Las náuseas del embarazo podrían proteger a madre e hijo

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¿Por qué aquellos que siguen una dieta basada en vegetales parecen sufrir menos de náuseas durante el embarazo?

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El texto de abajo es solo una aproximación del audio. Para ver las gráficas, tablas, imágenes y citas a los que Dr. Greger se refiere, ver el vídeo más arriba.

“Desde el principio de los tiempos, las mujeres embarazadas padecen un síndrome conocido como náuseas matutinas, náuseas o vómitos del embarazo”. En realidad, el término “matutino” es engañoso, porque los síntomas pueden aparecer en cualquier momento del día y pueden ser tan graves que hasta necesiten ser hospitalizadas.

Los investigadores del hospital Brigham and Women’s Hospital de Harvard descubrieron que las grasas saturadas en la dieta parecen ser un factor de riesgo primario para enfermedades graves, con 5 veces más probabilidades por cada 15 gramos de ingesta, “equivalente a una hamburguesa de un cuarto de libra con queso”. La razón por la cual la ingesta de grasas puede ser un factor de riesgo tan fuerte podría tener que ver con sus efectos sobre el estrógeno, ya que se demostró que “la grasa saturada aumenta los niveles de esta hormona en la sangre”.

¿Por qué evolucionaríamos para tener una reacción tan negativa a las grasas saturadas? ¿Por qué evolucionaríamos para enfermarnos? “Las náuseas del embarazo son un fenómeno universal que afecta de un 70% a un 85% de todas las mujeres embarazadas”. Si también se cuentan los casos de aversión a la comida, la incidencia parecería llegar al 100%. “Dado que las náuseas durante el embarazo son un fenómeno tan común y devastador, se comenzó a cuestionar la existencia de un motivo o propósito para tal condición”. En el pasado, se creía que era psicológico y se lo desestimaba, pero recientes “estudios han reconsiderado las náuseas del embarazo como un mecanismo de protección embrionaria, una adaptación evolutiva para proteger al embrión”.

¿Proteger al bebé de qué? Pues de la carne. “La carne es la principal fuente de patógenos para los humanos. A la vez, es el tipo de alimento que más evitan las mujeres embarazadas”. El desarrollo de esta aversión durante el embarazo podría ser protectora porque “la carne puede contener toxinas que son mutagénicas, cancerígenas y teratogénicas”, lo que significa que pueden causar defectos de nacimiento. Además, la carne en mal estado puede estar contaminada con agentes patógenos. “El embarazo es un momento de relativa inmunosupresión”. Normalmente, nuestro cuerpo puede defenderse de la mayoría de los patógenos de la carne. “Sin embargo, por diseño biológico a partir de presiones evolutivas, las mujeres embarazadas están inmunodeprimidas con el objetivo de no rechazar el embrión en desarrollo”, ya que la mitad del bebé (el lado del padre) es un cuerpo extraño. Por lo tanto, las náuseas matutinas podrían haber evolucionado como una forma de alejarnos de la carne durante este período vulnerable. Esto sería consistente con una “sobrerrepresentación profunda de los tabúes de la carne” en sociedades de muestra de todo el mundo.

Si esta teoría es correcta, entonces deberíamos poder hacer 5 predicciones. Primero, si las náuseas y los vómitos en el embarazo son protectores, las mujeres que los experimentan deberían tener un mejor embarazp. De hecho, las mujeres que sufren estos síntomas son menos propensas a tener abortos espontáneos o muertes fetales. En segundo lugar, los alimentos que provocan náuseas y vómitos deben contener cosas que puedan ser particularmente dañinas para el bebé y, de hecho, “de todos los tipos de alimentos, la proteína animal (incluidas la carne, el pollo, los huevos y mariscos) es el más peligroso. La carne es fuente de una amplia gama de agentes patógenos que representan una seria amenaza para las mujeres embarazadas y sus embriones en desarrollo”. En tercer lugar, las náuseas deberían coincidir con el momento en que el embrión es más vulnerable, es decir, cuando se forman los órganos y estructuras críticas, alrededor de las semanas 5 a la 15. En efecto, ese período es justo cuando los síntomas llegan a su punto máximo. En cuarto lugar, las mujeres embarazadas deberían encontrar la carne y los huevos más aversivos durante el período de mayor sensibilidad embrionaria y eso, de hecho, es lo que sucede. Finalmente, si esta teoría es correcta, uno debería esperar una menor frecuencia de náuseas matutinas entre las poblaciones con dietas de origen vegetal, y en efecto, las pocas sociedades en las que no vemos tales síntomas son aquellas en las que su dieta se compone de plantas como alimentos básicos, en lugar de carne.

Por favor considera  colaborar como voluntario para ayudar en la web.

Imagen gracias a Kai Schreiber vía flickr. La imagen fue modificada.

El texto de abajo es solo una aproximación del audio. Para ver las gráficas, tablas, imágenes y citas a los que Dr. Greger se refiere, ver el vídeo más arriba.

“Desde el principio de los tiempos, las mujeres embarazadas padecen un síndrome conocido como náuseas matutinas, náuseas o vómitos del embarazo”. En realidad, el término “matutino” es engañoso, porque los síntomas pueden aparecer en cualquier momento del día y pueden ser tan graves que hasta necesiten ser hospitalizadas.

Los investigadores del hospital Brigham and Women’s Hospital de Harvard descubrieron que las grasas saturadas en la dieta parecen ser un factor de riesgo primario para enfermedades graves, con 5 veces más probabilidades por cada 15 gramos de ingesta, “equivalente a una hamburguesa de un cuarto de libra con queso”. La razón por la cual la ingesta de grasas puede ser un factor de riesgo tan fuerte podría tener que ver con sus efectos sobre el estrógeno, ya que se demostró que “la grasa saturada aumenta los niveles de esta hormona en la sangre”.

¿Por qué evolucionaríamos para tener una reacción tan negativa a las grasas saturadas? ¿Por qué evolucionaríamos para enfermarnos? “Las náuseas del embarazo son un fenómeno universal que afecta de un 70% a un 85% de todas las mujeres embarazadas”. Si también se cuentan los casos de aversión a la comida, la incidencia parecería llegar al 100%. “Dado que las náuseas durante el embarazo son un fenómeno tan común y devastador, se comenzó a cuestionar la existencia de un motivo o propósito para tal condición”. En el pasado, se creía que era psicológico y se lo desestimaba, pero recientes “estudios han reconsiderado las náuseas del embarazo como un mecanismo de protección embrionaria, una adaptación evolutiva para proteger al embrión”.

¿Proteger al bebé de qué? Pues de la carne. “La carne es la principal fuente de patógenos para los humanos. A la vez, es el tipo de alimento que más evitan las mujeres embarazadas”. El desarrollo de esta aversión durante el embarazo podría ser protectora porque “la carne puede contener toxinas que son mutagénicas, cancerígenas y teratogénicas”, lo que significa que pueden causar defectos de nacimiento. Además, la carne en mal estado puede estar contaminada con agentes patógenos. “El embarazo es un momento de relativa inmunosupresión”. Normalmente, nuestro cuerpo puede defenderse de la mayoría de los patógenos de la carne. “Sin embargo, por diseño biológico a partir de presiones evolutivas, las mujeres embarazadas están inmunodeprimidas con el objetivo de no rechazar el embrión en desarrollo”, ya que la mitad del bebé (el lado del padre) es un cuerpo extraño. Por lo tanto, las náuseas matutinas podrían haber evolucionado como una forma de alejarnos de la carne durante este período vulnerable. Esto sería consistente con una “sobrerrepresentación profunda de los tabúes de la carne” en sociedades de muestra de todo el mundo.

Si esta teoría es correcta, entonces deberíamos poder hacer 5 predicciones. Primero, si las náuseas y los vómitos en el embarazo son protectores, las mujeres que los experimentan deberían tener un mejor embarazp. De hecho, las mujeres que sufren estos síntomas son menos propensas a tener abortos espontáneos o muertes fetales. En segundo lugar, los alimentos que provocan náuseas y vómitos deben contener cosas que puedan ser particularmente dañinas para el bebé y, de hecho, “de todos los tipos de alimentos, la proteína animal (incluidas la carne, el pollo, los huevos y mariscos) es el más peligroso. La carne es fuente de una amplia gama de agentes patógenos que representan una seria amenaza para las mujeres embarazadas y sus embriones en desarrollo”. En tercer lugar, las náuseas deberían coincidir con el momento en que el embrión es más vulnerable, es decir, cuando se forman los órganos y estructuras críticas, alrededor de las semanas 5 a la 15. En efecto, ese período es justo cuando los síntomas llegan a su punto máximo. En cuarto lugar, las mujeres embarazadas deberían encontrar la carne y los huevos más aversivos durante el período de mayor sensibilidad embrionaria y eso, de hecho, es lo que sucede. Finalmente, si esta teoría es correcta, uno debería esperar una menor frecuencia de náuseas matutinas entre las poblaciones con dietas de origen vegetal, y en efecto, las pocas sociedades en las que no vemos tales síntomas son aquellas en las que su dieta se compone de plantas como alimentos básicos, en lugar de carne.

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