Cómo ganar la guerra contra el cáncer

A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Rubén Rodríguez y Tatiana Fernández voluntarios activos en NutritionFacts.org.

Durante las últimas décadas, la medicina ha librado una gran guerra contra el cáncer, concentrándose en un diagnóstico precoz y una mejora en la terapia. La batalla aún no se ha ganado. Sin embargo, la medicina muestra pocos signos de admitir que su estrategia podría ser defectuosa. Esto se asemeja a un general de la Primera Guerra Mundial que declaró: “Las bajas han sido enormes;el terreno ganado, insignificante. La conclusión es que hay que seguir adelante”.

Si nos fijamos en la contribución de la quimioterapia a la supervivencia de 5 años en pacientes con cáncer, es del orden de solo alrededor un 2%. Ahora, hay algunos cánceres pediátricos en donde hemos mejorado y en donde el cáncer testicular y la enfermedad de Hodgkin son excepciones, pero si nos fijamos en los cánceres más comunes (colon, pulmón, mama y próstata) la tasa de éxito es de solo un 1%. Es decir, de los casi 14,000 pacientes con cáncer de colon, solo 146 sobrevivieron 5 años gracias a la quimioterapia; por lo tanto, la posibilidad de un beneficio de supervivencia es de uno en cien, pero los médicos no les dicen eso a sus pacientes. Los nuevos medicamentos de quimioterapia se promueven como grandes avances, para luego ser rechazados silenciosamente. El mínimo impacto en la supervivencia de los cánceres más comunes entra en conflicto con la percepción de muchos pacientes que sienten que están recibiendo un tratamiento que mejorará significativamente sus posibilidades de curación.

En vista del mínimo impacto de la quimioterapia citotóxica en la supervivencia a 5 años y la falta de cualquier progreso importante en los últimos 20 años, se deduce que su rol principal es realmente paliativo. Puede reducir los tumores, aliviar el dolor y la presión, pero eso no se traduce a una expectativa de vida más larga. “El fracaso de la terapia, junto con el entendimiento de que la abrumadora mayoría de los cánceres está relacionado con factores ambientales, particularmente de estilo de vida, dicta que la prevención debería ser nuestro objetivo principal”.

El cáncer es en gran parte una enfermedad prevenible, pero sí requiere cambios importantes en el estilo de vida. De los millones diagnosticados con cáncer cada año, entre el 90 y el 95% son causados ​​por factores relacionados con el estilo de vida y solo entre el 5% y el 10% causados ​​por genes defectuosos. Esto lo sabemos por a las enormes diferencias en la incidencia de distintas formas de cáncer en todo el mundo, que luego cambian cuando las personas se trasladan de un lugar a otro. Entonces, por ejemplo, las tasas de cáncer de mama varían en orden de magnitud, con las tasas más bajas en partes de África y Asia, hasta que se mudan y comienzan a alimentarse y vivir como estadounidenses, argentinos, europeos o australianos.

Entonces, “existe la necesidad de una importante reevaluación de cómo se aborda el problema del cáncer”. La clave para ganar la guerra contra el cáncer es la prevención, que no solo funciona mejor, sino que tiene la gran ventaja de que no implica síntomas de abstinencia como los relacionados con la nicotina o las gomitas de azúcar.

“Por otro lado, el tratamiento del cáncer, incluso cuando tiene éxito, a menudo expone al paciente a mucho sufrimiento, tanto físico como psicológico. De hecho, algunos tratamientos contra el cáncer se consideran peores que la enfermedad”.

Sin embargo, lo más importante es que un estilo de vida saludable puede cortarlo de raíz, mientras que por definición un diagnóstico precoz y su tratamiento no alteran la tasa de cáncer, tampoco cambia la cantidad de personas que contraen cáncer. En términos de prevención del cáncer y su tratamiento con nutrición, el consumo de alimentos de origen animal históricamente se ha relacionado con un mayor riesgo de cáncer, mientras que ciertos componentes alimenticios a base de plantas se han asociado con un riesgo cada vez menor. Entonces, no es suficiente simplemente evitar las cosas malas. Comer es más o menos un juego de suma cero. Todo lo que ponemos en nuestra boca es una oportunidad perdida de poner algo aún más saludable en ellas. Por lo tanto, no se trata solo de evitar alimentos que promueven el cáncer; necesitamos ingerir alimentos con mecanismos activos supresores del cáncer. Por nutrición “integral”, estamos hablando de alimentos integrales. Sí, estos son algunos de los presuntos ingredientes activos en alimentos saludables como la cúrcuma, el té verde o el brócoli, pero así es como debemos obtenerlos, no en píldoras.

  Sí, el desarrollo del cáncer podría responder principalmente a la nutrición, pero no estamos hablando de suplementos nutricionales, sino de alimentos enteros e intactos.

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Crédito de la imagen: Kristina DeMuth. La imagen ha sido modificada.

Gráficos de Avocado Video.

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