Se puso a prueba altas dosis de licopeno (el pigmento rojo en los tomates) para ver si podían evitar que las lesiones precancerosas de próstata se convirtieran en cáncer en estado avanzado.
Suplementos de licopeno contra el cáncer de próstata
A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba.
En los años 80, el Adventist Health Study (Estudio de Salud Adventista) encontró “fuertes relaciones protectoras contra el cáncer de próstata a medida que se aumentaba el consumo de legumbres, cítricos, fruta deshidratada, frutos secos y tomates”. En los años 90, un estudio de Harvard centró su atención en los tomates, que parecían ser “especialmente beneficiosos”. Los investigadores sospechaban que el pigmento rojo en los tomates, llamado licopeno, podría ser la causa, ya que tiene un mayor poder antioxidante que algunos de los otros pigmentos, como el pigmento naranja beta-caroteno que se encuentra en zanahorias y melones cantalupo. Y el licopeno mata dramáticamente a las células de cáncer de próstata en una placa de Petri, incluso en los niveles bajos que uno esperaría en el torrente sanguíneo después de simplemente comer algunos tomates. Así que, por supuesto, la compañía de ketchup Heinz, junto con fabricantes de suplementos de licopeno, le pidieron a la FDA (Food and Drug Administration – Agencia de Alimentos y Medicamentos) que les permitiera imprimir declaraciones de propiedades saludables en sus productos.
Básicamente no lo permitieron, ya que la FDA dijo que la evidencia era “muy limitada y preliminar”, y no se dio aprobación para el ketchup o los suplementos. Para entonces, otros estudios de población adicionales habían puesto en duda la teoría del licopeno. Las personas con altas ingestas dietéticas de licopeno no parecían tener tasas de cáncer más bajas, después de todo. Pero, ¿quién tiene altas ingestas dietéticas de licopeno? Aquellos que comen más pizza; así que tal vez no es ninguna sorpresa que haya resultados mixtos. Lo que necesitamos es poner a prueba el licopeno.
Esto comenzó con un estudio de caso. Un hombre de 62 años con cáncer de próstata terminal; la cirugía y la quimioterapia no le habían funcionado, tenía metástasis en todo el cuerpo y el cáncer incluso se extendió al hueso. Y así, fue enviado a morir a una residencia de ancianos. De modo que se encargó por sí mismo de iniciar “fitoterapia”: una terapia basada en plantas, tomando todos los días la cantidad de licopeno que se encuentra en un cuarto de taza de salsa de tomate, o en una cucharada de pasta de tomate. Su PSA (Prostate Specific Antigen – antígeno prostático específico), una medida de masa tumoral, comenzó siendo 365, se redujo a 140 el mes siguiente y luego bajó a 8. La metástasis comenzó a desaparecer y desde su último chequeo, parece estar viviendo felizmente.
Pero cuando se administra en forma de píldora con una dosis más alta, el licopeno parece no funcionar. Una revisión en 2013 de todos los estudios de suplementos de licopeno “fracasó en apoyar el optimismo inicial”. De hecho, estaban contentos de que las píldoras de licopeno no terminasen causando más cáncer, como fue el caso de las píldoras de beta-caroteno. Pero luego vino 2014. Investigadores en Italia habían estado dando las mayores dosis que pudieron de licopeno, selenio y compuestos aislados de té verde a hombres con lesiones prostáticas pre-cancerosas, con la esperanza de que pudieran prevenir que el cáncer pasara a un estado avanzado. Pero en 2014, los resultados extendidos de un ensayo similar fueron publicados, en los que los suplementos de selenio y vitamina E resultaron en más cáncer. ¡Vaya! Así que estos investigadores detuvieron su ensayo y rompieron el código para revelar los resultados. Y efectivamente, aquellos que estaban tomando altas dosis de licopeno, catequinas de té verde y selenio parecían tener más cáncer que aquellos que solo tomaron el placebo.
“Las posibles consecuencias son impresionantes,” dijo el investigador principal, “dado el actual uso masivo de tales compuestos como presuntos suplementos preventivos para el cáncer de próstata y otros cánceres a nivel mundial.” ¿Qué salió mal?
Bueno, después del desastre de la píldora de beta-caroteno, los investigadores midieron el daño celular a diferentes dosis naturales y no naturales de beta-caroteno. En dosis dietéticas, el beta-caroteno suprime el daño celular, pero a dosis suplementarias más altas no solo parece que deja de funcionar, sino que causa más daño. Y lo mismo con el licopeno. “Tanto el licopeno como el beta-caroteno proporcionaron protección contra el daño al ADN” en los niveles que uno puede ver en personas que comen un montón de tomates o batatas/camotes, “niveles comparables a los observados en la sangre de individuos que consumen una dieta sana rica en carotenoides”. Sin embargo, al nivel de concentración sanguínea que uno puede tener al tomar pastillas, suplementos, “la capacidad de proteger a las células contra tal daño causado por los radicales libres se perdió rápidamente, y en efecto, la presencia de altos niveles de beta-caroteno y licopeno puede realmente servir para aumentar la magnitud del daño al ADN”. Así que no es de extrañar que las píldoras con una alta dosis de licopeno no hayan funcionado.
“Los fitoquímicos pueden ser guardianes de nuestra salud”, pero “la seguridad de consumir extractos concentrados es desconocida. La mejor forma de obtener los beneficios protectores de una dieta rica en fitoquímicos es a través de alimentos integrales vegetales”. Sin embargo, la industria alimentaria piensa un poco diferente. Pronto, puede que haya tocino, martinis y helados fortificados con fitoquímicos, dice este artículo en la revista Food Technology (Tecnología de los alimentos). Si pueden encontrar la combinación correcta de compuestos vegetales, esperan reconstruir “alimentos que una vez contribuyeron a causar enfermedades y dolencias…para que ofrezcan beneficios significativos para la salud”.
La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Gabriela Elizondo y Adrián Bravo López.
Por favor, considera ser voluntario/a para ayudar en la página web.
Iconos creados por Aleksandr Vector, Juraj Sedlák, y Setyo Ari Wibowo del The Noun Project.
Crédito de la imagen: Kristina DeMuth. La imagen ha sido modificada.
Gráficos de Avocado Video.
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En los años 80, el Adventist Health Study (Estudio de Salud Adventista) encontró “fuertes relaciones protectoras contra el cáncer de próstata a medida que se aumentaba el consumo de legumbres, cítricos, fruta deshidratada, frutos secos y tomates”. En los años 90, un estudio de Harvard centró su atención en los tomates, que parecían ser “especialmente beneficiosos”. Los investigadores sospechaban que el pigmento rojo en los tomates, llamado licopeno, podría ser la causa, ya que tiene un mayor poder antioxidante que algunos de los otros pigmentos, como el pigmento naranja beta-caroteno que se encuentra en zanahorias y melones cantalupo. Y el licopeno mata dramáticamente a las células de cáncer de próstata en una placa de Petri, incluso en los niveles bajos que uno esperaría en el torrente sanguíneo después de simplemente comer algunos tomates. Así que, por supuesto, la compañía de ketchup Heinz, junto con fabricantes de suplementos de licopeno, le pidieron a la FDA (Food and Drug Administration – Agencia de Alimentos y Medicamentos) que les permitiera imprimir declaraciones de propiedades saludables en sus productos.
Básicamente no lo permitieron, ya que la FDA dijo que la evidencia era “muy limitada y preliminar”, y no se dio aprobación para el ketchup o los suplementos. Para entonces, otros estudios de población adicionales habían puesto en duda la teoría del licopeno. Las personas con altas ingestas dietéticas de licopeno no parecían tener tasas de cáncer más bajas, después de todo. Pero, ¿quién tiene altas ingestas dietéticas de licopeno? Aquellos que comen más pizza; así que tal vez no es ninguna sorpresa que haya resultados mixtos. Lo que necesitamos es poner a prueba el licopeno.
Esto comenzó con un estudio de caso. Un hombre de 62 años con cáncer de próstata terminal; la cirugía y la quimioterapia no le habían funcionado, tenía metástasis en todo el cuerpo y el cáncer incluso se extendió al hueso. Y así, fue enviado a morir a una residencia de ancianos. De modo que se encargó por sí mismo de iniciar “fitoterapia”: una terapia basada en plantas, tomando todos los días la cantidad de licopeno que se encuentra en un cuarto de taza de salsa de tomate, o en una cucharada de pasta de tomate. Su PSA (Prostate Specific Antigen – antígeno prostático específico), una medida de masa tumoral, comenzó siendo 365, se redujo a 140 el mes siguiente y luego bajó a 8. La metástasis comenzó a desaparecer y desde su último chequeo, parece estar viviendo felizmente.
Pero cuando se administra en forma de píldora con una dosis más alta, el licopeno parece no funcionar. Una revisión en 2013 de todos los estudios de suplementos de licopeno “fracasó en apoyar el optimismo inicial”. De hecho, estaban contentos de que las píldoras de licopeno no terminasen causando más cáncer, como fue el caso de las píldoras de beta-caroteno. Pero luego vino 2014. Investigadores en Italia habían estado dando las mayores dosis que pudieron de licopeno, selenio y compuestos aislados de té verde a hombres con lesiones prostáticas pre-cancerosas, con la esperanza de que pudieran prevenir que el cáncer pasara a un estado avanzado. Pero en 2014, los resultados extendidos de un ensayo similar fueron publicados, en los que los suplementos de selenio y vitamina E resultaron en más cáncer. ¡Vaya! Así que estos investigadores detuvieron su ensayo y rompieron el código para revelar los resultados. Y efectivamente, aquellos que estaban tomando altas dosis de licopeno, catequinas de té verde y selenio parecían tener más cáncer que aquellos que solo tomaron el placebo.
“Las posibles consecuencias son impresionantes,” dijo el investigador principal, “dado el actual uso masivo de tales compuestos como presuntos suplementos preventivos para el cáncer de próstata y otros cánceres a nivel mundial.” ¿Qué salió mal?
Bueno, después del desastre de la píldora de beta-caroteno, los investigadores midieron el daño celular a diferentes dosis naturales y no naturales de beta-caroteno. En dosis dietéticas, el beta-caroteno suprime el daño celular, pero a dosis suplementarias más altas no solo parece que deja de funcionar, sino que causa más daño. Y lo mismo con el licopeno. “Tanto el licopeno como el beta-caroteno proporcionaron protección contra el daño al ADN” en los niveles que uno puede ver en personas que comen un montón de tomates o batatas/camotes, “niveles comparables a los observados en la sangre de individuos que consumen una dieta sana rica en carotenoides”. Sin embargo, al nivel de concentración sanguínea que uno puede tener al tomar pastillas, suplementos, “la capacidad de proteger a las células contra tal daño causado por los radicales libres se perdió rápidamente, y en efecto, la presencia de altos niveles de beta-caroteno y licopeno puede realmente servir para aumentar la magnitud del daño al ADN”. Así que no es de extrañar que las píldoras con una alta dosis de licopeno no hayan funcionado.
“Los fitoquímicos pueden ser guardianes de nuestra salud”, pero “la seguridad de consumir extractos concentrados es desconocida. La mejor forma de obtener los beneficios protectores de una dieta rica en fitoquímicos es a través de alimentos integrales vegetales”. Sin embargo, la industria alimentaria piensa un poco diferente. Pronto, puede que haya tocino, martinis y helados fortificados con fitoquímicos, dice este artículo en la revista Food Technology (Tecnología de los alimentos). Si pueden encontrar la combinación correcta de compuestos vegetales, esperan reconstruir “alimentos que una vez contribuyeron a causar enfermedades y dolencias…para que ofrezcan beneficios significativos para la salud”.
La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Gabriela Elizondo y Adrián Bravo López.
Por favor, considera ser voluntario/a para ayudar en la página web.
Iconos creados por Aleksandr Vector, Juraj Sedlák, y Setyo Ari Wibowo del The Noun Project.
Crédito de la imagen: Kristina DeMuth. La imagen ha sido modificada.
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Suplementos de licopeno contra el cáncer de próstata
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