Si la depresión puede ser inducida con pro-inflamatorios, ¿quizás una dieta antiinflamatoria sea eficaz en la prevención y el tratamiento de los trastornos del estado de ánimo?
Dieta antiinflamatoria para la depresión
La depresión afecta a más de 150 millones de personas en todo el mundo, convirtiéndolo en una de las principales causas de pérdida de años de vida saludable como consecuencia de la discapacidad. De hecho, para el año 2020, la depresión puede ser la segunda causa de vida sana perdida, siguiente solamente a la enfermedad del corazón. ¿Por qué la depresión es tan común? Bueno, se dice, “nada en biología tiene sentido excepto a la luz de la evolución.” Pero, ¿por qué de evolucionaríamos para deprimirnos?
La depresión plantea un desconcertante rompecabezas evolutivo. Tiene tales efectos negativos, pero sigue siendo tan común y hereditario, lo que significa que una gran parte del riesgo se transmite a través de nuestros genes. Por lo tanto, debe haber algún tipo de ventaja adaptativa. De lo contrario, presumiblemente, habría sido seleccionada naturalmente en contra. Quizás, la depresión es una estrategia evolutiva como defensa contra infecciones.
Las infecciones han sido la principal causa de mortalidad a lo largo de la historia humana. El promedio de vida era de 25 años, y no era raro que la mitad de los niños muerieran. Con tales capacidades, las infecciones han sido una crucial y poderosa fuerza motriz de la selección natural.
Cuando llegamos a ser infectados, hay un aumento de inflamación mientras nuestro cuerpo prepara un contra ataque, y luego ¿qué sucede? Nos sentimos fatal. Nos sentimos enfermos. Nos ponemos débiles, cansados, lentos y soñolientos. No vemos a nadie; no queremos hacer nada; todo lo que queremos hacer es dormir. Es como que estamos deprimidos, y eso es ideal para combatir infecciones. No solo nos ayuda a ahorrar energía para defendernos, también reduce el contacto social. No estamos corriendo alrededor infectando a todos.
Es la misma razón por la que evolucionamos pensando que el excremento o la carne en descomposición no huelen bien. Eso nos mantiene a salvo de infecciones. De hecho, vemos este fenómeno con otros animales sociales, como las abejas y las ratas topo, que se sienten impulsadas a arrastrarse y morir solas cuando se enferman, lo que reduce el riesgo para el resto de la comunidad.
La relación entre salud mental e inflamación se observó por primera vez en 1887, por lo cual el único psiquiatra que ha ganado el premio obtuvo un premio Nobel. Pero ¿qué evidencia hemos acumulado de que la inflamación causa la depresión en el siglo transcurrido? Bueno, las personas que están deprimidas han elevado los marcadores de inflamación, como la proteína C-reactiva, y las enfermedades inflamatorias se asocian con tasas más altas de depresión severa. De hecho, eso es lo que se encuentra en una variedad de condiciones inflamatorias, incluyendo algunas más benignas, como el asma y las alergias. Y, eso es importante, sugiriendo que los síntomas del estado de ánimo no son simplemente “sentirse mal acerca de tener una enfermedad terrible”, pero puede estar ligados directamente a la inflamación. Más potentemente aún, uno puede inducir depresión, induciendo inflamación, como cuando damos el interferón para ciertos cánceres o infecciones crónicas, hasta un 50% van a sufrir depresión severa. Incluso solo dando una vacuna puede causar inflamación suficiente para desencadenar los síntomas depresivos. Tomados en conjunto, estos estudios sugieren que la inflamación es un factor causal de los síntomas del estado de ánimo.
Por lo tanto, ¿puede una dieta anti-inflamatoria ayudar a prevenir la depresión? No sabíamos, hasta que aproximadamente 43.000 mujeres sin depresión fueron seguidas, junto con su dieta, alrededor de una docena de años para ver quién se deprimía, y fueron aquellas quienes comieron una dieta con un patrón inflamatorio, caracterizado por más refrescos, granos refinados y carnes, lo que sugiere que la inflamación crónica puede ser la base de la asociación entre la dieta y la depresión. Normalmente, pensamos en los omega-3 como anti-inflamatorios, pero se encontró que el pescado es pro-inflamatorio, asociado con el aumento de los niveles de proteína C reactiva consistente con los recientes hallazgos de que los omega-3 no parecen ayudar con la depresión o la inflamación. La dieta más anti-inflamatoria es una dieta basada en vegetales, la cual puede reducir los niveles de proteína C reactiva en un 30% en dos semanas, quizás debido a las propiedades anti-inflamatorias de los antioxidantes.
He hablado sobre esto antes, pero nunca expliqué por qué los antioxidantes son anti-inflamatorios. El daño oxidativo causado por los radicales libres puede causar una respuesta autoinmune en el cuerpo cambiando la estructura química de moléculas para generar nuevas estructuras que el cuerpo ataca como extrañas. Por ejemplo, cuando el colesterol LDL se oxida, nuestro cuerpo crea anticuerpos contra él y lo ataca. Y, así, la depresión clínica puede estar acompañada por un aumento en el estrés oxidativo y la respuesta inflamatoria autoinmune que ocasiona.
¿De dónde más proviene la inflamación en nuestra dieta? Las endotoxinas. Vale la pena examinar cómo las endotoxinas en los productos de origen animal pueden causar una explosión de inflamación a tan solo algunas horas de su consumo. ¿Qué hace eso con nuestro estado de ánimo? Si se inyecta la endotoxina en personas, en pocas horas, la inflamación se dispara, así como sentimientos de depresión, así como sentimientos de desconexión social.
Aunque investigaciones anteriores han demostrado que la actividad inflamatoria contribuye a síntomas depresivos, no ha habido investigación en seres humanos que haya examinado el efecto de la inflamación inducida experimentalmente en la anhedonia, la falta de reacción a los estímulos placenteros, es una característica clave de la depresión. Ningún trabajo ha sido hecho, es decir, hasta ahora. A unas horas de que la endotoxina golpeara su torrente sanguíneo, estos sujetos experimentales no sólo comenzaron a sentirse deprimidos, sino que tuvieron reducciones significativas en la actividad en el centro de recompensa del cerebro. En el estudio estaban menos entusiasmados por ganar dinero jugando juegos de video, por ejemplo.
Pero al eliminar los productos de origen animal, y consumir dietas ricas en antioxidantes, podríamos ser capaces de prevenir o tratar la depresión.
Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el vídeo más arriba. Esto es sólo una aproximación del audio contribuida por Katie Schloer. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Luis G. Bonifaz y Elizabeth Romo.
Considera ser voluntario/a para ayudar en la página web.
- A D Lopez, C C Murray. The global burden of disease, 1990-2020. Nat Med. 1998 Nov;4(11):1241-3.
- Y Milaneschi, S Bandinelli, B W Penninx, A M Corsi, F Lauretani, R Vazzana, R D Semba, J M Guralnik, L Ferrucci. The relationship between plasma carotenoids and depressive symptoms in older persons. World J Biol Psychiatry. 2012 Dec;13(8):588-98.
- A Sánchez-Villegas, M A Martínez-González, R Estruch, J Salas-Salvadó, D Corella, M I Covas, F Arós, D Romaguera, E Gómez-Gracia, J Lapetra, X Pintó, J A Martínez, R M Lamuela-Raventós, E Ros, A Gea, J Wärnberg, L Serra-Majem. Mediterranean dietary pattern and depression: the PREDIMED randomized trial. BMC Med. 2013 Sep 20;11:208.
- M A Beydoun, H A Beydoun, A Boueiz, M R Shroff, A B Zonderman. Antioxidant status and its association with elevated depressive symptoms among US adults: National Health and Nutrition Examination Surveys 2005-6. Br J Nutr. 2013 May;109(9):1714-29.
- M Maes, P Galecki, Y S Chang, M Berk. A review on the oxidative and nitrosative stress (O&NS) pathways in major depression and their possible contribution to the (neuro)degenerative processes in that illness. Prog Neuropsychopharmacol Biol Psychiatry. 2011 Apr 29;35(3):676-92.
- N I Eisenberger, E T Berkman, T K Inagaki, L T Rameson, N M Mashal, M R Irwin. Inflammation-induced anhedonia: endotoxin reduces ventral striatum responses to reward. Biol Psychiatry. 2010 Oct 15;68(8):748-54.
- J D Rosenblat, D S Cha, R B Mansur, R S McIntyre. Inflamed moods: a review of the interactions between inflammation and mood disorders. Prog Neuropsychopharmacol Biol Psychiatry. 2014 Aug 4;53:23-34.
- N I Eisenberger, T K Inagaki, N M Mashal, M R Irwin. Inflammation and social experience: an inflammatory challenge induces feelings of social disconnection in addition to depressed mood. Brain Behav Immun. 2010 May;24(4):558-63.
- S Anders, M Tanaka, D K Kinney. Depression as an evolutionary strategy for defense against infection. Brain Behav Immun. 2013 Jul;31:9-22.
- M Lucas, P Chocano-Bedoya, M B Schulze, F Mirzaei, E J O'Reilly, O I Okereke, F B Hu, W C Willett, A Ascherio. Inflammatory dietary pattern and risk of depression among women. Brain Behav Immun. 2014 Feb;36:46-53.
- T N Raju. The Nobel chronicles. 1927: Julius Wagner-Jauregg (1857-1940). Lancet. 1998 Nov 21;352(9141):1714.
- M Berk, L J Williams, F N Jacka, A O'Neil, J A Pasco, S Moylan, N B Allen, A L Stuart, A C Hayley, M L Byrne, M Maes. So depression is an inflammatory disease, but where does the inflammation come from? BMC Med. 2013 Sep 12;11:200.
- A M Hashmi, Z Butt, M Umair. Is depression an inflammatory condition? A review of available evidence. J Pak Med Assoc. 2013 Jul;63(7):899-906.
- A Madeeh Hashmi, M Awais Aftab, N Mazhar, M Umair, Z Butt. The fiery landscape of depression: A review of the inflammatory hypothesis. Pak J Med Sci. 2013 May;29(3):877-84.
- D J Jenkins, C W Kendall, A Marchie, D A Faulkner, J M Wong, R de Souza, A Emam, T L Parker, E Vidgen, K G Lapsley, E A Trautwein, R G Josse, L A Leiter, P W Connelly. Effects of a dietary portfolio of cholesterol-lowering foods vs lovastatin on serum lipids and C-reactive protein. JAMA. 2003 Jul 23;290(4):502-10.
- N DellaGioia, J Hannestad. A critical review of human endotoxin administration as an experimental paradigm of depression. Neurosci Biobehav Rev. 2010 Jan;34(1):130-43.
Imágenes gracias a Ars Electronica a través de Flickr.
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La depresión afecta a más de 150 millones de personas en todo el mundo, convirtiéndolo en una de las principales causas de pérdida de años de vida saludable como consecuencia de la discapacidad. De hecho, para el año 2020, la depresión puede ser la segunda causa de vida sana perdida, siguiente solamente a la enfermedad del corazón. ¿Por qué la depresión es tan común? Bueno, se dice, “nada en biología tiene sentido excepto a la luz de la evolución.” Pero, ¿por qué de evolucionaríamos para deprimirnos?
La depresión plantea un desconcertante rompecabezas evolutivo. Tiene tales efectos negativos, pero sigue siendo tan común y hereditario, lo que significa que una gran parte del riesgo se transmite a través de nuestros genes. Por lo tanto, debe haber algún tipo de ventaja adaptativa. De lo contrario, presumiblemente, habría sido seleccionada naturalmente en contra. Quizás, la depresión es una estrategia evolutiva como defensa contra infecciones.
Las infecciones han sido la principal causa de mortalidad a lo largo de la historia humana. El promedio de vida era de 25 años, y no era raro que la mitad de los niños muerieran. Con tales capacidades, las infecciones han sido una crucial y poderosa fuerza motriz de la selección natural.
Cuando llegamos a ser infectados, hay un aumento de inflamación mientras nuestro cuerpo prepara un contra ataque, y luego ¿qué sucede? Nos sentimos fatal. Nos sentimos enfermos. Nos ponemos débiles, cansados, lentos y soñolientos. No vemos a nadie; no queremos hacer nada; todo lo que queremos hacer es dormir. Es como que estamos deprimidos, y eso es ideal para combatir infecciones. No solo nos ayuda a ahorrar energía para defendernos, también reduce el contacto social. No estamos corriendo alrededor infectando a todos.
Es la misma razón por la que evolucionamos pensando que el excremento o la carne en descomposición no huelen bien. Eso nos mantiene a salvo de infecciones. De hecho, vemos este fenómeno con otros animales sociales, como las abejas y las ratas topo, que se sienten impulsadas a arrastrarse y morir solas cuando se enferman, lo que reduce el riesgo para el resto de la comunidad.
La relación entre salud mental e inflamación se observó por primera vez en 1887, por lo cual el único psiquiatra que ha ganado el premio obtuvo un premio Nobel. Pero ¿qué evidencia hemos acumulado de que la inflamación causa la depresión en el siglo transcurrido? Bueno, las personas que están deprimidas han elevado los marcadores de inflamación, como la proteína C-reactiva, y las enfermedades inflamatorias se asocian con tasas más altas de depresión severa. De hecho, eso es lo que se encuentra en una variedad de condiciones inflamatorias, incluyendo algunas más benignas, como el asma y las alergias. Y, eso es importante, sugiriendo que los síntomas del estado de ánimo no son simplemente “sentirse mal acerca de tener una enfermedad terrible”, pero puede estar ligados directamente a la inflamación. Más potentemente aún, uno puede inducir depresión, induciendo inflamación, como cuando damos el interferón para ciertos cánceres o infecciones crónicas, hasta un 50% van a sufrir depresión severa. Incluso solo dando una vacuna puede causar inflamación suficiente para desencadenar los síntomas depresivos. Tomados en conjunto, estos estudios sugieren que la inflamación es un factor causal de los síntomas del estado de ánimo.
Por lo tanto, ¿puede una dieta anti-inflamatoria ayudar a prevenir la depresión? No sabíamos, hasta que aproximadamente 43.000 mujeres sin depresión fueron seguidas, junto con su dieta, alrededor de una docena de años para ver quién se deprimía, y fueron aquellas quienes comieron una dieta con un patrón inflamatorio, caracterizado por más refrescos, granos refinados y carnes, lo que sugiere que la inflamación crónica puede ser la base de la asociación entre la dieta y la depresión. Normalmente, pensamos en los omega-3 como anti-inflamatorios, pero se encontró que el pescado es pro-inflamatorio, asociado con el aumento de los niveles de proteína C reactiva consistente con los recientes hallazgos de que los omega-3 no parecen ayudar con la depresión o la inflamación. La dieta más anti-inflamatoria es una dieta basada en vegetales, la cual puede reducir los niveles de proteína C reactiva en un 30% en dos semanas, quizás debido a las propiedades anti-inflamatorias de los antioxidantes.
He hablado sobre esto antes, pero nunca expliqué por qué los antioxidantes son anti-inflamatorios. El daño oxidativo causado por los radicales libres puede causar una respuesta autoinmune en el cuerpo cambiando la estructura química de moléculas para generar nuevas estructuras que el cuerpo ataca como extrañas. Por ejemplo, cuando el colesterol LDL se oxida, nuestro cuerpo crea anticuerpos contra él y lo ataca. Y, así, la depresión clínica puede estar acompañada por un aumento en el estrés oxidativo y la respuesta inflamatoria autoinmune que ocasiona.
¿De dónde más proviene la inflamación en nuestra dieta? Las endotoxinas. Vale la pena examinar cómo las endotoxinas en los productos de origen animal pueden causar una explosión de inflamación a tan solo algunas horas de su consumo. ¿Qué hace eso con nuestro estado de ánimo? Si se inyecta la endotoxina en personas, en pocas horas, la inflamación se dispara, así como sentimientos de depresión, así como sentimientos de desconexión social.
Aunque investigaciones anteriores han demostrado que la actividad inflamatoria contribuye a síntomas depresivos, no ha habido investigación en seres humanos que haya examinado el efecto de la inflamación inducida experimentalmente en la anhedonia, la falta de reacción a los estímulos placenteros, es una característica clave de la depresión. Ningún trabajo ha sido hecho, es decir, hasta ahora. A unas horas de que la endotoxina golpeara su torrente sanguíneo, estos sujetos experimentales no sólo comenzaron a sentirse deprimidos, sino que tuvieron reducciones significativas en la actividad en el centro de recompensa del cerebro. En el estudio estaban menos entusiasmados por ganar dinero jugando juegos de video, por ejemplo.
Pero al eliminar los productos de origen animal, y consumir dietas ricas en antioxidantes, podríamos ser capaces de prevenir o tratar la depresión.
Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el vídeo más arriba. Esto es sólo una aproximación del audio contribuida por Katie Schloer. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Luis G. Bonifaz y Elizabeth Romo.
Considera ser voluntario/a para ayudar en la página web.
- A D Lopez, C C Murray. The global burden of disease, 1990-2020. Nat Med. 1998 Nov;4(11):1241-3.
- Y Milaneschi, S Bandinelli, B W Penninx, A M Corsi, F Lauretani, R Vazzana, R D Semba, J M Guralnik, L Ferrucci. The relationship between plasma carotenoids and depressive symptoms in older persons. World J Biol Psychiatry. 2012 Dec;13(8):588-98.
- A Sánchez-Villegas, M A Martínez-González, R Estruch, J Salas-Salvadó, D Corella, M I Covas, F Arós, D Romaguera, E Gómez-Gracia, J Lapetra, X Pintó, J A Martínez, R M Lamuela-Raventós, E Ros, A Gea, J Wärnberg, L Serra-Majem. Mediterranean dietary pattern and depression: the PREDIMED randomized trial. BMC Med. 2013 Sep 20;11:208.
- M A Beydoun, H A Beydoun, A Boueiz, M R Shroff, A B Zonderman. Antioxidant status and its association with elevated depressive symptoms among US adults: National Health and Nutrition Examination Surveys 2005-6. Br J Nutr. 2013 May;109(9):1714-29.
- M Maes, P Galecki, Y S Chang, M Berk. A review on the oxidative and nitrosative stress (O&NS) pathways in major depression and their possible contribution to the (neuro)degenerative processes in that illness. Prog Neuropsychopharmacol Biol Psychiatry. 2011 Apr 29;35(3):676-92.
- N I Eisenberger, E T Berkman, T K Inagaki, L T Rameson, N M Mashal, M R Irwin. Inflammation-induced anhedonia: endotoxin reduces ventral striatum responses to reward. Biol Psychiatry. 2010 Oct 15;68(8):748-54.
- J D Rosenblat, D S Cha, R B Mansur, R S McIntyre. Inflamed moods: a review of the interactions between inflammation and mood disorders. Prog Neuropsychopharmacol Biol Psychiatry. 2014 Aug 4;53:23-34.
- N I Eisenberger, T K Inagaki, N M Mashal, M R Irwin. Inflammation and social experience: an inflammatory challenge induces feelings of social disconnection in addition to depressed mood. Brain Behav Immun. 2010 May;24(4):558-63.
- S Anders, M Tanaka, D K Kinney. Depression as an evolutionary strategy for defense against infection. Brain Behav Immun. 2013 Jul;31:9-22.
- M Lucas, P Chocano-Bedoya, M B Schulze, F Mirzaei, E J O'Reilly, O I Okereke, F B Hu, W C Willett, A Ascherio. Inflammatory dietary pattern and risk of depression among women. Brain Behav Immun. 2014 Feb;36:46-53.
- T N Raju. The Nobel chronicles. 1927: Julius Wagner-Jauregg (1857-1940). Lancet. 1998 Nov 21;352(9141):1714.
- M Berk, L J Williams, F N Jacka, A O'Neil, J A Pasco, S Moylan, N B Allen, A L Stuart, A C Hayley, M L Byrne, M Maes. So depression is an inflammatory disease, but where does the inflammation come from? BMC Med. 2013 Sep 12;11:200.
- A M Hashmi, Z Butt, M Umair. Is depression an inflammatory condition? A review of available evidence. J Pak Med Assoc. 2013 Jul;63(7):899-906.
- A Madeeh Hashmi, M Awais Aftab, N Mazhar, M Umair, Z Butt. The fiery landscape of depression: A review of the inflammatory hypothesis. Pak J Med Sci. 2013 May;29(3):877-84.
- D J Jenkins, C W Kendall, A Marchie, D A Faulkner, J M Wong, R de Souza, A Emam, T L Parker, E Vidgen, K G Lapsley, E A Trautwein, R G Josse, L A Leiter, P W Connelly. Effects of a dietary portfolio of cholesterol-lowering foods vs lovastatin on serum lipids and C-reactive protein. JAMA. 2003 Jul 23;290(4):502-10.
- N DellaGioia, J Hannestad. A critical review of human endotoxin administration as an experimental paradigm of depression. Neurosci Biobehav Rev. 2010 Jan;34(1):130-43.
Imágenes gracias a Ars Electronica a través de Flickr.
- ácidos grasos omega-3
- alergias
- anti-inflammatory
- anti-inflammatory
- antioxidantes
- asma
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Dieta antiinflamatoria para la depresión
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