La dieta vegetal para la enfermedad de cambios mínimos en el riñón

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¿Cuáles son las tres razones para preferir la proteína vegetal a la animal para proteger los riñones?

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A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Antonio Galán voluntario activo en NutritionFacts.org.

La enfermedad renal crónica es una de las diez principales causas de muerte prematura en EE. UU., y su incidencia está aumentando. La enfermedad renal crónica afecta a más del 10 % de la población adulta y cada año más de 100 000 estadounidenses desarrollan enfermedad renal en etapa terminal y tienen que someterse a diálisis. Cuesta entender que un 96 % de los casos de disminución leve a moderada en la función renal y casi la mitad de casos de función renal gravemente disminuida no se diagnostican. Eso significa que la inmensa mayoría (24 de cada 25 personas con enfermedad renal crónica) ni siquiera saben que la tienen.

¿Qué podemos hacer para mantener nuestra función renal? En un estudio que siguió a más de mil mujeres mayores durante una década, las que consumían una dieta más rica en proteínas de origen vegetal tuvieron una disminución más lenta en la función renal, un beneficio más para la salud de las dietas ricas en vegetales para la población general y su salud renal. En comparación con la proteína de origen vegetal, la proteína animal se asocia con un mayor riesgo de enfermedad renal en etapa terminal en varios de estos estudios. No sabemos por qué. El daño renal de la proteína animal podría surgir de la carga de ácido en la dieta, el exceso de fósforo o las bacterias malas del microbioma intestinal y la inflamación resultante.

La carga de ácido en una dieta americana estándar se deriva sobre todo de fuentes animales como carnes, huevos y quesos. Por el contrario, con su mayor proporción de alcalinos naturales, como frutas y verduras, una dieta estrictamente vegetal es casi neutra. Comer a base de vegetales solo 2 o 3 días a la semana puede reducir significativamente la carga de ácido entregada a los riñones. Comer a base de vegetales a tiempo completo puede revertirte al territorio alcalino. Incluso eliminar la carne puede producir una carga alcalina en comparación con la carga ácida de no vegetarianos. Todo esto es importante, ya que el ácido en dieta puede promover la lesión renal y una disminución progresiva de la función renal.

La ingesta de proteína animal también puede causar un desequilibrio en la composición del microbioma intestinal al producir más amoníaco y sulfuro de hidrógeno (gas de huevo podrido) y tener un efecto proinflamatorio que puede resultar en una función renal reducida. Aunque también puede ser la grasa animal. En el estudio de las enfermeras de Harvard, una mayor ingesta de grasa animal se asoció directamente con la pérdida de proteínas en la orina (un signo de daño renal). Para protegerse contra eso, sugieren dietas más bajas en proteína animal, grasa animal y colesterol.

Eso puede ayudar a explicar por qué los vegetarianos tienen mejor función renal que los no vegetarianos a igual sexo, edad, tamaño, actividad física, alcohol, tabaquismo, etc. Un comedor de carne que sea tan delgado como un vegetariano, con los mismos niveles de colesterol saludable, presión arterial y azúcar en la sangre, tiene una función renal inferior. Atribuyen a la mayor ingesta de fibra en dietas más basadas en vegetales lo que contribuye al efecto protector sobre la función renal, de nuevo gracias a un mecanismo de microbioma. Dado que el consumo de proteína animal puede conducir a una proliferación de bichos carnívoros, que pueden desembocar en un intestino permeable, toxinas urémicas y, en consecuencia, inflamación, estrés oxidativo y progresión de la enfermedad renal crónica. Eso se puede bloquear y disminuir así la inflamación y carga de ácido si se comen más alimentos ricos en fibra.

No es de extrañar que un patrón dietético vegetariano sin huevo se asocie con una disminución del 37 % en la probabilidad de desarrollar enfermedad renal crónica. Ahora bien, ¿las dietas basadas en vegetales, además de prevenir, también pueden gestionar la enfermedad renal crónica? ¿Puede un cambio integral de estilo de vida alterar el curso de la enfermedad renal crónica? Veamos este informe de caso de un paciente de nefropatía de cambios mínimos. Ahí es cuando los riñones comienzan a filtrar proteínas, a pesar de que se observan cambios mínimos en las biopsias con el microscopio. Si administras esteroides, se puede acabar con ello en pocos meses, pero una fracción significativa de pacientes puede no responder a la terapia con esteroides. Este paciente había sido diagnosticado 18 años antes. Solo al reemplazar la proteína animal con proteína de origen vegetal pudo hacer remitir su enfermedad renal crónica.

A los 44 años, de repente desarrolló una inflamación que se extendió por todo su cuerpo por toda la proteína que estaba perdiendo. Estaba débil, incapaz de concentrarse y letárgico. Se le diagnosticó nefropatía de cambios mínimos y se trató con un diurético y cuatro agentes diferentes para bajar la presión arterial. Al no responder a las dosis altas de esteroides, se añadió un potente inmunosupresor. Sin embargo, la pérdida grave de proteínas continuó y su hipertensión y función renal empeoraron hasta que comenzó a comer a base de vegetales, comenzó a hacer ejercicio y perdió más de 27 kg. Su enfermedad renal desapareció y no regresó.

Escuchemos sus propias palabras. “Aprecio las recomendaciones de mi médico para modificar mi dieta: “sustituya las proteínas por proteínas de origen vegetal”. Este cambio ha tenido un impacto monumental en mi vida. He recuperado una calidad de vida que pensé haber perdido para siempre. Mi referencia de normalidad ha sido ser capaz de cumplir con mis exigencias laborales y seguir pudiendo hacer ejercicio. Durante los últimos 7 meses, nado casi 5 km cada dos días: una distancia que supera mi vida previa a la enfermedad renal. Creía haber seguido un estilo de vida saludable antes de la enfermedad renal. Hoy vivo una vida más saludable y feliz y puedo agradecérselo a mis riñones”.

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A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Antonio Galán voluntario activo en NutritionFacts.org.

La enfermedad renal crónica es una de las diez principales causas de muerte prematura en EE. UU., y su incidencia está aumentando. La enfermedad renal crónica afecta a más del 10 % de la población adulta y cada año más de 100 000 estadounidenses desarrollan enfermedad renal en etapa terminal y tienen que someterse a diálisis. Cuesta entender que un 96 % de los casos de disminución leve a moderada en la función renal y casi la mitad de casos de función renal gravemente disminuida no se diagnostican. Eso significa que la inmensa mayoría (24 de cada 25 personas con enfermedad renal crónica) ni siquiera saben que la tienen.

¿Qué podemos hacer para mantener nuestra función renal? En un estudio que siguió a más de mil mujeres mayores durante una década, las que consumían una dieta más rica en proteínas de origen vegetal tuvieron una disminución más lenta en la función renal, un beneficio más para la salud de las dietas ricas en vegetales para la población general y su salud renal. En comparación con la proteína de origen vegetal, la proteína animal se asocia con un mayor riesgo de enfermedad renal en etapa terminal en varios de estos estudios. No sabemos por qué. El daño renal de la proteína animal podría surgir de la carga de ácido en la dieta, el exceso de fósforo o las bacterias malas del microbioma intestinal y la inflamación resultante.

La carga de ácido en una dieta americana estándar se deriva sobre todo de fuentes animales como carnes, huevos y quesos. Por el contrario, con su mayor proporción de alcalinos naturales, como frutas y verduras, una dieta estrictamente vegetal es casi neutra. Comer a base de vegetales solo 2 o 3 días a la semana puede reducir significativamente la carga de ácido entregada a los riñones. Comer a base de vegetales a tiempo completo puede revertirte al territorio alcalino. Incluso eliminar la carne puede producir una carga alcalina en comparación con la carga ácida de no vegetarianos. Todo esto es importante, ya que el ácido en dieta puede promover la lesión renal y una disminución progresiva de la función renal.

La ingesta de proteína animal también puede causar un desequilibrio en la composición del microbioma intestinal al producir más amoníaco y sulfuro de hidrógeno (gas de huevo podrido) y tener un efecto proinflamatorio que puede resultar en una función renal reducida. Aunque también puede ser la grasa animal. En el estudio de las enfermeras de Harvard, una mayor ingesta de grasa animal se asoció directamente con la pérdida de proteínas en la orina (un signo de daño renal). Para protegerse contra eso, sugieren dietas más bajas en proteína animal, grasa animal y colesterol.

Eso puede ayudar a explicar por qué los vegetarianos tienen mejor función renal que los no vegetarianos a igual sexo, edad, tamaño, actividad física, alcohol, tabaquismo, etc. Un comedor de carne que sea tan delgado como un vegetariano, con los mismos niveles de colesterol saludable, presión arterial y azúcar en la sangre, tiene una función renal inferior. Atribuyen a la mayor ingesta de fibra en dietas más basadas en vegetales lo que contribuye al efecto protector sobre la función renal, de nuevo gracias a un mecanismo de microbioma. Dado que el consumo de proteína animal puede conducir a una proliferación de bichos carnívoros, que pueden desembocar en un intestino permeable, toxinas urémicas y, en consecuencia, inflamación, estrés oxidativo y progresión de la enfermedad renal crónica. Eso se puede bloquear y disminuir así la inflamación y carga de ácido si se comen más alimentos ricos en fibra.

No es de extrañar que un patrón dietético vegetariano sin huevo se asocie con una disminución del 37 % en la probabilidad de desarrollar enfermedad renal crónica. Ahora bien, ¿las dietas basadas en vegetales, además de prevenir, también pueden gestionar la enfermedad renal crónica? ¿Puede un cambio integral de estilo de vida alterar el curso de la enfermedad renal crónica? Veamos este informe de caso de un paciente de nefropatía de cambios mínimos. Ahí es cuando los riñones comienzan a filtrar proteínas, a pesar de que se observan cambios mínimos en las biopsias con el microscopio. Si administras esteroides, se puede acabar con ello en pocos meses, pero una fracción significativa de pacientes puede no responder a la terapia con esteroides. Este paciente había sido diagnosticado 18 años antes. Solo al reemplazar la proteína animal con proteína de origen vegetal pudo hacer remitir su enfermedad renal crónica.

A los 44 años, de repente desarrolló una inflamación que se extendió por todo su cuerpo por toda la proteína que estaba perdiendo. Estaba débil, incapaz de concentrarse y letárgico. Se le diagnosticó nefropatía de cambios mínimos y se trató con un diurético y cuatro agentes diferentes para bajar la presión arterial. Al no responder a las dosis altas de esteroides, se añadió un potente inmunosupresor. Sin embargo, la pérdida grave de proteínas continuó y su hipertensión y función renal empeoraron hasta que comenzó a comer a base de vegetales, comenzó a hacer ejercicio y perdió más de 27 kg. Su enfermedad renal desapareció y no regresó.

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Nota del Doctor

​​Para obtener más información sobre salud renal, consulta mis vídeos generales Cómo no morir de enfermedad renal y Una dieta vegetal para tratar y revertir la enfermedad renal en etapa 3.

Recuerda que hay algunos vegetales de los que conviene no abusar. Cuento más en Cálculos renales y espinacas, acelgas y hojas de remolacha: no comas demasiadas.

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