¿Las personas más felices son realmente más saludables?

Hace más de 60 años la Organización Mundial de la Salud definió la “salud” como un “estado de completo bienestar físico, mental y social y no solamente la ausencia de enfermedades o dolencias “. El hecho de que no estés deprimido no necesariamente significa que seas feliz. Pero si analizas la literatura médica te darás cuenta de que hay 20 veces más estudios publicados sobre salud y depresión que sobre salud y felicidad.

No obstante, en los últimos años ha surgido más información sobre la psicología positiva: lo que podemos hacer para aumentar nuestro éxito, productividad y felicidad; todo lo que es inherentemente bueno; pero las personas más felices, ¿son también más sanas?

Existe una creciente evidencia de que el bienestar psicológico positivo se asocia con un menor riesgo de enfermedad física. Pero no es de extrañar que las personas sanas sean más felices que las enfermas. Lo intrigante es saber si el bienestar psicológico protege contra futuras enfermedades o inhibe la progresión de enfermedades crónicas. Para averiguar qué va primero, hay que obtener más que solo una instantánea en el tiempo. Se necesitarían estudios prospectivos, es decir, estudios que avancen a lo largo del tiempo, para ver si las personas que comienzan más felices viven más tiempo. Efectivamente, una revisión de estos estudios sugirió que el bienestar psicológico positivo tiene un efecto favorable en la supervivencia tanto en poblaciones sanas como en poblaciones enfermas.

Pero no tan rápido. Sí, los estados positivos pueden estar asociados con menos estrés e inflamación y a una mayor resistencia a la infección, pero el bienestar positivo suele estar acompañado de un estilo de vida saludable que por sí solo reduce el riesgo de enfermedad. Las personas felices tienden a fumar menos, hacer más ejercicio, beber menos y dormir mejor. Así que tal vez la felicidad conduce a la salud solo de manera indirecta. Sin embargo, el aparente efecto protector del bienestar psicológico positivo persiste incluso después de verificar todos estos comportamientos saludables. Lo que de hecho significa que aun al mismo nivel de fumar, beber, ejercitarse y dormir, las personas más felices parecen vivir más tiempo.

Para definitivamente establecer la causa y efecto idealmente se debería hacer un estudio de intervención en el cual de forma aleatoria se les asignan a los participantes diferentes estados de ánimo y se les hace un seguimiento de salud. Rara vez es viable o ético hacer la vida de alguien miserable aleatoriamente para ver qué pasa, pero si a las personas se les paga lo suficiente se pueden hacer experimentos como este.

Se piensa que por lo general las personas que dicen experimentar emociones negativas tienen un mayor riesgo de enfermedad y los que suelen reportar emociones positivas tienen menos riesgo, por lo que decidieron probarlo usando el virus del resfriado común. Se evaluaron 334 voluntarios sanos para ver lo felices, satisfechos, y relajados que estaban, o si se encontraban ansiosos, hostiles, y deprimidos. Subsecuentemente se les aplicaron unas gotas nasales con el virus del resfriado para ver quién tendría mayor probabilidad de resfriarse. ¿Quién dejaría que alguien le pusiera un virus en la nariz? Alguien al cual le han pagado 800 dólares, esa es la persona.

Por supuesto, el hecho de que hayamos sido expuestos a un virus no significa que automáticamente nos vayamos a enfermar ya que tenemos un sistema inmunológico que puede luchar contra el virus, incluso si éste se nos pone directamente en la nariz. La pregunta es ¿qué sistema inmunológico lo combatirá mejor?

En una tercera parte del grupo afectado, su sistema inmunológico no pudo luchar contra el virus por lo cual los participantes terminaron resfriados, pero en el grupo feliz solo alrededor de uno de cada cinco se resfrió. ¿Tal vez sea porque las personas con emociones positivas durmieron mejor, hicieron más ejercicio y tuvieron menos estrés? No, parece que incluso después de verificar las prácticas saludables y los niveles de hormonas de estrés, las personas más felices parecieran tener sistemas inmunológicos más saludables y una mayor resistencia a desarrollar el resfriado común.

Y también funciona con la gripe. Repitieron el estudio con el virus de la gripe y al igual que en el estudio anterior, el aumento de emociones positivas se asoció con una disminución en los índices de enfermedad confirmados. Estos resultados indican que sentirse vigoroso, calmado y feliz puede jugar un papel importante en la salud, más de lo que se pensaba.

Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ver el video más arriba. Esto es sólo una aproximación del audio contribuida por Katie Schloer. La traducción de este contenido fue contribuida por Ángela Graña Varela y Gabriela Elizondo Gonzalez.

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Imágenes gracias a Condesign via Pixabay.

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