El ayuno para la reversión de la presión alta

A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Nuria Lago y Catalina Walsh voluntarios activos en NutritionFacts.org.

El ayuno de pura agua bajo supervisión médica en el tratamiento de la hipertensión. 174 pacientes consecutivos fueron tratados en un entorno hospitalario. Primero, unos días de frutas y verduras para limpiar los intestinos y evitar así el estreñimiento. Luego, diez u once días de ayuno de agua únicamente, para después hacer la transición a una dieta de alimentos enteros basados en plantas: frutas, verduras, granos integrales, legumbres como frijoles, guisantes secos, garbanzos y lentejas; nueces y semillas, sin productos de origen animal, alimentos procesados o alimentos con sal, aceite o azúcares añadidos. 

Todos tenían hipertensión por encima de 140/90, pero 9 de cada 10 (el 89%) salió con valores por debajo de 140/90. La reducción media de presión sistólica fue de 37 puntos, muy notable en comparación con otros procedimientos, incluidos los medicamentos. Y eso fue solo el promedio. Aquellos que llegaron con la presión realmente elevada, por encima de 180, la redujeron 60 puntos. “Este es [quizás] el mejor resultado publicado en la literatura médica”. ¡Y esto fue después de que todos dejaron de tomar todos sus medicamentos para la presión arterial! 

Se concluye que “el ayuno de agua únicamente, bajo supervisión médica, parece ser seguro y efectivo en la normalización de la presión arterial”. Profundicé sobre la seguridad en un video anterior y sí, es extraordinariamente efectivo, ¿pero por cuánto tiempo? Ayunar es la dieta menos sustentable que existe. Curiosamente, cuando reanudaron la alimentación, sus presiones arteriales descendieron aún más, lo que sugiere que el ayuno es efectivo para iniciar la normalización de la presión arterial, y que de ahí se puede mantener baja con una dieta lo suficientemente sana.

Pudieron localizar a unas cuantas docenas de pacientes mucho más tarde y, en promedio, sus presiones arteriales se mantuvieron bajas. No sabemos qué pasó con el resto, pero esto muestra que al menos puede aportar beneficios a largo plazo para algunos. Un estudio posterior más pequeño siguió a los participantes hasta un año después y la reducción de la presión arterial se mantuvo, así como la pérdida de peso, por lo que se puede asumir que mantuvieron una dieta más saludable. Pero nadie debería de ayunar más de 1 o 2 días sin supervisión, por lo que este tratamiento conlleva un costo, mismo que parece ser recuperado en su totalidad durante el primer año, solo con la disminución de los costos de cuidados médicos. 

Una alternativa es el método de ayuno Buchinger, muy popular en Europa, en el que en vez de tomar solo agua, se consumen unas 300 calorías al día con zumo de frutas y caldo de verduras. Este también debe de ser supervisado profesionalmente, pero al menos las personas no tienen que tomarse días libres en su trabajo. Un grupo de personas elegidas al azar tuvo siete días de esto, y luego de cuatro meses se les dio seguimiento. Después de cuatro meses uno pensaría que cualquier beneficio obtenido con una semana de semi-ayuno habría desaparecido, pero sus presiones arteriales resultaron ser 15 puntos más bajas que las del grupo de control. 

“Aunque el seguimiento a largo plazo de estos pacientes ha sido esporádico, los datos disponibles sugieren que esta gran disminución en la presión arterial puede conservarse en pacientes que cumplan con la dieta de seguimiento, es decir, una ‘cura’ para la hipertensión puede ser viable”; aunque, desde luego, si volvieran a la dieta original que les provocó la hipertensión arterial, es de suponer que esto los llevaría de vuelta a los niveles de presión arterial iniciales. De hecho, el ayuno podría ayudar con esto. El ayuno preliminar podría ayudar a mantener “una dieta sana que normalmente sería poco apetecible para personas acostumbradas a comidas presuntuosas cargadas de sal y grasa”. Parece una palabra de examen. Tuve que buscarla en Google: aparentemente atractivo pero sin valor real. Suena bastante acertado. 

El secreto para obtener beneficios a largo plazo puede residir en limpiar nuestro paladar, abrumado por tanta comida superdulce, supersalada o supergrasienta. Después de no comer por una semana tu dieta normal o usual, los alimentos sanos vuelven a tener un buen sabor. Hasta el durazno más maduro del mundo nos sabría amargo después de un platón de Fruit Loops, pero el ayuno puede re-sensibilizar las papilas gustativas para que podamos disfrutar de algo como una mazorca de maíz sin añadirle mantequilla ni sal, obteniendo así lo mejor de ambos mundos: un gran sabor y menos muertes.

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Créditos de la imagen: Gribanov vía adobe stock images. La imagen ha sido modificada.

Video producción de Glass Entertainment

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