¿Son la mantequilla y otras grasas saturadas malas para ti o no?
¿Ha vuelto la mantequilla? Lo que dice la ciencia
A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Verónica Núñez y Viviana García voluntarios activos en NutritionFacts.org.
La revista Time notoriamente animaba a las personas a “comer mantequilla”, sin duda vendiendo muchas revistas, pero tal vez quedándose cortos con el público. Continuaron con un artículo insistiendo en que “el consumo de mantequilla estaba cogiendo fuerza” con base en este estudio: “A Systematic Review and Meta-Analysis of Butter Consumption…” (un análisis sistemático y un meta-análisis del consumo de mantequilla…) “Al recopilar todos los estudios, cada porción diaria de mantequilla se asoció a solo un 1% más de riesgo de muerte”. Espera, ¿este es el estudio que hace que comer mantequilla esté cogiendo fuerza? Además, el estudio sugiere que reemplazar una cucharada de aceite por una de mantequilla todos los días disminuiría el riesgo de diabetes en un 8%. “Así, incluso ante la ausencia de importantes asociaciones sanitarias en la presente investigación, puede haber disponibilidad de alternativas más saludables”. Pero un aumento del 1% en el riesgo es bastante pequeño. ¿Por qué no encontraron un efecto mayor? Bien, porque es solo una pequeña parte de la alimentación general de las personas. La revisión de la literatura sobre los dulces es ilustrativa.
La National Confectioners Association (asociación nacional de confiteros) prefiere contratar científicos de alquiler, como Exponent Inc., con mala fama por el dinero que obtiene de la industria del tabaco y la de químicos, animando a la gente a comer dulces, con moderación, todos los días; ya sabes, como 15 a 25 gomitas al día. Los padres que restringen los alimentos, en un intento por moderar la ingesta de calorías de un niño, solo van a hacer que sus hijos engorden.
Mira, los padres usan “prácticas coercitivas para limitar el acceso de los niños a alimentos sabrosos, ricos en energía o bajos en nutrientes”. Los padres tienen el descaro de decirles a sus hijos cuándo, con qué frecuencia o cuánto caramelo pueden consumir. ¿No saben que está de vuelta el caramelo de mantequilla? Mira, la evidencia sugiere que los dulces no están asociados a efectos adversos para la salud. ¿No me crees? Aquí está… A diez mil niños encuestados les preguntaron si habían comido dulces en las últimas 24 horas, en comparación con los que dijeron que no, y concluyeron que “el consumo de dulces no estaba asociado a parámetros de salud adversos en niños o adolescentes”. Y este es un estudio en el que los autores declararon no tener conflictos de intereses. Quiero decir, sí, fue un estudio sobre los dulces financiado por la industria de los dulces, pero no hay conflictos de intereses aquí.
¿Ves cómo con un instrumento tan contundente sería difícil desentrañar los efectos específicos de los dulces sobre la salud? Pero no necesitamos un estudio porque ya sabemos lo que es el dulce: es dulce. Es sobre todo azúcar pura. Ya comemos demasiada azúcar; no necesitamos más. No es necesario pagarle a los investigadores para elaborar un estudio como este, o este. Ya sabemos qué es la mantequilla: es mantequilla. Es principalmente grasa saturada pura. Ya consumimos demasiada grasa saturada; no necesitamos más. De todos modos, la situación se pone aún más loca. Los consumidores de dulces “tuvieron menos probabilidades de tener sobrepeso y ser obesos que los no consumidores de dulces”. Así que oye, tal vez las empresas de dulces tienen razón. ¡Pásame los bombones!
“¿Comer dulces es realmente una forma de controlar el peso corporal?” ¿Quién me puede nombrar una explicación alternativa sobre el porqué los niños obesos comen menos dulces? Cierto, causalidad inversa. Tal vez no sea la reducción de dulces lo que llevó a la obesidad, sino más bien la obesidad la que lleva a reducir los dulces. En otras palabras, el consumo de dulces reportado refleja las consecuencias de la obesidad, no la causa, al igual que las personas con enfermedad cardiaca pueden reducir la mantequilla, confundiendo la asociación. Y recuerda que “reportaron” sobre el consumo de dulces, lo cual nos lleva al espectro del sesgo informativo. “En otras palabras, los niños con sobrepeso, sintiéndose culpables, suelen reportar menos al decir que comen menos caramelos en comparación con los de peso normal”.
Dicho de otra manera, ¿cuáles serían las implicaciones de tal hallazgo? ¿Queremos aleatorizar a los niños para que coman más dulces y ver si les hacen perder peso? “Es dudoso que algún comité ético esté contento con ese tipo de propuesta”, pero no lo sabes hasta que lo pones a prueba. Dales a las personas caramelos o cacahuates adicionales, la misma cantidad de calorías adicionales y sorpresa, sorpresa: los que comieron todo ese dulce extra ganaron más peso.
Pero ¿qué pasa con ese estudio intervencionista que muestra que los dulces pueden mejorar los síntomas del TDAH? Si eres la compañía de barras de chocolate Mars y deseas financiar un estudio mostrando que las barras de chocolate les ayudan a los niños a concentrarse, ¿qué harías? A “los padres se les envió una carta formal pidiéndoles que enviaran a sus hijos a la escuela hambrientos, sin desayuno” y luego les dieron como una barrita de chocolate, o básicamente nada: una bebida de aspartamo y qué sabes: alimentar a los niños con algo en lugar de nada mejoró su capacidad para concentrarse en la tarea. Eso me recuerda al famoso anuncio de Frosted Mini-Wheats (cereales de trigo azucarados), “el cual ha demostrado clínicamente que mejora la atención de los niños en casi un 20%”, explicando en letra muy pequeña que se hizo la comparación con niños que no comieron nada.
A la mantequilla también se le ha puesto a prueba. Dale a la gente una sola comida con mantequilla y obtendrás un impulso de expresión génica inflamatoria dentro de apenas unas horas de consumo, significativamente más que la misma cantidad de grasa en el aceite de oliva, o particularmente de nuez. Puedes asignarles al azar a las personas alimentos hechos con todo tipo de grasas diferentes y la mantequilla es la peor en términos de colesterol LDL. Sí, pero estos son estudios a corto plazo. No es como si pudieras aleatorizar a las personas para que coman o eviten la mantequilla durante años, a menos que estén encerrados en un hospital psiquiátrico, donde cambiando las dietas puedes subir o bajar su colesterol y reducir los eventos coronarios en un 40%, aunque también redujeron la carne y los huevos, así que no era solo la mantequilla.
Sí, pero no es como si pudieras conseguir que un país entero reduzca la mantequilla. Oh, pero sí se puede. Una reducción del 75% en el consumo de mantequilla en Finlandia ayudó a crear una caída del 80% en la mortalidad por enfermedades del corazón, impulsada, en gran medida, por la reducción de los niveles de colesterol en todo el país y también por los cambios alimentarios, en todo el territorio, para disminuir la ingesta de grasas saturadas, como el alejarse de la mantequilla.
La conclusión es que los investigadores lo han puesto a prueba: ensayos controlados aleatorios con más de 50000 personas y cuanto más disminuyas el contenido de grasa saturada más baja el colesterol y mayor es la protección. “Consejos sobre el estilo de vida para todos aquellos en riesgo de enfermedades cardiovasculares”, para reducir el riesgo de nuestro asesino número uno de hombres y mujeres, y a los grupos poblacionales se les debe seguir asesorando para que puedan reducir permanentemente su consumo de grasa saturada. La American Heart Association (Asociación Americana del Corazón) se hartó tanto de los intentos de la industria para confundir a la gente que lanzaron un aviso presidencial en 2017 para aclarar de la mejor manera posible: “las principales fuentes de grasa saturada que se deben disminuir” incluyen a la mantequilla.
Considera ser voluntario/a para ayudar en la página web.
Créditos de la imagen: David Masters vía Wikimedia Commons. La imagen ha sido modificada.
Gráficos de Avocado Video
A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Verónica Núñez y Viviana García voluntarios activos en NutritionFacts.org.
La revista Time notoriamente animaba a las personas a “comer mantequilla”, sin duda vendiendo muchas revistas, pero tal vez quedándose cortos con el público. Continuaron con un artículo insistiendo en que “el consumo de mantequilla estaba cogiendo fuerza” con base en este estudio: “A Systematic Review and Meta-Analysis of Butter Consumption…” (un análisis sistemático y un meta-análisis del consumo de mantequilla…) “Al recopilar todos los estudios, cada porción diaria de mantequilla se asoció a solo un 1% más de riesgo de muerte”. Espera, ¿este es el estudio que hace que comer mantequilla esté cogiendo fuerza? Además, el estudio sugiere que reemplazar una cucharada de aceite por una de mantequilla todos los días disminuiría el riesgo de diabetes en un 8%. “Así, incluso ante la ausencia de importantes asociaciones sanitarias en la presente investigación, puede haber disponibilidad de alternativas más saludables”. Pero un aumento del 1% en el riesgo es bastante pequeño. ¿Por qué no encontraron un efecto mayor? Bien, porque es solo una pequeña parte de la alimentación general de las personas. La revisión de la literatura sobre los dulces es ilustrativa.
La National Confectioners Association (asociación nacional de confiteros) prefiere contratar científicos de alquiler, como Exponent Inc., con mala fama por el dinero que obtiene de la industria del tabaco y la de químicos, animando a la gente a comer dulces, con moderación, todos los días; ya sabes, como 15 a 25 gomitas al día. Los padres que restringen los alimentos, en un intento por moderar la ingesta de calorías de un niño, solo van a hacer que sus hijos engorden.
Mira, los padres usan “prácticas coercitivas para limitar el acceso de los niños a alimentos sabrosos, ricos en energía o bajos en nutrientes”. Los padres tienen el descaro de decirles a sus hijos cuándo, con qué frecuencia o cuánto caramelo pueden consumir. ¿No saben que está de vuelta el caramelo de mantequilla? Mira, la evidencia sugiere que los dulces no están asociados a efectos adversos para la salud. ¿No me crees? Aquí está… A diez mil niños encuestados les preguntaron si habían comido dulces en las últimas 24 horas, en comparación con los que dijeron que no, y concluyeron que “el consumo de dulces no estaba asociado a parámetros de salud adversos en niños o adolescentes”. Y este es un estudio en el que los autores declararon no tener conflictos de intereses. Quiero decir, sí, fue un estudio sobre los dulces financiado por la industria de los dulces, pero no hay conflictos de intereses aquí.
¿Ves cómo con un instrumento tan contundente sería difícil desentrañar los efectos específicos de los dulces sobre la salud? Pero no necesitamos un estudio porque ya sabemos lo que es el dulce: es dulce. Es sobre todo azúcar pura. Ya comemos demasiada azúcar; no necesitamos más. No es necesario pagarle a los investigadores para elaborar un estudio como este, o este. Ya sabemos qué es la mantequilla: es mantequilla. Es principalmente grasa saturada pura. Ya consumimos demasiada grasa saturada; no necesitamos más. De todos modos, la situación se pone aún más loca. Los consumidores de dulces “tuvieron menos probabilidades de tener sobrepeso y ser obesos que los no consumidores de dulces”. Así que oye, tal vez las empresas de dulces tienen razón. ¡Pásame los bombones!
“¿Comer dulces es realmente una forma de controlar el peso corporal?” ¿Quién me puede nombrar una explicación alternativa sobre el porqué los niños obesos comen menos dulces? Cierto, causalidad inversa. Tal vez no sea la reducción de dulces lo que llevó a la obesidad, sino más bien la obesidad la que lleva a reducir los dulces. En otras palabras, el consumo de dulces reportado refleja las consecuencias de la obesidad, no la causa, al igual que las personas con enfermedad cardiaca pueden reducir la mantequilla, confundiendo la asociación. Y recuerda que “reportaron” sobre el consumo de dulces, lo cual nos lleva al espectro del sesgo informativo. “En otras palabras, los niños con sobrepeso, sintiéndose culpables, suelen reportar menos al decir que comen menos caramelos en comparación con los de peso normal”.
Dicho de otra manera, ¿cuáles serían las implicaciones de tal hallazgo? ¿Queremos aleatorizar a los niños para que coman más dulces y ver si les hacen perder peso? “Es dudoso que algún comité ético esté contento con ese tipo de propuesta”, pero no lo sabes hasta que lo pones a prueba. Dales a las personas caramelos o cacahuates adicionales, la misma cantidad de calorías adicionales y sorpresa, sorpresa: los que comieron todo ese dulce extra ganaron más peso.
Pero ¿qué pasa con ese estudio intervencionista que muestra que los dulces pueden mejorar los síntomas del TDAH? Si eres la compañía de barras de chocolate Mars y deseas financiar un estudio mostrando que las barras de chocolate les ayudan a los niños a concentrarse, ¿qué harías? A “los padres se les envió una carta formal pidiéndoles que enviaran a sus hijos a la escuela hambrientos, sin desayuno” y luego les dieron como una barrita de chocolate, o básicamente nada: una bebida de aspartamo y qué sabes: alimentar a los niños con algo en lugar de nada mejoró su capacidad para concentrarse en la tarea. Eso me recuerda al famoso anuncio de Frosted Mini-Wheats (cereales de trigo azucarados), “el cual ha demostrado clínicamente que mejora la atención de los niños en casi un 20%”, explicando en letra muy pequeña que se hizo la comparación con niños que no comieron nada.
A la mantequilla también se le ha puesto a prueba. Dale a la gente una sola comida con mantequilla y obtendrás un impulso de expresión génica inflamatoria dentro de apenas unas horas de consumo, significativamente más que la misma cantidad de grasa en el aceite de oliva, o particularmente de nuez. Puedes asignarles al azar a las personas alimentos hechos con todo tipo de grasas diferentes y la mantequilla es la peor en términos de colesterol LDL. Sí, pero estos son estudios a corto plazo. No es como si pudieras aleatorizar a las personas para que coman o eviten la mantequilla durante años, a menos que estén encerrados en un hospital psiquiátrico, donde cambiando las dietas puedes subir o bajar su colesterol y reducir los eventos coronarios en un 40%, aunque también redujeron la carne y los huevos, así que no era solo la mantequilla.
Sí, pero no es como si pudieras conseguir que un país entero reduzca la mantequilla. Oh, pero sí se puede. Una reducción del 75% en el consumo de mantequilla en Finlandia ayudó a crear una caída del 80% en la mortalidad por enfermedades del corazón, impulsada, en gran medida, por la reducción de los niveles de colesterol en todo el país y también por los cambios alimentarios, en todo el territorio, para disminuir la ingesta de grasas saturadas, como el alejarse de la mantequilla.
La conclusión es que los investigadores lo han puesto a prueba: ensayos controlados aleatorios con más de 50000 personas y cuanto más disminuyas el contenido de grasa saturada más baja el colesterol y mayor es la protección. “Consejos sobre el estilo de vida para todos aquellos en riesgo de enfermedades cardiovasculares”, para reducir el riesgo de nuestro asesino número uno de hombres y mujeres, y a los grupos poblacionales se les debe seguir asesorando para que puedan reducir permanentemente su consumo de grasa saturada. La American Heart Association (Asociación Americana del Corazón) se hartó tanto de los intentos de la industria para confundir a la gente que lanzaron un aviso presidencial en 2017 para aclarar de la mejor manera posible: “las principales fuentes de grasa saturada que se deben disminuir” incluyen a la mantequilla.
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Créditos de la imagen: David Masters vía Wikimedia Commons. La imagen ha sido modificada.
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¿Ha vuelto la mantequilla? Lo que dice la ciencia
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URLNota del Doctor
Esta es la segunda vez que abordo la confusión sobre la grasa saturada. Es, de hecho, parte de la estrategia de la industria. Puedes ver:
- Estudios sobre la grasa saturada: condenados al fracaso
- Estudios sobre la grasa saturada: dorarle la píldora al público
Me recuerda mi serie sobre el queso:
- ¿Es realmente dañino el queso?
- ¿Es saludable el queso? ¿Comparado con qué?
- Cómo la industria de los lácteos diseña estudios engañosos
¿Y qué hay sobre las fuentes vegetales de grasas saturadas? Descúbrelo en:
- El aceite de coco y el aumento del colesterol “bueno” HDL
- ¿El aceite de coco y el aumento del colesterol HDL o colesterol “bueno”
- ¿Qué pasa con los cocos, la leche de coco y los TCM en el aceite de coco?
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