¿Son seguros los emulsionantes como la carmelosa o el polisorbato 80?

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Los emulsionantes son los aditivos alimentarios más utilizados. ¿Qué le están haciendo a nuestro microbioma intestinal?

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A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Melina Stoll voluntaria activa en NutritionFacts.org.

Hoy en día, cuando haces las compras, a menos que estés pegado al área de frutas y verduras, es casi imposible evitar los productos procesados, sobre todo si tienes una dieta estadounidense estándar caracterizada no solo por la insuficiente cantidad de vegetales, mucha carne, lácteos y huevos, sino también mucha comida chatarra procesada y una mayor exposición a los aditivos.

Por ejemplo, el edulcorante artificial sucralosa, que se vende como Esplenda, puede alterar el microbioma intestinal y provocar intolerancia a la glucosa, es decir, puede empeorar los niveles de azúcar en la sangre en lugar de mejorarlo. Es relativamente fácil evitar los edulcorantes artificiales, pero puede ser más difícil evitar la ingesta de emulsionantes porque normalmente se añaden a un montón de alimentos. De hecho, los emulsionantes son los aditivos alimentarios más usados y la mayoría de los alimentos procesados contienen uno o más. Ahora consumimos emulsionantes por megatón cada año, gracias a una industria multimillonaria.

Encontrarás comúnmente los emulsionantes en aderezos, untables, productos horneados, mayonesas, aderezo para ensaladas, dulces y bebidas. ¿Por qué nos preocupa? Como todos los aditivos autorizados, los emulsionantes han sido analizados por evaluadores de riesgos que los consideran seguros. Sin embargo, hay una creciente preocupación entre los científicos acerca de sus efectos potencialmente nocivos en nuestra barrera intestinal, en cuanto a la permeabilidad intestinal y a sus efectos en el microbioma. Además, podrían aumentar la absorción de toxinas ambientales presentes en los alimentos.

Sabemos que el consumo de alimentos ultraprocesados podría contribuir a un aumento de peso, por ejemplo, las poblaciones más sanas y longevas no solo consumen poca carne y muchas verduras, sino que también consumen alimentos mínimamente procesados. Tal vez, los emulsionantes de los alimentos procesados podrían estar involucrados según una serie de estudios preclínicos. Pero, ¿a quién le importa si los emulsionantes hacen que las ratas aumenten de peso? Cuando lees que los emulsionantes pueden causar cambios sorprendentes en la microbiota, no están hablando de seres humanos.

Los ratones se usan para estudiar el impacto de la dieta en el microbioma, pero solo tenemos un pequeño porcentaje de genes bacterianos en común. Incluso la flora intestinal de diferentes cepas de ratones puede ser considerablemente diferente entre sí. Entonces, si ni siquiera se puede extrapolar de un tipo de ratón a otro, ¿cómo se supone que debemos trasladar esos resultados en los seres humanos? Cabe destacar que se han realizado pocos estudios sobre los efectos nocivos potenciales de la ingesta de emulsionantes en nosotros.

Por ejemplo, se observó que la lecitina, componente clave de la yema del huevo, era peor que el polisorbato 80, ya que permite que las bacterias se filtren a través de la pared intestinal en el torrente sanguíneo. Pero aún no se ha determinado si el consumo de lecitina en seres humanos causa el mismo problema. Claramente, faltan estudios sobre los efectos de los emulsionantes de los alimentos procesados en humanos, pero al menos tenemos datos sobre el tejido humano, las células y la flora intestinal.

Los emulsionantes alteran directamente la composición del microbioma humano ex vivo, lo que favorece la inflamación intestinal. Ex vivo significa fuera del cuerpo. Los investigadores inocularon un intestino artificial con heces humanas frescas hasta que tuvieron un buen cultivo estable, luego añadieron carmelosa o polisorbato 80 y observaron un aumento en el potencial proinflamatorio a partir de un día con carmelosa, y dentro de la primera semana con polisorbato 80. Este enfoque reveló que ambos emulsionantes actuaron directamente sobre los microorganismos del intestino humano para aumentar su potencial proinflamatorio. Si pruebas el efecto de estos emulsionantes sobre la capa mucosa protectora en cultivos de placas de petri de células del revestimiento del intestino humano, verás que pueden interrumpir parcialmente la capa protectora. La mancha verde es la mucosa y los dos emulsionantes reducen los niveles. Pero tanto este estudio como la última concentración emulsionante utilizada excedían con creces lo que la gente normalmente obtenía en el día a día.

Probablemente, este sea el estudio que causó mayor preocupación potencial. Los investigadores obtuvieron quirúrgicamente no solo células, sino tejido de la pared intestinal real y encontraron que el polisorbato 80 podría duplicar la invasión de E. coli a través del tejido de revestimiento intestinal, mientras que la adición de fibra (en este caso, fibra de plátanos) podría sellar el tejido de la pared intestinal dos veces más fuerte.

Considera ser voluntario/a para ayudar en la página web.

Video producción de Glass Entertainment

Gráficos Avo Media

A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Melina Stoll voluntaria activa en NutritionFacts.org.

Hoy en día, cuando haces las compras, a menos que estés pegado al área de frutas y verduras, es casi imposible evitar los productos procesados, sobre todo si tienes una dieta estadounidense estándar caracterizada no solo por la insuficiente cantidad de vegetales, mucha carne, lácteos y huevos, sino también mucha comida chatarra procesada y una mayor exposición a los aditivos.

Por ejemplo, el edulcorante artificial sucralosa, que se vende como Esplenda, puede alterar el microbioma intestinal y provocar intolerancia a la glucosa, es decir, puede empeorar los niveles de azúcar en la sangre en lugar de mejorarlo. Es relativamente fácil evitar los edulcorantes artificiales, pero puede ser más difícil evitar la ingesta de emulsionantes porque normalmente se añaden a un montón de alimentos. De hecho, los emulsionantes son los aditivos alimentarios más usados y la mayoría de los alimentos procesados contienen uno o más. Ahora consumimos emulsionantes por megatón cada año, gracias a una industria multimillonaria.

Encontrarás comúnmente los emulsionantes en aderezos, untables, productos horneados, mayonesas, aderezo para ensaladas, dulces y bebidas. ¿Por qué nos preocupa? Como todos los aditivos autorizados, los emulsionantes han sido analizados por evaluadores de riesgos que los consideran seguros. Sin embargo, hay una creciente preocupación entre los científicos acerca de sus efectos potencialmente nocivos en nuestra barrera intestinal, en cuanto a la permeabilidad intestinal y a sus efectos en el microbioma. Además, podrían aumentar la absorción de toxinas ambientales presentes en los alimentos.

Sabemos que el consumo de alimentos ultraprocesados podría contribuir a un aumento de peso, por ejemplo, las poblaciones más sanas y longevas no solo consumen poca carne y muchas verduras, sino que también consumen alimentos mínimamente procesados. Tal vez, los emulsionantes de los alimentos procesados podrían estar involucrados según una serie de estudios preclínicos. Pero, ¿a quién le importa si los emulsionantes hacen que las ratas aumenten de peso? Cuando lees que los emulsionantes pueden causar cambios sorprendentes en la microbiota, no están hablando de seres humanos.

Los ratones se usan para estudiar el impacto de la dieta en el microbioma, pero solo tenemos un pequeño porcentaje de genes bacterianos en común. Incluso la flora intestinal de diferentes cepas de ratones puede ser considerablemente diferente entre sí. Entonces, si ni siquiera se puede extrapolar de un tipo de ratón a otro, ¿cómo se supone que debemos trasladar esos resultados en los seres humanos? Cabe destacar que se han realizado pocos estudios sobre los efectos nocivos potenciales de la ingesta de emulsionantes en nosotros.

Por ejemplo, se observó que la lecitina, componente clave de la yema del huevo, era peor que el polisorbato 80, ya que permite que las bacterias se filtren a través de la pared intestinal en el torrente sanguíneo. Pero aún no se ha determinado si el consumo de lecitina en seres humanos causa el mismo problema. Claramente, faltan estudios sobre los efectos de los emulsionantes de los alimentos procesados en humanos, pero al menos tenemos datos sobre el tejido humano, las células y la flora intestinal.

Los emulsionantes alteran directamente la composición del microbioma humano ex vivo, lo que favorece la inflamación intestinal. Ex vivo significa fuera del cuerpo. Los investigadores inocularon un intestino artificial con heces humanas frescas hasta que tuvieron un buen cultivo estable, luego añadieron carmelosa o polisorbato 80 y observaron un aumento en el potencial proinflamatorio a partir de un día con carmelosa, y dentro de la primera semana con polisorbato 80. Este enfoque reveló que ambos emulsionantes actuaron directamente sobre los microorganismos del intestino humano para aumentar su potencial proinflamatorio. Si pruebas el efecto de estos emulsionantes sobre la capa mucosa protectora en cultivos de placas de petri de células del revestimiento del intestino humano, verás que pueden interrumpir parcialmente la capa protectora. La mancha verde es la mucosa y los dos emulsionantes reducen los niveles. Pero tanto este estudio como la última concentración emulsionante utilizada excedían con creces lo que la gente normalmente obtenía en el día a día.

Probablemente, este sea el estudio que causó mayor preocupación potencial. Los investigadores obtuvieron quirúrgicamente no solo células, sino tejido de la pared intestinal real y encontraron que el polisorbato 80 podría duplicar la invasión de E. coli a través del tejido de revestimiento intestinal, mientras que la adición de fibra (en este caso, fibra de plátanos) podría sellar el tejido de la pared intestinal dos veces más fuerte.

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