¿Es mejor recomendar más plantas o menos chatarra?

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Desde un punto de vista político, podría ser más oportuno fomentar un aumento en el consumo de productos saludables que una disminución en el consumo de productos que no lo sean, pero podría ser mucho menos efectivo.

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A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba.

Según la Organización Mundial de la Salud, más de un millón de muertes “en todo el mundo están relacionadas con un bajo consumo de frutas y verduras”. ¿Qué se puede hacer al respecto? Esto es algo que discuto en mi video ¿Es mejor recomendar más plantas o menos chatarra?.

Siempre se puede recurrir a la vanidad. Un batido de frutas por día puede darte un brillo dorado o rosado, dos tonalidades que, se ha demostrado, “realzan la apariencia saludable” en los tonos de piel caucásicos, asiáticos y africanos, como puedes ver en el minuto 0:24 de mi video.

¿Por qué no darlos gratis?

En Noruega, se implementó un proyecto de frutas gratis en la escuela para los grados 1 a 10. El consumo de fruta es tan increíblemente beneficioso que, si los niños comieran solo 2,5 gramos adicionales de fruta por día, el programa se pagaría solo por ahorrarle dinero al país. ¿Cuánto es 2,5 gramos? Lo que pesa media uva. Sin embargo, ese análisis costo-beneficio asumía que este aumento minúsculo en el consumo de fruta se mantendría de por vida. Sin dudas parecía funcionar mientras duraba el programa, con un gran aumento en la cantidad de alumnos que comían fruta, pero ¿qué sucedía un año después de finalizado el programa? Los estudiantes seguían comiendo más fruta. ¡Se habían enganchado! ¿Tres años después? Lo mismo. Tres años después de que dejaran de recibir fruta gratis, seguían comiendo aproximadamente un tercio de porción más, lo cual, si se mantiene en el tiempo, es mucho más de lo que se necesita para que el programa se pague solo.

Además, hubo algunos efectos secundarios positivos, incluido un efecto colateral positivo, en el que no solo los niños sino también sus padres comían más fruta. Y, aunque la “intención de estos programas no era reducir el consumo de refrigerios poco saludables”, eso es exactamente lo que parece haber ocurrido: la fruta reemplazó parte de la comida chatarra. Aumentar las opciones saludables para desplazar a las que no lo son puede ser más efectivo que simplemente decirles a los niños que no coman comida chatarra, lo que, en realidad, podría ser contraproducente. En efecto, decirles a los niños que no coman algo puede hacer que lo empiecen a desear aún más, como puedes ver en el minuto 2:20 de mi video.

¿Qué piensas que funcionó mejor? ¿Decirles a las familias que aumentaran los vegetales o que disminuyeran la comida chatarra? Se asignó a familias, al azar, a uno de dos grupos. A un grupo se lo alentó a comer al menos dos porciones de frutas y verduras por día, sin mencionar una disminución en el consumo de comida chatarra. Al otro grupo, se lo alentó a limitar el consumo de comida chatarra a menos de diez porciones por semana, sin mencionar nada sobre comer más frutas y verduras. ¿Qué crees que pasó? La intervención para aumentar las frutas y verduras “redujo la ingesta de grasas y azúcares” de manera natural, mientras que las personas del grupo para disminuir la grasa y el azúcar diminuyeron el consumo de comida chatarra, pero no es que empezaron a comer más frutas y verduras por arte de magia.

Sin embargo, este efecto de abarrotamiento podría no funcionar en adultos. Como puedes ver en el minuto 3:12 de mi video, en una muestra representativa de más de mil adultos en Los Ángeles y Lousiana, quienes comieron cinco porciones —o más— de frutas y verduras por día no redujeron de manera significativa su consumo de alcohol, refrescos, golosinas, galletas o papas fritas. “Esta conclusión indica que, a menos que se limite el consumo excesivo de refrigerios salados, galletas dulces, golosinas y bebidas azucaradas” —es decir, comida chatarra—, “otras intervenciones… [podrían] tener un impacto limitado. Desde un punto de vista político, podría ser más oportuno fomentar un aumento en el consumo de productos saludables que una disminución en el consumo de productos que no lo sean, pero podría ser mucho menos efectivo”. En la mayoría de las campañas de salud pública, “los mensajes han sido directos y explícitos: no fumes, no bebas y no consumas drogas”. Por el contrario, las campañas de alimentos se han enfocado en consumir productos saludables en lugar de eliminar las porquerías. “Los mensajes explícitos en contra de los refrescos y la comida poco nutritiva [chatarra] son poco frecuentes”.

En Estados Unidos, “si la mitad de la población del país consumiera una porción más por día de frutas y verduras, según los cálculos, se podrían evitar unos 20 000 casos de cáncer por año”. Eso quiere decir que 20 000 personas no hubieran tenido cáncer si hubieran comido frutas y verduras. El Departamento de Agricultura de EE. UU. recomienda “llenar la mitad del plato con frutas y verduras coloridas”, pero menos del 10 por ciento de los estadounidenses consume la cantidad diaria recomendada. Dada esta triste situación, ¿vale la pena molestarnos en decirle a la gente que intente comer “5 por día”, o sería mejor decir, simplemente, “come una porción más de lo comes normalmente”? Los investigadores pensaron que el “objetivo de ‘solo 1 más’, que es más realista, sería más efectivo que ‘5 por día’, que es más ambicioso”, pero se equivocaron.

Como puedes ver en el minuto 4:56 de mi video, aquellos a los que les dijeron que comieran una porción más por día durante una semana, comieron aldededor de una porción más por día por una semana, y las personas a las que les dijeron que comieran cinco por día durante una semana, hicieron exactamente eso. Pero aquí está el punto clave: una semana después de terminado el experimento, el grupo al que le habían dicho que comiera “5 por día” seguía comiendo aldededor de una porción más, mientras que el grupo que había comido “solo 1 más” volvió al triste punto de partida. Entonces, puede ser más inspirador tener objetivos de alimentación más ambiciosos. Tal vez es por esto que, “en Estados Unidos, se reemplazó ‘5 por día’  por la campaña ‘Fruits and Veggies—More Matters’, en la que se recomienda un consumo diario de 7 a 13 porciones diarias de frutas y verduras”. Sin embargo, si la recomendación resulta muy difícil de seguir, la gente podría darse por vencida. Entonces, en lugar de simplemente seguir la ciencia, los responsables de las políticas, claramente, necesitan hacerse preguntas como “¿cuántas porciones se consideran peligrosas?”.

La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Rosana Battagliotti.

Considera ser voluntario/a para ayudar en la página web.

Imagen: Kristina DeMuth

Video: Tyler McReynolds, Teetotalin LLC.

A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba.

Según la Organización Mundial de la Salud, más de un millón de muertes “en todo el mundo están relacionadas con un bajo consumo de frutas y verduras”. ¿Qué se puede hacer al respecto? Esto es algo que discuto en mi video ¿Es mejor recomendar más plantas o menos chatarra?.

Siempre se puede recurrir a la vanidad. Un batido de frutas por día puede darte un brillo dorado o rosado, dos tonalidades que, se ha demostrado, “realzan la apariencia saludable” en los tonos de piel caucásicos, asiáticos y africanos, como puedes ver en el minuto 0:24 de mi video.

¿Por qué no darlos gratis?

En Noruega, se implementó un proyecto de frutas gratis en la escuela para los grados 1 a 10. El consumo de fruta es tan increíblemente beneficioso que, si los niños comieran solo 2,5 gramos adicionales de fruta por día, el programa se pagaría solo por ahorrarle dinero al país. ¿Cuánto es 2,5 gramos? Lo que pesa media uva. Sin embargo, ese análisis costo-beneficio asumía que este aumento minúsculo en el consumo de fruta se mantendría de por vida. Sin dudas parecía funcionar mientras duraba el programa, con un gran aumento en la cantidad de alumnos que comían fruta, pero ¿qué sucedía un año después de finalizado el programa? Los estudiantes seguían comiendo más fruta. ¡Se habían enganchado! ¿Tres años después? Lo mismo. Tres años después de que dejaran de recibir fruta gratis, seguían comiendo aproximadamente un tercio de porción más, lo cual, si se mantiene en el tiempo, es mucho más de lo que se necesita para que el programa se pague solo.

Además, hubo algunos efectos secundarios positivos, incluido un efecto colateral positivo, en el que no solo los niños sino también sus padres comían más fruta. Y, aunque la “intención de estos programas no era reducir el consumo de refrigerios poco saludables”, eso es exactamente lo que parece haber ocurrido: la fruta reemplazó parte de la comida chatarra. Aumentar las opciones saludables para desplazar a las que no lo son puede ser más efectivo que simplemente decirles a los niños que no coman comida chatarra, lo que, en realidad, podría ser contraproducente. En efecto, decirles a los niños que no coman algo puede hacer que lo empiecen a desear aún más, como puedes ver en el minuto 2:20 de mi video.

¿Qué piensas que funcionó mejor? ¿Decirles a las familias que aumentaran los vegetales o que disminuyeran la comida chatarra? Se asignó a familias, al azar, a uno de dos grupos. A un grupo se lo alentó a comer al menos dos porciones de frutas y verduras por día, sin mencionar una disminución en el consumo de comida chatarra. Al otro grupo, se lo alentó a limitar el consumo de comida chatarra a menos de diez porciones por semana, sin mencionar nada sobre comer más frutas y verduras. ¿Qué crees que pasó? La intervención para aumentar las frutas y verduras “redujo la ingesta de grasas y azúcares” de manera natural, mientras que las personas del grupo para disminuir la grasa y el azúcar diminuyeron el consumo de comida chatarra, pero no es que empezaron a comer más frutas y verduras por arte de magia.

Sin embargo, este efecto de abarrotamiento podría no funcionar en adultos. Como puedes ver en el minuto 3:12 de mi video, en una muestra representativa de más de mil adultos en Los Ángeles y Lousiana, quienes comieron cinco porciones —o más— de frutas y verduras por día no redujeron de manera significativa su consumo de alcohol, refrescos, golosinas, galletas o papas fritas. “Esta conclusión indica que, a menos que se limite el consumo excesivo de refrigerios salados, galletas dulces, golosinas y bebidas azucaradas” —es decir, comida chatarra—, “otras intervenciones… [podrían] tener un impacto limitado. Desde un punto de vista político, podría ser más oportuno fomentar un aumento en el consumo de productos saludables que una disminución en el consumo de productos que no lo sean, pero podría ser mucho menos efectivo”. En la mayoría de las campañas de salud pública, “los mensajes han sido directos y explícitos: no fumes, no bebas y no consumas drogas”. Por el contrario, las campañas de alimentos se han enfocado en consumir productos saludables en lugar de eliminar las porquerías. “Los mensajes explícitos en contra de los refrescos y la comida poco nutritiva [chatarra] son poco frecuentes”.

En Estados Unidos, “si la mitad de la población del país consumiera una porción más por día de frutas y verduras, según los cálculos, se podrían evitar unos 20 000 casos de cáncer por año”. Eso quiere decir que 20 000 personas no hubieran tenido cáncer si hubieran comido frutas y verduras. El Departamento de Agricultura de EE. UU. recomienda “llenar la mitad del plato con frutas y verduras coloridas”, pero menos del 10 por ciento de los estadounidenses consume la cantidad diaria recomendada. Dada esta triste situación, ¿vale la pena molestarnos en decirle a la gente que intente comer “5 por día”, o sería mejor decir, simplemente, “come una porción más de lo comes normalmente”? Los investigadores pensaron que el “objetivo de ‘solo 1 más’, que es más realista, sería más efectivo que ‘5 por día’, que es más ambicioso”, pero se equivocaron.

Como puedes ver en el minuto 4:56 de mi video, aquellos a los que les dijeron que comieran una porción más por día durante una semana, comieron aldededor de una porción más por día por una semana, y las personas a las que les dijeron que comieran cinco por día durante una semana, hicieron exactamente eso. Pero aquí está el punto clave: una semana después de terminado el experimento, el grupo al que le habían dicho que comiera “5 por día” seguía comiendo aldededor de una porción más, mientras que el grupo que había comido “solo 1 más” volvió al triste punto de partida. Entonces, puede ser más inspirador tener objetivos de alimentación más ambiciosos. Tal vez es por esto que, “en Estados Unidos, se reemplazó ‘5 por día’  por la campaña ‘Fruits and Veggies—More Matters’, en la que se recomienda un consumo diario de 7 a 13 porciones diarias de frutas y verduras”. Sin embargo, si la recomendación resulta muy difícil de seguir, la gente podría darse por vencida. Entonces, en lugar de simplemente seguir la ciencia, los responsables de las políticas, claramente, necesitan hacerse preguntas como “¿cuántas porciones se consideran peligrosas?”.

La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Rosana Battagliotti.

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Imagen: Kristina DeMuth

Video: Tyler McReynolds, Teetotalin LLC.

Nota del Doctor

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