El colesterol es un componente vital de nuestras células, por lo que nuestro cuerpo produce todo el que necesitamos.

La mayoría de los estadounidenses, que consumen una alimentación convencional, acumulan placas en las arterias coronarias que nutren el tejido muscular del corazón. Esta acumulación de placa, conocida como ateroesclerosis, es el endurecimiento de las arterias por bolsas de material graso rico en colesterol que se acumula bajo los revestimientos internos de los vasos sanguíneos. Este proceso parece suceder durante décadas, construyéndose poco a poco en el espacio interno de nuestras arterias, y estrecha la vía de circulación de la sangre.

La restricción de la circulación sanguínea al corazón puede provocar dolor de pecho y presión al intentar hacer ejercicio. Si la placa se rompe, se puede formar un coágulo dentro de la arteria. Este bloqueo repentino de la circulación sanguínea puede ocasionar un ataque cardíaco y dañar o incluso matar parte del corazón.

Una gran cantidad de evidencia muestra que alguna vez hubo partes del mundo en donde la epidemia de enfermedad cardíaca parecía ser prácticamente inexistente, como en zonas rurales de China y el África subsahariana. No es la genética: cuando las personas se mudan de áreas de bajo riesgo a áreas con alto riesgo, sus riesgos parecen dispararse al adoptar los mismos hábitos alimenticios y estilo de vida de su nuevo hábitat. Las tasas extraordinariamente bajas de enfermedad cardíaca en las zonas rurales de China y África se atribuyeron a los niveles extraordinariamente bajos de colesterol en estas poblaciones. A pesar de que los hábitos alimenticios de los chinos y los africanos son muy diferentes, ambos están centrados en alimentos derivados de plantas, como cereales y vegetales. Al comer tanta fibra y tan poca grasa de origen animal, el promedio de su colesterol total es menor a 150 mg/dL, similar al de las personas que consumen una alimentación a base de vegetales estricta.

Según William C. Roberts, jefe redactor de la American Journal of Cardiology (revista estadounidense de cardiología), el único factor de riesgo crítico para la formación de placa ateroesclerótica es el colesterol, específicamente el colesterol LDL elevado en sangre. Para reducir drásticamente los niveles de colesterol LDL, aparentemente, necesitamos reducir drásticamente nuestro consumo de grasas trans que provienen principalmente de los alimentos procesados y, de manera natural, de la carne y los lácteos; las grasas saturadas, que se encuentra principalmente en productos de origen animal y comida chatarra; y, en menor medida, el colesterol alimentario, encontrado exclusivamente en alimentos derivados de animales, especialmente en los huevos.

¿Ves el patrón? Los tres estimuladores del colesterol malo, el principal factor de riesgo para nuestra enfermedad más letal, provienen del consumo de alimentos procesados y productos de origen animal. Esto probablemente explica el por qué las poblaciones que siguen una alimentación más tradicional, que gira alrededor de alimentos integrales a base de vegetales, han permanecido en gran medida libres de la epidemia de la enfermedad cardíaca.

Créditos de la imagen: Oregon State University / Flickr. La imagen ha sido modificada.

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