La respuesta de la industria a plantas, no pastillas

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Los alimentos integrales son mejores que la suma de sus partes. Las marcas sin escrúpulos usan la evidencia que relaciona los altos niveles de fitonutrientes con una mejor salud para vender suplementos alimenticios que hacen más daño que bien.

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Este es el famoso estudio por el cual tantos comenzaron por el mal camino.
Miles de hombres seguidos durante 19 años, y hubo una caída gradual en el riesgo de cáncer de pulmón para los fumadores que obtuvieron más
y más beta-caroteno en su dieta, que estimaban sencillamente sumando la cantidad de frutas, verduras y sopa que comían.
¿Empezaron entonces a tratar a los fumadores con frutas, verduras y sopa?
No, les dieron pastillas de beta-caroteno.

Y los que tomaron las píldoras tuvieron más cáncer de pulmón que aquellos que no lo hicieron. Y más muertes por cáncer de pulmón, enfermedades cardíacas y accidente cerebrovascular. Y un promedio de vida más corto en general.
Sin embargo, eso no evitó que lo
intentaran una y otra vez.
Se realizaron seis estudios más, y las píldoras de beta-caroteno continuaron aumentando la mortalidad. Otros veinte estudios en los cuales dieron beta-caroteno y otros suplementos antioxidantes, aumentaron significativamente la mortalidad.

Una conclusión obvia es que los nutrientes aislados son medicamentos, pero no son estudiadas o reguladas como tales, y tal vez deberían serlo.
La comida, por otro lado, necesita ser tratada de una manera diferente,
consciente del concepto de la sinergía de alimentos.
Los alimentos integrales son mejores que la suma de sus partes.

Sí, los niveles bajos de beta-caroteno en la sangre aumentan el riesgo de mortalidad por enfermedad cardíaca, pero eso es básicamente decir que el bajo consumo de zanahoria, calabaza, hojas verdes de berza y col rizada
aumenta el riesgo de mortalidad por enfermedad cardíaca, o aquí en los Estados Unidos, zanahoria, espinaca y camote.

Sí, mientras más carotenoides tengamos en nuestra sangre, más saludables podemos ser, pero aunque las marcas sin escrúpulos pueden usar esto para vender suplementos dietéticos, científicos responsables y productores de alimentos necesitan enfatizar el uso de alimentos y productos alimenticios integrales para mejorar las concentraciones de carotenoides en la sangre.

Ahora podemos ver que suministrar suplementos de beta-caroteno fue una decisión equivocada para prevenir el cáncer. En vez de eso, los investigadores quizá debieron haber buscado determinar cuales alimentos funcionaban mejor y luego poner a prueba a las frutas y verduras en ensayos controlados aleatorios.

La ‘ciencia’ tiende a ser reduccionista, buscando causas y efectos discretos. Es difícil conseguir que los estudios sobre alimentos sean aprobados por quienes evalúan las subvenciones a menos que se analice cada componente en la comida, lo que nos parece que es no comprender el propósito. La clave es alentar a los consumidores a aumentar la cantidad total a entre 9 y 13 porciones diarias de frutas y verduras.

En los últimos 30 años se ha visto el desarrollo de una enorme cantidad de evidencia sobre la importancia de los alimentos de origen vegetal en la prevención o reducción de riesgo de enfermedades crónicas. Pero a pesar de los programas ampliamente difundidos de información pública sobre como comer saludablemente, es muy difícil conseguir que la gente cambie sus dietas. Por lo tanto, una solución propuesta es volver a añadir fitonutrientes que estimulen la salud, que faltan en muchos alimentos comúnes.
¿Agregando más frutas y verduras? No, tonto, agregando fitonutrientes diseñados genéticamente en la comida rápida.

La gente come catsup, no col rizada, así qué ¿quién necesita vegetales cuando se puede insertar genéticamente altas cantidades de folato en los tomates?
¿Por qué comprar bayas cuando se pueden hacer tomates de color púrpura combinando dos genes de planta de boca de dragón para hacer tomates transgénicos? En lugar de hamburguesas de soja, podemos tener genes de soja en la catsup de nuestras hamburguesas. Y ha oído hablar de los tomates uva, ¿qué tal tomates de uva de verdad?

Las píldoras son más lucrativas que las plantas. Pero cuando las píldoras no funcionan, la industria va a intentar patentar el producto en sí.

Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. Esto es sólo una aproximación al contenido del audio contribuído por Katie Schloer.

La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Claudia Escorza.

Considera ser voluntario/a para ayudar en la página web.

Este es el famoso estudio por el cual tantos comenzaron por el mal camino.
Miles de hombres seguidos durante 19 años, y hubo una caída gradual en el riesgo de cáncer de pulmón para los fumadores que obtuvieron más
y más beta-caroteno en su dieta, que estimaban sencillamente sumando la cantidad de frutas, verduras y sopa que comían.
¿Empezaron entonces a tratar a los fumadores con frutas, verduras y sopa?
No, les dieron pastillas de beta-caroteno.

Y los que tomaron las píldoras tuvieron más cáncer de pulmón que aquellos que no lo hicieron. Y más muertes por cáncer de pulmón, enfermedades cardíacas y accidente cerebrovascular. Y un promedio de vida más corto en general.
Sin embargo, eso no evitó que lo
intentaran una y otra vez.
Se realizaron seis estudios más, y las píldoras de beta-caroteno continuaron aumentando la mortalidad. Otros veinte estudios en los cuales dieron beta-caroteno y otros suplementos antioxidantes, aumentaron significativamente la mortalidad.

Una conclusión obvia es que los nutrientes aislados son medicamentos, pero no son estudiadas o reguladas como tales, y tal vez deberían serlo.
La comida, por otro lado, necesita ser tratada de una manera diferente,
consciente del concepto de la sinergía de alimentos.
Los alimentos integrales son mejores que la suma de sus partes.

Sí, los niveles bajos de beta-caroteno en la sangre aumentan el riesgo de mortalidad por enfermedad cardíaca, pero eso es básicamente decir que el bajo consumo de zanahoria, calabaza, hojas verdes de berza y col rizada
aumenta el riesgo de mortalidad por enfermedad cardíaca, o aquí en los Estados Unidos, zanahoria, espinaca y camote.

Sí, mientras más carotenoides tengamos en nuestra sangre, más saludables podemos ser, pero aunque las marcas sin escrúpulos pueden usar esto para vender suplementos dietéticos, científicos responsables y productores de alimentos necesitan enfatizar el uso de alimentos y productos alimenticios integrales para mejorar las concentraciones de carotenoides en la sangre.

Ahora podemos ver que suministrar suplementos de beta-caroteno fue una decisión equivocada para prevenir el cáncer. En vez de eso, los investigadores quizá debieron haber buscado determinar cuales alimentos funcionaban mejor y luego poner a prueba a las frutas y verduras en ensayos controlados aleatorios.

La ‘ciencia’ tiende a ser reduccionista, buscando causas y efectos discretos. Es difícil conseguir que los estudios sobre alimentos sean aprobados por quienes evalúan las subvenciones a menos que se analice cada componente en la comida, lo que nos parece que es no comprender el propósito. La clave es alentar a los consumidores a aumentar la cantidad total a entre 9 y 13 porciones diarias de frutas y verduras.

En los últimos 30 años se ha visto el desarrollo de una enorme cantidad de evidencia sobre la importancia de los alimentos de origen vegetal en la prevención o reducción de riesgo de enfermedades crónicas. Pero a pesar de los programas ampliamente difundidos de información pública sobre como comer saludablemente, es muy difícil conseguir que la gente cambie sus dietas. Por lo tanto, una solución propuesta es volver a añadir fitonutrientes que estimulen la salud, que faltan en muchos alimentos comúnes.
¿Agregando más frutas y verduras? No, tonto, agregando fitonutrientes diseñados genéticamente en la comida rápida.

La gente come catsup, no col rizada, así qué ¿quién necesita vegetales cuando se puede insertar genéticamente altas cantidades de folato en los tomates?
¿Por qué comprar bayas cuando se pueden hacer tomates de color púrpura combinando dos genes de planta de boca de dragón para hacer tomates transgénicos? En lugar de hamburguesas de soja, podemos tener genes de soja en la catsup de nuestras hamburguesas. Y ha oído hablar de los tomates uva, ¿qué tal tomates de uva de verdad?

Las píldoras son más lucrativas que las plantas. Pero cuando las píldoras no funcionan, la industria va a intentar patentar el producto en sí.

Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. Esto es sólo una aproximación al contenido del audio contribuído por Katie Schloer.

La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Claudia Escorza.

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Nota del Doctor

He hablado de este tipo de pensamiento reduccionista antes:

Aunque podrían existir beneficios de patentat los productos agrícolas. Mire Las Plantas como Propiedad Intelectual – ¿Obviamente Malo?

¿Qué hay de los transgénicos que ya se encuentran en el mercado? Mire:

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