Cáncer de mama y estreñimiento

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La razón por la que las mujeres que tienen movimientos intestinales más frecuentes parecen tener menor riesgo de cáncer de mama puede ser que los ácidos biliares absorbidos a través de nuestro intestino se concentran en los senos y tienen un efecto promotor de tumores similar al del estrógeno.

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¿Por qué las mujeres con estreñimiento parecen tener mayor riesgo de cáncer de mama? Los resultados sugieren un ligero aumento del riesgo de cáncer de mama tanto con la disminución en la frecuencia de las deposiciones como con la disminución en la consistencia de las heces firmes, mientras que las mujeres que tienen tres o más deposiciones al día—las super defecadoras—parecen reducir su riesgo de cáncer de mama a la mitad. Esto podría deberse a que el estreñimiento supone un mayor tiempo de contacto entre nuestros residuos y nuestra pared intestinal, lo que puede aumentar la formación y absorción de mutágenos fecales—sustancias que causan mutaciones en el ADN y cáncer— en el torrente sanguíneo, y que podrían terminar en el tejido mamario.

Este concepto se remonta a más de un siglo, donde el estreñimiento severo, llamado estasis intestinal crónica, a veces se trató quirúrgicamente. Como pensaban que el colon era una parte no esencial de la anatomía humana, ¿por qué no curar el estreñimiento simplemente cortándolo y deshaciéndose de él? Lo que notaron, sin embargo, fue que los cambios potencialmente precancerosos en los senos de las mujeres con estreñimiento parecían desaparecer después de la cirugía.

Se necesitarían otros 70 años, sin embargo, antes de que los investigadores siguieran las pistas dejadas por esos distinguidos cirujanos que afirmaban que la patología mamaria desaparecía cuando se corregía el estreñimiento. Así que investigaron la relación entre los cambios potencialmente precancerosos en las mamas y la frecuencia de los movimientos intestinales en cerca de 1500 mujeres. Encontraron cuatro veces más riesgo en las mujeres que dijeron tener dos o menos movimientos intestinales a la semana en comparación con más de una vez al día, quienes tuvieron el menor riesgo.

Sabemos que incluso que una mama no lactante toma sustancias químicas de la sangre de forma activa, por lo que tal vez sustancias originadas en el colon podrían entrar en el torrente sanguíneo y llegar a la mama. Sabemos que hay mutágenos en las heces, por lo que es razonable sugerir que sustancias potencialmente tóxicas derivadas del colon tienen efectos perjudiciales o incluso cancerígenos sobre el tejido mamario. Y esas sustancias tóxicas podrían ser los ácidos biliares.

Habiendo sido inicialmente demostrado en 1940 que podía desarrollar tumores en ratones, posteriores experimentos en ratas condujeron a la creencia errónea de que los ácidos biliares solamente potenciaban cánceres existentes pero que en realidad no podían iniciar tumores en sí. Sin embargo, hay una diferencia fundamental entre los modelos con roedores y el cáncer humano. Las ratas viven sólo unos pocos años, y así la oportunidad que tiene el cáncer de mutar es al menos 30 veces mayor en los seres humanos. Ahora tenemos al menos 15 estudios que demuestran que los ácidos biliares pueden dañar el ADN, lo que sugiere fuertemente que pueden iniciar nuevos cánceres también.

Los ácidos biliares se generan como forma de deshacerse del exceso de colesterol. Nuestro hígado vierte ácidos biliares en el intestino para su eliminación, asumiendo que nuestro intestino está lleno de fibra para atraparlo y descargarlo al exterior del cuerpo, pero si no hemos estado comiendo suficientes alimentos vegetales integrales, los ácidos biliares puede ser reabsorbidos de nuevo por el cuerpo, y acumularse en las mamas.

Los ácidos biliares cancerígenos se encuentran concentrados en el líquido de los quistes de mama en hasta cien veces el nivel encontrado en el torrente sanguíneo. Marcando radioctivamente ácidos biliares, los investigadores fueron capaces de demostrar que estos ácidos intestinales ganan acceso rápidamente a las mamas, donde pueden ejercer un efecto promotor del cáncer similar al del estrógeno en las células tumorales de mama. Esto explicaría por qué observamos niveles de ácidos biliares 50% más altos en la sangre de las víctimas de cáncer de mama que han sido diagnosticadas recientemente. Estos hallazgos apoyan el concepto de una relación entre los ácidos biliares derivados del intestino y el riesgo de cáncer de mama. Entonces, ¿cómo podemos facilitar la eliminación de los ácidos biliares de nuestro cuerpo?

Bien, podemos acelerar el llamado tiempo de tránsito oroanal, la velocidad en que la comida va de la boca al inodoro, porque el tránsito colónico lento puede aumentar los niveles de ácidos biliares. Podemos lograr eso comiendo mucha fibra. Una dieta llena de vegetales aumenta enormemente la eliminación de los ácidos biliares.

La fibra puede unirse a elementos tóxicos como el plomo y el mercurio y eliminarlos, así como también al colesterol y a los ácidos biliares. Sin embargo, los vegetales pueden unirse a los ácidos biliares incluso independientemente de la fibra. Las dietas veganas aglutinan significativamente más ácidos biliares que las dietas ovo-lacto-vegetarianas o no-vegetarianas, incluso con la misma ingesta de fibra, lo que podría explicar por qué parece que las personas que sólo comen plantas excretan menos heces mutagénas para empezar.

Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el vídeo más arriba. Esto es sólo una aproximación del audio contribuida por Katie Schloer. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Gabriela Malamud y Adrián Bravo López.

Considera ser voluntario/a para ayudar en la página web.

 

¿Por qué las mujeres con estreñimiento parecen tener mayor riesgo de cáncer de mama? Los resultados sugieren un ligero aumento del riesgo de cáncer de mama tanto con la disminución en la frecuencia de las deposiciones como con la disminución en la consistencia de las heces firmes, mientras que las mujeres que tienen tres o más deposiciones al día—las super defecadoras—parecen reducir su riesgo de cáncer de mama a la mitad. Esto podría deberse a que el estreñimiento supone un mayor tiempo de contacto entre nuestros residuos y nuestra pared intestinal, lo que puede aumentar la formación y absorción de mutágenos fecales—sustancias que causan mutaciones en el ADN y cáncer— en el torrente sanguíneo, y que podrían terminar en el tejido mamario.

Este concepto se remonta a más de un siglo, donde el estreñimiento severo, llamado estasis intestinal crónica, a veces se trató quirúrgicamente. Como pensaban que el colon era una parte no esencial de la anatomía humana, ¿por qué no curar el estreñimiento simplemente cortándolo y deshaciéndose de él? Lo que notaron, sin embargo, fue que los cambios potencialmente precancerosos en los senos de las mujeres con estreñimiento parecían desaparecer después de la cirugía.

Se necesitarían otros 70 años, sin embargo, antes de que los investigadores siguieran las pistas dejadas por esos distinguidos cirujanos que afirmaban que la patología mamaria desaparecía cuando se corregía el estreñimiento. Así que investigaron la relación entre los cambios potencialmente precancerosos en las mamas y la frecuencia de los movimientos intestinales en cerca de 1500 mujeres. Encontraron cuatro veces más riesgo en las mujeres que dijeron tener dos o menos movimientos intestinales a la semana en comparación con más de una vez al día, quienes tuvieron el menor riesgo.

Sabemos que incluso que una mama no lactante toma sustancias químicas de la sangre de forma activa, por lo que tal vez sustancias originadas en el colon podrían entrar en el torrente sanguíneo y llegar a la mama. Sabemos que hay mutágenos en las heces, por lo que es razonable sugerir que sustancias potencialmente tóxicas derivadas del colon tienen efectos perjudiciales o incluso cancerígenos sobre el tejido mamario. Y esas sustancias tóxicas podrían ser los ácidos biliares.

Habiendo sido inicialmente demostrado en 1940 que podía desarrollar tumores en ratones, posteriores experimentos en ratas condujeron a la creencia errónea de que los ácidos biliares solamente potenciaban cánceres existentes pero que en realidad no podían iniciar tumores en sí. Sin embargo, hay una diferencia fundamental entre los modelos con roedores y el cáncer humano. Las ratas viven sólo unos pocos años, y así la oportunidad que tiene el cáncer de mutar es al menos 30 veces mayor en los seres humanos. Ahora tenemos al menos 15 estudios que demuestran que los ácidos biliares pueden dañar el ADN, lo que sugiere fuertemente que pueden iniciar nuevos cánceres también.

Los ácidos biliares se generan como forma de deshacerse del exceso de colesterol. Nuestro hígado vierte ácidos biliares en el intestino para su eliminación, asumiendo que nuestro intestino está lleno de fibra para atraparlo y descargarlo al exterior del cuerpo, pero si no hemos estado comiendo suficientes alimentos vegetales integrales, los ácidos biliares puede ser reabsorbidos de nuevo por el cuerpo, y acumularse en las mamas.

Los ácidos biliares cancerígenos se encuentran concentrados en el líquido de los quistes de mama en hasta cien veces el nivel encontrado en el torrente sanguíneo. Marcando radioctivamente ácidos biliares, los investigadores fueron capaces de demostrar que estos ácidos intestinales ganan acceso rápidamente a las mamas, donde pueden ejercer un efecto promotor del cáncer similar al del estrógeno en las células tumorales de mama. Esto explicaría por qué observamos niveles de ácidos biliares 50% más altos en la sangre de las víctimas de cáncer de mama que han sido diagnosticadas recientemente. Estos hallazgos apoyan el concepto de una relación entre los ácidos biliares derivados del intestino y el riesgo de cáncer de mama. Entonces, ¿cómo podemos facilitar la eliminación de los ácidos biliares de nuestro cuerpo?

Bien, podemos acelerar el llamado tiempo de tránsito oroanal, la velocidad en que la comida va de la boca al inodoro, porque el tránsito colónico lento puede aumentar los niveles de ácidos biliares. Podemos lograr eso comiendo mucha fibra. Una dieta llena de vegetales aumenta enormemente la eliminación de los ácidos biliares.

La fibra puede unirse a elementos tóxicos como el plomo y el mercurio y eliminarlos, así como también al colesterol y a los ácidos biliares. Sin embargo, los vegetales pueden unirse a los ácidos biliares incluso independientemente de la fibra. Las dietas veganas aglutinan significativamente más ácidos biliares que las dietas ovo-lacto-vegetarianas o no-vegetarianas, incluso con la misma ingesta de fibra, lo que podría explicar por qué parece que las personas que sólo comen plantas excretan menos heces mutagénas para empezar.

Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el vídeo más arriba. Esto es sólo una aproximación del audio contribuida por Katie Schloer. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Gabriela Malamud y Adrián Bravo López.

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Nota del Doctor

Hablé sobre este tema en mi nueva presentación en vivo De la mesa a estar capacitado: combatiendo enfermedades discapacitantes con comida que acaba de salir, pero lo que no llegué a discutir es la capacidad relativa de diferentes alimentos de aglutinar ácido biliar. Cubriré esto en mi próximo vídeo ¿Qué verduras aglutinan mejor el ácido biliar?

¿A qué tiempo de tránsito intestinal debemos aspirar? Ver Tránsito de masa alimentaria. Quizás por eso El tamaño de las heces importa. Podemos mejorar la velocidad y el tamaño Aumentando el volumen de antioxidantes y comiendo muchos alimentos vegetales integrales (Ciruelas vs. Metamucil vs. Dieta Vegana).

La fibra también puede ayudar a las mujeres a eliminar el exceso de estrógeno de sus cuerpos. Ver mi vídeo Fibra vs. cáncer de mama. Para más información sobre las maravillas de la fibra, puedes ver La dieta de la letra F del Dr. Burkitt.
Para más de mis últimos vídeos sobre prevención del cáncer de mama y su supervivencia, ver:

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