Retrocediendo el reloj 14 años

En 1903, Thomas Edison predijo que el médico del futuro no daría medicamentos, sino que instruiría a su paciente en el cuidado de su cuerpo en la dieta y en la causa y prevención de enfermedades. Cien años más tarde, el “American College of Lifestyle Medicine” (Colegio Estadounidense De La Medicina de Estilo de Vida) nació. Aún prescribimos medicamentos cuando son necesarios, pero nuestro énfasis se basa en el conocimiento de que las principales causas de discapacidad en los Estados Unidos, y las principales causas de muerte, son causadas principalmente por el estilo de vida, particularmente lo que ponemos en nuestra boca: comida y cigarrillos.

Una cantidad impresionante de estudios han demostrado que el estilo de vida es la causa de lo que nos aflige. Sin embargo, las buenas noticias son que, cambiando nuestros estilo de vida, podemos mejorar dramáticamente nuestra salud. Tenemos el poder.

Sobre la mayoría de las principales causas de muerte, hemos sabido hace mucho tiempo que nuestros genes constituyen como mucho de un 10 a un 20% de los factores de riesgo, dado el hecho de que las tasas de enfermedades asesinas como los problemas de corazón y cánceres graves pueden variar hasta en un múltiplo de 100 entre distintas poblaciones, y que cuando la gente migra desde países con bajo riesgo a países con alto riesgo, sus tasas de enfermedad casi siempre cambian a aquellas del nuevo ambiente. Por ejemplo, al menos el 70% de apoplejías y de cánceres de colon se pueden evitar, más del 80% de cardiopatías coronarias, más del 90% de diabetes tipo 2, se pueden evitar.

Así que quizás es hora de dejar de culpar a nuestros genes y concentrarnos en el 70% y más que está en nuestro control. Esa podría ser la solución real a la crisis del sistema de salud.

Y no hace falta mucho. Cumpliendo sólo con cuatro simples normas de estilo de vida saludable puede tener un fuerte impacto en la prevención de enfermedades crónicas: no fumar, no ser obeso, media hora de ejercicio diaria, y comer más sano – más frutas, verduras, granos integrales, menos carne. Cuatro sencillas cosas disminuyen nuestros riesgo de desarrollar enfermedades crónicas en un 78%. 95% del riesgo de diabetes desaparece, 80% del riesgo de ataques cardíacos se desvanece. Piensa en qué significa en términos de números. Como están las cosas ahora, cada año un millón de estadounidenses sufre su primer ataque cardíaco o apoplejía, un millón contrae diabetes, un millón contrae cáncer.

Si somos juiciosos, ¿realmente podemos vivir más? El “CDC” (Centre for Disease Control – Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades) tuvo en seguimiento a alrededor de 8.000 estadounidenses de 20 años o mayores durante unos seis años. Descubrieron que tres comportamientos fundamentales de estilo de vida ejercen un impacto enorme en la mortalidad. Las personas que no fumaban, qun tenían una dieta sana, y que realizaban suficiente actividad física podían reducir considerablemente su riesgo de una muerte temprana. Y con no fumar se referían sólo a no fumar en la actualidad. Con “dieta sana” se referían sólo al primer 40% en términos de cumplimiento con las endebles directrices dietéticas federales, y físicamente activo significaba un promedio de 21 minutos al día o más de ejercicio al menos moderado. Aquellos que lograron al menos uno de los tres tuvieron un riesgo 40% más bajo de morir. Aquellos que cumplieron con dos de los tres redujeron sus probabilidades de morir en más de la mitad, y aquellos que tuvieron éxito en los tres, disminuyeron en un 82% sus probabilidades de morir en dicho periodo de seis años.

¿Qué significa esto en términos de cuánto tiempo más podemos vivir? Un estudio similar en conductas saludables y supervivencia no sólo se creyó lo que las personas dijeron sobre cómo de sano estaban comiendo, sino que midieron el nivel de vitamina C en su sangre, como un marcador biológico para saber cuántos vegetales estaban comiendo, y la disminución de riesgos de mortalidad en aquellos que cumplieron con las cuatro normas de comportamiento saludabls fue equivalente a ser 14 años más joven. Es como retroceder el reloj 14 años.

Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ver el vídeo más arriba. Esto es solo una aproximación del audio
contribuida por Katie Schloer. La traducción y edición de este contenido fue contribuida por Rosario Figueroa y Adrián Bravo López.

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Imágenes gracias al American College of Lifestyle Medicine (Colegio Estadounidense de la Medicina de Estilo de Vida).

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