¿Los efectos beneficiosos del café aplican para todos?

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Las diferencias genéticas en el metabolismo de la cafeína podrían explicar los efectos poco consistentes del café.

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A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Guadalupe Gutiérrez y Leslie Salas voluntarios activos en NutritionFacts.org.

Tres cuartas partes de los estadounidenses en edad adulta toman café y aproximadamente la mitad de ellos lo beben a diario. Eso es casi un millón de toneladas de café cada año. ¿Debería el café ser algo por lo que tendríamos que preocuparnos? Estudios poblacionales han encontrado que los bebedores de café tienden a tener un menor riesgo de Parkinson, menos cáncer de próstata (especialmente las mujeres), menos cáncer de hígado, menos diabetes, cirrosis hepática, depresión en mujeres y una reducción de la mortalidad en general. De manera que los bebedores de café tienden a vivir más tiempo que los que no beben café y esta disminución tiende alcanzar su máximo con alrededor de cuatro tazas al día. Pero todas estas son solo asociaciones. No sabíamos si eran causa y efecto… hasta que se puso a prueba.

Por ejemplo, el café realmente parece tener un efecto protector para el hígado. Si pones a un grupo de personas con hepatitis crónica a beber café (o no) por un mes y luego intercambias los grupos, el café realmente parece ayudar. Del mismo modo, si asignas al azar a pacientes con Parkinson para que ingieran el contenido de cafeína de dos tazas de café, puedes observar una mejora significativa en los síntomas de movimiento en menos de tres semanas. Corredores asignados al azar para beber café redujeron su tiempo por kilómetro por casi seis segundos. Levantadores de pesas asignados al azar a beber café pudieron levantar más peso, lo equivalente en repeticiones a alrededor de 300 kilogramos. Y no solo mejora el rendimiento atlético. El contenido de cafeína de una taza de café también puede mejorar significativamente el tiempo de latencia eyaculatoria intravaginal (IELT, por sus siglas en inglés) desde dos hasta cinco minutos.

Desafortunadamente, las personas que al nacer aleatoriamente tienen una predilección genética más alta por tomar café no parecen estar protegidas de la diabetes, la depresión, el Alzheimer, la obesidad o el síndrome metabólico. Entonces, parece que las asociaciones con respecto a los efectos protectores pueden deberse a otros factores, como que tal vez los que toman café simplemente hacen más ejercicio o algo así. Lo mismo pasa con el cáncer de próstata: no hay una relación aparente de causa y efecto; e incluso el beneficio para la mortalidad parece desaparecer.

Incluso si un estudio demostrara que el consumo de café puede prolongar la vida útil al reducir la inflamación o mejorar la función pulmonar, o la sensibilidad a la insulina, eso sería en promedio. Existe una “variabilidad interindividual” después del consumo de los principales compuestos de plantas y alimentos, lo que significa que las personas pueden responder a ellos de maneras diferentes. Por ejemplo, imagínate: en algunos cuantos individuos el uso excesivo de cafeína aparentemente provoca somnolencia. Ese es un ejemplo extremo. La mayoría de las veces simplemente sucede que algunas personas pueden beneficiarse más que otras de los efectos que tienen diferentes alimentos sobre la salud. Por ejemplo, debido a diferencias en la flora intestinal, solo una minoría de occidentales puede obtener un beneficio adicional de la soya, como lo he descrito anteriormente. La diferencia más común en los efectos de la cafeína es que, mientras que la mayoría de las personas metabolizan la cafeína rápidamente, ciertas variantes genéticas en las enzimas de desintoxicación del hígado hacen que algunas personas la metabolicen lentamente. ¿Podría esto hacer una diferencia?

Bueno, el consumo habitual de al menos tres tazas de café al día se ha asociado con presión arterial incontrolada en personas mayores diagnosticadas con hipertensión, lo que sugiere que moderar el consumo de café puede ser una buena idea para algunas personas; pero incluso si eso fuera causa y efecto, sería en promedio. ¿Qué pasaría si agrupamos a las personas por la rapidez con la que metabolizan la cafeína? En comparación con los que se abstienen del café, los que tienen alterados los genes del metabolismo de la cafeína tienen un riesgo elevado de volverse hipertensos si consumen de una a tres tazas al día y el riesgo sube aún más cuando toman cuatro tazas o más. De acuerdo, pero mira esto: para aquellos con un metabolismo rápido de la cafeína, no solo no hubo un riesgo excesivo al consumir de una a tres tazas, sino que estos bebedores intensos de café obtuvieron un efecto protector; lo que significa que, al parecer, cuanto más café bebían, menor era su riesgo. ¿Cómo se explica eso?

El café es una “mezcla” compleja de una gran cantidad de compuestos diferentes. Hay polifenoles antioxidantes protectores que son beneficiosos. Después de todo, los granos de café son granos (bueno, en realidad, son semillas, ¡pero las semillas también son muy saludables!). Por otro lado, está la cafeína, que puede aumentar los niveles de adrenalina en la sangre, pero solo si tu metabolismo es lento. Aquellos que metabolizan la cafeína rápidamente pueden eliminar la cafeína tan velozmente, que sus niveles de adrenalina no aumentan incluso con cuatro tazas o más al día; estas personas pueden aprovechar los polifenoles beneficiosos que realmente bajan la presión arterial, de ahí el beneficio general. Por lo tanto, el café parece tener dos caras, de tal forma que su acción general en el sistema cardiovascular parece estar regulada por el gen de la enzima que metaboliza la cafeína.

“Sin embargo, la pregunta importante es ¿el café aumenta el tamaño de los senos en las mujeres?“ ¡¿Qué?! Las mujeres jóvenes que beben mucho café y metabolizan la cafeína rápidamente tienen aproximadamente un volumen mayor de senos (alrededor de la mitad de una pelota de béisbol más grandes), lo que puede ser malo, ya que el volumen de los senos está asociado al riesgo de cáncer de mama. Pero, la pregunta verdaderamente importante es “¿qué pasa con el riesgo de ataque cardíaco?” En las personas que metabolizan la cafeína lentamente, el consumo diario de café parece duplicar las probabilidades de un ataque cardíaco, o hasta cuadruplicarlas, si se toman cuatro tazas al día; mientras que en las personas que metabolizan la cafeína rápidamente, el consumo diario de café resultó protector, reduciendo las probabilidades de sufrir un ataque cardíaco en más de la mitad, al menos al consumir menos de cuatro tazas al día. Los efectos protectores observados en las personas que metabolizan la cafeína rápidamente sugieren que la eliminación eficiente de la cafeína podría desenmascarar los efectos protectores de otros fitoquímicos en el café. Es posible que se trate de la adrenalina otra vez, ya que el alto consumo de café puede poner en riesgo a las personas que metabolizan la adrenalina lentamente.

Entonces, ¿el café es bueno o malo? Estos estudios sugieren la posibilidad de que las personas que metabolizan la cafeína lentamente y que consumen café con cafeína pueden tener un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular; mientras que las personas que metabolizan la cafeína rápidamente pueden estar protegidos de este riesgo por los antioxidantes y otros compuestos beneficiosos presentes.

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Créditos de la imagen: Nathan Dumlao vía unsplash. La imagen ha sido modificada.

Gráficos de Avocado Video

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Tres cuartas partes de los estadounidenses en edad adulta toman café y aproximadamente la mitad de ellos lo beben a diario. Eso es casi un millón de toneladas de café cada año. ¿Debería el café ser algo por lo que tendríamos que preocuparnos? Estudios poblacionales han encontrado que los bebedores de café tienden a tener un menor riesgo de Parkinson, menos cáncer de próstata (especialmente las mujeres), menos cáncer de hígado, menos diabetes, cirrosis hepática, depresión en mujeres y una reducción de la mortalidad en general. De manera que los bebedores de café tienden a vivir más tiempo que los que no beben café y esta disminución tiende alcanzar su máximo con alrededor de cuatro tazas al día. Pero todas estas son solo asociaciones. No sabíamos si eran causa y efecto… hasta que se puso a prueba.

Por ejemplo, el café realmente parece tener un efecto protector para el hígado. Si pones a un grupo de personas con hepatitis crónica a beber café (o no) por un mes y luego intercambias los grupos, el café realmente parece ayudar. Del mismo modo, si asignas al azar a pacientes con Parkinson para que ingieran el contenido de cafeína de dos tazas de café, puedes observar una mejora significativa en los síntomas de movimiento en menos de tres semanas. Corredores asignados al azar para beber café redujeron su tiempo por kilómetro por casi seis segundos. Levantadores de pesas asignados al azar a beber café pudieron levantar más peso, lo equivalente en repeticiones a alrededor de 300 kilogramos. Y no solo mejora el rendimiento atlético. El contenido de cafeína de una taza de café también puede mejorar significativamente el tiempo de latencia eyaculatoria intravaginal (IELT, por sus siglas en inglés) desde dos hasta cinco minutos.

Desafortunadamente, las personas que al nacer aleatoriamente tienen una predilección genética más alta por tomar café no parecen estar protegidas de la diabetes, la depresión, el Alzheimer, la obesidad o el síndrome metabólico. Entonces, parece que las asociaciones con respecto a los efectos protectores pueden deberse a otros factores, como que tal vez los que toman café simplemente hacen más ejercicio o algo así. Lo mismo pasa con el cáncer de próstata: no hay una relación aparente de causa y efecto; e incluso el beneficio para la mortalidad parece desaparecer.

Incluso si un estudio demostrara que el consumo de café puede prolongar la vida útil al reducir la inflamación o mejorar la función pulmonar, o la sensibilidad a la insulina, eso sería en promedio. Existe una “variabilidad interindividual” después del consumo de los principales compuestos de plantas y alimentos, lo que significa que las personas pueden responder a ellos de maneras diferentes. Por ejemplo, imagínate: en algunos cuantos individuos el uso excesivo de cafeína aparentemente provoca somnolencia. Ese es un ejemplo extremo. La mayoría de las veces simplemente sucede que algunas personas pueden beneficiarse más que otras de los efectos que tienen diferentes alimentos sobre la salud. Por ejemplo, debido a diferencias en la flora intestinal, solo una minoría de occidentales puede obtener un beneficio adicional de la soya, como lo he descrito anteriormente. La diferencia más común en los efectos de la cafeína es que, mientras que la mayoría de las personas metabolizan la cafeína rápidamente, ciertas variantes genéticas en las enzimas de desintoxicación del hígado hacen que algunas personas la metabolicen lentamente. ¿Podría esto hacer una diferencia?

Bueno, el consumo habitual de al menos tres tazas de café al día se ha asociado con presión arterial incontrolada en personas mayores diagnosticadas con hipertensión, lo que sugiere que moderar el consumo de café puede ser una buena idea para algunas personas; pero incluso si eso fuera causa y efecto, sería en promedio. ¿Qué pasaría si agrupamos a las personas por la rapidez con la que metabolizan la cafeína? En comparación con los que se abstienen del café, los que tienen alterados los genes del metabolismo de la cafeína tienen un riesgo elevado de volverse hipertensos si consumen de una a tres tazas al día y el riesgo sube aún más cuando toman cuatro tazas o más. De acuerdo, pero mira esto: para aquellos con un metabolismo rápido de la cafeína, no solo no hubo un riesgo excesivo al consumir de una a tres tazas, sino que estos bebedores intensos de café obtuvieron un efecto protector; lo que significa que, al parecer, cuanto más café bebían, menor era su riesgo. ¿Cómo se explica eso?

El café es una “mezcla” compleja de una gran cantidad de compuestos diferentes. Hay polifenoles antioxidantes protectores que son beneficiosos. Después de todo, los granos de café son granos (bueno, en realidad, son semillas, ¡pero las semillas también son muy saludables!). Por otro lado, está la cafeína, que puede aumentar los niveles de adrenalina en la sangre, pero solo si tu metabolismo es lento. Aquellos que metabolizan la cafeína rápidamente pueden eliminar la cafeína tan velozmente, que sus niveles de adrenalina no aumentan incluso con cuatro tazas o más al día; estas personas pueden aprovechar los polifenoles beneficiosos que realmente bajan la presión arterial, de ahí el beneficio general. Por lo tanto, el café parece tener dos caras, de tal forma que su acción general en el sistema cardiovascular parece estar regulada por el gen de la enzima que metaboliza la cafeína.

“Sin embargo, la pregunta importante es ¿el café aumenta el tamaño de los senos en las mujeres?“ ¡¿Qué?! Las mujeres jóvenes que beben mucho café y metabolizan la cafeína rápidamente tienen aproximadamente un volumen mayor de senos (alrededor de la mitad de una pelota de béisbol más grandes), lo que puede ser malo, ya que el volumen de los senos está asociado al riesgo de cáncer de mama. Pero, la pregunta verdaderamente importante es “¿qué pasa con el riesgo de ataque cardíaco?” En las personas que metabolizan la cafeína lentamente, el consumo diario de café parece duplicar las probabilidades de un ataque cardíaco, o hasta cuadruplicarlas, si se toman cuatro tazas al día; mientras que en las personas que metabolizan la cafeína rápidamente, el consumo diario de café resultó protector, reduciendo las probabilidades de sufrir un ataque cardíaco en más de la mitad, al menos al consumir menos de cuatro tazas al día. Los efectos protectores observados en las personas que metabolizan la cafeína rápidamente sugieren que la eliminación eficiente de la cafeína podría desenmascarar los efectos protectores de otros fitoquímicos en el café. Es posible que se trate de la adrenalina otra vez, ya que el alto consumo de café puede poner en riesgo a las personas que metabolizan la adrenalina lentamente.

Entonces, ¿el café es bueno o malo? Estos estudios sugieren la posibilidad de que las personas que metabolizan la cafeína lentamente y que consumen café con cafeína pueden tener un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular; mientras que las personas que metabolizan la cafeína rápidamente pueden estar protegidos de este riesgo por los antioxidantes y otros compuestos beneficiosos presentes.

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Créditos de la imagen: Nathan Dumlao vía unsplash. La imagen ha sido modificada.

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Nota del Doctor

Este es uno de los raros casos en los que la nutrición personalizada puede que no sea solo una cuestión de mercadotecnia. La soya es otra, pero en ese caso es solo sobre quién se beneficia más, puedes ver Cómo convertirse en un productor de equol.

Para más información sobre el café:

Échale un vistazo a la página de información sobre los recursos traducidos.

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