Las dietas bajas en proteínas para el párkinson

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¿Cómo podríamos maximizar la eficacia terapéutica de la levodopa?

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A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por María Belén Oliva voluntaria activa en NutritionFacts.org.

El párkinson es una enfermedad por deficiencia de dopamina en el cerebro. No puedes darle dopamina a la gente, porque no atraviesa la barrera hematoencefálica, pero puedes darles un precursor de dopamina llamado levodopa, o L-dopa, que puede llegar al cerebro y convertirse en dopamina. Pero, con el tratamiento prolongado, los pacientes muestran una reducida respuesta a la levodopa. Luego de cinco años de tratamiento, los beneficios comienzan a desaparecer antes de la siguiente dosis, o no tienen por completo los síntomas en una cantidad importante de pacientes, y representa una fuente importante de discapacidad y produce gran deterioro en la calidad de vida. Por ende, maximizar la eficacia terapéutica de la levodopa es un objetivo importante y ahí es cuando aparecen las dietas bajas en proteínas. Espera, ¿qué tiene que ver la proteína con el párkinson?

Se demostró que ciertos aminoácidos en las proteínas deterioran el efecto terapéutico de la levodopa al reducir su absorción y el influjo en el cerebro, porque usan el mismo transportador para que puedan desplazarse entre sí. Este es un estudio PET antes y después que muestra la actividad de la levodopa en el cerebro antes y después de la carga de proteínas. Por eso las dietas bajas en proteínas mejorarían la eficacia de la levodopa. Hay tres formas de hacerlo: una dieta general baja en proteínas, una dieta llamada de redistribución de proteínas o una combinación de ambas.

Como estrategia dietética, una dieta baja en proteínas es buena porque no solo es eficaz, sino también fácil de entender y seguir. Y por baja en proteínas, nos referimos a seguir la cantidad recomendada de proteína, 0,8 gramos por kilo de peso corporal. Como ya mencioné antes, mucha gente come proteína en exceso y sufre por ello. 0,8 gramos por kg son cerca de 0,36 gramos por libra; así que, toma tu peso en libras, multiplícalo por 0,36, y obtienes cuántos gramos de proteína debes comer al día. Por ende, si pesas 140 libras, debes comer cerca de 50 gramos de proteína al día. El efecto positivo de limitar la proteína dietética puede notarse en una semana, aún en pacientes que ya no responden a la manipulación del cronograma de levodopa o a otros fármacos contra el párkinson.

Las dietas de redistribución de proteínas se investigaron más a fondo y se confirmó que son eficaces, con una notable tasa de respuesta de 60 a 100 por ciento. Sabemos sobre la influencia nociva de las proteínas en la dieta y el beneficio de una dieta baja en proteínas; pero, no es solo la cantidad total de proteínas diarias, sino también cómo se distribuye durante el día. Si solo comemos alimentos ricos en proteínas a la noche, y consumimos menos de 10 gramos al día en el desayuno y el almuerzo, eliminamos el aumento de aminoácidos durante el día, y ¿a quién le importa si aumentan luego de acostarse? El párkinson es un trastorno del movimiento, y así que si los fármacos no van a funcionar, entonces bien podría ser cuando duermes.

La fibra es otra forma de conseguir que la levodopa funcione mejor. Hay mejoras significativas en los niveles de L-dopa en la sangre y los síntomas de párkinson que ya empiezan entre los 30 a 60 minutos luego de comer una dieta rica en fibra insoluble, como la que tienen los granos integrales.

Bueno, si la fibra ayuda, entonces ¿qué tal una dieta basada en plantas para el manejo de la enfermedad de párkinson? No lo sabes hasta que lo pones a prueba. Analizaron una dieta vegetal redistribuida con una cantidad normal de proteínas, y se observó que los pacientes con párkinson mejoraron en los síntomas y el rendimiento, lo que la convierte en una forma conveniente de conjugar el efecto positivo de la ingesta no excesiva de proteínas y una ingesta alta de fibras sin limitar la cantidad total de alimentos.

Planificar esa dieta es bastante simple, centrándose en alimentos vegetales sin procesar, y reservar plantas proteicas como frijoles, guisantes partidos, garbanzos, lentejas, y maníes en la cena y voilá; la mejora clínica afectó a los principales signos motores: la rigidez, el temblor y la lentitud de movimiento, las cosas que realmente importan a los pacientes con párkinson, en particular el tremor, el temblor, que a menudo no responde a los fármacos, pero que se vio beneficiado por la dieta basada en plantas. Así que se preferirían las plantas para el párkinson, pero no sabes lo bien que te funcionará hasta que lo pruebas.

Considera ser voluntario/a para ayudar en la página web.

A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por María Belén Oliva voluntaria activa en NutritionFacts.org.

El párkinson es una enfermedad por deficiencia de dopamina en el cerebro. No puedes darle dopamina a la gente, porque no atraviesa la barrera hematoencefálica, pero puedes darles un precursor de dopamina llamado levodopa, o L-dopa, que puede llegar al cerebro y convertirse en dopamina. Pero, con el tratamiento prolongado, los pacientes muestran una reducida respuesta a la levodopa. Luego de cinco años de tratamiento, los beneficios comienzan a desaparecer antes de la siguiente dosis, o no tienen por completo los síntomas en una cantidad importante de pacientes, y representa una fuente importante de discapacidad y produce gran deterioro en la calidad de vida. Por ende, maximizar la eficacia terapéutica de la levodopa es un objetivo importante y ahí es cuando aparecen las dietas bajas en proteínas. Espera, ¿qué tiene que ver la proteína con el párkinson?

Se demostró que ciertos aminoácidos en las proteínas deterioran el efecto terapéutico de la levodopa al reducir su absorción y el influjo en el cerebro, porque usan el mismo transportador para que puedan desplazarse entre sí. Este es un estudio PET antes y después que muestra la actividad de la levodopa en el cerebro antes y después de la carga de proteínas. Por eso las dietas bajas en proteínas mejorarían la eficacia de la levodopa. Hay tres formas de hacerlo: una dieta general baja en proteínas, una dieta llamada de redistribución de proteínas o una combinación de ambas.

Como estrategia dietética, una dieta baja en proteínas es buena porque no solo es eficaz, sino también fácil de entender y seguir. Y por baja en proteínas, nos referimos a seguir la cantidad recomendada de proteína, 0,8 gramos por kilo de peso corporal. Como ya mencioné antes, mucha gente come proteína en exceso y sufre por ello. 0,8 gramos por kg son cerca de 0,36 gramos por libra; así que, toma tu peso en libras, multiplícalo por 0,36, y obtienes cuántos gramos de proteína debes comer al día. Por ende, si pesas 140 libras, debes comer cerca de 50 gramos de proteína al día. El efecto positivo de limitar la proteína dietética puede notarse en una semana, aún en pacientes que ya no responden a la manipulación del cronograma de levodopa o a otros fármacos contra el párkinson.

Las dietas de redistribución de proteínas se investigaron más a fondo y se confirmó que son eficaces, con una notable tasa de respuesta de 60 a 100 por ciento. Sabemos sobre la influencia nociva de las proteínas en la dieta y el beneficio de una dieta baja en proteínas; pero, no es solo la cantidad total de proteínas diarias, sino también cómo se distribuye durante el día. Si solo comemos alimentos ricos en proteínas a la noche, y consumimos menos de 10 gramos al día en el desayuno y el almuerzo, eliminamos el aumento de aminoácidos durante el día, y ¿a quién le importa si aumentan luego de acostarse? El párkinson es un trastorno del movimiento, y así que si los fármacos no van a funcionar, entonces bien podría ser cuando duermes.

La fibra es otra forma de conseguir que la levodopa funcione mejor. Hay mejoras significativas en los niveles de L-dopa en la sangre y los síntomas de párkinson que ya empiezan entre los 30 a 60 minutos luego de comer una dieta rica en fibra insoluble, como la que tienen los granos integrales.

Bueno, si la fibra ayuda, entonces ¿qué tal una dieta basada en plantas para el manejo de la enfermedad de párkinson? No lo sabes hasta que lo pones a prueba. Analizaron una dieta vegetal redistribuida con una cantidad normal de proteínas, y se observó que los pacientes con párkinson mejoraron en los síntomas y el rendimiento, lo que la convierte en una forma conveniente de conjugar el efecto positivo de la ingesta no excesiva de proteínas y una ingesta alta de fibras sin limitar la cantidad total de alimentos.

Planificar esa dieta es bastante simple, centrándose en alimentos vegetales sin procesar, y reservar plantas proteicas como frijoles, guisantes partidos, garbanzos, lentejas, y maníes en la cena y voilá; la mejora clínica afectó a los principales signos motores: la rigidez, el temblor y la lentitud de movimiento, las cosas que realmente importan a los pacientes con párkinson, en particular el tremor, el temblor, que a menudo no responde a los fármacos, pero que se vio beneficiado por la dieta basada en plantas. Así que se preferirían las plantas para el párkinson, pero no sabes lo bien que te funcionará hasta que lo pruebas.

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