Estudios con monos sobre la alimentación y la restricción calórica para la longevidad

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¿Cómo podemos entender los resultados dispares de los cuatro estudios sobre la restricción calórica y la longevidad en primates?

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A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por María Belén Oliva voluntaria activa en NutritionFacts.org.

Restricción calórica en primates para prolongar la vida. ¿Funcionará? Solo hay una manera de averiguarlo. Se llevaron a cabo cuatro investigaciones sobre la restricción calórica y la longevidad en primates no humanos. La primera se publicó en 2003, un análisis de la mortalidad de 117 monos rhesus controlados durante unos 25 años en un laboratorio, ocho de los cuales tenían restricción en la comida de mono Purina. La supervivencia promedio de los monos con restricción fue de 32 años, en comparación con los 25 años de los monos de control. Sin embargo, era más un estudio observacional, ya que los monos no fueron asignados al azar. Y aunque, en el resumen, hablan de la ventaja de la supervivencia y de cómo los monos ad libitum, los que podían comer todo lo que querían, tenían más del doble de riesgo de muerte, reconocen más adelante en el artículo que la diferencia en la muerte no alcanzó significación estadística, lo que significa que pudo haber sido un golpe de suerte. Eso fue todo lo que teníamos, hasta que comenzaron a llegar los resultados de los famosos estudios que involucraron la asignación al azar de cerca de 200 monos rhesus a la restricción calórica o dietas más normales, uno de la Universidad de Wisconsin—Madison (UW) y otro del Instituto Nacional sobre el Envejecimiento (NIA).

El primero informó que una restricción calórica del 30 por ciento produjo un notorio retraso de enfermedades y mejoró la supervivencia, pero no así el estudio del NIA. En el estudio de la UW, la restricción calórica redujo la incidencia de enfermedades relacionadas con la edad, incluido el cáncer, las enfermedades cardiovasculares, la atrofia cerebral y la pérdida muscular, se preservó la masa muscular, y se demostró que la restricción calórica puede retrasar el envejecimiento. Pero en el estudio del NIA, la diferencia en las enfermedades relacionadas con la edad no alcanzó significación estadística. En el estudio de la UW, los monos con restricción vivieron en promedio hasta los 29 años en comparación con los monos de control, que vivieron más cerca del promedio para los monos en cautiverio, alrededor de 26 años. En cambio, aunque uno de los monos con restricción en el estudio del NIA se convirtió en el poseedor del récord de longevidad para la especie a los 43 años, en promedio, el grupo con restricción no vivió más tiempo que los animales de control. ¿Por qué los resultados dispares entre los dos estudios?

En el estudio del NIA que no se encontró diferencias en la esperanza de vida, el grupo de control no se alimentaba ad libitum, sino que se le porcionaba la comida para evitar el aumento de peso excesivo. En cambio, en el estudio de la UW, los monos de control podían comer tanto como quisieran durante el día, así que terminaron pesando más que los animales de control del NIA. Por supuesto, la restricción calórica mejoraría la salud y la supervivencia de los monos con sobrepeso, al igual que la pérdida de peso sería beneficiosa para las personas con sobrepeso, pero los resultados nulos en el estudio del NIA sugieren que las personas con peso normal no se beneficiarían con más restricciones.

Los monos del NIA también se alimentaron con una dieta más saludable. La dieta en el estudio de la UW, en la que se vieron beneficios al reducir la cantidad, era una mezcla ultraprocesada de proteína de leche, aceite de maíz, almidón de maíz y azúcar de mesa; mientras que la dieta del NIA incluía alimentos vegetales no procesados como maíz, soja y trigo, por lo que tenía algunos fitonutrientes. Cerca del 29 por ciento de la dieta de la UW era azúcar puro, en comparación con el 4 por ciento en la dieta del NIA. Los adultos estadounidenses consumen cerca de 17 cucharaditas de azúcar al día, que son cerca del 13 por ciento de las calorías. Los hallazgos contrastantes sugieren que cuanto peor sea la dieta, más importante es comer menos de ella.

El cuarto estudio fue en lémures ratón grises, entre los primates más pequeños, que miden solo ocho centímetros de altura. Aquellos que fueron asignados al azar a una restricción del 30 por ciento en comparación con el grupo de control ad libitum vivieron un asombroso 50 por ciento más. Y no solo la esperanza de vida promedio, sino la máxima. La esperanza de vida máxima se incrementó en cerca de un 20 por ciento. Sin embargo, el grupo “restringido en calorías” todavía pesaba más que sus contrapartes salvajes; así que así que, de nuevo, esto podría ser solo una ilustración de los daños de la obesidad y otra acusación contra los buffets de “come todo lo que puedas”. Además, aquellos en el grupo de restricción calórica experimentaron una aceleración de la pérdida relacionada con la edad de la materia gris en todo el cerebro, aunque esto no pareció traducirse en diferencias cognitivas o de comportamiento.

Al agrupar los tres estudios de monos rhesus, parecía haber una menor mortalidad relacionada con la edad, pero ninguna diferencia significativa en las esperanzas de vida promedio entre los grupos de restricción calórica y los grupos de control. Dado el tiempo y el gasto, hay pocas posibilidades de que veamos más estudios a largo plazo sobre la restricción calórica en primates para la prolongación de la vida. Entonces, ¿qué podemos concluir de los datos de primates hasta la fecha? Si tienes sobrepeso o te alimentas de comida chatarra, comer menos es una buena idea.

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A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por María Belén Oliva voluntaria activa en NutritionFacts.org.

Restricción calórica en primates para prolongar la vida. ¿Funcionará? Solo hay una manera de averiguarlo. Se llevaron a cabo cuatro investigaciones sobre la restricción calórica y la longevidad en primates no humanos. La primera se publicó en 2003, un análisis de la mortalidad de 117 monos rhesus controlados durante unos 25 años en un laboratorio, ocho de los cuales tenían restricción en la comida de mono Purina. La supervivencia promedio de los monos con restricción fue de 32 años, en comparación con los 25 años de los monos de control. Sin embargo, era más un estudio observacional, ya que los monos no fueron asignados al azar. Y aunque, en el resumen, hablan de la ventaja de la supervivencia y de cómo los monos ad libitum, los que podían comer todo lo que querían, tenían más del doble de riesgo de muerte, reconocen más adelante en el artículo que la diferencia en la muerte no alcanzó significación estadística, lo que significa que pudo haber sido un golpe de suerte. Eso fue todo lo que teníamos, hasta que comenzaron a llegar los resultados de los famosos estudios que involucraron la asignación al azar de cerca de 200 monos rhesus a la restricción calórica o dietas más normales, uno de la Universidad de Wisconsin—Madison (UW) y otro del Instituto Nacional sobre el Envejecimiento (NIA).

El primero informó que una restricción calórica del 30 por ciento produjo un notorio retraso de enfermedades y mejoró la supervivencia, pero no así el estudio del NIA. En el estudio de la UW, la restricción calórica redujo la incidencia de enfermedades relacionadas con la edad, incluido el cáncer, las enfermedades cardiovasculares, la atrofia cerebral y la pérdida muscular, se preservó la masa muscular, y se demostró que la restricción calórica puede retrasar el envejecimiento. Pero en el estudio del NIA, la diferencia en las enfermedades relacionadas con la edad no alcanzó significación estadística. En el estudio de la UW, los monos con restricción vivieron en promedio hasta los 29 años en comparación con los monos de control, que vivieron más cerca del promedio para los monos en cautiverio, alrededor de 26 años. En cambio, aunque uno de los monos con restricción en el estudio del NIA se convirtió en el poseedor del récord de longevidad para la especie a los 43 años, en promedio, el grupo con restricción no vivió más tiempo que los animales de control. ¿Por qué los resultados dispares entre los dos estudios?

En el estudio del NIA que no se encontró diferencias en la esperanza de vida, el grupo de control no se alimentaba ad libitum, sino que se le porcionaba la comida para evitar el aumento de peso excesivo. En cambio, en el estudio de la UW, los monos de control podían comer tanto como quisieran durante el día, así que terminaron pesando más que los animales de control del NIA. Por supuesto, la restricción calórica mejoraría la salud y la supervivencia de los monos con sobrepeso, al igual que la pérdida de peso sería beneficiosa para las personas con sobrepeso, pero los resultados nulos en el estudio del NIA sugieren que las personas con peso normal no se beneficiarían con más restricciones.

Los monos del NIA también se alimentaron con una dieta más saludable. La dieta en el estudio de la UW, en la que se vieron beneficios al reducir la cantidad, era una mezcla ultraprocesada de proteína de leche, aceite de maíz, almidón de maíz y azúcar de mesa; mientras que la dieta del NIA incluía alimentos vegetales no procesados como maíz, soja y trigo, por lo que tenía algunos fitonutrientes. Cerca del 29 por ciento de la dieta de la UW era azúcar puro, en comparación con el 4 por ciento en la dieta del NIA. Los adultos estadounidenses consumen cerca de 17 cucharaditas de azúcar al día, que son cerca del 13 por ciento de las calorías. Los hallazgos contrastantes sugieren que cuanto peor sea la dieta, más importante es comer menos de ella.

El cuarto estudio fue en lémures ratón grises, entre los primates más pequeños, que miden solo ocho centímetros de altura. Aquellos que fueron asignados al azar a una restricción del 30 por ciento en comparación con el grupo de control ad libitum vivieron un asombroso 50 por ciento más. Y no solo la esperanza de vida promedio, sino la máxima. La esperanza de vida máxima se incrementó en cerca de un 20 por ciento. Sin embargo, el grupo “restringido en calorías” todavía pesaba más que sus contrapartes salvajes; así que así que, de nuevo, esto podría ser solo una ilustración de los daños de la obesidad y otra acusación contra los buffets de “come todo lo que puedas”. Además, aquellos en el grupo de restricción calórica experimentaron una aceleración de la pérdida relacionada con la edad de la materia gris en todo el cerebro, aunque esto no pareció traducirse en diferencias cognitivas o de comportamiento.

Al agrupar los tres estudios de monos rhesus, parecía haber una menor mortalidad relacionada con la edad, pero ninguna diferencia significativa en las esperanzas de vida promedio entre los grupos de restricción calórica y los grupos de control. Dado el tiempo y el gasto, hay pocas posibilidades de que veamos más estudios a largo plazo sobre la restricción calórica en primates para la prolongación de la vida. Entonces, ¿qué podemos concluir de los datos de primates hasta la fecha? Si tienes sobrepeso o te alimentas de comida chatarra, comer menos es una buena idea.

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Nota del Doctor

Aquí tienes algunos de mis videos anteriores sobre la restricción calórica:

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