiáceos. Estas podrían ayudar a explicar por qué los síntomas del autismo a veces mejoran con una dieta sin lácteos.

En mi última serie de videos sobre el autismo y la dieta, hablé sobre los beneficios de los brotes de brócoli, pero las intervenciones nutricionales y dietéticas que más se estudian para el autismo involucran dietas sin gluten y sin caseína. ¿Por qué?

En la década de los 80, un equipo de respetados investigadores comparó la orina de niños con y sin autismo con la esperanza de descubrir cualquier diferencia que pudiera dar indicios sobre la causa del trastorno. En el minuto 0:42 en mi video El autismo y la caseína de la leche de vaca, muestro los perfiles de orina de ambos grupos, en los que se observan picos para cada uno de los diversos componentes. En general, en la orina no debería haber mucha cantidad de proteínas, por lo tanto, la región de péptidos, que son como pequeños trozos de proteína, es bastante estable. Pero, en los perfiles de niños con autismo, se pueden ver todo tipo de picos en esa región.

Esa diferencia planteó una pregunta: “¿Se podría explicar la fisiopatología”, es decir, la disfunción, “del autismo por la naturaleza de los péptidos en la orina?”. Pero, en primer lugar, “¿de dónde provienen esos péptidos?”. La respuesta no la sabían, pero había una pista, ya que la mayoría de los padres de niños con autismo informaron que el trastorno de sus hijos empeoraba cuando consumían leche de vaca. De hecho, dos proteínas, el gluten del trigo y la caseína de la leche, se descomponen no solo en péptidos, sino también en exorfinas.

Las exorfinas, péptidos opioides derivados de las proteínas de los alimentos, “deben su nombre a su origen exógeno [es decir, fuera del cuerpo] y a su actividad similar a la morfina”; a diferencia de las endorfinas, que producimos dentro de nuestro cuerpo. ¿Quizás algunos de estos péptidos alimentarios representen una nueva clase de hormonas?

Ahora bien, ¿es eso lo que aparecía en la orina de los niños? Eso parecería, ya que algunos de esos péptidos tenían actividad opioide.

Se han encontrado dos tipos de opioides en la leche: las casomorfinas, “que son denominadas así por su actividad similar a la morfina y por su origen y son fragmentos de la β-caseína de la leche”; y el opiáceo real, la morfina. Sí, parece ser que hay morfina en la leche. Esto no puede ser solo una coincidencia. “Es difícil creer que estos u otros tipos de opioides en la leche carezcan de importancia fisiológica o nutricional”. Si uno se detiene a pensar, tiene mucho sentido. “La morfina y los péptidos opioides podrían tener un papel importante en el mecanismo de vinculación entre madre e hijo, para que los bebés sean ‘adictos’ a la leche de su propia madre”. Pero ¿qué pasa con la leche de otra especie?

“La leche humana es muy diferente de la de otras especies de mamíferos”, porque su contenido en caseína es menor y además es diferente en términos de su secuencia de aminoácidos.

Como se puede ver en el minuto 3:40 en mi video, la leche materna humana tiene alrededor de 15 veces menos caseína que la leche de vaca y difiere en su secuencia de aminoácidos en la mitad, por lo que se descompone en péptidos de manera diferente. “Se identificaron 21 péptidos a partir de proteínas de caseína de vaca”, incluidas múltiples casomorfinas, en comparación con solo cinco péptidos activos identificados en la leche humana y solo una casomorfina. Además, “las [casomorfinas] de la caseína bovina son más potentes que las β-casomorfinas de la leche humana”. En el minuto 4:08 en mi video, muestro un gráfico de la actividad de los opioides, donde más bajo significa más potente. Se demostró que la casomorfina bovina es más potente que el péptido opioide del gluten, una sustancia comparable a la casomorfina de la leche humana.

De hecho, en términos epigenéticos, es decir, cambios en la expresión génica, cuando se expone el tejido nervioso humano a la casomorfina bovina, actúa de forma más similar a la morfina que a la casomorfina de la leche humana. Esto no solo proporciona  “una justificación molecular para la recomendación de la lactancia materna frente a la alimentación con fórmula”, pero también una posible explicación de por qué “se ha informado de que las dietas sin caseína y sin gluten mitigan algunos de los rasgos gastrointestinales inflamatorios y de comportamiento asociados con el autismo…”.

“Lo que es bueno para el ganso puede ser bueno para la gansa, pero lo que es bueno para la vaca puede ser perjudicial para el ser humano”.


Este artículo habla del primer video en mi serie sobre el efecto del gluten y los lácteos en el tratamiento del autismo. No te pierdas el resto:

Mi anterior serie de videos sobre el autismo trató del uso de los brotes de brócoli para tratar a niños (género marcado) autistas:

Tenemos todos los videos sobre el autismo en su página temática

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Un saludo,

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