La restricción calórica comparada con las dietas a base de vegetales

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¿Cuál es la mejor estrategia para la disminución del nivel de la hormona de crecimiento IGF-1 que promueve el cáncer?

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En los Estados Unidos, cada año cientos de miles de muertes son atribuidas a la obesidad, superando actualmente al tabaquismo como quizás la principal causa evitable de enfermedad y muerte prematura. En particular, y según un meta-análisis de estudios realizados al día de hoy, el exceso de grasa corporal es una causa importante en la mayoría de los cánceres. Alrededor de la mitad de los casos de algunos cánceres  pueden ser atribuidos a simplemente tener sobrepeso u obesidad.

¿Cuál es la conexión?, ¿Por qué las personas que son obesas tienen un mayor riesgo de cáncer? Para responder a esta pregunta debemos tener en cuenta las consecuencias bioquímicas de la obesidad, como el IGF-1, la insulina como factor de crecimiento uno es una hormona de crecimiento que promueve el cáncer asociada con varios tipos de cánceres comunes tanto en adultos como en niños. Niños que se enfermaron de cáncer, tenían cerca de cuatro veces más altos los niveles de IGF-1 en su torrente sanguíneo, mientras que personas que crecen con niveles excepcionalmente bajos de IGF-1 no parecieron enfermarse de cáncer en absoluto. En un grupo de 300 personas, cero casos de cáncer.

Ya he hablado sobre esta mutación de la protección del cáncer. El papel del consumo de proteínas animales juega en el impulso de la producción de IGF-1 en el hígado, lo que puede explicar la protección del cáncer que obtenemos con una dieta a base de vegetales, y que tipo de alimentos vegetales debemos consumir, pero nuestro hígado no es el único tejido que produce IGF-1, las células de grasa también producen IGF-1. Y esto puede ayudar a explicar esta epidemia de cáncer del siglo 21 causado por la obesidad.

Por supuesto, compañías farmacéuticas han aparecido con una variedad de agentes bloqueadores de quimioterapia IGF-1, con nombres tan lindos como Figitumamab, pero con efectos secundarios no tan lindos tales como toxicidades mortales tempranas. Así que tal vez la mejor forma de bajar el IGF-1 es hacerlo naturalmente, a través el consumo de una dieta basada en plantas, así como todas las mujeres y hombres veganos que tienen menores niveles de IGF-1. Sin embrago, tal vez sea sólo porque son muy delgados. El único grupo de la dieta que se aproximó al índice de masa corporal recomendada de entre 21 a 23 fueron aquellas que seguían estrictamente dietas a base de plantas, pero quizás fue la pérdida de peso que lo hizo. Tal vez podemos comer todo lo que queramos, siempre y cuando estamos delgados.

Para poner esto a prueba, tendríamos que encontrar un grupo de personas carnívoras tan delgadas como los veganos. Corredores de alta resistencia, que corran un promedio de 48 millas a la semana durante 21 años. Si corres 50.000 millas tú también podrías mantener un índice de masa corporal saludable o incluso la de un vegano con una dieta crudivegana. Entonces, ¿con qué se encontraron?

Si vemos las concentraciones sanguíneas de estos grupos de personas con bajo riesgo de cáncer, se ve que sólo los veganos obtuvieron niveles significativamente más bajos de IGF-1. Eso tiene sentido dado el rol que la proteína animal juega en el aumento de los niveles de IGF-1.

Pero el grupo vegano no solo comió menos proteína animal, también comieron menos calorías. Y al menos en roedores, solo la restricción calórica reduce los niveles de IGF-1. Muy bien, tal vez los bajos niveles de IGF-1 entre los veganos no se deba a sus cuerpos delgados, sino tal vez esta caída de IGF-1 es debido, efectivamente, a su restricción calórica no intencional. Muy bien, entonces comparemos a los veganos con personas que practican una severa restricción calórica.

Se reclutaron veganos de la Sociedad Vegetariana de San Luis, y fueron a la Sociedad de la Restricción Calórica para reclutar personas que practicaran una restricción calórica severa. ¿Qué encontraron?

Sólo en el grupo vegano se obtuvo una caída significativa de IGF-1. Estos hallazgos demuestran que, a diferencia de los roedores, una severa restricción calórica a largo plazo no reduce el nivel de esta hormona promotora del cáncer en humanos. No es la cantidad de calorías que comemos, la ingesta de proteínas puede ser el factor determinante en los niveles de IGF-1 que circula en los seres humanos, y por lo tanto la reducción en la ingesta de proteínas puede llegar a ser un factor importante en las intervenciones dietéticas anti-cáncer y anti-envejecimiento.

Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. Esto es sólo una aproximación del audio contribuida por Katie Schloer. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Tatiana Fernández W y Elizabeth Romo.

Considera ser voluntario/a para ayudar en la página web.

Agradecimiento por las imágenes a  Marcelo Nava, Paul Boxley, y Jennifer a través de Flickr.

En los Estados Unidos, cada año cientos de miles de muertes son atribuidas a la obesidad, superando actualmente al tabaquismo como quizás la principal causa evitable de enfermedad y muerte prematura. En particular, y según un meta-análisis de estudios realizados al día de hoy, el exceso de grasa corporal es una causa importante en la mayoría de los cánceres. Alrededor de la mitad de los casos de algunos cánceres  pueden ser atribuidos a simplemente tener sobrepeso u obesidad.

¿Cuál es la conexión?, ¿Por qué las personas que son obesas tienen un mayor riesgo de cáncer? Para responder a esta pregunta debemos tener en cuenta las consecuencias bioquímicas de la obesidad, como el IGF-1, la insulina como factor de crecimiento uno es una hormona de crecimiento que promueve el cáncer asociada con varios tipos de cánceres comunes tanto en adultos como en niños. Niños que se enfermaron de cáncer, tenían cerca de cuatro veces más altos los niveles de IGF-1 en su torrente sanguíneo, mientras que personas que crecen con niveles excepcionalmente bajos de IGF-1 no parecieron enfermarse de cáncer en absoluto. En un grupo de 300 personas, cero casos de cáncer.

Ya he hablado sobre esta mutación de la protección del cáncer. El papel del consumo de proteínas animales juega en el impulso de la producción de IGF-1 en el hígado, lo que puede explicar la protección del cáncer que obtenemos con una dieta a base de vegetales, y que tipo de alimentos vegetales debemos consumir, pero nuestro hígado no es el único tejido que produce IGF-1, las células de grasa también producen IGF-1. Y esto puede ayudar a explicar esta epidemia de cáncer del siglo 21 causado por la obesidad.

Por supuesto, compañías farmacéuticas han aparecido con una variedad de agentes bloqueadores de quimioterapia IGF-1, con nombres tan lindos como Figitumamab, pero con efectos secundarios no tan lindos tales como toxicidades mortales tempranas. Así que tal vez la mejor forma de bajar el IGF-1 es hacerlo naturalmente, a través el consumo de una dieta basada en plantas, así como todas las mujeres y hombres veganos que tienen menores niveles de IGF-1. Sin embrago, tal vez sea sólo porque son muy delgados. El único grupo de la dieta que se aproximó al índice de masa corporal recomendada de entre 21 a 23 fueron aquellas que seguían estrictamente dietas a base de plantas, pero quizás fue la pérdida de peso que lo hizo. Tal vez podemos comer todo lo que queramos, siempre y cuando estamos delgados.

Para poner esto a prueba, tendríamos que encontrar un grupo de personas carnívoras tan delgadas como los veganos. Corredores de alta resistencia, que corran un promedio de 48 millas a la semana durante 21 años. Si corres 50.000 millas tú también podrías mantener un índice de masa corporal saludable o incluso la de un vegano con una dieta crudivegana. Entonces, ¿con qué se encontraron?

Si vemos las concentraciones sanguíneas de estos grupos de personas con bajo riesgo de cáncer, se ve que sólo los veganos obtuvieron niveles significativamente más bajos de IGF-1. Eso tiene sentido dado el rol que la proteína animal juega en el aumento de los niveles de IGF-1.

Pero el grupo vegano no solo comió menos proteína animal, también comieron menos calorías. Y al menos en roedores, solo la restricción calórica reduce los niveles de IGF-1. Muy bien, tal vez los bajos niveles de IGF-1 entre los veganos no se deba a sus cuerpos delgados, sino tal vez esta caída de IGF-1 es debido, efectivamente, a su restricción calórica no intencional. Muy bien, entonces comparemos a los veganos con personas que practican una severa restricción calórica.

Se reclutaron veganos de la Sociedad Vegetariana de San Luis, y fueron a la Sociedad de la Restricción Calórica para reclutar personas que practicaran una restricción calórica severa. ¿Qué encontraron?

Sólo en el grupo vegano se obtuvo una caída significativa de IGF-1. Estos hallazgos demuestran que, a diferencia de los roedores, una severa restricción calórica a largo plazo no reduce el nivel de esta hormona promotora del cáncer en humanos. No es la cantidad de calorías que comemos, la ingesta de proteínas puede ser el factor determinante en los niveles de IGF-1 que circula en los seres humanos, y por lo tanto la reducción en la ingesta de proteínas puede llegar a ser un factor importante en las intervenciones dietéticas anti-cáncer y anti-envejecimiento.

Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. Esto es sólo una aproximación del audio contribuida por Katie Schloer. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Tatiana Fernández W y Elizabeth Romo.

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