Los estudios sobre la grasa saturada, engrasando las tuercas

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Campañas de la industria láctea para “neutralizar la imagen negativa de la grasa láctea entre los reguladores y los profesionales de la salud en relación con las enfermedades del corazón” buscan socavar las últimas directrices de la Asociación Americana del Corazón y el Colegio Americano de Cardiología.

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La reciente tapa de la revista Time que exhorta a la gente a comer mantequilla podría ser vista como un intento desesperado de revitalizar la disminución de las ventas de ejemplares impresos, aunque afirman estar basados en ciencia real: una revisión sistemática y metanálisis publicado en una prestigiosa revista que concluyó que la evidencia actual no adhiere claramente a las pautas cardiovasculares que fomentan la reducción de la grasa saturada, como la que se encuentra en la carne y los productos lácteos como la mantequilla.

No es de extrañar que haya recibido tanta prensa, ya que la reducción en la ingesta de grasas saturadas es un foco importante en la mayoría de las recomendaciones nutricionales en todo el mundo y cuyo objetivo es prevenir enfermedades crónicas como la enfermedad coronaria. Citando al Centro de Ciencia para el Interés Público, “¿Quién cede? Evidentemente, una ciencia dudosa … y una misión global de la industria láctea para impulsar las ventas. “

Cuando entrevistaron a un miembro de la academia, éste señaló que algunos investigadores están empeñados en demostrar que la grasa saturada no causa enfermedades del corazón. En 2008, la industria láctea mundial celebró una reunión en la que decidió que una de sus principales prioridades era “neutralizar el impacto negativo de la grasa láctea establecido por los reguladores y los profesionales médicos”. Y cuando ellos quieren hacer algo, lo hacen. Así fue que establecieron una campaña bien financiada para demostrar que la grasa saturada no causa enfermedades del corazón. Reunieron científicos que simpatizaban con la industria láctea, les proporcionaron fondos, los alentaron a publicar declaraciones sobre la grasa láctea y las enfermedades del corazón, y dispusieron que hablaran en reuniones científicas. Y las publicaciones científicas que hemos visto emerger a partir de la reunión en México han hecho exactamente lo que se propusieron hacer.

Estos son algunos de los materiales de esa reunión. ¿Cuál piensa la industria es la barrera clave para aumentar la demanda mundial de productos lácteos? Aunque hay problemas de calentamiento global, y otras leches presentan competencia por ahí, pero el enemigo número 1 en la lista de la industria es “Mensajes negativos y presión intensa para reducir las grasas saturadas por parte de gobiernos y organizaciones no gubernamentales”. En breve, los mensajes negativos son más que los positivos, por lo que la prioridad # 1 es neutralizar la imagen negativa que tiene la grasa láctea entre los reguladores y los profesionales de la salud en relación con las enfermedades del corazón.

Entonces, si tu fueras la industria láctea, ¿cómo lo harías? Imagina que trabajas para el Señor Manteca. Qué desafío! Si observas las recomendaciones en todo el mundo, existe un consenso científico mundial de limitar la ingesta de grasas saturadas y la mayoría de los organismos autorizados recomiendan reducir las grasas saturadas por debajo del 10% de las calorías diarias. Además el prestigioso Instituto de Medicina de EE.UU. y la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria recomiendan bajar el consumo de grasa saturada a tan bajo como sea posible.

Las últimas directrices de la Asociación Americana del Corazón y el Colegio Americano de Cardiología recomiendan reducir la ingesta de grasas trans, dándole su más alto nivel de grado A a la evidencia. Y lo mismo con la reducción de la ingesta de grasas saturadas. Y dado que las grasas saturadas y trans se encuentran en el mismo lugar -carne y lácteos-reducir los alimentos con grasas saturadas tendrá el beneficio adicional de reducir la ingesta de grasas trans.  Recomiendan disminuir la ingesta de grasas saturadas a solamente 5 o 6% de las calorías. Eso es lo que ves cuando visitas el sitio web de la Asociación Americana del Corazón: no más del 5% o 6% de calorías diarias. La gente no se da cuenta de cuán poco esto es. Una pechuga de pollo KFC podría llevarte arriba del límite. O, dos cucharaditas de mantequilla y dos cubos de queso y listo, no más lácteos, carne, o huevos ese día. Eso sería alrededor de 200 calorías.  Por lo que están en efecto diciendo que el 90% de tu dieta debe estar libre de alimentos con grasa saturada. Es como que la Asociación Americana del Corazón esté diciendo: dos comidas a la semana pueden estar llenas de carne, lácteos y chatarra, pero el resto de la semana debes comer alimentos vegetales sin procesar. Así son de estrictas las nuevas recomendaciones.

Esto plantea un gran problema para el Señor Queso y  el Señor Pollo. Los principales contribuyentes de grasas saturadas que aumentan el colesterol son el queso, el helado, el pollo, y los postres sin helado como las tartas y las tortas, y luego el cerdo. Entonces, ¿qué están haciendo estas industrias? Lo averiguaremos a continuación.

Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ver el vídeo más arriba. Esto es solo una aproximación del audio contribuida por Katie Schloer. La traducción y edición de este contenido fue contribuida por Gabriela Malamud.

Por favor, considere ofrecerse como voluntario para ayudar en el sitio.

La reciente tapa de la revista Time que exhorta a la gente a comer mantequilla podría ser vista como un intento desesperado de revitalizar la disminución de las ventas de ejemplares impresos, aunque afirman estar basados en ciencia real: una revisión sistemática y metanálisis publicado en una prestigiosa revista que concluyó que la evidencia actual no adhiere claramente a las pautas cardiovasculares que fomentan la reducción de la grasa saturada, como la que se encuentra en la carne y los productos lácteos como la mantequilla.

No es de extrañar que haya recibido tanta prensa, ya que la reducción en la ingesta de grasas saturadas es un foco importante en la mayoría de las recomendaciones nutricionales en todo el mundo y cuyo objetivo es prevenir enfermedades crónicas como la enfermedad coronaria. Citando al Centro de Ciencia para el Interés Público, “¿Quién cede? Evidentemente, una ciencia dudosa … y una misión global de la industria láctea para impulsar las ventas. “

Cuando entrevistaron a un miembro de la academia, éste señaló que algunos investigadores están empeñados en demostrar que la grasa saturada no causa enfermedades del corazón. En 2008, la industria láctea mundial celebró una reunión en la que decidió que una de sus principales prioridades era “neutralizar el impacto negativo de la grasa láctea establecido por los reguladores y los profesionales médicos”. Y cuando ellos quieren hacer algo, lo hacen. Así fue que establecieron una campaña bien financiada para demostrar que la grasa saturada no causa enfermedades del corazón. Reunieron científicos que simpatizaban con la industria láctea, les proporcionaron fondos, los alentaron a publicar declaraciones sobre la grasa láctea y las enfermedades del corazón, y dispusieron que hablaran en reuniones científicas. Y las publicaciones científicas que hemos visto emerger a partir de la reunión en México han hecho exactamente lo que se propusieron hacer.

Estos son algunos de los materiales de esa reunión. ¿Cuál piensa la industria es la barrera clave para aumentar la demanda mundial de productos lácteos? Aunque hay problemas de calentamiento global, y otras leches presentan competencia por ahí, pero el enemigo número 1 en la lista de la industria es “Mensajes negativos y presión intensa para reducir las grasas saturadas por parte de gobiernos y organizaciones no gubernamentales”. En breve, los mensajes negativos son más que los positivos, por lo que la prioridad # 1 es neutralizar la imagen negativa que tiene la grasa láctea entre los reguladores y los profesionales de la salud en relación con las enfermedades del corazón.

Entonces, si tu fueras la industria láctea, ¿cómo lo harías? Imagina que trabajas para el Señor Manteca. Qué desafío! Si observas las recomendaciones en todo el mundo, existe un consenso científico mundial de limitar la ingesta de grasas saturadas y la mayoría de los organismos autorizados recomiendan reducir las grasas saturadas por debajo del 10% de las calorías diarias. Además el prestigioso Instituto de Medicina de EE.UU. y la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria recomiendan bajar el consumo de grasa saturada a tan bajo como sea posible.

Las últimas directrices de la Asociación Americana del Corazón y el Colegio Americano de Cardiología recomiendan reducir la ingesta de grasas trans, dándole su más alto nivel de grado A a la evidencia. Y lo mismo con la reducción de la ingesta de grasas saturadas. Y dado que las grasas saturadas y trans se encuentran en el mismo lugar -carne y lácteos-reducir los alimentos con grasas saturadas tendrá el beneficio adicional de reducir la ingesta de grasas trans.  Recomiendan disminuir la ingesta de grasas saturadas a solamente 5 o 6% de las calorías. Eso es lo que ves cuando visitas el sitio web de la Asociación Americana del Corazón: no más del 5% o 6% de calorías diarias. La gente no se da cuenta de cuán poco esto es. Una pechuga de pollo KFC podría llevarte arriba del límite. O, dos cucharaditas de mantequilla y dos cubos de queso y listo, no más lácteos, carne, o huevos ese día. Eso sería alrededor de 200 calorías.  Por lo que están en efecto diciendo que el 90% de tu dieta debe estar libre de alimentos con grasa saturada. Es como que la Asociación Americana del Corazón esté diciendo: dos comidas a la semana pueden estar llenas de carne, lácteos y chatarra, pero el resto de la semana debes comer alimentos vegetales sin procesar. Así son de estrictas las nuevas recomendaciones.

Esto plantea un gran problema para el Señor Queso y  el Señor Pollo. Los principales contribuyentes de grasas saturadas que aumentan el colesterol son el queso, el helado, el pollo, y los postres sin helado como las tartas y las tortas, y luego el cerdo. Entonces, ¿qué están haciendo estas industrias? Lo averiguaremos a continuación.

Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ver el vídeo más arriba. Esto es solo una aproximación del audio contribuida por Katie Schloer. La traducción y edición de este contenido fue contribuida por Gabriela Malamud.

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Imágenes gracias a Nemo,OpenPics, Lebensmittelfotos, Lebensmittelfotos, EvolvingScenes, PublicDomainPictures, PublicDomainPictures, Bambo mediante Pixabay, y itsokstay_calm a través de Flickr.

Nota del Doctor

Entonces, ¿cómo lo hicieron? Siento haberlos dejado con la intriga, pero el siguiente video, The Saturated Fat Studies: Set Up to Fail, hubiera terminado siendo demasiado largo.

Para aquellos que no están familiarizados con Trans Fat in Meat and Dairy  (y aceites vegetales refinados), es que hice un video sobre ello.

La recomendación del Instituto Americano de Medicina de “cuanto menos mejor”, replicada por el la Autoridad Europea en Seguridad Alimentaria, se describe en mi video: Trans Fat, Saturated Fat, and Cholesterol: Tolerable Upper Intake of Zero.

¿Qué pasó cuando un país trató de poner en práctica este lineamiento de menor contenido de grasas saturadas? Vea estos notables resultados Dietary Guidelines: From Dairies to Berries.

¿No crees que el proceso de lineamientos dietéticos podría ser socavado por tácticas corporativas? Triste pero cierto:

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