Historia y prevención de las pandemias

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Cómo tratar la causa mediante la prevención de la aparición de virus que ocasionan pandemias en primer lugar. Este es un video que hice hace más de una década cuando era el Public Health Director del HSUS en Washington DC.

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A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Diana Montejano y Ángela Graña Varela.

Los dos grandes retos a los que se enfrenta la humanidad, según las Naciones Unidas, son el cambio climático y las enfermedades infecciosas emergentes, especialmente la pandemia de gripe. El enfoque actual de las discusiones y debates sobre pandemias se centra comprensiblemente en lo que la comunidad de la salud pública llamamos “prevención secundaria”, es decir, mediar el impacto de la próxima pandemia; una intervención análoga a las mamografías. Las mamografías no previenen el cáncer, pero si lo detectan en etapa temprana, por ejemplo, podemos disminuir la morbilidad y la mortalidad. Lo mismo ocurre con la planificación pandémica. Pero ¿qué pasa con la prevención primaria? Es la posibilidad de prevenir la aparición de virus pandémicos en primer lugar. Al igual que el cáncer, la causa raíz es multifactorial, difícil de descifrar, pero es algo que vale la pena explorar de todos modos, y algo que me gustaría abordar aquí.

Retrocedamos unos cuantos años, a 1981. En los Estados Unidos, Ronald Reagan prestaba juramento. MTV transmitía Indiana Jones y Pacman estaba de moda. En junio, el CDC publicó un pequeño boletín: cinco hombres de Los Ángeles se estaban muriendo con unos síntomas extraños. Desde sus humildes comienzos, el SIDA ha matado a 25 millones de personas. Ahora, la propagación del virus del SIDA ha sido facilitada por la promiscuidad, el almacenamiento de sangre, el uso de drogas intravenosas, pero ¿dónde se originó el virus en primer lugar? Por supuesto que el SIDA no es nuestra única enfermedad nueva, también está el SARS, el ébola, las vacas locas, la gripe aviar. ¿De dónde emergen estas enfermedades? Bueno, retrocedamos un poco más, mucho más. Los seres humanos han habitado el planeta por millones de años; sin embargo, durante la mayor parte de la evolución humana no hubo enfermedades epidémicas.

Nadie contraía el sarampión, porque simplemente no existía. Nadie enfermó de viruela, gripe o incluso de un resfriado común hasta hace aproximadamente 10000 años. Los antropólogo médicos han identificado tres periodos importantes de enfermedad desde el principio de la evolución humana, y el primero comenzó hace 10000 años con la domesticación de los animales. Cuando empezamos a criar animales de corral, ellos se trajeron las enfermedades consigo. Cuando domesticamos vacas y ovejas, por ejemplo, también domesticamos su virus de la peste bovina, que después se convirtió en sarampión humano, el cual ahora se considera una enfermedad relativamente benigna. En los últimos 150 años, el sarampión ha matado a 200 millones de personas. Y, en cierto sentido, todas estas muertes pueden rastrearse unos cuantos cientos de generaciones atrás, hasta la domesticación del ganado. La viruela probablemente viene de la viruela del camello. Domesticamos cerdos y tuvimos tos ferina. Domesticamos pollos y tuvimos fiebre tifoidea y diseminadores; también domesticamos a los patos y tuvimos la gripe. Antes de la domesticación de patos probablemente nadie había contraído la gripe. La lepra es probable que provenga de los búfalos de agua, y el resfriado común de los caballos. ¿Qué tan seguido podían estornudar los caballos en la cara de las personas antes? Hasta entonces, el resfriado era posiblemente común solo para ellos.

En su libro ganador del premio Pulitzer, Guns, Germs and Steel, el profesor Diamond intentó explicar por qué las enfermedades de los europeos que desembarcaron en América aniquilaron a más del 95% de la población y no al revés. ¿Por qué las plagas de los nativos americanos no mataron a los europeos? Simple, porque no había plagas. En su capítulo Lethal Gift of Livestock”, explica cómo antes de la llegada de los europeos teníamos búfalos, pero no domesticados, así que tampoco teníamos sarampión. Los camellos americanos se extinguieron en la glaciación del Pleistoceno, por lo que no había viruela. Sin cerdos y sin tos ferina. Sin pollos y sin tifoidea. Así que, mientras que la gente se morían en millones en Europa y Asia, nadie moría de enfermedades en el “nuevo mundo”, básicamente porque no había animales extranjeros para domesticar. No había contagio de enfermedades provenientes de animales.

El siguiente período de enfermedades humanas empezó hace tan solo unos cuantos cientos de años con la revolución industrial de los siglos XVIII y XIX, que condujo a una epidemia de las llamadas enfermedades de la civilización: diabetes, obesidad, enfermedades cardíacas, cáncer, etc. Pero a mediados del siglo XX se pensaba que al menos la era de las enfermedades infecciosas había terminado. Ya teníamos penicilina, erradicamos la poliomielitis y la viruela. De hecho, en 1968, el cirujano general de los Estados Unidos declaró que la guerra contra las enfermedades infecciosas se había ganado. En 1975, el decano de la escuela de medicina de Yale afirmó que no había nuevas enfermedades por descubrir, excepto, tal vez, el cáncer de pulmón. Pero incluso los premios Nobel fueron seducidos por el optimismo embriagador de la época. Un famoso virólogo escribió en un libro de texto en 1962: “Escribir sobre enfermedades infecciosas es casi como escribir sobre algo que ha pasado a la historia. El pronóstico más probable del futuro de las enfermedades infecciosas”, escribió, “es que será muy aburrido”. Pero entonces algo cambió. Décadas después de que la mortalidad por enfermedades infecciosas haya disminuido en los Estados Unidos, esa tendencia se ha revertido. Este es un gráfico del Center for Disease Control que muestra la mortalidad por enfermedades infecciosas a lo largo los últimos 50 años aproximadamente. Como puedes ver, empieza a disminuir. Disminuye, disminuye, disminuye, pero luego en 1975 empieza a subir. La cantidad de estadounidenses que morían por enfermedades infecciosas empezó a incrementar. Desde alrededor de 1975, nuevas enfermedades empezaron a surgir y resurgir a un ritmo nunca antes visto en las revistas de medicina. Más de 30 nuevas enfermedades en 30 años y casi todas eran virus nuevos. De hecho, el concepto de enfermedad infecciosa emergente ha pasado de ser una mera curiosidad en el campo de la medicina a ser una disciplina en pleno punto de mira.

Podríamos enfrentarnos pronto ,según el Instituto de Medicina de los Estados Unidos, a lo que llaman una tormenta catastrófica de amenazas microbianas. Estamos ahora en la tercera era de las enfermedades humanas y parece haber empezado hace apenas 30 años. Los historiadores médicos han llamado a nuestro tiempo la “era de las plagas emergentes”, de las cuales casi todas provienen de animales. Pero ya domesticamos animales hace 10000 años. ¿Qué ha cambiado en las décadas recientes para ponernos en la situación actual? Bueno, pues hemos cambiado la forma de vida de los animales. En Connecticut, por ejemplo, en 1975 se descubrió la enfermedad de Lyme. Desde entonces, se extendió por los 50 estados y afectó a un promedio de 100000 estadounidenses. La enfermedad de Lyme la causan las garrapatas de venados infestadas de bacterias, pero el huésped principal no es el venado, sino el ratón de patas blancas. Las garrapatas en sí no son tan lindas como ellos, pero hemos compartido el bosque con ellas desde siempre. Lo que ha cambiado es la ciudad. Las garrapatas de patas negras viven en los ratones de patas blancas, mantenidas a raya por los depredadores del bosque. Pero luego vienen los promotores urbanos y arrasan con los bosques para hacer barrios nuevos, ahuyentando a los zorros y gatos monteses, lo que da como resultado más ratones, más garrapatas y más enfermedades.

Estamos cambiando la forma en que viven los animales. Retrocediendo un poco más con las grandes naciones productoras de ganado que lucharon en la segunda guerra mundial. Lo que hizo Argentina fue aprovechar la situación y expandir mucho su industria cárnica, a expensas de su selva tropical. Allí descubrimos el virus mortal o, más bien, nos descubrió él, y esto extendió los virus de la fiebre hemorrágica a través de todo el continente. En el otro lado del mundo, la deforestación de la selva africana extendió otra buena cantidad de virus de fiebre hemorrágica, incluído el virus de Lassa, la fiebre del valle de Rift y, por supuesto, el ébola. Las incursiones de la selva africana eran caminos trazados por las madereras transnacionales que se adentraban en la selva profunda, gracias a los migrantes hambrientos que sobrevivieron con carne de animales silvestres, matándolos para comer. Esto incluye más de 26 especies de primates, algunos de ellos grandes simios en peligro de extinción, gorilas y chimpancés, que fueron cazados, masacrados y vendidos como comida. Al canibalizar a nuestros hermanos primates, nos expusimos a ciertos virus hechos para nuestra fisiología. De hecho, los brotes recientes de ébola, por ejemplo, han sido rastreados hasta la exposición a cuerpos infectados de grandes simios cazados para comer. El ébola es una de las infecciones más mortales pero que no se expande tan eficientemente como otros virus, como el VIH.

La teoría principal sobre la aparición del virus del SIDA es la exposición directa a la sangre y secreciones de un animal al cazar, despedazar y consumir carne contaminada. Los expertos creen que el escenario más probable es que el VIH surgió de humanos que se abrían paso en la jungla y cazaban chimpancés para comer. Ahora, en muchos países de África, la prevalencia del VIH excede el 25% de la población adulta y deja huérfanos a millones de niños. Alguien cazó un chimpancé hace algunas décadas y ahora 25 millones de personas han muerto por ello. Claro que la caza ha existido por miles de años. Sí, pero no como ahora.

Con una demanda de carne de caza que supera los suministros locales, lo que han hecho algunos países es establecer granjas de producción intensiva en cautividad, llenas de animales salvajes en jaulas sucias que venden de contrabando por todo el mundo. Este comercio intensivo de carne de caza empezó en los mercados de animales vivos de Asia, particularmente en la provincia de Guangdong, una provincia sureña que rodea Hong Kong en la que inició la amenaza de gripe aviar. El gato civeta, producto popular en estos mercados de animales chinos, además de ser criado por su carne, también produce el café más caro del mundo. El llamado café de civeta se produce alimentando a las civetas cautivas con granos de café, y el resto lo puedes imaginar. Recuperan los granos parcialmente digeridos de sus heces. Se dice que una sustancia similar al almizcle de consistencia mantecosa secretada por las glándulas anales le da al café su distintivo sabor. Se podría decir que esta bebida única es buena hasta la última gota. Este animal fue señalado como causante de la epidemia del SARS. Como dice la revista médica Lancet: “Una elección culinaria en el sur de China provocó una infección letal en Hong Kong”.

Provocó 8000 casos de SARS, con casi 1000 muertes en 30 países y 6 continentes. Podrían haberse conformado con Starbucks. Los mercados de animales vivos cogieron unos virus que en medicina humana solo se conocían por causar el resfriado común y los convirtieron en SARS letales que se expandieron por todo el mundo. Los virus pueden salir de la selva en animales vivos o muertos, como mascotas o carne de consumo. En 2003, el comercio de mascotas exóticas trajo la viruela del mono de las junglas de oeste de África a Wisconsin. El contrabando de aves podría ser el causante de importar el virus del Nilo Occidental al hemisferio occidental. Llegó a Nueva York en 1999 y se extendió por todo el país. Cientos de muertes humanas, miles de casos y todo, quizás, por una simple ave importada.

Estamos cambiando la forma en que viven los animales y contribuyendo a la aparición de estas nuevas enfermedades. Pero hay un cambio que hemos hecho en nuestra relación con los animales que realmente supera lo demás. En respuesta a este surgimiento y resurgimiento de enfermedades infecciosas, las tres principales autoridades del mundo se reunieron para una consulta conjunta. La Organización Mundial de la Salud, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura y la Organización Mundial de la Salud Animal (la máxima autoridad veterinaria) se reunieron para descubrir las causas subyacentes de esta era de plagas emergentes. Encontraron cuatro, cuatro riesgos, cuatro tipos principales de factores de riesgo para el surgimiento y expansión de estas nuevas enfermedades. Sí, hablaron sobre el tráfico de mascotas exóticas y sobre la carne de caza, pero lo principal en su lista fue la creciente demanda de proteína animal por todo el mundo. Sí, hemos domesticado animales desde hace 10000 años, pero nunca tanto como ahora, especialmente cerdos y aves.

Antes los pollos solían picotear por el corral, pero ahora los pollos criados para consumo se hacinan en cobertizos con decenas de miles de aves. Cerca de la mitad de las gallinas ponedoras están confinadas en lo que se llama jaulas en baterías. Estos pequeños espacios de alambre se extienden por largas hileras en cobertizos sin ventanas y puede haber más de un millón de aves en una sola granja. Casi la mitad de los cerdos también están hacinados en estas granjas de confinamiento intensivo. Así es como la granja del “viejo MacDonald” ha sido reemplazada por la granja del nuevo McDonald. Estos sistemas intensivos representan el mayor cambio en nuestra relación con los animales en 10000 años. No sorprende que esto sea un caldo de cultivo de enfermedades. Refresquemos la memoria. En China, la nación con la producción de cerdos más grande, en 2005 sufrieron un brote sin precedentes de un patógeno emergente del cerdo, el estreptococo, que causa meningitis y sordera en las personas que manipulan los productos de cerdos infectados. Cientos de personas se infectaron y fue la cepa más letal registrada. ¿Por qué? Según la Organización Mundial de la Salud, se debe a estas condiciones de confinamiento intensivo. La USDA declaró que “Todos los estreptococos comienzan siendo inofensivos como flora intestinal natural, pero el efecto inmunosupresor del estrés, debido al hacinamiento y la poca ventilación, provoca que la bacteria se vuelva invasiva y cause infecciones en el cerebro, la sangre, los pulmones y el corazón hasta matarte”. Empieza siendo inofensivo y se vuelve letal. Esto es lo que parece provocar este tipo de condiciones, pero es que los animales no deberían vivir así.

En los criaderos de cerdos de Malasia se desarrolló el virus de Nipah, una de las infecciones humanas más letales; es una enfermedad respiratoria contagiosa que mata al 40% de los infectados y ocasiona infecciones cerebrales, lo que la coloca en la lista oficial de EE.UU. como un agente de bioterrorismo. De nuevo, según uno de los líderes en el campo, está relacionado con la forma en la que se está criando a los animales. Así que las tres eras de las enfermedades humanas se pueden caracterizar primero como enfermedades de domesticación, después como enfermedades de industrialización y finalmente las del uso del suelo y la intensificación agrícola. Hemos tomado animales herbívoros como las vacas y ovejas y los hemos convertido en carnívoros y caníbales al alimentarlos con los propios desperdicios de los mataderos, sangre y estiércol; después elegimos animales tan enfermos que ni siquiera pueden caminar y con ellos alimentamos a las personas y así tenemos la enfermedad de las vacas locas. Les suministramos antibióticos a los animales de granja por montones. Esta es la cantidad total de antimicrobianos utilizados para la medicina humana cada año. Ahora compara eso con la cantidad utilizada para los animales de granja, solo para ayudarlos a crecer o para prevenir enfermedades en un ambiente tan estresante y antihigiénico. Millones de kilos al año, y ahora contamos con bacterias resistentes a medicamentos, y nosotros como médicos nos estamos quedando sin opciones de buenos antibióticos. Los científicos de la Universidad de Nueva York siguieron el rastro de estas superbacterias, empezando, por ejemplo, con el suministro masivo de los antibióticos tipo Cipro a pollos, y encontramos contaminación fecal del cadáver en su sacrificio. Compramos pollo en el supermercado contaminado con materia fecal, lo que conlleva a infecciones humanas más prolongadas y severas.

El CDC se puso las pilas. Se gastó un millón de dólares en un periodo de tres años realizando análisis rectales en pacientes recién ingresados en un hospital. Esto es lo que encontraron. Básicamente, no encontraron ninguna bacteria resistente a los antibióticos en aquellos que no tuvieron ningún contacto con aves de corral frescas o congeladas. Pero, al menos, estos supergusanos no se transmiten bien de persona a persona. Con la aparente intención de la industria de la ganadería de reproducir estos nuevos patógenos, ¿qué pasaría si alguna de estas granjas de animales originara un virus capaz de ocasionar una pandemia global?

Déjame poner esta amenaza de nuevas enfermedades animales en perspectiva. El SARS infectó a miles de humanos y mató a cientos de ellos; el Nipha infectó a cientos y mató a muchos; el estreptococo infectó a muchos y mató a docenas de ellos. Ahora, el SIDA ha infectado a millones, pero solo hay un virus en el mundo que puede propagarse rápidamente e infectar a miles de millones, y es la gripe. La gripe, la supuesta última gran plaga de la humanidad, es el único patógeno conocido capaz de crear una catástrofe global en la actualidad. A diferencia de otras enfermedades importantes como la malaria, que está confinada en gran medida en el ecuador, o el virus del VIH, que solo se transmite por medio de fluidos, la gripe se considera como el único patógeno capaz de literalmente infectar a la mitad de la humanidad en cuestión de meses.

En los últimos 4500 años, desde que la gripe afecta a nuestra especie tras la domesticación de las aves, esta ha sido una de las enfermedades más contagiosas. Pero solo desde que surgió la cepa altamente patógena H5N1 es que el virus se convirtió en uno de los más letales. El H5N1 se extendió fuera de Asia en 2004, 2005, 2006 y hasta la actualidad, y ha matado solo unos cientos, unos cuantos cientos de personas. No estoy tratando de minimizarlo, cada muerte es una tragedia terrible, pero en un mundo en el que millones de personas siguen muriendo de enfermedades como el SIDA o la tuberculosis, ¿por qué hay tanta preocupación por la llamada gripe aviar? Porque ya ha sucedido antes. Porque la última vez que el virus de la gripe aviar se adaptó a los seres humanos, desencadenó la peor plaga en la historia de la humanidad: la pandemia de gripe de 1918. Las cepas modernas de gripe suelen evitar a los adultos jóvenes y sanos, pero en 1918 el virus mató a personas que estaban en la flor de sus vidas. En 1918, un cuarto de la población estadounidense enfermó. Esta es una tabla que muestra el porcentaje de la población que murió. El mayor causa de muerte en masa de la humanidad se le escapó a los científicos por casi cien años antes de que se descubriera una fosa común en Alaska. Las víctimas congeladas en permafrost durante 80 años tenían rastros del virus en sus pulmones, lo que permitió a los científicos descifrar el código genético del virus de 1918 y resolver así uno de los misterios médicos más grandes de todos los tiempos.

El gran asesino de la humanidad fue la gripe aviar. La primera víctima civil en EE.UU. fue curiosamente el 11 de septiembre de 1918, y después en solo un mes, aquí tienes la semana uno, semana dos, semana tres y semana cuatro. Y esto es 1918. Al ritmo de locomotora de vapor. Los científicos del Imperial College of London hicieron una simulación de cómo se extendería una pandemia en la actualidad en el Reino Unido. Científicos de Los Alamos hicieron una simulación en sus supercomputadoras para ver cómo se podría extender una pandemia en la era de los viajes aéreos comerciales. Aquí Los Ángeles en la simulación; en pocas semanas, el país entero está infectado. En 1918, entre 50 y 100 millones de personas perdieron la vida. Un virus similar, actualmente, puede matar a muchos, muchos más. Lo que para millones comenzó como dolores musculares y fiebre, terminó unos días o incluso horas después con muchas personas sangrando por los ojos, la nariz, los oídos y los pulmones. Huérfanos sin hogar, sus padres muertos, deambulaban por las calles vacías. Un funcionario del este, agonizante, envió una advertencia urgente al oeste: “Junten a los carpinteros y póngalos a hacer ataúdes y a sus trabajadores en las calles a cavar tumbas”. Este es un recorte del New York Times. En ese momento había víctimas de la plaga por todos lados y pilas de cuerpos consumidos por las llamas. Muchas víctimas se ahogaron en su propia sangre. Se dice que sus cuerpos, azules por la asfixia, se apilaban por montones afuera de las morgues, y la ciudad se quedó sin ataúdes así que hacían fosas comunes. Esa gripe aviar mató a más personas en 25 semanas que el SIDA en 25 años. Ninguna guerra, ninguna plaga, ninguna hambruna ha matado a tanta gente en tan poco tiempo como la pandemia de 1918.

Aún así, en 1918 la tasa de mortalidad fue de menos del 5%. La muerte estimada de decenas de millones de personas en la siguiente pandemia está basada en el mismo índice de mortalidad de 2 a 3%. El CDC la llama ahora una pandemia de categoría 5, con alrededor del 2% de mortalidad y aproximadamente 2 millones de estadounidenses muertos. Ese es un 2%. Oficialmente, el H5N1 ha matado a más de la mitad de sus víctimas humanas. Ni merecía la pena echarlo a suertes para ver si se sobrevivía o no a la enfermedad. El Dr. Robert Webster, la máxima autoridad mundial sobre gripe aviar, dijo: “Si nos fijamos en 1918, el 2.5% de las personas murieron. ¿Cuántos han muerto de gripe aviar? El 50%. No habíamos algo así desde la era de las plagas”. Más de 60 millones de estadounidenses enferman de gripe cada año. ¿Qué pasaría si de pronto esa gripe se vuelve letal? Eso es lo que les quita el sueño a muchos: la posibilidad de que de pronto un virus como el H5N1 pueda desencadenar una pandemia. Sería como combinar una de las enfermedades más contagiosas, la gripe, con una de las más letales, como una combinación del ébola con el resfriado común.

¿De dónde vino este virus? Últimamente se habla de la gripe aviar como una posible pandemia de H5N1, como si fuera un desastre natural (como un huracán o un terremoto) que no podemos controlar. Sin embargo, la realidad es que la próxima pandemia puede ser un desastre antinatural provocado por nosotros mismos. En las aves de corral, la gripe aviar ha pasado de ser una enfermedad extremadamente rara a una que ahora aparece cada año. El número de brotes de gripe aviar altamente patógena a principios de este siglo ha excedido el total de brotes registrados en todo el siglo XX. Puedes ver que es en intervalos de 5 años. Bien, en solo los primeros 5 meses del 2006, estábamos justo aquí, sin brotes y hasta hoy. Si vemos a la cantidad de aves involucradas, el incremento es aún más dramático. En esta gráfica no hay ni un bache hasta 1980. La gripe aviar parece estar experimentando una rápida evolución. Como dijo un experto en la gripe: “No hemos recibido más que unos pocos copos de nieve de la avalancha”. El incremento de los brotes en pollos coincidió con en la transmisión en humanos.

Hace poco más de 10 años no se conocía a una sola persona con un contagio directo de gripe aviar, pero desde el surgimiento del H5N1 en 1997, cuatro virus de la gripe aviar han afectado a personas desde Hong Kong hasta Nueva York, y podemos añadir también los cuatro casos en Inglaterra y Gales en 2007. En el brote de los Países Bajos, existe evidencia de una investigación gubernamental de mil personas infectadas, ya que trabajadores avícolas sintomáticos transmitieron el virus a un 59% de los miembros de sus familias. Transmisión de persona a persona a un ritmo de gripe estacional. Hace diez o doce años, básicamente nadie había enfermado de la gripe aviar y, ahora, hemos tenido más de mil casos alrededor del mundo. En los Países Bajos murieron 30 millones de pollos, pero solo una persona. Uno de los veterinarios murió trágicamente, lo que quiere decir que el virus de los Países Bajos sabía propagarse pero no era muy letal.

El H5N1 es al revés. El H5N1 ni siquiera sabe propagarse bien de aves a humanos. Han pasado 10 años; poco más de 10 años. Solo unas pocas personas se han infectado, unos cuantos cientos. Así que tampoco parece ser bueno propagándose de persona a persona, pero la letalidad humana de la cepa es feroz, más de 10 veces la del peor virus registrado; el que desencadenó la pandemia de 1918. Lo que nos enseñó el brote de los Países Bajos es que el virus puede evolucionar para transmitirse de persona a persona. Lo que nos enseñó el H5N1 es que el virus puede evolucionar para convertirse en un asesino humano muy eficiente. Si permitimos que esta tendencia continúe, nuestra peor pesadilla se puede convertir en realidad. Lo peor de ambos mundos: contagio y muerte. Así que para ralentizar o detener esta rápida emergencia del virus de la gripe altamente patógeno, primero hay que preguntarse: ¿qué inició esta avalancha en primer lugar? ¿Qué ha cambiado en las últimas décadas para provocar esto?

La aparición del H5N1 se atribuyó a las bandadas y aves silvestres, pero hemos tenido pollos en nuestros jardines desde hace miles de años y las aves han migrado por millones. La gripe aviar ha existido desde siempre. ¿Qué la convirtió en letal? El principal corresponsal de “News Hour with Jim Lehrer” hizo esa pregunta al Dr. Webster, el llamado padrino de la investigación de la gripe. “¿Hubo algo cualitativamente diferente en esta última década que causó que esta enfermedad cambiara? ¿Algún tipo de condición cambiante que de repente desencadenase todo?” Webster respondió: “Las prácticas agrícolas han cambiado”. Se refería a crecer en una granja, pero “ahora ponemos millones de pollos en una fábrica avícola al lado de una fábrica porcina, y este virus tiene la oportunidad de meterse en una de estas fábricas de pollo y hacer miles y miles de millones de mutaciones. También ha cambiado la forma en que criamos a los animales y nuestra interacción con ellos”. También habló de que los virus han escapado de las naves e infectado a las aves silvestres. Hemos cambiado la forma en que criamos animales, porque criamos miles de millones.

Si pusiéramos con las alas abiertas a todos los pollos que sacrificamos en un día darían la vuelta al planeta más de 2 veces. El gran cambio en la ecología de la gripe aviar ha sido la intensificación del sector avícola. El consumo de carne y huevo del mundo en desarrollo se ha disparado, lo que hace que estas instalaciones comerciales de pollo a gran escala creen el medio ambiente perfecto para la aparición y propagación de estas ”supercepas” de gripe. A principios de los años 80, casi todos los pollos de China se criaban al aire libre en los patios, pero ahora hay 63000 operaciones intensiva en China, y algunas de estas granjas de confinamiento tienen incluso 10 millones de aves. La Organización Mundial de la Salud responsabiliza la aparición del H5N1, el SARS, el virus de Nipah y todos estos nuevos virus asiáticos, en parte, a lo que llaman un consumo excesivo de productos de origen animal provenientes de esta ganadería intensiva

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura dijo que “parece haber un aumento de los problemas de gripe en los últimos años”. A esto se refiere. Esto es de la Organización Mundial de la Salud. Todos estos son los nuevos virus de gripe que infectaron a humanos en el último siglo o un poco más. Ahora pon atención en 1995. Otra instancia en la que pasamos de casi anda a una avalancha. ¿Por qué? Según la mayor autoridad agrícola en el mundo, se piensa que está relacionado en gran medida con la intensificación de la producción avícola y, probablemente, con la producción de cerdo también. Elaboraron un documento interno de la FAO: “La propagación entre pollos, particularmente en estas condiciones de cría intensiva, ocasiona que el virus mute y se adapte a tipos de infecciones altamente patógenas más severas. La producción intensiva favorece la rápida propagación de los virus en lo que llaman ‘incubación’ de baja patogenicidad a alta patogenicidad”.

Parece que las granjas industriales pueden considerarse incubadoras para la aparición de cepas de este virus altamente patógeno. En este diagrama muestran el origen de una pandemia humana empezando con el incremento de la demanda de productos avícolas y terminando con un virus capaz de transmitirse de persona a persona. Las Naciones Unidas han pedido a todos los gobiernos que luchen contra lo que llaman la cría intensiva. Un comunicado de prensa de las Naciones Unidas dice: “Los gobiernos, las autoridades locales y las agencias internacionales necesitan ponerse firmes al combatir el papel de la cría intensiva que, combinada con estos mercados de aves vivas, provee las condiciones ideales para la propagación del virus y su mutación a una forma más peligrosa”.

Permíteme mostrarte cómo funciona. Todos los virus de gripe aviar empiezan siendo inofensivos para ambos: aves y humanos. Esto es muy importante. Comienzan siendo inofensivos. La gripe aviar ha existido por millones de años como un virus intestinal inofensivo en aves acuáticas, como los patos, transmitiéndose por el agua. Entonces, ¿cómo es que un bicho intestinal de un pato termina convirtiéndose en tos humana? En las personas, el virus nos tiene que enfermar para poder propagarse; tenemos que toser para disparar el virus de persona en persona. En el portador natural del virus, las aves acuáticas como los patos, no hace falta enfermar para que el virus se propague. De hecho, al propio virus le conviene que los patos no enfermen, ya que los patos muertos no pueden volar muy lejos. Así, el virus se multiplica silenciosamente y el revestimiento intestinal del pato se secreta en el agua del estanque y es tragado por otro pato y el ciclo continúa, como lo ha hecho por millones de años, sin lastimar a nadie. Pero, si un pato infectado es capturado y llevado a un mercado vivo, por ejemplo, encerrado en una jaula lo suficientemente alta como para entrar en contacto con heces de aves como los pollos, pues el virus está en problemas. Si el virus se encuentra en los intestinos de un pollo, no va a tener el lujo de propagarse por el agua fácilmente. Los pollos no picotean por los estanques, así que el virus tiene que mutar o morir.

Para nuestra mala suerte, mutar es lo que mejor sabe hacer el virus de la gripe. En su portador natural se considera en estasis evolutiva, inofensivo, pero cuando cambia a un nuevo huésped, como un ave terrestre, empieza a mutar rápidamente adquiriendo mutaciones que le ayudan a adaptarse a su nuevo huésped. Al aire libre debe resistir la deshidratación, por ejemplo, y podría necesitar desplazarse a diferentes órganos para encontrar una nueva forma de transportarse. Los intestinos ya no les serán útiles, así que buscan los pulmones para convertirse en un patógeno aéreo; malas noticias para los mamíferos terrestres, como nosotros. Empieza en los pollos como un virus acuático, pero sale como una gripe. En su nuevo huésped, mientras más virulento, más violento se vuelve, y más rápido puede inundar su sistema inmune. Sin embargo, si el virus se vuelve demasiado letal podría no propagarse tan lejos. En un ambiente al aire libre, si el virus mata a su huésped demasiado rápido, el animal morirá tan rápido que no le permitirá propagarse a muchos más. En la naturaleza, hay como un límite natural de cuan virulentos se pueden volver estos virus, o al menos así era hasta ahora.

Y empezó la producción avícola intensiva. Con el siguiente brote muy cerca, no sabemos lo peligroso que se puede poner. Los biólogos evolucionistas creen que esta es la clave de la aparición de virus depredadores hipervirulentos, como el H5N1. La transmisión de enfermedades en huéspedes inmóviles. Cuando estás en una situación en la que los saludables no pueden escapar de los enfermos, en la que el virus puede tumbarte y transmitirse igual, es casi imposible impedir que el virus mute rápidamente y se vuelva muy letal. Esto podría explicar el virus de 1918 desarrollándose tras las trincheras de la Primera Guerra Mundial. Los transportes estaban llenos; los vagones decían “8 caballos o 40 hombres”. Un virus inicialmente inofensivo en esas condiciones se volvía letal. Con millones de personas en campamentos, no podías escaparte de un enfermo. Se cree que así ganó su virulencia. Desde el punto de vista del virus, estas mismas condiciones de guerra de trincheras todavía existen. En cada gallinero industrial, en cada operación industrial de huevos, en el confinamiento, el abarrotamiento, el estrés de miles de millones, no solo millones. La industria se ha ido dado cuenta de que los virus previamente inofensivos en su huésped natural tienen toda la probabilidad de volverse más virulentos al pasar por estas grandes masas comerciales.

Una revista de la industria. Comienza inofensivo, se vuelve letal. Eso pueden hacer estas condiciones. Es evidente que no es forma de vivir para los animales. Entonces ¿cuál es el sentir de la industria avícola sobre la posibilidad de que sus propias granjas produzcan un virus capaz de matar a millones de personas en el mundo? El editor jefe de la revista Poultry escribió un editorial sobre esto. “La posibilidad de una gripe virulenta a la que no tenemos absolutamente ninguna resistencia es de temer. Sin embargo, para mí, la amenaza es mucho mayor para la industria avícola. No me preocupa tanto que haya personas muriendo de gripe aviar como que no haya pollo para comer”. Así lo expresa el Departamento de Interior. “Las aves domesticadas son el intermediario perfecto para una cepa pandémica de gripe”. Solíamos pensar que los cerdos eran un eslabón importante en esta cadena, así que hacer esto podría no ser una buena idea. El H5N1 no solo encontró la forma de matar a personas, sino que parece haber cerrado el círculo reinfectando a su huésped natural, las especies acuáticas migratorias, que pueden, potencialmente, trasladar estos virus de granjas industriales a diferentes continentes alrededor del mundo.

Ahora bien, por desgracia, hay una peculiaridad de la evolución. El tracto respiratorio de los pollos parece tener un cierto parecido al nuestro a nivel molecular, para la recepción del virus. Así, mientras el virus se vuelve más eficiente matando pollos, también se vuelve más eficiente infectándonos y matándonos a nosotros. El virólogo Earl Brown, especialista en la evolución del virus de la gripe, dijo: “Hay que decir, nuevamente, que esta cría intensiva de pollo es realmente el ambiente perfecto para la evolución del virus de la gripe aviar”.

En contraste, nunca se ha registrado un brote de un virus altamente patógeno en un grupo de pollos al aire libre. Ni una sola vez ha existido un virus mortal en pollos criados al aire libre. Puedes criar un virus letal aquí y puede escapar. Puede ser de aves de patio, en libertad, incluso aves silvestres, pero esa transición de inocuo a letal parecen suceder siempre en este tipo de condiciones, por su saturación. Recuerda, es la transmisión entre huéspedes inmovilizados por la enorme cantidad de ellos. Con una mala ventilación, los excrementos ayudan al virus. El estrés paraliza sus sistemas inmunes. Toda esa suciedad. El virus está en las heces sobre las que se recuestan, que se descomponen y liberan amoniaco que quema sus tractos respiratorios y las predispone a infecciones respiratorias. También es probable que no haya luz solar. Los rayos UV y la luz del sol son en realidad muy efectivos para destruir el virus de la gripe. 30 minutos de exposición al sol desactiva completamente el H5N1, pero puede durar días en la sombra y semanas en el estiércol húmedo.

Juntas todos estos factores y lo que tienes es un ambiente perfecto para la aparición y propagación de nuevas supercepas de gripe. ¿Qué hay de la bioseguridad? ¿No queremos que todas las aves estén en el interior, lejos de las aves acuáticas? ¿Acaso eso importa? Si estas condiciones pueden tornar a un virus inocuo en uno letal, ¿y si el virus inofensivo no puede entrar en primer lugar? Un investigador de la FAO se hizo esta pregunta. En su revisión de la mejor evidencia disponible, vieron un análisis masivo de bandadas en Tailandia en el que millones de aves fueron analizadas del H5N1, en granjas industriales y bandadas de patio. Lo que esperaban encontrar era que las aves de patio presentaran el mayor riesgo de infección, ya que están ahí expuestas al aire libre. Encontraron exactamente lo contrario. Vieron que las bandadas de patio tenían un riesgo significativamente más bajo de infección comparadas con las de operaciones comerciales a gran escala. Las operaciones industriales de codornices y pollo fueron al menos cuatro veces más propensas a ser infectadas que las aves de patio. Así que las granjas industriales no solo son incubadoras de cepas altamente patológicas, según la mejor ciencia disponible, sino que podrían tener un papel importante en la propagación subsecuente del virus, en parte por las entradas y salidas masivas que requiere este tipo de cría industrial. Entran toneladas de comida y agua y salen toneladas de desperdicios. Decenas de miles de moscas, y los ventiladores industriales expulsando polvo y desperdicios al campo, contaminando potencialmente el aire, la tierra, los insectos, los roedores, el transporte. El estilo de producción industrial puede generar un estilo de contaminación ambiental industrial.

Los investigadores de la Johns Hopkins University School of Public Health se dieron cuenta de que sus conclusiones eran consistentes con otros brotes altamente patógenos, como en los Países Bajos, Canadá, Italia u otras enfermedades. Las granjas industriales están en alto riesgo. Concluyeron que no hay evidencia empírica que apoye el mito de que las bandadas de patio son de alguna manera el origen del problema. Nuevamente,llevamos criando aves en patios traseros desde hace casi 4000 años antes de que esta enfermedad se saliera de control. En otros factores, los estudios vieron que se había menospreciado la bioseguridad, incluso en países en desarrollo que aseguran contar con la mejor bioseguridad del mundo. Según el North Carolina University Poultry Health Management, una buena bioseguridad sigue siendo una mera ilusión en la avicultura intensiva.

Un brote de gripe aviar en Virginia en 2002 terminó en la muerte de 4 millones de aves. Se abrió camino dentro de 200 granjas industriales, poniendo en evidencia lo poco protegidas que están estas poblaciones avícolas contra este tipo de infección. Debido a la rápida propagación de la gripe aviar en Virginia en esa década, los virólogos avícolas de la USDA concluyeron lo obvio: que la bioseguridad de muchas granjas es inadecuada. Unos investigadores de la Universidad de Maryland inspeccionaron instalaciones de pollos en Delaware, Maryland y Virginia, la zona en la que quizás haya más concentración de pollos en el mundo, y concluyeron que estas bandadas de pollos se encuentran constantemente en riesgo de infección debido a la baja bioseguridad. Pero incluso si la industria cumpliera perfectamente con estas pautas, o si todos los que entran y salen tomaran baños antisépticos y lavaran las botas y las manos, podría no ser suficiente.

Sabemos que las moscas pueden transportar el H5N1 y no puedes controlarlas en una granja avícola. Verás, el H5N1 es un patógeno de bioseguridad nivel 3+. Lo que significa que en un laboratorio el virus debe ser manejado en edificios de alta contención especialmente diseñados con compuertas de aire, puertas dobles, ducha dentro y fuera, con todos los pisos, paredes y techos sellados e impermeables. Todos los enchufes y entradas de teléfono deben ser sellados con silicona para prevenir las fugas de aire. Todas las superficies son descontaminadas diariamente. Los desechos sólidos incinerados. Así es como se debe manejar un virus. Es la bioseguridad. Sin embargo, la industria avícola global parece criar virus como el H5N1 con un nulo nivel de bioseguridad. Así que puede no solo estar jugando con fuego sin posibilidad de apagarlo, sino que además puede estar avivando las llamas sin forma alguna de contenerlo.

Un destacado virólogo avícola de la USDA dijo en una reunión de científicos de la gripe aviar: “Por desgracia, ese nivel de bioseguridad no existe en Estados Unidos”. Y duda que realmente exista en algún lugar del mundo. Según unl profesor emérito de aves de corral, autor del Handbook on Livestock Diseases, los estándares en bioseguridad pueden estar disminuyendo en un intento de aminorar los costos de la industria. Las medidas de seguridad actuales son mejor que nada, pero probablemente no queramos arriesgar la vida de millones de personas solo para tener pollo más barato.

Una pandemia causada por el H5N1 o un virus futuro similar tiene la capacidad de desencadenar una de las mayores catástrofes de todos los tiempos. Para disminuir el riesgo de crear virus de la gripe aviar más peligrosos, la industria aviar debe revertir su curso, alejarse de la intensificación y, por ejemplo, como dice esta publicación de la New York Academy of Sciences, reemplazar los grupos industriales por granjas más pequeñas con menos animales, lo que puede resultar en menos estrés, menos susceptibilidad a enfermedades, menos contenido infeccioso y menos carga infecciosa en general.

En 2007, la revista de American Public Health Association publicó una editorial que fue más allá, sugiriendo la desintensificación de la industria avícola. Cuestionaron la prudencia de criar tantos pollos en primer lugar. En su editorial “Chickens Come Home to Roost” dicen que es curioso que el hecho de cambiar la forma en que los humanos tratan a los animales, (básicamente dejar de comerlos o, en el menos radical de los casos, limitar la cantidad que comemos) ni se plantea como medida preventiva. Si se adopta tal cambio con suficiente dureza, incluso en esta situación avanzada, se podría reducir la tan temida pandemia de gripe. Incluso podría prevenir de futuras enfermedades desconocidas que podrían resultar de la cría intensiva de animales para su consumo. Aun así, ni siquiera consideramos esta opción. No solemos ocuparnos de las cosas hasta después del desastre. Esperemos que no haga falta una pandemia para que nos lo tomemos en serio. La editorial concluye: “Aquellos que consumen animales, no solo dañan a esos animales y se ponen en peligro, sino que también amenazan el bienestar de las generaciones futuras”.

Para cambiar la imagen de las aves, es hora de que saquemos la cabeza del hoyo y reconozcamos el riesgo que puede surgir del maltrato a otras especies. La manera en que tratamos a los animales puede afectar la salud pública mundial. No es sorpresa que la American Public Health Association, la asociación de salud pública más grande del mundo, haya pedido una moratoria para las granjas industriales, una solicitud a las autoridades federales, estatales y locales de prohibir la instalación de nuevas granjas intensivas para proteger la salud de las comunidades locales respecto al aire, el agua, la contaminación del suelo y en general. La prudencia de esta medida ciertamente crece con nuestro mayor entendimiento del papel que desempeñan estas operaciones en las enfermedades infecciosas emergentes. 

A menudo me preguntan cómo responde la industria a este tipo de mensajes de la comunidad científica. El verano pasado la ONU publicó otro informe sobre los riesgos para la salud de la ganadería intensiva. Permíteme mostrarte cómo respondieron las agropecuarias estadounidenses. Feedstuffs es una de las publicaciones más importantes de la industria agropecuaria en Estados Unidos, y en una editorial respondieron de la siguiente manera al informe de la FAO: “La FAO afirma utilizar científicos para sus informes, pero me pregunto si no serán hombres barbudos que viven en una cueva de Pakistán y quieren llamar la atención de Estados Unidos”. Muy al estilo de “si no estás conmigo, estás contra mí”, una actitud común en la industria, por desgracia. Aunque este es un ejemplo extremo. Dentro de la industria hay quienes pueden tener una visión a largo plazo más amplia. El experto en salud aviar y la avicultura desde hace mucho tiempo, Ken Rudd, escribió un artículo en Poultry Digest llamado “Poultry Reality Check Needed”. Con sus 37 años de experiencia en la industria avícola, concluyó con estas palabras proféticas: “Es momento de decidir. Podemos seguir como siempre, buscando costos más bajos, o podemos hacer los cambios prudentes necesarios para restablecer el equilibrio entre economía y salud aviar de largo alcance. Pagaremos ahora o después, pero está claro que de una manera u otra lo vamos a pagar”.

Así que, reducir el consumo de pollo y luchar contra la cría industrial como pidió la ONU puede prevenir la aparición de futuros virus, pero el H5N1 ya apareció, ya se ha propagado y ha mutado a formas más peligrosas y ahora es endémico en la población aviar de dos continentes; su erradicación parece poco probable. El Dr. Michael Osterholm es el director del Center for Infectious Disease Research and Policy de Estados Unidos, un director asociado dentro del Department of Homeland Security. Intentó describir cómo se vería una pandemia de H5N1 en una de las revistas de política pública más importantes llamada Foreign Affairs. Pidió a los responsables políticos considerar la devastación del tsunami del 2004 en el sur de Asia. Dijo: “Dupliquen el tsunami en todos los centros urbanos y comunidades rurales más importantes del mundo. Añadan el miedo paralizante y el pánico al contagio y empezamos a hacernos una idea del potencial de una pandemia de gripe”. Eso piensa él. Un tsunami en cada ciudad, en cada pueblo, en todas partes personas ahogándose con sus propios fluidos corporales. O podríamos pensar en el Katrina. Imagínate que cada ciudad se convierta en el Nueva Orleans de ese huracán al mismo tiempo y todo, quizá, porque la gente insiste en comer pollo.

La próxima pandemia puede ser un desastre antinatural creado por nosotros. Una pandemia de impacto moderado puede resultar en el mayor desastre humano jamás visto, más grande que el SIDA, 11/9, todas las guerras del siglo XX y el tsunami juntos. Tiene el potencial de cambiar el rumbo de la historia como la peste negra en Europa en el siglo XIV. Esperemos que el futuro nos depare menos cría intensiva de millones de aves confinadas para poder reducir el riesgo de estar en una situación así de peligrosa.

Mi intención es simplemente centrarme en la prevención primaria, encontrar la causa pero, con la propagación sin precedentes de este virus ya conocido, es importante que estemos preparados para la siguiente pandemia de gripe. Voy a mencionar algunas fuentes. El CDC de Estados Unidos tiene información sobre pandemias en español: https://www.cdc.gov/Spanish/ Encontrarás listas de verificación de preparación para pandemias para empresas, escuelas, comunidades, grupos religiosos, hasta la preparación individual y familiar, para saber juntar los suministros esenciales para refugiarse durante una pandemia, es decir, aislarnos nosotros y la familia en casa hasta que pase el peligro. El Department of Homeland Security de Estados Unidos se imagina que las familias estadounidenses podrían estar en cuarentena hasta 90 días en caso de pandemia para asegurar el distanciamiento social. Como en emergencia por nevada, que te quedas en casa y solo sales si es 100% necesario, pero en lugar de que sea por un día o dos podría ser semanas o incluso meses. ¿Todos listos para quedarse en casa tres meses? Si tenemos que salir a la tienda de la esquina a comprar papel higiénico, podríamos traer a casa algo más que eso.

Termino con una cita de la Organización Mundial de la Salud, la conclusión. “La conclusión es que debemos pararnos a pensar en cómo tratamos a los animales, cómo los criamos y cómo se comercializan; es decir, la relación entre el reino animal y el reino humano no es buena. En esta era de plagas emergentes tenemos miles de millones de tubos de ensayo con alas y rabos para que los virus incuben y muten de millones de maneras desconocidas. Sin embargo, con la culpa viene la esperanza. Si los cambios en el comportamiento humano pueden ocasionar nuevas plagas, entonces también podrían prevenirlas en un futuro. Muchas gracias.

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Video de la Humane Society de los Estados Unidos

A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Diana Montejano y Ángela Graña Varela.

Los dos grandes retos a los que se enfrenta la humanidad, según las Naciones Unidas, son el cambio climático y las enfermedades infecciosas emergentes, especialmente la pandemia de gripe. El enfoque actual de las discusiones y debates sobre pandemias se centra comprensiblemente en lo que la comunidad de la salud pública llamamos “prevención secundaria”, es decir, mediar el impacto de la próxima pandemia; una intervención análoga a las mamografías. Las mamografías no previenen el cáncer, pero si lo detectan en etapa temprana, por ejemplo, podemos disminuir la morbilidad y la mortalidad. Lo mismo ocurre con la planificación pandémica. Pero ¿qué pasa con la prevención primaria? Es la posibilidad de prevenir la aparición de virus pandémicos en primer lugar. Al igual que el cáncer, la causa raíz es multifactorial, difícil de descifrar, pero es algo que vale la pena explorar de todos modos, y algo que me gustaría abordar aquí.

Retrocedamos unos cuantos años, a 1981. En los Estados Unidos, Ronald Reagan prestaba juramento. MTV transmitía Indiana Jones y Pacman estaba de moda. En junio, el CDC publicó un pequeño boletín: cinco hombres de Los Ángeles se estaban muriendo con unos síntomas extraños. Desde sus humildes comienzos, el SIDA ha matado a 25 millones de personas. Ahora, la propagación del virus del SIDA ha sido facilitada por la promiscuidad, el almacenamiento de sangre, el uso de drogas intravenosas, pero ¿dónde se originó el virus en primer lugar? Por supuesto que el SIDA no es nuestra única enfermedad nueva, también está el SARS, el ébola, las vacas locas, la gripe aviar. ¿De dónde emergen estas enfermedades? Bueno, retrocedamos un poco más, mucho más. Los seres humanos han habitado el planeta por millones de años; sin embargo, durante la mayor parte de la evolución humana no hubo enfermedades epidémicas.

Nadie contraía el sarampión, porque simplemente no existía. Nadie enfermó de viruela, gripe o incluso de un resfriado común hasta hace aproximadamente 10000 años. Los antropólogo médicos han identificado tres periodos importantes de enfermedad desde el principio de la evolución humana, y el primero comenzó hace 10000 años con la domesticación de los animales. Cuando empezamos a criar animales de corral, ellos se trajeron las enfermedades consigo. Cuando domesticamos vacas y ovejas, por ejemplo, también domesticamos su virus de la peste bovina, que después se convirtió en sarampión humano, el cual ahora se considera una enfermedad relativamente benigna. En los últimos 150 años, el sarampión ha matado a 200 millones de personas. Y, en cierto sentido, todas estas muertes pueden rastrearse unos cuantos cientos de generaciones atrás, hasta la domesticación del ganado. La viruela probablemente viene de la viruela del camello. Domesticamos cerdos y tuvimos tos ferina. Domesticamos pollos y tuvimos fiebre tifoidea y diseminadores; también domesticamos a los patos y tuvimos la gripe. Antes de la domesticación de patos probablemente nadie había contraído la gripe. La lepra es probable que provenga de los búfalos de agua, y el resfriado común de los caballos. ¿Qué tan seguido podían estornudar los caballos en la cara de las personas antes? Hasta entonces, el resfriado era posiblemente común solo para ellos.

En su libro ganador del premio Pulitzer, Guns, Germs and Steel, el profesor Diamond intentó explicar por qué las enfermedades de los europeos que desembarcaron en América aniquilaron a más del 95% de la población y no al revés. ¿Por qué las plagas de los nativos americanos no mataron a los europeos? Simple, porque no había plagas. En su capítulo Lethal Gift of Livestock”, explica cómo antes de la llegada de los europeos teníamos búfalos, pero no domesticados, así que tampoco teníamos sarampión. Los camellos americanos se extinguieron en la glaciación del Pleistoceno, por lo que no había viruela. Sin cerdos y sin tos ferina. Sin pollos y sin tifoidea. Así que, mientras que la gente se morían en millones en Europa y Asia, nadie moría de enfermedades en el “nuevo mundo”, básicamente porque no había animales extranjeros para domesticar. No había contagio de enfermedades provenientes de animales.

El siguiente período de enfermedades humanas empezó hace tan solo unos cuantos cientos de años con la revolución industrial de los siglos XVIII y XIX, que condujo a una epidemia de las llamadas enfermedades de la civilización: diabetes, obesidad, enfermedades cardíacas, cáncer, etc. Pero a mediados del siglo XX se pensaba que al menos la era de las enfermedades infecciosas había terminado. Ya teníamos penicilina, erradicamos la poliomielitis y la viruela. De hecho, en 1968, el cirujano general de los Estados Unidos declaró que la guerra contra las enfermedades infecciosas se había ganado. En 1975, el decano de la escuela de medicina de Yale afirmó que no había nuevas enfermedades por descubrir, excepto, tal vez, el cáncer de pulmón. Pero incluso los premios Nobel fueron seducidos por el optimismo embriagador de la época. Un famoso virólogo escribió en un libro de texto en 1962: “Escribir sobre enfermedades infecciosas es casi como escribir sobre algo que ha pasado a la historia. El pronóstico más probable del futuro de las enfermedades infecciosas”, escribió, “es que será muy aburrido”. Pero entonces algo cambió. Décadas después de que la mortalidad por enfermedades infecciosas haya disminuido en los Estados Unidos, esa tendencia se ha revertido. Este es un gráfico del Center for Disease Control que muestra la mortalidad por enfermedades infecciosas a lo largo los últimos 50 años aproximadamente. Como puedes ver, empieza a disminuir. Disminuye, disminuye, disminuye, pero luego en 1975 empieza a subir. La cantidad de estadounidenses que morían por enfermedades infecciosas empezó a incrementar. Desde alrededor de 1975, nuevas enfermedades empezaron a surgir y resurgir a un ritmo nunca antes visto en las revistas de medicina. Más de 30 nuevas enfermedades en 30 años y casi todas eran virus nuevos. De hecho, el concepto de enfermedad infecciosa emergente ha pasado de ser una mera curiosidad en el campo de la medicina a ser una disciplina en pleno punto de mira.

Podríamos enfrentarnos pronto ,según el Instituto de Medicina de los Estados Unidos, a lo que llaman una tormenta catastrófica de amenazas microbianas. Estamos ahora en la tercera era de las enfermedades humanas y parece haber empezado hace apenas 30 años. Los historiadores médicos han llamado a nuestro tiempo la “era de las plagas emergentes”, de las cuales casi todas provienen de animales. Pero ya domesticamos animales hace 10000 años. ¿Qué ha cambiado en las décadas recientes para ponernos en la situación actual? Bueno, pues hemos cambiado la forma de vida de los animales. En Connecticut, por ejemplo, en 1975 se descubrió la enfermedad de Lyme. Desde entonces, se extendió por los 50 estados y afectó a un promedio de 100000 estadounidenses. La enfermedad de Lyme la causan las garrapatas de venados infestadas de bacterias, pero el huésped principal no es el venado, sino el ratón de patas blancas. Las garrapatas en sí no son tan lindas como ellos, pero hemos compartido el bosque con ellas desde siempre. Lo que ha cambiado es la ciudad. Las garrapatas de patas negras viven en los ratones de patas blancas, mantenidas a raya por los depredadores del bosque. Pero luego vienen los promotores urbanos y arrasan con los bosques para hacer barrios nuevos, ahuyentando a los zorros y gatos monteses, lo que da como resultado más ratones, más garrapatas y más enfermedades.

Estamos cambiando la forma en que viven los animales. Retrocediendo un poco más con las grandes naciones productoras de ganado que lucharon en la segunda guerra mundial. Lo que hizo Argentina fue aprovechar la situación y expandir mucho su industria cárnica, a expensas de su selva tropical. Allí descubrimos el virus mortal o, más bien, nos descubrió él, y esto extendió los virus de la fiebre hemorrágica a través de todo el continente. En el otro lado del mundo, la deforestación de la selva africana extendió otra buena cantidad de virus de fiebre hemorrágica, incluído el virus de Lassa, la fiebre del valle de Rift y, por supuesto, el ébola. Las incursiones de la selva africana eran caminos trazados por las madereras transnacionales que se adentraban en la selva profunda, gracias a los migrantes hambrientos que sobrevivieron con carne de animales silvestres, matándolos para comer. Esto incluye más de 26 especies de primates, algunos de ellos grandes simios en peligro de extinción, gorilas y chimpancés, que fueron cazados, masacrados y vendidos como comida. Al canibalizar a nuestros hermanos primates, nos expusimos a ciertos virus hechos para nuestra fisiología. De hecho, los brotes recientes de ébola, por ejemplo, han sido rastreados hasta la exposición a cuerpos infectados de grandes simios cazados para comer. El ébola es una de las infecciones más mortales pero que no se expande tan eficientemente como otros virus, como el VIH.

La teoría principal sobre la aparición del virus del SIDA es la exposición directa a la sangre y secreciones de un animal al cazar, despedazar y consumir carne contaminada. Los expertos creen que el escenario más probable es que el VIH surgió de humanos que se abrían paso en la jungla y cazaban chimpancés para comer. Ahora, en muchos países de África, la prevalencia del VIH excede el 25% de la población adulta y deja huérfanos a millones de niños. Alguien cazó un chimpancé hace algunas décadas y ahora 25 millones de personas han muerto por ello. Claro que la caza ha existido por miles de años. Sí, pero no como ahora.

Con una demanda de carne de caza que supera los suministros locales, lo que han hecho algunos países es establecer granjas de producción intensiva en cautividad, llenas de animales salvajes en jaulas sucias que venden de contrabando por todo el mundo. Este comercio intensivo de carne de caza empezó en los mercados de animales vivos de Asia, particularmente en la provincia de Guangdong, una provincia sureña que rodea Hong Kong en la que inició la amenaza de gripe aviar. El gato civeta, producto popular en estos mercados de animales chinos, además de ser criado por su carne, también produce el café más caro del mundo. El llamado café de civeta se produce alimentando a las civetas cautivas con granos de café, y el resto lo puedes imaginar. Recuperan los granos parcialmente digeridos de sus heces. Se dice que una sustancia similar al almizcle de consistencia mantecosa secretada por las glándulas anales le da al café su distintivo sabor. Se podría decir que esta bebida única es buena hasta la última gota. Este animal fue señalado como causante de la epidemia del SARS. Como dice la revista médica Lancet: “Una elección culinaria en el sur de China provocó una infección letal en Hong Kong”.

Provocó 8000 casos de SARS, con casi 1000 muertes en 30 países y 6 continentes. Podrían haberse conformado con Starbucks. Los mercados de animales vivos cogieron unos virus que en medicina humana solo se conocían por causar el resfriado común y los convirtieron en SARS letales que se expandieron por todo el mundo. Los virus pueden salir de la selva en animales vivos o muertos, como mascotas o carne de consumo. En 2003, el comercio de mascotas exóticas trajo la viruela del mono de las junglas de oeste de África a Wisconsin. El contrabando de aves podría ser el causante de importar el virus del Nilo Occidental al hemisferio occidental. Llegó a Nueva York en 1999 y se extendió por todo el país. Cientos de muertes humanas, miles de casos y todo, quizás, por una simple ave importada.

Estamos cambiando la forma en que viven los animales y contribuyendo a la aparición de estas nuevas enfermedades. Pero hay un cambio que hemos hecho en nuestra relación con los animales que realmente supera lo demás. En respuesta a este surgimiento y resurgimiento de enfermedades infecciosas, las tres principales autoridades del mundo se reunieron para una consulta conjunta. La Organización Mundial de la Salud, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura y la Organización Mundial de la Salud Animal (la máxima autoridad veterinaria) se reunieron para descubrir las causas subyacentes de esta era de plagas emergentes. Encontraron cuatro, cuatro riesgos, cuatro tipos principales de factores de riesgo para el surgimiento y expansión de estas nuevas enfermedades. Sí, hablaron sobre el tráfico de mascotas exóticas y sobre la carne de caza, pero lo principal en su lista fue la creciente demanda de proteína animal por todo el mundo. Sí, hemos domesticado animales desde hace 10000 años, pero nunca tanto como ahora, especialmente cerdos y aves.

Antes los pollos solían picotear por el corral, pero ahora los pollos criados para consumo se hacinan en cobertizos con decenas de miles de aves. Cerca de la mitad de las gallinas ponedoras están confinadas en lo que se llama jaulas en baterías. Estos pequeños espacios de alambre se extienden por largas hileras en cobertizos sin ventanas y puede haber más de un millón de aves en una sola granja. Casi la mitad de los cerdos también están hacinados en estas granjas de confinamiento intensivo. Así es como la granja del “viejo MacDonald” ha sido reemplazada por la granja del nuevo McDonald. Estos sistemas intensivos representan el mayor cambio en nuestra relación con los animales en 10000 años. No sorprende que esto sea un caldo de cultivo de enfermedades. Refresquemos la memoria. En China, la nación con la producción de cerdos más grande, en 2005 sufrieron un brote sin precedentes de un patógeno emergente del cerdo, el estreptococo, que causa meningitis y sordera en las personas que manipulan los productos de cerdos infectados. Cientos de personas se infectaron y fue la cepa más letal registrada. ¿Por qué? Según la Organización Mundial de la Salud, se debe a estas condiciones de confinamiento intensivo. La USDA declaró que “Todos los estreptococos comienzan siendo inofensivos como flora intestinal natural, pero el efecto inmunosupresor del estrés, debido al hacinamiento y la poca ventilación, provoca que la bacteria se vuelva invasiva y cause infecciones en el cerebro, la sangre, los pulmones y el corazón hasta matarte”. Empieza siendo inofensivo y se vuelve letal. Esto es lo que parece provocar este tipo de condiciones, pero es que los animales no deberían vivir así.

En los criaderos de cerdos de Malasia se desarrolló el virus de Nipah, una de las infecciones humanas más letales; es una enfermedad respiratoria contagiosa que mata al 40% de los infectados y ocasiona infecciones cerebrales, lo que la coloca en la lista oficial de EE.UU. como un agente de bioterrorismo. De nuevo, según uno de los líderes en el campo, está relacionado con la forma en la que se está criando a los animales. Así que las tres eras de las enfermedades humanas se pueden caracterizar primero como enfermedades de domesticación, después como enfermedades de industrialización y finalmente las del uso del suelo y la intensificación agrícola. Hemos tomado animales herbívoros como las vacas y ovejas y los hemos convertido en carnívoros y caníbales al alimentarlos con los propios desperdicios de los mataderos, sangre y estiércol; después elegimos animales tan enfermos que ni siquiera pueden caminar y con ellos alimentamos a las personas y así tenemos la enfermedad de las vacas locas. Les suministramos antibióticos a los animales de granja por montones. Esta es la cantidad total de antimicrobianos utilizados para la medicina humana cada año. Ahora compara eso con la cantidad utilizada para los animales de granja, solo para ayudarlos a crecer o para prevenir enfermedades en un ambiente tan estresante y antihigiénico. Millones de kilos al año, y ahora contamos con bacterias resistentes a medicamentos, y nosotros como médicos nos estamos quedando sin opciones de buenos antibióticos. Los científicos de la Universidad de Nueva York siguieron el rastro de estas superbacterias, empezando, por ejemplo, con el suministro masivo de los antibióticos tipo Cipro a pollos, y encontramos contaminación fecal del cadáver en su sacrificio. Compramos pollo en el supermercado contaminado con materia fecal, lo que conlleva a infecciones humanas más prolongadas y severas.

El CDC se puso las pilas. Se gastó un millón de dólares en un periodo de tres años realizando análisis rectales en pacientes recién ingresados en un hospital. Esto es lo que encontraron. Básicamente, no encontraron ninguna bacteria resistente a los antibióticos en aquellos que no tuvieron ningún contacto con aves de corral frescas o congeladas. Pero, al menos, estos supergusanos no se transmiten bien de persona a persona. Con la aparente intención de la industria de la ganadería de reproducir estos nuevos patógenos, ¿qué pasaría si alguna de estas granjas de animales originara un virus capaz de ocasionar una pandemia global?

Déjame poner esta amenaza de nuevas enfermedades animales en perspectiva. El SARS infectó a miles de humanos y mató a cientos de ellos; el Nipha infectó a cientos y mató a muchos; el estreptococo infectó a muchos y mató a docenas de ellos. Ahora, el SIDA ha infectado a millones, pero solo hay un virus en el mundo que puede propagarse rápidamente e infectar a miles de millones, y es la gripe. La gripe, la supuesta última gran plaga de la humanidad, es el único patógeno conocido capaz de crear una catástrofe global en la actualidad. A diferencia de otras enfermedades importantes como la malaria, que está confinada en gran medida en el ecuador, o el virus del VIH, que solo se transmite por medio de fluidos, la gripe se considera como el único patógeno capaz de literalmente infectar a la mitad de la humanidad en cuestión de meses.

En los últimos 4500 años, desde que la gripe afecta a nuestra especie tras la domesticación de las aves, esta ha sido una de las enfermedades más contagiosas. Pero solo desde que surgió la cepa altamente patógena H5N1 es que el virus se convirtió en uno de los más letales. El H5N1 se extendió fuera de Asia en 2004, 2005, 2006 y hasta la actualidad, y ha matado solo unos cientos, unos cuantos cientos de personas. No estoy tratando de minimizarlo, cada muerte es una tragedia terrible, pero en un mundo en el que millones de personas siguen muriendo de enfermedades como el SIDA o la tuberculosis, ¿por qué hay tanta preocupación por la llamada gripe aviar? Porque ya ha sucedido antes. Porque la última vez que el virus de la gripe aviar se adaptó a los seres humanos, desencadenó la peor plaga en la historia de la humanidad: la pandemia de gripe de 1918. Las cepas modernas de gripe suelen evitar a los adultos jóvenes y sanos, pero en 1918 el virus mató a personas que estaban en la flor de sus vidas. En 1918, un cuarto de la población estadounidense enfermó. Esta es una tabla que muestra el porcentaje de la población que murió. El mayor causa de muerte en masa de la humanidad se le escapó a los científicos por casi cien años antes de que se descubriera una fosa común en Alaska. Las víctimas congeladas en permafrost durante 80 años tenían rastros del virus en sus pulmones, lo que permitió a los científicos descifrar el código genético del virus de 1918 y resolver así uno de los misterios médicos más grandes de todos los tiempos.

El gran asesino de la humanidad fue la gripe aviar. La primera víctima civil en EE.UU. fue curiosamente el 11 de septiembre de 1918, y después en solo un mes, aquí tienes la semana uno, semana dos, semana tres y semana cuatro. Y esto es 1918. Al ritmo de locomotora de vapor. Los científicos del Imperial College of London hicieron una simulación de cómo se extendería una pandemia en la actualidad en el Reino Unido. Científicos de Los Alamos hicieron una simulación en sus supercomputadoras para ver cómo se podría extender una pandemia en la era de los viajes aéreos comerciales. Aquí Los Ángeles en la simulación; en pocas semanas, el país entero está infectado. En 1918, entre 50 y 100 millones de personas perdieron la vida. Un virus similar, actualmente, puede matar a muchos, muchos más. Lo que para millones comenzó como dolores musculares y fiebre, terminó unos días o incluso horas después con muchas personas sangrando por los ojos, la nariz, los oídos y los pulmones. Huérfanos sin hogar, sus padres muertos, deambulaban por las calles vacías. Un funcionario del este, agonizante, envió una advertencia urgente al oeste: “Junten a los carpinteros y póngalos a hacer ataúdes y a sus trabajadores en las calles a cavar tumbas”. Este es un recorte del New York Times. En ese momento había víctimas de la plaga por todos lados y pilas de cuerpos consumidos por las llamas. Muchas víctimas se ahogaron en su propia sangre. Se dice que sus cuerpos, azules por la asfixia, se apilaban por montones afuera de las morgues, y la ciudad se quedó sin ataúdes así que hacían fosas comunes. Esa gripe aviar mató a más personas en 25 semanas que el SIDA en 25 años. Ninguna guerra, ninguna plaga, ninguna hambruna ha matado a tanta gente en tan poco tiempo como la pandemia de 1918.

Aún así, en 1918 la tasa de mortalidad fue de menos del 5%. La muerte estimada de decenas de millones de personas en la siguiente pandemia está basada en el mismo índice de mortalidad de 2 a 3%. El CDC la llama ahora una pandemia de categoría 5, con alrededor del 2% de mortalidad y aproximadamente 2 millones de estadounidenses muertos. Ese es un 2%. Oficialmente, el H5N1 ha matado a más de la mitad de sus víctimas humanas. Ni merecía la pena echarlo a suertes para ver si se sobrevivía o no a la enfermedad. El Dr. Robert Webster, la máxima autoridad mundial sobre gripe aviar, dijo: “Si nos fijamos en 1918, el 2.5% de las personas murieron. ¿Cuántos han muerto de gripe aviar? El 50%. No habíamos algo así desde la era de las plagas”. Más de 60 millones de estadounidenses enferman de gripe cada año. ¿Qué pasaría si de pronto esa gripe se vuelve letal? Eso es lo que les quita el sueño a muchos: la posibilidad de que de pronto un virus como el H5N1 pueda desencadenar una pandemia. Sería como combinar una de las enfermedades más contagiosas, la gripe, con una de las más letales, como una combinación del ébola con el resfriado común.

¿De dónde vino este virus? Últimamente se habla de la gripe aviar como una posible pandemia de H5N1, como si fuera un desastre natural (como un huracán o un terremoto) que no podemos controlar. Sin embargo, la realidad es que la próxima pandemia puede ser un desastre antinatural provocado por nosotros mismos. En las aves de corral, la gripe aviar ha pasado de ser una enfermedad extremadamente rara a una que ahora aparece cada año. El número de brotes de gripe aviar altamente patógena a principios de este siglo ha excedido el total de brotes registrados en todo el siglo XX. Puedes ver que es en intervalos de 5 años. Bien, en solo los primeros 5 meses del 2006, estábamos justo aquí, sin brotes y hasta hoy. Si vemos a la cantidad de aves involucradas, el incremento es aún más dramático. En esta gráfica no hay ni un bache hasta 1980. La gripe aviar parece estar experimentando una rápida evolución. Como dijo un experto en la gripe: “No hemos recibido más que unos pocos copos de nieve de la avalancha”. El incremento de los brotes en pollos coincidió con en la transmisión en humanos.

Hace poco más de 10 años no se conocía a una sola persona con un contagio directo de gripe aviar, pero desde el surgimiento del H5N1 en 1997, cuatro virus de la gripe aviar han afectado a personas desde Hong Kong hasta Nueva York, y podemos añadir también los cuatro casos en Inglaterra y Gales en 2007. En el brote de los Países Bajos, existe evidencia de una investigación gubernamental de mil personas infectadas, ya que trabajadores avícolas sintomáticos transmitieron el virus a un 59% de los miembros de sus familias. Transmisión de persona a persona a un ritmo de gripe estacional. Hace diez o doce años, básicamente nadie había enfermado de la gripe aviar y, ahora, hemos tenido más de mil casos alrededor del mundo. En los Países Bajos murieron 30 millones de pollos, pero solo una persona. Uno de los veterinarios murió trágicamente, lo que quiere decir que el virus de los Países Bajos sabía propagarse pero no era muy letal.

El H5N1 es al revés. El H5N1 ni siquiera sabe propagarse bien de aves a humanos. Han pasado 10 años; poco más de 10 años. Solo unas pocas personas se han infectado, unos cuantos cientos. Así que tampoco parece ser bueno propagándose de persona a persona, pero la letalidad humana de la cepa es feroz, más de 10 veces la del peor virus registrado; el que desencadenó la pandemia de 1918. Lo que nos enseñó el brote de los Países Bajos es que el virus puede evolucionar para transmitirse de persona a persona. Lo que nos enseñó el H5N1 es que el virus puede evolucionar para convertirse en un asesino humano muy eficiente. Si permitimos que esta tendencia continúe, nuestra peor pesadilla se puede convertir en realidad. Lo peor de ambos mundos: contagio y muerte. Así que para ralentizar o detener esta rápida emergencia del virus de la gripe altamente patógeno, primero hay que preguntarse: ¿qué inició esta avalancha en primer lugar? ¿Qué ha cambiado en las últimas décadas para provocar esto?

La aparición del H5N1 se atribuyó a las bandadas y aves silvestres, pero hemos tenido pollos en nuestros jardines desde hace miles de años y las aves han migrado por millones. La gripe aviar ha existido desde siempre. ¿Qué la convirtió en letal? El principal corresponsal de “News Hour with Jim Lehrer” hizo esa pregunta al Dr. Webster, el llamado padrino de la investigación de la gripe. “¿Hubo algo cualitativamente diferente en esta última década que causó que esta enfermedad cambiara? ¿Algún tipo de condición cambiante que de repente desencadenase todo?” Webster respondió: “Las prácticas agrícolas han cambiado”. Se refería a crecer en una granja, pero “ahora ponemos millones de pollos en una fábrica avícola al lado de una fábrica porcina, y este virus tiene la oportunidad de meterse en una de estas fábricas de pollo y hacer miles y miles de millones de mutaciones. También ha cambiado la forma en que criamos a los animales y nuestra interacción con ellos”. También habló de que los virus han escapado de las naves e infectado a las aves silvestres. Hemos cambiado la forma en que criamos animales, porque criamos miles de millones.

Si pusiéramos con las alas abiertas a todos los pollos que sacrificamos en un día darían la vuelta al planeta más de 2 veces. El gran cambio en la ecología de la gripe aviar ha sido la intensificación del sector avícola. El consumo de carne y huevo del mundo en desarrollo se ha disparado, lo que hace que estas instalaciones comerciales de pollo a gran escala creen el medio ambiente perfecto para la aparición y propagación de estas ”supercepas” de gripe. A principios de los años 80, casi todos los pollos de China se criaban al aire libre en los patios, pero ahora hay 63000 operaciones intensiva en China, y algunas de estas granjas de confinamiento tienen incluso 10 millones de aves. La Organización Mundial de la Salud responsabiliza la aparición del H5N1, el SARS, el virus de Nipah y todos estos nuevos virus asiáticos, en parte, a lo que llaman un consumo excesivo de productos de origen animal provenientes de esta ganadería intensiva

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura dijo que “parece haber un aumento de los problemas de gripe en los últimos años”. A esto se refiere. Esto es de la Organización Mundial de la Salud. Todos estos son los nuevos virus de gripe que infectaron a humanos en el último siglo o un poco más. Ahora pon atención en 1995. Otra instancia en la que pasamos de casi anda a una avalancha. ¿Por qué? Según la mayor autoridad agrícola en el mundo, se piensa que está relacionado en gran medida con la intensificación de la producción avícola y, probablemente, con la producción de cerdo también. Elaboraron un documento interno de la FAO: “La propagación entre pollos, particularmente en estas condiciones de cría intensiva, ocasiona que el virus mute y se adapte a tipos de infecciones altamente patógenas más severas. La producción intensiva favorece la rápida propagación de los virus en lo que llaman ‘incubación’ de baja patogenicidad a alta patogenicidad”.

Parece que las granjas industriales pueden considerarse incubadoras para la aparición de cepas de este virus altamente patógeno. En este diagrama muestran el origen de una pandemia humana empezando con el incremento de la demanda de productos avícolas y terminando con un virus capaz de transmitirse de persona a persona. Las Naciones Unidas han pedido a todos los gobiernos que luchen contra lo que llaman la cría intensiva. Un comunicado de prensa de las Naciones Unidas dice: “Los gobiernos, las autoridades locales y las agencias internacionales necesitan ponerse firmes al combatir el papel de la cría intensiva que, combinada con estos mercados de aves vivas, provee las condiciones ideales para la propagación del virus y su mutación a una forma más peligrosa”.

Permíteme mostrarte cómo funciona. Todos los virus de gripe aviar empiezan siendo inofensivos para ambos: aves y humanos. Esto es muy importante. Comienzan siendo inofensivos. La gripe aviar ha existido por millones de años como un virus intestinal inofensivo en aves acuáticas, como los patos, transmitiéndose por el agua. Entonces, ¿cómo es que un bicho intestinal de un pato termina convirtiéndose en tos humana? En las personas, el virus nos tiene que enfermar para poder propagarse; tenemos que toser para disparar el virus de persona en persona. En el portador natural del virus, las aves acuáticas como los patos, no hace falta enfermar para que el virus se propague. De hecho, al propio virus le conviene que los patos no enfermen, ya que los patos muertos no pueden volar muy lejos. Así, el virus se multiplica silenciosamente y el revestimiento intestinal del pato se secreta en el agua del estanque y es tragado por otro pato y el ciclo continúa, como lo ha hecho por millones de años, sin lastimar a nadie. Pero, si un pato infectado es capturado y llevado a un mercado vivo, por ejemplo, encerrado en una jaula lo suficientemente alta como para entrar en contacto con heces de aves como los pollos, pues el virus está en problemas. Si el virus se encuentra en los intestinos de un pollo, no va a tener el lujo de propagarse por el agua fácilmente. Los pollos no picotean por los estanques, así que el virus tiene que mutar o morir.

Para nuestra mala suerte, mutar es lo que mejor sabe hacer el virus de la gripe. En su portador natural se considera en estasis evolutiva, inofensivo, pero cuando cambia a un nuevo huésped, como un ave terrestre, empieza a mutar rápidamente adquiriendo mutaciones que le ayudan a adaptarse a su nuevo huésped. Al aire libre debe resistir la deshidratación, por ejemplo, y podría necesitar desplazarse a diferentes órganos para encontrar una nueva forma de transportarse. Los intestinos ya no les serán útiles, así que buscan los pulmones para convertirse en un patógeno aéreo; malas noticias para los mamíferos terrestres, como nosotros. Empieza en los pollos como un virus acuático, pero sale como una gripe. En su nuevo huésped, mientras más virulento, más violento se vuelve, y más rápido puede inundar su sistema inmune. Sin embargo, si el virus se vuelve demasiado letal podría no propagarse tan lejos. En un ambiente al aire libre, si el virus mata a su huésped demasiado rápido, el animal morirá tan rápido que no le permitirá propagarse a muchos más. En la naturaleza, hay como un límite natural de cuan virulentos se pueden volver estos virus, o al menos así era hasta ahora.

Y empezó la producción avícola intensiva. Con el siguiente brote muy cerca, no sabemos lo peligroso que se puede poner. Los biólogos evolucionistas creen que esta es la clave de la aparición de virus depredadores hipervirulentos, como el H5N1. La transmisión de enfermedades en huéspedes inmóviles. Cuando estás en una situación en la que los saludables no pueden escapar de los enfermos, en la que el virus puede tumbarte y transmitirse igual, es casi imposible impedir que el virus mute rápidamente y se vuelva muy letal. Esto podría explicar el virus de 1918 desarrollándose tras las trincheras de la Primera Guerra Mundial. Los transportes estaban llenos; los vagones decían “8 caballos o 40 hombres”. Un virus inicialmente inofensivo en esas condiciones se volvía letal. Con millones de personas en campamentos, no podías escaparte de un enfermo. Se cree que así ganó su virulencia. Desde el punto de vista del virus, estas mismas condiciones de guerra de trincheras todavía existen. En cada gallinero industrial, en cada operación industrial de huevos, en el confinamiento, el abarrotamiento, el estrés de miles de millones, no solo millones. La industria se ha ido dado cuenta de que los virus previamente inofensivos en su huésped natural tienen toda la probabilidad de volverse más virulentos al pasar por estas grandes masas comerciales.

Una revista de la industria. Comienza inofensivo, se vuelve letal. Eso pueden hacer estas condiciones. Es evidente que no es forma de vivir para los animales. Entonces ¿cuál es el sentir de la industria avícola sobre la posibilidad de que sus propias granjas produzcan un virus capaz de matar a millones de personas en el mundo? El editor jefe de la revista Poultry escribió un editorial sobre esto. “La posibilidad de una gripe virulenta a la que no tenemos absolutamente ninguna resistencia es de temer. Sin embargo, para mí, la amenaza es mucho mayor para la industria avícola. No me preocupa tanto que haya personas muriendo de gripe aviar como que no haya pollo para comer”. Así lo expresa el Departamento de Interior. “Las aves domesticadas son el intermediario perfecto para una cepa pandémica de gripe”. Solíamos pensar que los cerdos eran un eslabón importante en esta cadena, así que hacer esto podría no ser una buena idea. El H5N1 no solo encontró la forma de matar a personas, sino que parece haber cerrado el círculo reinfectando a su huésped natural, las especies acuáticas migratorias, que pueden, potencialmente, trasladar estos virus de granjas industriales a diferentes continentes alrededor del mundo.

Ahora bien, por desgracia, hay una peculiaridad de la evolución. El tracto respiratorio de los pollos parece tener un cierto parecido al nuestro a nivel molecular, para la recepción del virus. Así, mientras el virus se vuelve más eficiente matando pollos, también se vuelve más eficiente infectándonos y matándonos a nosotros. El virólogo Earl Brown, especialista en la evolución del virus de la gripe, dijo: “Hay que decir, nuevamente, que esta cría intensiva de pollo es realmente el ambiente perfecto para la evolución del virus de la gripe aviar”.

En contraste, nunca se ha registrado un brote de un virus altamente patógeno en un grupo de pollos al aire libre. Ni una sola vez ha existido un virus mortal en pollos criados al aire libre. Puedes criar un virus letal aquí y puede escapar. Puede ser de aves de patio, en libertad, incluso aves silvestres, pero esa transición de inocuo a letal parecen suceder siempre en este tipo de condiciones, por su saturación. Recuerda, es la transmisión entre huéspedes inmovilizados por la enorme cantidad de ellos. Con una mala ventilación, los excrementos ayudan al virus. El estrés paraliza sus sistemas inmunes. Toda esa suciedad. El virus está en las heces sobre las que se recuestan, que se descomponen y liberan amoniaco que quema sus tractos respiratorios y las predispone a infecciones respiratorias. También es probable que no haya luz solar. Los rayos UV y la luz del sol son en realidad muy efectivos para destruir el virus de la gripe. 30 minutos de exposición al sol desactiva completamente el H5N1, pero puede durar días en la sombra y semanas en el estiércol húmedo.

Juntas todos estos factores y lo que tienes es un ambiente perfecto para la aparición y propagación de nuevas supercepas de gripe. ¿Qué hay de la bioseguridad? ¿No queremos que todas las aves estén en el interior, lejos de las aves acuáticas? ¿Acaso eso importa? Si estas condiciones pueden tornar a un virus inocuo en uno letal, ¿y si el virus inofensivo no puede entrar en primer lugar? Un investigador de la FAO se hizo esta pregunta. En su revisión de la mejor evidencia disponible, vieron un análisis masivo de bandadas en Tailandia en el que millones de aves fueron analizadas del H5N1, en granjas industriales y bandadas de patio. Lo que esperaban encontrar era que las aves de patio presentaran el mayor riesgo de infección, ya que están ahí expuestas al aire libre. Encontraron exactamente lo contrario. Vieron que las bandadas de patio tenían un riesgo significativamente más bajo de infección comparadas con las de operaciones comerciales a gran escala. Las operaciones industriales de codornices y pollo fueron al menos cuatro veces más propensas a ser infectadas que las aves de patio. Así que las granjas industriales no solo son incubadoras de cepas altamente patológicas, según la mejor ciencia disponible, sino que podrían tener un papel importante en la propagación subsecuente del virus, en parte por las entradas y salidas masivas que requiere este tipo de cría industrial. Entran toneladas de comida y agua y salen toneladas de desperdicios. Decenas de miles de moscas, y los ventiladores industriales expulsando polvo y desperdicios al campo, contaminando potencialmente el aire, la tierra, los insectos, los roedores, el transporte. El estilo de producción industrial puede generar un estilo de contaminación ambiental industrial.

Los investigadores de la Johns Hopkins University School of Public Health se dieron cuenta de que sus conclusiones eran consistentes con otros brotes altamente patógenos, como en los Países Bajos, Canadá, Italia u otras enfermedades. Las granjas industriales están en alto riesgo. Concluyeron que no hay evidencia empírica que apoye el mito de que las bandadas de patio son de alguna manera el origen del problema. Nuevamente,llevamos criando aves en patios traseros desde hace casi 4000 años antes de que esta enfermedad se saliera de control. En otros factores, los estudios vieron que se había menospreciado la bioseguridad, incluso en países en desarrollo que aseguran contar con la mejor bioseguridad del mundo. Según el North Carolina University Poultry Health Management, una buena bioseguridad sigue siendo una mera ilusión en la avicultura intensiva.

Un brote de gripe aviar en Virginia en 2002 terminó en la muerte de 4 millones de aves. Se abrió camino dentro de 200 granjas industriales, poniendo en evidencia lo poco protegidas que están estas poblaciones avícolas contra este tipo de infección. Debido a la rápida propagación de la gripe aviar en Virginia en esa década, los virólogos avícolas de la USDA concluyeron lo obvio: que la bioseguridad de muchas granjas es inadecuada. Unos investigadores de la Universidad de Maryland inspeccionaron instalaciones de pollos en Delaware, Maryland y Virginia, la zona en la que quizás haya más concentración de pollos en el mundo, y concluyeron que estas bandadas de pollos se encuentran constantemente en riesgo de infección debido a la baja bioseguridad. Pero incluso si la industria cumpliera perfectamente con estas pautas, o si todos los que entran y salen tomaran baños antisépticos y lavaran las botas y las manos, podría no ser suficiente.

Sabemos que las moscas pueden transportar el H5N1 y no puedes controlarlas en una granja avícola. Verás, el H5N1 es un patógeno de bioseguridad nivel 3+. Lo que significa que en un laboratorio el virus debe ser manejado en edificios de alta contención especialmente diseñados con compuertas de aire, puertas dobles, ducha dentro y fuera, con todos los pisos, paredes y techos sellados e impermeables. Todos los enchufes y entradas de teléfono deben ser sellados con silicona para prevenir las fugas de aire. Todas las superficies son descontaminadas diariamente. Los desechos sólidos incinerados. Así es como se debe manejar un virus. Es la bioseguridad. Sin embargo, la industria avícola global parece criar virus como el H5N1 con un nulo nivel de bioseguridad. Así que puede no solo estar jugando con fuego sin posibilidad de apagarlo, sino que además puede estar avivando las llamas sin forma alguna de contenerlo.

Un destacado virólogo avícola de la USDA dijo en una reunión de científicos de la gripe aviar: “Por desgracia, ese nivel de bioseguridad no existe en Estados Unidos”. Y duda que realmente exista en algún lugar del mundo. Según unl profesor emérito de aves de corral, autor del Handbook on Livestock Diseases, los estándares en bioseguridad pueden estar disminuyendo en un intento de aminorar los costos de la industria. Las medidas de seguridad actuales son mejor que nada, pero probablemente no queramos arriesgar la vida de millones de personas solo para tener pollo más barato.

Una pandemia causada por el H5N1 o un virus futuro similar tiene la capacidad de desencadenar una de las mayores catástrofes de todos los tiempos. Para disminuir el riesgo de crear virus de la gripe aviar más peligrosos, la industria aviar debe revertir su curso, alejarse de la intensificación y, por ejemplo, como dice esta publicación de la New York Academy of Sciences, reemplazar los grupos industriales por granjas más pequeñas con menos animales, lo que puede resultar en menos estrés, menos susceptibilidad a enfermedades, menos contenido infeccioso y menos carga infecciosa en general.

En 2007, la revista de American Public Health Association publicó una editorial que fue más allá, sugiriendo la desintensificación de la industria avícola. Cuestionaron la prudencia de criar tantos pollos en primer lugar. En su editorial “Chickens Come Home to Roost” dicen que es curioso que el hecho de cambiar la forma en que los humanos tratan a los animales, (básicamente dejar de comerlos o, en el menos radical de los casos, limitar la cantidad que comemos) ni se plantea como medida preventiva. Si se adopta tal cambio con suficiente dureza, incluso en esta situación avanzada, se podría reducir la tan temida pandemia de gripe. Incluso podría prevenir de futuras enfermedades desconocidas que podrían resultar de la cría intensiva de animales para su consumo. Aun así, ni siquiera consideramos esta opción. No solemos ocuparnos de las cosas hasta después del desastre. Esperemos que no haga falta una pandemia para que nos lo tomemos en serio. La editorial concluye: “Aquellos que consumen animales, no solo dañan a esos animales y se ponen en peligro, sino que también amenazan el bienestar de las generaciones futuras”.

Para cambiar la imagen de las aves, es hora de que saquemos la cabeza del hoyo y reconozcamos el riesgo que puede surgir del maltrato a otras especies. La manera en que tratamos a los animales puede afectar la salud pública mundial. No es sorpresa que la American Public Health Association, la asociación de salud pública más grande del mundo, haya pedido una moratoria para las granjas industriales, una solicitud a las autoridades federales, estatales y locales de prohibir la instalación de nuevas granjas intensivas para proteger la salud de las comunidades locales respecto al aire, el agua, la contaminación del suelo y en general. La prudencia de esta medida ciertamente crece con nuestro mayor entendimiento del papel que desempeñan estas operaciones en las enfermedades infecciosas emergentes. 

A menudo me preguntan cómo responde la industria a este tipo de mensajes de la comunidad científica. El verano pasado la ONU publicó otro informe sobre los riesgos para la salud de la ganadería intensiva. Permíteme mostrarte cómo respondieron las agropecuarias estadounidenses. Feedstuffs es una de las publicaciones más importantes de la industria agropecuaria en Estados Unidos, y en una editorial respondieron de la siguiente manera al informe de la FAO: “La FAO afirma utilizar científicos para sus informes, pero me pregunto si no serán hombres barbudos que viven en una cueva de Pakistán y quieren llamar la atención de Estados Unidos”. Muy al estilo de “si no estás conmigo, estás contra mí”, una actitud común en la industria, por desgracia. Aunque este es un ejemplo extremo. Dentro de la industria hay quienes pueden tener una visión a largo plazo más amplia. El experto en salud aviar y la avicultura desde hace mucho tiempo, Ken Rudd, escribió un artículo en Poultry Digest llamado “Poultry Reality Check Needed”. Con sus 37 años de experiencia en la industria avícola, concluyó con estas palabras proféticas: “Es momento de decidir. Podemos seguir como siempre, buscando costos más bajos, o podemos hacer los cambios prudentes necesarios para restablecer el equilibrio entre economía y salud aviar de largo alcance. Pagaremos ahora o después, pero está claro que de una manera u otra lo vamos a pagar”.

Así que, reducir el consumo de pollo y luchar contra la cría industrial como pidió la ONU puede prevenir la aparición de futuros virus, pero el H5N1 ya apareció, ya se ha propagado y ha mutado a formas más peligrosas y ahora es endémico en la población aviar de dos continentes; su erradicación parece poco probable. El Dr. Michael Osterholm es el director del Center for Infectious Disease Research and Policy de Estados Unidos, un director asociado dentro del Department of Homeland Security. Intentó describir cómo se vería una pandemia de H5N1 en una de las revistas de política pública más importantes llamada Foreign Affairs. Pidió a los responsables políticos considerar la devastación del tsunami del 2004 en el sur de Asia. Dijo: “Dupliquen el tsunami en todos los centros urbanos y comunidades rurales más importantes del mundo. Añadan el miedo paralizante y el pánico al contagio y empezamos a hacernos una idea del potencial de una pandemia de gripe”. Eso piensa él. Un tsunami en cada ciudad, en cada pueblo, en todas partes personas ahogándose con sus propios fluidos corporales. O podríamos pensar en el Katrina. Imagínate que cada ciudad se convierta en el Nueva Orleans de ese huracán al mismo tiempo y todo, quizá, porque la gente insiste en comer pollo.

La próxima pandemia puede ser un desastre antinatural creado por nosotros. Una pandemia de impacto moderado puede resultar en el mayor desastre humano jamás visto, más grande que el SIDA, 11/9, todas las guerras del siglo XX y el tsunami juntos. Tiene el potencial de cambiar el rumbo de la historia como la peste negra en Europa en el siglo XIV. Esperemos que el futuro nos depare menos cría intensiva de millones de aves confinadas para poder reducir el riesgo de estar en una situación así de peligrosa.

Mi intención es simplemente centrarme en la prevención primaria, encontrar la causa pero, con la propagación sin precedentes de este virus ya conocido, es importante que estemos preparados para la siguiente pandemia de gripe. Voy a mencionar algunas fuentes. El CDC de Estados Unidos tiene información sobre pandemias en español: https://www.cdc.gov/Spanish/ Encontrarás listas de verificación de preparación para pandemias para empresas, escuelas, comunidades, grupos religiosos, hasta la preparación individual y familiar, para saber juntar los suministros esenciales para refugiarse durante una pandemia, es decir, aislarnos nosotros y la familia en casa hasta que pase el peligro. El Department of Homeland Security de Estados Unidos se imagina que las familias estadounidenses podrían estar en cuarentena hasta 90 días en caso de pandemia para asegurar el distanciamiento social. Como en emergencia por nevada, que te quedas en casa y solo sales si es 100% necesario, pero en lugar de que sea por un día o dos podría ser semanas o incluso meses. ¿Todos listos para quedarse en casa tres meses? Si tenemos que salir a la tienda de la esquina a comprar papel higiénico, podríamos traer a casa algo más que eso.

Termino con una cita de la Organización Mundial de la Salud, la conclusión. “La conclusión es que debemos pararnos a pensar en cómo tratamos a los animales, cómo los criamos y cómo se comercializan; es decir, la relación entre el reino animal y el reino humano no es buena. En esta era de plagas emergentes tenemos miles de millones de tubos de ensayo con alas y rabos para que los virus incuben y muten de millones de maneras desconocidas. Sin embargo, con la culpa viene la esperanza. Si los cambios en el comportamiento humano pueden ocasionar nuevas plagas, entonces también podrían prevenirlas en un futuro. Muchas gracias.

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Video de la Humane Society de los Estados Unidos

Nota del Doctor

*Toma en cuenta que hay imágenes gráficas de humanos y animales*

Este video tiene más de diez años así que considera que las estadísticas aquí están desactualizadas, pero quise mostrarles algo sobre este importante tema lo antes posible. Actualmente estoy trabajando en actualizar la información, incluyendo mi próximo webinar.

Así que ahora, que la pandemia del coronavirus COVID-19 está aquí ¿qué podemos hacer para protegernos a nosotros, a nuestra familia y nuestra comunidad? De eso voy a hablar en mi próximo webinar el 8 de abril a las 2 pm (tiempo del Este). Puedes registrarte aquí (exclusivamente en inglés).

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