La traducción de este texto viene de la mano de nuestra voluntaria Carmen Otero Romero.
Si los médicos no comprenden los datos estadísticos sobre salud, ¿cómo pueden asesorar adecuadamente a los pacientes?
“En esta guerra sobre mamografías se puede perder fácilmente el pensamiento racional”. Las mamografías son un gran negocio que genera alrededor de siete mil millones de dólares al año, pero sería un poco “cínico” creer que el rechazo de los críticos de las mamografías “proviene exclusivamente del propio interés de los radiólogos, cirujanos, gerentes, etc., cuyo sustento depende de que continúen los programas de detección mamográfica”. Tiene sentido, desde un punto de vista intuitivo, que las mamografías funcionen, pero por eso tenemos a la ciencia, para que podamos ponerlo a prueba. “Les debemos [a nuestros pacientes] ‘basarnos en la evidencia’ en lugar de ‘en la fe’”. Merecen un análisis objetivo de los datos.
“Hemos hecho un trabajo pésimo informando al público con precisión sobre la detección”. ¿Por qué? Una de las razones es que los propios médicos no están informados, como explico en mi video ¿Por qué las pacientes no están informadas sobre las mamografías?. Por ejemplo, una encuesta a radiólogos descubrió que el 96% sobrestimó el riesgo de cáncer de mama de una mujer de mediana edad. En un estudio falso, los investigadores “se pusieron en contacto con los consultorios ginecólogos y concertaron una cita para recibir asesoramiento telefónico”. Durante la consulta telefónica fingieron ser un miembro de una familia preocupado y preguntaron sobre los beneficios y los daños de las mamografías. “Aunque todos los ginecólogos parecían motivados y preocupados por responder a nuestras preguntas, carecían de información y conocimientos sobre cómo comunicar información sobre riesgos médicos”.
En un artículo titulado When Doctors Meet Numbers (Cuando los médicos descubren los datos), los autores escriben que “no podemos dar por sentada la capacidad de los médicos para comprender e interpretar información cuantitativa y utilizarla para sacar el máximo provecho al paciente”. De hecho es “un talón de Aquiles educativo” para los médicos que se descubrió hace más de 80 años. Un ejemplo es un estudio en el que preguntaron a 151 médicos en prácticas una serie de preguntas de verdadero o falso para evaluar la comprensión práctica de algunos conceptos clave. Fracasaron estrepitosamente, obteniendo solo un 55% de aciertos, solamente un 20% más de lo que hubieran acertado adivinando las respuestas.
Si los médicos no comprenden las estadísticas de salud, ¿cómo pueden asesorar adecuadamente a los pacientes? En un famoso estudio se preguntó a 100 médicos cuáles eran las probabilidades reales de que una mujer tuviera cáncer de mama si su mamografía resultaba positiva. Se les proporcionó todos los datos numéricos para que pudieran realizar los cálculos, pero 95 de cada 100 no solo respondieron incorrectamente, sino que estaban enormemente equivocados, como en un 1000%.
Incluso médicos de Harvard tuvieron problemas. Al profesorado, el personal y los estudiantes de la Facultad de Medicina de Harvard se les hizo una pregunta simple, y el 82% se equivocó. Sin embargo, eso fue hace algunas décadas. ¿Qué sucedió en una encuesta actualizada en Boston? Solo el 77% se equivocó, pero estaban equivocados en un promedio de alrededor de un 3000%, lo que demuestra la continua “relación incómoda de la medicina con las matemáticas”.
“Solo el 12% de los 4713 residentes de obstetricia y ginecología encuestados pudieron responder correctamente 2 preguntas simples sobre estadísticas médicas… ¿Qué dirá el 88% de los residentes desinformados cuando su primera paciente les pregunte sobre su probabilidad de tener realmente un cáncer de mama cuando el resultado da positivo?”. Lo que es especialmente aterrador es que, en algunos estudios, aquellos médicos “que más confiaban en sus cálculos eran los que estaban más lejos de la respuesta correcta”. Ni siquiera sabían que no lo sabían. “Todos estos estudios documentan el mismo fenómeno: un considerable número de médicos son estadísticamente analfabetos, es decir, no comprenden las estadísticas de su propia disciplina”.
Entonces cuando los médicos dicen que no tienen tiempo de informar del todo a sus pacientes sobre los beneficios y los daños de una prueba, tal vez sea algo bueno ya que ni siquiera saben de qué están hablando. En cambio, pueden simplemente hablar sobre los beneficios de las pruebas de detección del cáncer de mama y omitir “cualquier discusión sobre los efectos adversos”. Teniendo en cuenta lo anterior, no debería sorprendernos que 9 de cada 10 mujeres “creyeran que esta prueba de detección no dañaría a una mujer sin cáncer de mama”, mientras que a menudo se sobreestiman en gran medida los beneficios. “De hecho, los beneficios y los daños están tan bien equilibrados” que quizás simplemente deberíamos informar a las mujeres y dejar que tomen sus propias decisiones. Sin embargo, no es eso lo que escuchas en las campañas publicitarias. Un anuncio “simplemente les dice a las mujeres que se hagan pruebas de detección, exagera los beneficios de la mamografía e ignora por completo los daños”. De hecho, en lugar de educación, un “enfoque obvio era utilizar grandes herramientas de persuasión, incluidos el miedo, la culpa y el sentido de la responsabilidad personal, para convencer a las personas de que se hicieran las pruebas”. Lo que haga falta.
Es “fácil ‘vender’ el cribado: simplemente exagera los beneficios, minimiza el costo y que los números sean menos transparentes”. Para poner a prueba las pruebas de detección rutinarias, los estudios han aleatorizado a cientos de miles de mujeres para que se hagan o no mamografías, pero ¿de qué sirve si no vamos a compartir los resultados? “Gastamos miles de millones en estudios clínicos pero no nos aseguramos de que los pacientes y los médicos reciban los resultados de forma transparente”. Quizás las mujeres deberían “romper las cintas rosas y hacer campaña para obtener información honesta”. ¿De qué otra manera pueden las mujeres tomar decisiones fundamentadas? En lugar de eso, los hospitales organizan “fiestas mensuales de ‘convivencia y mamografías’”. Además de “aperitivos, masajes en los pies y bolsas adornadas con el logo ‘pelea como una niña’”, tal vez deberían ofrecer información ponderada sobre los beneficios y daños de las pruebas de detección.
Desafortunadamente, muchos médicos muestran una ignorancia similar sobre la nutrición. No te pierdas, por ejemplo, Los médicos podrían estar desaprovechando su herramienta más importante.
¿Qué hemos aprendido?
- La mamografía genera alrededor de siete mil millones de dólares al año, y la industria sufre conflictos de intereses entre radiólogos, cirujanos y otras personas que pueden beneficiarse del procedimiento.
- Una razón por la que la comunidad médica no ha informado con precisión al público sobre las pruebas de detección es que los propios médicos no están informados. En una encuesta a radiólogos se descubrió que el 96% sobrestimó el riesgo de aparición de cáncer en una mujer de mediana edad, por ejemplo.
- Hace más de ocho décadas se identificó un “talón de Aquiles educativo” para los médicos, es decir, es posible que los médicos no comprendan e interpreten bien datos cuantitativos, ni puedan utilizar la información en beneficio del paciente.
- En un famoso estudio, se preguntó a 100 médicos cuál sería la probabilidad de una mujer de tener cáncer de mama con un resultado positivo de la mamografía, y 95 de los 100 médicos no solo respondieron incorrectamente, sino que se equivocaron en un 1000%.
- Estudio tras estudio, incluidos los que realizaron con médicos de la estimada Universidad de Harvard, muestran que un número significativo de médicos son “estadísticamente analfabetos, es decir, no comprenden las estadísticas de su propia disciplina”.
- A ello le sigue que, en lugar de informar del todo a los pacientes sobre los beneficios y los daños de una prueba de detección, los médicos evitan una discusión sobre los riesgos y presentan solamente los beneficios. Como tal, es comprensible que 9 de cada 10 mujeres no crean que las mamografías pueden ser perjudiciales para una mujer sin cáncer de mama.
- Sin embargo, los beneficios y los daños de las mamografías están bastante igualados.
- Las mujeres merecen conocer los beneficios y los daños de las pruebas de detección para tomar decisiones fundamentadas sobre si el riesgo vale la pena.
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Un saludo,
Michael Greger
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