Las dietas cetogénicas pueden minar los esfuerzos del ejercicio y contribuir al encogimiento de los músculos y la pérdida de hueso.
Dietas cetogénicas: masa muscular y densidad ósea
A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Verónica Núñez y Leslie Salas voluntarios activos en NutritionFacts.org.
Un artículo oficial de la Sociedad Internacional de Nutrición Deportiva sobre las dietas cetogénicas toma nota de los efectos “ergolíticos” de estas dietas en entrenamientos de alta y baja intensidad. Ergolítico es lo contrario de ergogénico. Ergogénico se refiere a lo que aumenta el rendimiento, mientras que ergolítico se refiere a lo que lo deteriora.
Incluso para los no atletas, la cetosis también puede mermar los beneficios del ejercicio. La cetosis se asoció con una mayor sensación de esfuerzo percibido y cansancio, y con trastornos del estado de ánimo durante la actividad física, lo que sugiere que la capacidad y el deseo de mantener el ejercicio sostenido podrían verse afectados negativamente en individuos que siguen dietas cetogénicas para perder peso.
Ya hablé sobre la reducción de la masa muscular medida en competidores de CrossFit. Así que una dieta cetogénica no solo puede disminuir el rendimiento en ejercicios de resistencia, sino también en el entrenamiento de fuerza. Un grupo de personas siguió un protocolo de entrenamiento de 8 semanas para la parte superior e inferior del cuerpo (levantamiento de pesas, flexiones, sentadillas,…) y experimentaron (como era de esperarse) un aumento en la masa muscular. La excepción fueron aquellos que siguieron una dieta cetogénica, en cuyo caso no vieron ningún cambio significativo aún después de todo ese esfuerzo. Los que fueron asignados al azar a la dieta no cetogénica aumentaron aproximadamente 1.5 kg de músculo, mientras que levantar el mismo peso siguiendo la dieta cetogénica tendió a reducir el músculo (una pérdida promedio de alrededor de 100 g de músculo). ¿De qué otra manera podrías hacer 8 semanas de pesas y no ganar ni un gramo de músculo si no es siguiendo una dieta cetogénica? Incluso los defensores de las dietas cetónicas concuerda que ser fisiculturista siguiendo una dieta ceto es un “oxímoron”.
¿Y qué pasa con la pérdida de masa ósea? Lamentablemente, las fracturas, el retraso del crecimiento y los cálculos renales son algunos de los efectos secundarios que aquejan desproporcionadamente a infantes que siguen dietas cetogénicas. Las dietas cetogénicas pueden causar una tasa constante de pérdida ósea que puede medirse en la columna vertebral. Dicha pérdida puede deberse a que las cetonas son ácidas y, por lo tanto, pueden inducir un “estado acidótico crónico” en una dieta cetogénica.
Algunos de los informes de casos de infantes siguiendo dietas cetogénicas son verdaderamente desgarradores. Una niña de 9 años parecía padecer de todo: osteoporosis, fracturas, cálculos renales; luego contrajo pancreatitis y murió. La pancreatitis puede desencadenarse por tener demasiada grasa en la sangre. Una sola comida alta en grasa puede causar un pico de triglicéridos quintuplicando su nivel en la sangre a las pocas horas del consumo, lo cual puede incrementar el riesgo de inflamación en el páncreas. La niña tenía un raro trastorno genético llamado síndrome de deficiencia del transportador de glucosa, en el cual el mecanismo que transporta el azúcar de la sangre al cerebro no funciona correctamente. Esta condición puede resultar en convulsiones diarias a partir de la infancia, pero una dieta cetogénica puede usarse como una forma de hacer llegar el combustible requerido al cerebro. En casos como este y como en el de otras 90,000 familias que lidian con este trastorno, una dieta cetogénica puede ser una bendición.
Pero como en todos los asuntos médicos, siempre deben considerarse tanto los riesgos como los beneficios. Hasta el 30% de pacientes con epilepsia no responden a medicamentos anticonvulsivos y sus alternativas no son las más alentadoras, considerando que incluyen cosas como la cirugía cerebral (la cual implica el implante de electrodos profundos a través del cráneo o incluso la remoción un lóbulo del cerebro). Obviamente, un procedimiento así puede tener efectos secundarios graves, pero también es grave tener convulsiones todos los días. Las dietas cetogénicas ayudan con las convulsiones y en algunos casos los pros pueden superar con creces a los contras. Sin embargo, para aquellos que solo siguen una dieta ceto para perder peso, la balanza de los costos y los beneficios no parece inclinarse en su favor. Afortunadamente, no es necesario hipotecar nuestra salud a largo plazo para perder peso a corto plazo. Podemos obtener muchos beneficios y minimizar los riesgos al elegir una dieta saludable.
¿Recuerdas ese estudio que demostró que la pérdida de peso de aquellos que siguieron la dieta Atkins (baja en carbohidratos) durante un año fue casi idéntica a la de los que siguieron la dieta Ornish (baja en grasa)? La conclusión de los autores fue: “Nuestros resultados apoyan la práctica de recomendar cualquier dieta a la que un paciente se adhiera para perder peso”. Ese parece un consejo terrible. Hay regímenes por ahí, como la “dieta de la última oportunidad” (The Last Chance Diet, en inglés), que consiste en una “fórmula líquida hecha de subproductos sobrantes de un matadero” y que se ha vinculado a aproximadamente 60 muertes. De una forma u otra, esa dieta le cambió la vida a las personas tal como lo prometía. Y, así, una demanda fallida interpuesta por un familiar de una de las víctimas sentó el precedente de un caso en donde la Primera Enmienda protegió a un libro de dieta mortal.
Es posible diseñar una dieta saludable baja en carbohidratos o una dieta poco saludable baja en grasas (después de todo una dieta de algodón de azúcar sería cero grasa), pero los efectos en la salud de una dieta cetogénica típica, como la dieta Atkins (baja en carbohidratos), son muy diferentes a los de una dieta a base de plantas baja en grasa como la dieta Ornish. No solo tendrían efectos diametralmente opuestos sobre los factores de riesgo cardiovascular en teoría, sino también en base a las cantidades de fibra, grasas saturadas y colesterol de ambos planes alimenticios. Cuando finalmente los pusieron a prueba, se encontró que las dietas bajas en carbohidratos eran perjudiciales para la función arterial. Con el tiempo, la sangre que fluye hacia el músculo cardíaco mejora con una dieta Ornish y empeora con una dieta baja en carbohidratos. Las enfermedades del corazón tienden a progresar en las dietas típicas para perder peso y empeoran activamente en las dietas bajas en carbohidratos, pero esto puede revertirse con una dieta Ornish. Dado que la enfermedad cardíaca es la principal causa de muerte entre hombres y mujeres, “recomendar cualquier dieta a la que un paciente se adhiera para perder peso” parece irresponsable. ¿Por qué no decirle a la gente que fume? Los cigarrillos también pueden hacernos perder peso, al igual que la tuberculosis y un buen consumo de metanfetamina, pero el objetivo de la pérdida de peso no es hacerles la carga más ligera a quienes cargarán su féretro.
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Créditos de la imagen: Dmitry Lobanov vía adobe stock photos. La imagen ha sido modificada.
Gráficos de Avocado Video
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Un artículo oficial de la Sociedad Internacional de Nutrición Deportiva sobre las dietas cetogénicas toma nota de los efectos “ergolíticos” de estas dietas en entrenamientos de alta y baja intensidad. Ergolítico es lo contrario de ergogénico. Ergogénico se refiere a lo que aumenta el rendimiento, mientras que ergolítico se refiere a lo que lo deteriora.
Incluso para los no atletas, la cetosis también puede mermar los beneficios del ejercicio. La cetosis se asoció con una mayor sensación de esfuerzo percibido y cansancio, y con trastornos del estado de ánimo durante la actividad física, lo que sugiere que la capacidad y el deseo de mantener el ejercicio sostenido podrían verse afectados negativamente en individuos que siguen dietas cetogénicas para perder peso.
Ya hablé sobre la reducción de la masa muscular medida en competidores de CrossFit. Así que una dieta cetogénica no solo puede disminuir el rendimiento en ejercicios de resistencia, sino también en el entrenamiento de fuerza. Un grupo de personas siguió un protocolo de entrenamiento de 8 semanas para la parte superior e inferior del cuerpo (levantamiento de pesas, flexiones, sentadillas,…) y experimentaron (como era de esperarse) un aumento en la masa muscular. La excepción fueron aquellos que siguieron una dieta cetogénica, en cuyo caso no vieron ningún cambio significativo aún después de todo ese esfuerzo. Los que fueron asignados al azar a la dieta no cetogénica aumentaron aproximadamente 1.5 kg de músculo, mientras que levantar el mismo peso siguiendo la dieta cetogénica tendió a reducir el músculo (una pérdida promedio de alrededor de 100 g de músculo). ¿De qué otra manera podrías hacer 8 semanas de pesas y no ganar ni un gramo de músculo si no es siguiendo una dieta cetogénica? Incluso los defensores de las dietas cetónicas concuerda que ser fisiculturista siguiendo una dieta ceto es un “oxímoron”.
¿Y qué pasa con la pérdida de masa ósea? Lamentablemente, las fracturas, el retraso del crecimiento y los cálculos renales son algunos de los efectos secundarios que aquejan desproporcionadamente a infantes que siguen dietas cetogénicas. Las dietas cetogénicas pueden causar una tasa constante de pérdida ósea que puede medirse en la columna vertebral. Dicha pérdida puede deberse a que las cetonas son ácidas y, por lo tanto, pueden inducir un “estado acidótico crónico” en una dieta cetogénica.
Algunos de los informes de casos de infantes siguiendo dietas cetogénicas son verdaderamente desgarradores. Una niña de 9 años parecía padecer de todo: osteoporosis, fracturas, cálculos renales; luego contrajo pancreatitis y murió. La pancreatitis puede desencadenarse por tener demasiada grasa en la sangre. Una sola comida alta en grasa puede causar un pico de triglicéridos quintuplicando su nivel en la sangre a las pocas horas del consumo, lo cual puede incrementar el riesgo de inflamación en el páncreas. La niña tenía un raro trastorno genético llamado síndrome de deficiencia del transportador de glucosa, en el cual el mecanismo que transporta el azúcar de la sangre al cerebro no funciona correctamente. Esta condición puede resultar en convulsiones diarias a partir de la infancia, pero una dieta cetogénica puede usarse como una forma de hacer llegar el combustible requerido al cerebro. En casos como este y como en el de otras 90,000 familias que lidian con este trastorno, una dieta cetogénica puede ser una bendición.
Pero como en todos los asuntos médicos, siempre deben considerarse tanto los riesgos como los beneficios. Hasta el 30% de pacientes con epilepsia no responden a medicamentos anticonvulsivos y sus alternativas no son las más alentadoras, considerando que incluyen cosas como la cirugía cerebral (la cual implica el implante de electrodos profundos a través del cráneo o incluso la remoción un lóbulo del cerebro). Obviamente, un procedimiento así puede tener efectos secundarios graves, pero también es grave tener convulsiones todos los días. Las dietas cetogénicas ayudan con las convulsiones y en algunos casos los pros pueden superar con creces a los contras. Sin embargo, para aquellos que solo siguen una dieta ceto para perder peso, la balanza de los costos y los beneficios no parece inclinarse en su favor. Afortunadamente, no es necesario hipotecar nuestra salud a largo plazo para perder peso a corto plazo. Podemos obtener muchos beneficios y minimizar los riesgos al elegir una dieta saludable.
¿Recuerdas ese estudio que demostró que la pérdida de peso de aquellos que siguieron la dieta Atkins (baja en carbohidratos) durante un año fue casi idéntica a la de los que siguieron la dieta Ornish (baja en grasa)? La conclusión de los autores fue: “Nuestros resultados apoyan la práctica de recomendar cualquier dieta a la que un paciente se adhiera para perder peso”. Ese parece un consejo terrible. Hay regímenes por ahí, como la “dieta de la última oportunidad” (The Last Chance Diet, en inglés), que consiste en una “fórmula líquida hecha de subproductos sobrantes de un matadero” y que se ha vinculado a aproximadamente 60 muertes. De una forma u otra, esa dieta le cambió la vida a las personas tal como lo prometía. Y, así, una demanda fallida interpuesta por un familiar de una de las víctimas sentó el precedente de un caso en donde la Primera Enmienda protegió a un libro de dieta mortal.
Es posible diseñar una dieta saludable baja en carbohidratos o una dieta poco saludable baja en grasas (después de todo una dieta de algodón de azúcar sería cero grasa), pero los efectos en la salud de una dieta cetogénica típica, como la dieta Atkins (baja en carbohidratos), son muy diferentes a los de una dieta a base de plantas baja en grasa como la dieta Ornish. No solo tendrían efectos diametralmente opuestos sobre los factores de riesgo cardiovascular en teoría, sino también en base a las cantidades de fibra, grasas saturadas y colesterol de ambos planes alimenticios. Cuando finalmente los pusieron a prueba, se encontró que las dietas bajas en carbohidratos eran perjudiciales para la función arterial. Con el tiempo, la sangre que fluye hacia el músculo cardíaco mejora con una dieta Ornish y empeora con una dieta baja en carbohidratos. Las enfermedades del corazón tienden a progresar en las dietas típicas para perder peso y empeoran activamente en las dietas bajas en carbohidratos, pero esto puede revertirse con una dieta Ornish. Dado que la enfermedad cardíaca es la principal causa de muerte entre hombres y mujeres, “recomendar cualquier dieta a la que un paciente se adhiera para perder peso” parece irresponsable. ¿Por qué no decirle a la gente que fume? Los cigarrillos también pueden hacernos perder peso, al igual que la tuberculosis y un buen consumo de metanfetamina, pero el objetivo de la pérdida de peso no es hacerles la carga más ligera a quienes cargarán su féretro.
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Dietas cetogénicas: masa muscular y densidad ósea
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URLNota del Doctor
El video que menciono es El programa de pérdida de peso que mejoró con el tiempo.
Este es el sexto de una serie de 7 videos sobre las dietas cetogénicas. Si te perdiste los anteriores, ve:
- ¿Es realmente efectiva la dieta cetogénica contra el cáncer?
- La teoría de la dieta cetogénica puesta a prueba
- Los resultados de la dieta cetogénica para la pérdida de peso
- ¿Es sostenible la pérdida de peso en cetosis?
- ¿Son seguras las dietas cetogénicas?
El último video de la serie es ¿La dieta cetogénica mejora o empeora la diabetes?
Para más información sobre cómo mejorar el rendimiento deportivo, ve:
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Corrección: El gráfico en el minuto 2:48 está incorrectamente titulado como Mean Changes in Serum apoA-1 (Cambios promedio en apoA-1 en Suero). Debería ser Mean Changes in Triglyceride Concentrations (Cambios promedio en Concentraciones de Triglicéridos).
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