La ingesta insuficiente de alimentos ricos en fibra puede conducir al endurecimiento de nuestras arterias, lo que se asocia con el riesgo de sufrir una apoplejía.
Cómo prevenir la apoplejía
La alta ingesta de fibra alimentaria puede prevenir la apoplejía. La creencia de que la ingesta de fibra alimentaria está asociada a la protección contra algunas enfermedades se postuló hace 40 años y desde entonces un cuerpo científico la alimentó y la mantuvo viva. Por eso, hoy en día se cree generalmente que el consumo de gran cantidad de fibra ayuda a prevenir la obesidad, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares como la apoplejía. Las apoplejías son la segunda causa más común de muerte en todo el mundo. Es también una causa principal de discapacidad; por lo tanto la prevención de estas, en primer lugar, lo cual se llama prevención primaria, debería ser una prioridad clave de la salud pública. Los mejores estudios hasta la fecha han encontrado que la fibra parece proteger significativamente frente al riesgo de apoplejías. Apoplejías diferentes en personas diferentes, dependiendo, evidentemente, de la cantidad de fibra que comían. En particular, al aumentar la fibra en solo siete gramos diariamente se asoció con una reducción significativa del 7% en el riesgo de apoplejía. Y siete gramos es fácil, equivalente a una pequeña porción de pasta de grano entero con salsa de tomate y una manzana.
¿Cuál es el mecanismo? Pues bien, la fibra ayuda a reducir los niveles de colesterol y de azúcar en la sangre. O simplemente podría ser que con solo comer más verduras, o menos calorías, o menos carne y grasa, o la mejora de la digestión, es que adelgazamos, bajando nuestra presión arterial y la cantidad de inflamación dentro de nuestros cuerpos. ¿Entonces importa realmente? Como comentó el Dr. Burkitt sobre el pasaje bíblico que dice: “Un hombre esparce la semilla en la tierra: la semilla germina y se abre y él no sabe cómo”. Pero no espera para descubrirlo. Si el agricultor hubiera esperado para sembrar hasta que hubiera entendido la germinación de semillas, no habría durado mucho tiempo. Así que sigamos tratando de averiguar por qué la fibra es protectora, pero mientras tanto deberíamos aumentar la ingesta de fibra, es decir, los alimentos vegetales no procesados.
Y nunca es demasiado temprano. Las apoplejías son una de las muchas complicaciones del endurecimiento arterial. Aunque nuestra primera apoplejía podría no suceder hasta que cumplamos 50 años, las arterias pueden haberse ido endureciendo durante décadas conduciéndonos a ella. Cientos de niños fueron observados durante 24 años, desde los 13 años en secundaria hasta los 36 años de edad, y encontraron que la menor ingesta de fibra durante la edad temprana se asocia con el endurecimiento de las arterias que van al cerebro, por lo que necesitamos promover el consumo de alimentos ricos en fibra entre los jóvenes. De hecho, incluso antes de los 13 años podían ver las diferencias en el endurecimiento arterial dependiendo de la alimentación. Esto pone de relieve la opinión de que el aumento en la ingesta de fibra debe promoverse ya entre los niños pequeños.
Y de nuevo, no se necesita mucho. Una manzana más al día, o un cuarto de taza extra de brócoli, podría traducirse en diferencias significativas en el endurecimiento arterial en la edad adulta. Pero si de verdad no quieres una apoplejía, deberíamos tratar de obtener 25 gramos diarios de fibra soluble, que se encuentra en las legumbres, la avena, los frutos secos y en los frutos rojos y 47 gramos diarios de fibra insoluble, que se encuentra principalmente en su totalidad en los granos enteros. Uno tendría que comer una dieta extraordinariamente sana para obtener tanto, sin embargo, estos valores límite se pueden considerar como la ingesta diaria mínima recomendada de fibra soluble e insoluble, para prevenir la apoplejía. Ellos admiten que son más altos que los que común y arbitrariamente las sociedades científicas han propuesto como niveles “adecuados”, pero ¿queremos ser tratados con condescendencia en cuanto a lo que las autoridades creen que es práctico o queremos que solo nos digan lo que dice la ciencia, como hicieron aquí los investigadores?
Alguien financiado por Kellogg escribió para quejarse de que en la práctica estas cantidades de ingesta de fibra eran inalcanzables. Más bien, el mensaje debería ser que más es mejor, ya sabes: solo come un plato de cereal o algo así. Guiño, guiño.
El verdadero Dr. Kellogg, quien en realidad era uno de nuestros médicos más famosos, acreditado por ser uno de los primeros en dar la alarma acerca de fumar, puede haber sido el primer médico estadounidense en reconocer el campo de la nutrición como ciencia y hoy estaría revolcándose en su tumba si supiera en lo que se ha convertido su compañía.
Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el vídeo más arriba. Esto es sólo una aproximación del audio contribuida por Katie Schloer. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Paul Pommier y Viviana Garcia.
Considera ser voluntario/a para ayudar en la página web.
Imágenes gracias a ML Cohen vía Flickr.
La alta ingesta de fibra alimentaria puede prevenir la apoplejía. La creencia de que la ingesta de fibra alimentaria está asociada a la protección contra algunas enfermedades se postuló hace 40 años y desde entonces un cuerpo científico la alimentó y la mantuvo viva. Por eso, hoy en día se cree generalmente que el consumo de gran cantidad de fibra ayuda a prevenir la obesidad, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares como la apoplejía. Las apoplejías son la segunda causa más común de muerte en todo el mundo. Es también una causa principal de discapacidad; por lo tanto la prevención de estas, en primer lugar, lo cual se llama prevención primaria, debería ser una prioridad clave de la salud pública. Los mejores estudios hasta la fecha han encontrado que la fibra parece proteger significativamente frente al riesgo de apoplejías. Apoplejías diferentes en personas diferentes, dependiendo, evidentemente, de la cantidad de fibra que comían. En particular, al aumentar la fibra en solo siete gramos diariamente se asoció con una reducción significativa del 7% en el riesgo de apoplejía. Y siete gramos es fácil, equivalente a una pequeña porción de pasta de grano entero con salsa de tomate y una manzana.
¿Cuál es el mecanismo? Pues bien, la fibra ayuda a reducir los niveles de colesterol y de azúcar en la sangre. O simplemente podría ser que con solo comer más verduras, o menos calorías, o menos carne y grasa, o la mejora de la digestión, es que adelgazamos, bajando nuestra presión arterial y la cantidad de inflamación dentro de nuestros cuerpos. ¿Entonces importa realmente? Como comentó el Dr. Burkitt sobre el pasaje bíblico que dice: “Un hombre esparce la semilla en la tierra: la semilla germina y se abre y él no sabe cómo”. Pero no espera para descubrirlo. Si el agricultor hubiera esperado para sembrar hasta que hubiera entendido la germinación de semillas, no habría durado mucho tiempo. Así que sigamos tratando de averiguar por qué la fibra es protectora, pero mientras tanto deberíamos aumentar la ingesta de fibra, es decir, los alimentos vegetales no procesados.
Y nunca es demasiado temprano. Las apoplejías son una de las muchas complicaciones del endurecimiento arterial. Aunque nuestra primera apoplejía podría no suceder hasta que cumplamos 50 años, las arterias pueden haberse ido endureciendo durante décadas conduciéndonos a ella. Cientos de niños fueron observados durante 24 años, desde los 13 años en secundaria hasta los 36 años de edad, y encontraron que la menor ingesta de fibra durante la edad temprana se asocia con el endurecimiento de las arterias que van al cerebro, por lo que necesitamos promover el consumo de alimentos ricos en fibra entre los jóvenes. De hecho, incluso antes de los 13 años podían ver las diferencias en el endurecimiento arterial dependiendo de la alimentación. Esto pone de relieve la opinión de que el aumento en la ingesta de fibra debe promoverse ya entre los niños pequeños.
Y de nuevo, no se necesita mucho. Una manzana más al día, o un cuarto de taza extra de brócoli, podría traducirse en diferencias significativas en el endurecimiento arterial en la edad adulta. Pero si de verdad no quieres una apoplejía, deberíamos tratar de obtener 25 gramos diarios de fibra soluble, que se encuentra en las legumbres, la avena, los frutos secos y en los frutos rojos y 47 gramos diarios de fibra insoluble, que se encuentra principalmente en su totalidad en los granos enteros. Uno tendría que comer una dieta extraordinariamente sana para obtener tanto, sin embargo, estos valores límite se pueden considerar como la ingesta diaria mínima recomendada de fibra soluble e insoluble, para prevenir la apoplejía. Ellos admiten que son más altos que los que común y arbitrariamente las sociedades científicas han propuesto como niveles “adecuados”, pero ¿queremos ser tratados con condescendencia en cuanto a lo que las autoridades creen que es práctico o queremos que solo nos digan lo que dice la ciencia, como hicieron aquí los investigadores?
Alguien financiado por Kellogg escribió para quejarse de que en la práctica estas cantidades de ingesta de fibra eran inalcanzables. Más bien, el mensaje debería ser que más es mejor, ya sabes: solo come un plato de cereal o algo así. Guiño, guiño.
El verdadero Dr. Kellogg, quien en realidad era uno de nuestros médicos más famosos, acreditado por ser uno de los primeros en dar la alarma acerca de fumar, puede haber sido el primer médico estadounidense en reconocer el campo de la nutrición como ciencia y hoy estaría revolcándose en su tumba si supiera en lo que se ha convertido su compañía.
Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el vídeo más arriba. Esto es sólo una aproximación del audio contribuida por Katie Schloer. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Paul Pommier y Viviana Garcia.
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Imágenes gracias a ML Cohen vía Flickr.
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Cómo prevenir la apoplejía
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URLNota del Doctor
Esto puede sonar familiar: se incluyó una versión abreviada en mi última presentación de la evaluación anual en vivo: (De la mesa a estar capacitado: combatir enfermedades discapacitantes con los alimentos). Aquí se puede encontrar más sobre la prevención de la apoplejía:
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