¿Es menos cancerígena la carne ecológica?

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Investigadores realizaron pruebas para detectar 33 tipos diferentes de cancerígenos en 76 muestras de diversos tipos de carne orgánica y también convencional.

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A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Claudia Escorza y Tatiana Fernández voluntarios activos en NutritionFacts.org.

Este estudio sobre los riesgos cancerígenos asociados con el consumo de diversas carnes estimó que el riesgo era tan grande que podríamos no querer alimentar a nuestros niños con carne de res, puerco o pollo por más de 5 veces al mes. Esto sucedió en Europa, donde la contaminación de carne de cordero ya es un problema en particular. En los Estados Unidos, si hubiera algo que destacar sería el pollo y los PBDE que son los químicos retardantes de llama y no solo comparado con otras carnes, sino comparado con otros países. Los pollos de Estados Unidos que han sido puestos a prueba están entre 10 a 20 veces más contaminados que las muestras tomadas de otros países, aunque la dieta no es la única fuente de exposición, ya que en su torrente sanguíneo, los vegetarianos solo tuvieron niveles un 25% menor que aquellos que comían carne, aunque una gran proporción de esos niveles en omnívoros podrían provenir del pollo.

En relación con otros químicos, la dieta puede desempeñar un papel aún mayor. Estudios que datan de hace más de 30 años sobre los contaminantes en la leche materna de vegetarianas, han encontrado que los niveles de algunos contaminantes del vegetariano promedio fueron solo del 1 al 2% del promedio nacional. De hecho, 6 de cada 7 contaminantes que fueron evaluados ni siquiera se superpusieron en el rango de puntajes; el valor vegetariano más alto fue menor que el valor más bajo obtenido por la población general. Se presume que esto es porque estos contaminantes se concentran en la cadena alimenticia; así que al consumir muchos alimentos de la parte más baja de la cadena alimenticia, como las plantas, aquellos con una alimentación vegetariana podrían tener una ventaja.

Por ejemplo, las dioxinas: se cree que la carne, el pescado y los lácteos contribuyen a casi la totalidad de la exposición corporal a las dioxinas. Y, en efecto, si miras a aquellos que siguen estrictamente una dieta basada en plantas, podrían tener solo un tercio de los niveles de dioxinas y PCB, o incluso menos de una quinta parte circulando a través de sus organismos.

Este estudio realmente me impactó. Cada año, India ha venido afrontando un gran problema en el tratamiento de sus millones de kilos de desechos electrónicos. Y los pobres trabajadores de esas plantas de reciclaje de desechos electrónicos pueden estar expuestos a altos niveles de químicos tóxicos, terminando con este tipo de concentración de PCB en su torrente sanguíneo, siendo casi el doble que aquellos que viven a unos 76 metros a lo largo de la costa. Pero estos trabajadores de la planta de desechos no eran vegetarianos. Los niveles de PCB de los vegetarianos que trabajaban en la misma planta fueron mucho menores.

El problema con estos estudios transversales es que no podemos individualizar su dieta. Quizá los vegetarianos tienen otros comportamientos de estilo de vida que los protegen. No se puede saber, hasta que se pone a prueba. Hay que cambiar la dieta de las personas y ver qué pasa. Eso es difícil de hacer con contaminantes persistentes como el PCB, el cual podría tardar literalmente décadas en desintoxicarse de nuestro organismo, sin embargo, nos podemos deshacer de metales pesados como el mercurio en cuestión de meses. Y en efecto, a 3 meses de excluir la carne, pollo, pescado y huevos de sus dietas, hubo una disminución significativa en los niveles de metales pesados tóxicos en sus cuerpos, incluyendo el mercurio, cadmio y plomo. Una disminución de hasta un 30% en 3 meses.

¿Y qué pasaría si solo se consumiera carne orgánica? Por ley, la carne orgánica certificada viene del ganado que se alimenta con comida producida orgánicamente y que está libre de pesticidas y subproductos animales. Por lo que uno podría asumir que debería haber una acumulación menor de residuos químicos. Sin embargo, a nivel práctico, no había estudios sobre el contenido de residuos químicos en la carne orgánica… hasta ahora.

Investigadores obtuvieron 76 muestras de diferentes tipos de carne, tanto orgánica como convencional y cuantificaron sus niveles de contaminación con 33 diferentes contaminantes orgánicos persistentes cancerígenos.

Después de todo, la ingesta de alimentos contribuye en más del 90% de la exposición a estos compuestos, especialmente alimentos de origen animal. Por otro lado, un número cada vez mayor de consumidores están eligiendo productos orgánicos. De hecho, la producción de alimentos orgánicos aumentó en un 50% durante la última década; entonces ¿los consumidores de carne orgánica están protegidos o no?

Pues, “ninguna muestra estuvo completamente libre de contaminantes cancerígenos”, lo cual es de esperarse dado lo contaminado que está nuestro planeta actualmente, pero lo sorprendente fue que “las diferencias entre la carne producida orgánicamente y convencionalmente fueron mínimas”.

Más aún, el patrón actual de consumo de carne excedió los límites máximos. Sorprendentemente, el consumo de carne producida orgánicamente no solo parece no disminuir el riesgo cancerígeno, sino que a veces el riesgo fue incluso mayor. 

Lamentablemente la conclusión es que el consumo de carne orgánica no disminuye el potencial cancerígeno asociado con la ingesta de estos contaminantes.

Considera ser voluntario/a para ayudar en la página web.

Créditos de la imagen: Ralph Aichinger vía flickr. La imagen ha sido modificada.

Gráficos de Avocado Video.

A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Claudia Escorza y Tatiana Fernández voluntarios activos en NutritionFacts.org.

Este estudio sobre los riesgos cancerígenos asociados con el consumo de diversas carnes estimó que el riesgo era tan grande que podríamos no querer alimentar a nuestros niños con carne de res, puerco o pollo por más de 5 veces al mes. Esto sucedió en Europa, donde la contaminación de carne de cordero ya es un problema en particular. En los Estados Unidos, si hubiera algo que destacar sería el pollo y los PBDE que son los químicos retardantes de llama y no solo comparado con otras carnes, sino comparado con otros países. Los pollos de Estados Unidos que han sido puestos a prueba están entre 10 a 20 veces más contaminados que las muestras tomadas de otros países, aunque la dieta no es la única fuente de exposición, ya que en su torrente sanguíneo, los vegetarianos solo tuvieron niveles un 25% menor que aquellos que comían carne, aunque una gran proporción de esos niveles en omnívoros podrían provenir del pollo.

En relación con otros químicos, la dieta puede desempeñar un papel aún mayor. Estudios que datan de hace más de 30 años sobre los contaminantes en la leche materna de vegetarianas, han encontrado que los niveles de algunos contaminantes del vegetariano promedio fueron solo del 1 al 2% del promedio nacional. De hecho, 6 de cada 7 contaminantes que fueron evaluados ni siquiera se superpusieron en el rango de puntajes; el valor vegetariano más alto fue menor que el valor más bajo obtenido por la población general. Se presume que esto es porque estos contaminantes se concentran en la cadena alimenticia; así que al consumir muchos alimentos de la parte más baja de la cadena alimenticia, como las plantas, aquellos con una alimentación vegetariana podrían tener una ventaja.

Por ejemplo, las dioxinas: se cree que la carne, el pescado y los lácteos contribuyen a casi la totalidad de la exposición corporal a las dioxinas. Y, en efecto, si miras a aquellos que siguen estrictamente una dieta basada en plantas, podrían tener solo un tercio de los niveles de dioxinas y PCB, o incluso menos de una quinta parte circulando a través de sus organismos.

Este estudio realmente me impactó. Cada año, India ha venido afrontando un gran problema en el tratamiento de sus millones de kilos de desechos electrónicos. Y los pobres trabajadores de esas plantas de reciclaje de desechos electrónicos pueden estar expuestos a altos niveles de químicos tóxicos, terminando con este tipo de concentración de PCB en su torrente sanguíneo, siendo casi el doble que aquellos que viven a unos 76 metros a lo largo de la costa. Pero estos trabajadores de la planta de desechos no eran vegetarianos. Los niveles de PCB de los vegetarianos que trabajaban en la misma planta fueron mucho menores.

El problema con estos estudios transversales es que no podemos individualizar su dieta. Quizá los vegetarianos tienen otros comportamientos de estilo de vida que los protegen. No se puede saber, hasta que se pone a prueba. Hay que cambiar la dieta de las personas y ver qué pasa. Eso es difícil de hacer con contaminantes persistentes como el PCB, el cual podría tardar literalmente décadas en desintoxicarse de nuestro organismo, sin embargo, nos podemos deshacer de metales pesados como el mercurio en cuestión de meses. Y en efecto, a 3 meses de excluir la carne, pollo, pescado y huevos de sus dietas, hubo una disminución significativa en los niveles de metales pesados tóxicos en sus cuerpos, incluyendo el mercurio, cadmio y plomo. Una disminución de hasta un 30% en 3 meses.

¿Y qué pasaría si solo se consumiera carne orgánica? Por ley, la carne orgánica certificada viene del ganado que se alimenta con comida producida orgánicamente y que está libre de pesticidas y subproductos animales. Por lo que uno podría asumir que debería haber una acumulación menor de residuos químicos. Sin embargo, a nivel práctico, no había estudios sobre el contenido de residuos químicos en la carne orgánica… hasta ahora.

Investigadores obtuvieron 76 muestras de diferentes tipos de carne, tanto orgánica como convencional y cuantificaron sus niveles de contaminación con 33 diferentes contaminantes orgánicos persistentes cancerígenos.

Después de todo, la ingesta de alimentos contribuye en más del 90% de la exposición a estos compuestos, especialmente alimentos de origen animal. Por otro lado, un número cada vez mayor de consumidores están eligiendo productos orgánicos. De hecho, la producción de alimentos orgánicos aumentó en un 50% durante la última década; entonces ¿los consumidores de carne orgánica están protegidos o no?

Pues, “ninguna muestra estuvo completamente libre de contaminantes cancerígenos”, lo cual es de esperarse dado lo contaminado que está nuestro planeta actualmente, pero lo sorprendente fue que “las diferencias entre la carne producida orgánicamente y convencionalmente fueron mínimas”.

Más aún, el patrón actual de consumo de carne excedió los límites máximos. Sorprendentemente, el consumo de carne producida orgánicamente no solo parece no disminuir el riesgo cancerígeno, sino que a veces el riesgo fue incluso mayor. 

Lamentablemente la conclusión es que el consumo de carne orgánica no disminuye el potencial cancerígeno asociado con la ingesta de estos contaminantes.

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Créditos de la imagen: Ralph Aichinger vía flickr. La imagen ha sido modificada.

Gráficos de Avocado Video.

Nota del Doctor

También existen Cancerígenos en la carne que son creados al cocinarla. Ese fue el tema de mi último video. También recientemente hice uno sobre el problema con los metales pesados: Cómo reducir los niveles de metales pesados con la alimentación.

¿Qué pasa con los productos orgánicos comparado con los convencionales? Mira:

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