En años recientes, se han publicado más de cinco mil artículos en la literatura médica sobre la curcumina, el pigmento en la especia india llamada cúrcuma que le da al polvo de curri ese color dorado tan característico. Muchos de estos artículos sugieren que la curcumina puede ser beneficiosa para muchas condiciones por medio de una variedad vertiginosa de mecanismos. La curcumina fue aislada por primera vez hace más de un siglo, aún así, de entre los miles de experimentos, en el siglo XX solo algunos fueron estudios clínicos que incluían participantes humanos.

Sin embargo, desde el cambio de siglo, con más de 50 estudios clínicos, se ha probado la curcumina contra una variedad de enfermedades y hay decenas más de estudios en proceso.

Desde 1987, el Instituto Nacional del Cáncer ha probado más de mil compuestos diferentes para la actividad de quimioprevención, o prevención del cáncer. Solo algunas decenas se han convertido en estudios clínicos y, la curcumina, el pigmento amarillo brillante de la cúrcuma está dentro de los más promisorios. Los agentes de quimioprevención pueden ser clasificados en diferentes subgrupos basados en la etapa de desarrollo del cáncer que ayudan a combatir: bloqueadores de carcinógenos y antioxidantes ayudan a prevenir la activación de la mutación del ADN inicial y los antiproliferativos actúan para evitar que los tumores crezcan y se expandan. La curcumina es tan especial porque parece pertenecer a los tres grupos, lo que significa que puede, potencialmente, ayudar a prevenir y/o detener el crecimiento de las células del cáncer.

Los efectos anticancerígenos de la curcumina se extienden más allá de su habilidad de prevenir potencialmente las mutaciones de ADN. Esto también parece ayudar a regular la muerte celular programada. Nuestras células están programadas para morir de manera natural para darle espacio a las nuevas células por medio de un proceso conocido como apoptosis (del griego ptosis, caer y apo, lejos de). De cierto modo, nuestro cuerpo se regenera a sí mismo cada unos meses con los materiales de elaboración que le proveemos por medio de la alimentación. Sin embargo, algunas células se quedan más tiempo del esperado, concretamente las células del cáncer. De alguna forma desactivan su propio mecanismo suicida, no mueren cuando se supone deben hacerlo y al continuar creciendo y dividiéndose, éstas pueden eventualmente formar tumores y potencialmente esparcirse por todo el cuerpo.

¿Y cómo actúa la curcumina en este proceso? Parece tener la habilidad de reprogramar el mecanismo autodestructivo en las células del cáncer. Todas las células contienen el llamado receptor de muerte que activa la secuencia de destrucción, pero las células del cáncer pueden desactivar sus propios receptores. La curcumina, sin embargo, parece ser capaz de reactivarlos. La curcumina puede también matar directamente las células del cáncer activando las “enzimas de ejecución ” dentro de las células del cáncer, llamadas caspasas, que las destruyen desde adentro cortando sus proteínas.

Al contrario de lo que hacen la mayoría de los medicamentos de quimioterapia, contra los cuales las células del cáncer pueden desarrollar resistencia a través del tiempo, la curcumina afecta varios mecanismos de muerte celular simultáneamente, dificultándole a las células del cáncer el evadir ser destruidas. Por razones aún desconocidas, la curcumina parece no meterse con las células no cancerosas.

La curcumina puede jugar un papel en la prevención o el tratamiento de la enfermedad pulmonar, enfermedad cerebral y varios tipos de cáncer, incluyendo mieloma múltiple y cáncer de mama, cerebro, sangre, colon, riñón, hígado, páncreas y piel y puede también ayudar a acelerar la recuperación después de una cirugía y tratar efectivamente la artritis reumatoide, mucho mejor que el medicamento líder de elección. Puede ser también efectiva en el tratamiento de osteoartritis y otras condiciones inflamatorias como el lupus y la enfermedad inflamatoria intestinal. En un estudio reciente de la colitis ulcerativa, con un ensayo multicéntrico, aleatorio doble ciego  controlado con placebo, se descubrió que más del 50% de los pacientes logró la remisión con solo un mes de consumir curcumina, en comparación con ninguno de los pacientes que recibieron el placebo.

Con pocas desventajas en dosis culinarias y una infinidad de beneficios potenciales para la salud, sugiero buscar formas de incorporar la cúrcuma a tu alimentación diaria.

 

Traducción: Diana Montejano. Edición: Viviana Garcia

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