El aumento del consumo de pescado antes y durante el embarazo de la mujer lleva a una mayor exposición tanto al mercurio como al DHA omega 3 de cadena larga. El mercurio puede afectar negativamente el desarrollo del cerebro en el bebé aun no nacido, mientras que el DHA puede estimular el desarrollo del cerebro. Sin embargo, como vimos, los resultados de este estudio mostraron que el efecto negativo del MeHg supera el efecto benéfico del DHA para la mayoría de las especies de peces. Desafortunadamente, en las dos últimas encuestas nacionales, las mujeres en edad de procrear, de 18 a 45 años, eran menos conscientes y conocedoras de este problema que otras mujeres, a pesar de las campañas de la FDA y la EPA para informar a cada OB / GYN y pediatra en los Estados Unidos sobre los riesgos potenciales del mercurio en los peces. Pero quería destacar el “antes”. No sólo durante el embarazo, pero incluso antes de quedar embarazada.
Dado que el mercurio se queda, las mujeres podrían querer evitar el consumo de pescado contaminado durante un año antes de quedar embarazadas y además durante el embarazo. La razón por la que sugieren un año antes de quedar embarazada es porque la vida media del mercurio en el cuerpo se estima en unos dos meses. Se alimentaron a personas con 2 porciones de atún y otros pescados altos en mercurio para empujar sus niveles del mismo, y se detuvo la ingesta de pescado en la semana 14 y poco a poco sus niveles volvieron a bajar. Sé que muchas mamás están preocupadas por exponer a sus hijos a vacunas que contienen mercurio, pero si comen sólo una porción a la semana o menos de pescado durante el embarazo, los últimos datos demuestran que sus bebés terminan con substancialmente más mercurio en sus cuerpos que siendo inyectados con hasta 6 vacunas que contienen mercurio.
Pero, con una vida media de 2 meses, un año después de detener el consumo de pescado, su cuerpo puede desintoxicar casi el 99% del mercurio. Des-afortunadamente, los otros contaminantes industriales en los peces pueden tardar más tiempo en ser eliminados de nuestro cuerpo con una vida media de 10 años para determinadas dioxinas y PBC y metabolitos del DDT encontrados en los peces. Así que para obtener esa caída del mismo 99% podría tardar 120 años, que es un largo tiempo para retrasar el primer hijo.
¿Qué hacen estos otros contaminantes? Bien, las concentraciones altas de contaminantes industriales se asocian con 38 veces las probabilidades de diabetes. ¡Eso es tan fuerte como la relación entre fumar y el cáncer de pulmón! ¿No está, sin embargo, la diabetes sobretodo relacionada con la obesidad? Bueno, estos son contaminantes solubles en grasa, y a medida que las personas engordan, la retención y la toxicidad de los contaminantes orgánicos persistentes relacionados con el riesgo de diabetes puede aumentar, lo que sugiere la posibilidad impactante de que la obesidad podría ser solo un vehículo para estos productos químicos. Podemos estar almacenando contaminantes en nuestro neumático de repuesto como un vertedero de residuos peligrosos.
Ahora, los contaminantes podrían ser simplemente un marcador para el consumo de productos de origen animal, quizás por eso existe un riesgo mayor de diabetes, ya que más del 90% de los contaminantes orgánicos persistentes proceden de alimentos animales, a menos que usted trabaje en una fábrica química y tropiece con algunos residuos tóxicos. Y de hecho en los Estados Unidos cada porción de pescado a la semana se asocia con un mayor riesgo de diabetes del 5%, lo que hace que el consumo de pescado sea un 80% peor que el de la carne roja.
Para ver los gráficos, imágenes y citas a las que el Dr. Greger se refiere, vea el vídeo anterior. Esto es sólo una aproximación del audio aportado por Ariel Levitsky.
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