Nuestra fisiología ha evolucionado durante millones de años comiendo una dieta basada en plantas. ¿Qué pasaría si investigadores intentaran recrear nuestra dieta ancestral en un laboratorio?
Pierde 1 Kg de una sentada: toma el camino del Mioceno
A continuación tienes una aproximación del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que el Dr. Greger se refiere, puedes ver el video más arriba.
El Paleolítico, también llamado la Era de Piedra, solo se remonta 2 millones de años. Los humanos y otros simios llevan evolucionando 20 millones, desde el Mioceno. Se escucha mucho sobre la dieta paleolítica, pero solo representa el último 10% de nuestra evolución como homínidos. ¿Qué pasa con el otro 90%? Existe el consenso de que nuestra dieta en el Mioceno era alta en fibra. Durante la mayor parte de nuestra evolución, comimos lo mismo que el resto de nuestros primos simios: hojas, tallos, brotes (en otras palabras, verduras), frutas, semillas y frutos secos. “Anatómicamente, el tracto digestivo de los humanos y el de los grandes simios se parecen mucho”. De hecho, nuestro ADN es muy parecido también. Entonces, ¿qué comen nuestros compañeros simios? Fundamentalmente una dieta vegetariana con muchas hojas verdes y fruta. ¿Por qué solo fundamentalmente? Es cierto que se sabe que los chimpancés cazan a veces, pero su “ingesta de alimentos de origen animal sigue siendo muy baja, con un 1.7% de sus heces con evidencia de consumo de alimentos de origen animal”. Estos datos se basan en 8 años de trabajo recogiendo más de 2000 muestras fecales. Lo que esto muestra es que incluso el simio más carnívoro sigue siendo un 98% vegetariano. De hecho, puede que nuestra dieta se parezca más a la de los bonobos, uno de los tipos de grandes simios menos conocido; ellos también consumen una dieta casi exclusivamente a base de plantas.
Incluso nuestros ancestros cazadores-recolectores del Paleolítico tuvieron que hacer con montón de recolección para poder consumir los 100 gramos de fibra al día que parece que consumían. ¿Qué pasaría si investigadores pusieran a un grupo de personas a seguir una dieta verdaderamente paleolítica? No la dieta paleo de las revistas del supermercado, ni la de un blogger cavernícola, sino una dieta con 100 gramos de fibra al día. Incluso mejor que eso, ¿por qué no una miocénica? Así tendremos en cuenta los últimos 20 millones de años de evolución desde que nos separamos de nuestros ancestros comunes de los grandes simios. El Dr. David Jenkins y sus compañeros lo intentaron y pusieron “a prueba los efectos de una dieta muy alta en fibra”. ¿Qué tan alta? Estamos hablando de unos 150 gramos de fibra al día, una cantidad mucho más alta que los 20 o 30 gramos que se suelen recomendar. Sin embargo, esos 150 gramos son similares a lo que las poblaciones rurales en África solían comer; y son poblaciones sin casi nada de incidencia de muchas de nuestras enfermedades crónicas.
Esta dieta alta en fibra no era una broma. Una comida podría ser, por ejemplo, coles de Bruselas, okra, guisantes, champiñones, avellanas y una ciruela. La cena podría ser espárragos, brécol, berenjena, zanahoria y melón. Aunque a ver, comer todas esas frutas, verduras y frutos secos no puede llegar a satisfacerte del todo, ¿no? Lo cierto es que recibió la calificación más alta en saciedad para cada uno de los 10 ámbitos; mientras tanto, la dieta basada en almidones y la baja en grasas obtuvieron una puntuación baja. “Todas las dietas habían sido diseñadas para mantener el peso”, es decir, los investigadores no querían que la pérdida de peso hiciera que los resultados fueran más confusos. Para poder llegar a las calorías necesarias comiendo solo plantas, los participantes del estudio tuvieron que comer 5kg de comida, ¡cada día! Por eso no fue ninguna sorpresa que sus deposiciones fueran de las más abundantes que se han visto en la literatura médica; los hombres excedieron el kilo en peso fecal diario. ¿Sabes que algunas personas en dietas de perder peso pueden perder 1kg a la semana? Bueno, se podría decir que los sujetos del estudio perdían 1kg de una sola sentada.
Eso no fue lo único que bajó a una velocidad récord: sus niveles de colesterol LDL disminuyeron un 33% en tan solo 2 semanas. Incluso sin la pérdida de peso, los niveles de colesterol malo bajaron un tercio en esas dos semanas. Es una de las disminuciones más grandes que he visto en una intervención dietética; mejor que las conseguidas con una dieta vegetariana a base de almidones o una dieta vegetariana baja en grasas saturadas del estilo de la de American Heart Association. Fue una “reducción en el colesterol equivalente a una dosis terapéutica de estatinas”. Así que fíjate, nos tomamos un medicamento para bajar nuestros niveles de colesterol lo mismo que si nuestra alimentación fuese más natural. Llevamos comiendo 100 gramos de fibra al día millones de años. Esta dieta es similar a lo que comen las poblaciones que no sufren apenas de enfermedades crónicas. Quizá no se le debería llamar la “dieta muy alta en fibra”; quizá deberíamos decir que la dieta que seguimos hoy en día es extremadamente deficiente en fibra. Es posible que comer 100 gramos de fibra al día sea normal; también es posible que sea normal no tener enfermedades cardiacas. Quizá también sea posible no tener estreñimiento, ni hemorroides, ni diverticulitis, ni apendicitis, ni cáncer de colon, ni obesidad, ni diabetes de tipo 2, ni todas las otras enfermedades occidentales.
La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Ángela Graña Varela.
Considera ser voluntario/a para ayudar en la página web.
Imagen gracias a RyanMcGuire vía Pixabay.
- África
- alimentación a base de vegetales
- apendicitis
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- enfermedades crónicas
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- frutos secos
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- obesidad
- pérdida de peso
- veganos
- vegetarianos
- verduras
A continuación tienes una aproximación del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que el Dr. Greger se refiere, puedes ver el video más arriba.
El Paleolítico, también llamado la Era de Piedra, solo se remonta 2 millones de años. Los humanos y otros simios llevan evolucionando 20 millones, desde el Mioceno. Se escucha mucho sobre la dieta paleolítica, pero solo representa el último 10% de nuestra evolución como homínidos. ¿Qué pasa con el otro 90%? Existe el consenso de que nuestra dieta en el Mioceno era alta en fibra. Durante la mayor parte de nuestra evolución, comimos lo mismo que el resto de nuestros primos simios: hojas, tallos, brotes (en otras palabras, verduras), frutas, semillas y frutos secos. “Anatómicamente, el tracto digestivo de los humanos y el de los grandes simios se parecen mucho”. De hecho, nuestro ADN es muy parecido también. Entonces, ¿qué comen nuestros compañeros simios? Fundamentalmente una dieta vegetariana con muchas hojas verdes y fruta. ¿Por qué solo fundamentalmente? Es cierto que se sabe que los chimpancés cazan a veces, pero su “ingesta de alimentos de origen animal sigue siendo muy baja, con un 1.7% de sus heces con evidencia de consumo de alimentos de origen animal”. Estos datos se basan en 8 años de trabajo recogiendo más de 2000 muestras fecales. Lo que esto muestra es que incluso el simio más carnívoro sigue siendo un 98% vegetariano. De hecho, puede que nuestra dieta se parezca más a la de los bonobos, uno de los tipos de grandes simios menos conocido; ellos también consumen una dieta casi exclusivamente a base de plantas.
Incluso nuestros ancestros cazadores-recolectores del Paleolítico tuvieron que hacer con montón de recolección para poder consumir los 100 gramos de fibra al día que parece que consumían. ¿Qué pasaría si investigadores pusieran a un grupo de personas a seguir una dieta verdaderamente paleolítica? No la dieta paleo de las revistas del supermercado, ni la de un blogger cavernícola, sino una dieta con 100 gramos de fibra al día. Incluso mejor que eso, ¿por qué no una miocénica? Así tendremos en cuenta los últimos 20 millones de años de evolución desde que nos separamos de nuestros ancestros comunes de los grandes simios. El Dr. David Jenkins y sus compañeros lo intentaron y pusieron “a prueba los efectos de una dieta muy alta en fibra”. ¿Qué tan alta? Estamos hablando de unos 150 gramos de fibra al día, una cantidad mucho más alta que los 20 o 30 gramos que se suelen recomendar. Sin embargo, esos 150 gramos son similares a lo que las poblaciones rurales en África solían comer; y son poblaciones sin casi nada de incidencia de muchas de nuestras enfermedades crónicas.
Esta dieta alta en fibra no era una broma. Una comida podría ser, por ejemplo, coles de Bruselas, okra, guisantes, champiñones, avellanas y una ciruela. La cena podría ser espárragos, brécol, berenjena, zanahoria y melón. Aunque a ver, comer todas esas frutas, verduras y frutos secos no puede llegar a satisfacerte del todo, ¿no? Lo cierto es que recibió la calificación más alta en saciedad para cada uno de los 10 ámbitos; mientras tanto, la dieta basada en almidones y la baja en grasas obtuvieron una puntuación baja. “Todas las dietas habían sido diseñadas para mantener el peso”, es decir, los investigadores no querían que la pérdida de peso hiciera que los resultados fueran más confusos. Para poder llegar a las calorías necesarias comiendo solo plantas, los participantes del estudio tuvieron que comer 5kg de comida, ¡cada día! Por eso no fue ninguna sorpresa que sus deposiciones fueran de las más abundantes que se han visto en la literatura médica; los hombres excedieron el kilo en peso fecal diario. ¿Sabes que algunas personas en dietas de perder peso pueden perder 1kg a la semana? Bueno, se podría decir que los sujetos del estudio perdían 1kg de una sola sentada.
Eso no fue lo único que bajó a una velocidad récord: sus niveles de colesterol LDL disminuyeron un 33% en tan solo 2 semanas. Incluso sin la pérdida de peso, los niveles de colesterol malo bajaron un tercio en esas dos semanas. Es una de las disminuciones más grandes que he visto en una intervención dietética; mejor que las conseguidas con una dieta vegetariana a base de almidones o una dieta vegetariana baja en grasas saturadas del estilo de la de American Heart Association. Fue una “reducción en el colesterol equivalente a una dosis terapéutica de estatinas”. Así que fíjate, nos tomamos un medicamento para bajar nuestros niveles de colesterol lo mismo que si nuestra alimentación fuese más natural. Llevamos comiendo 100 gramos de fibra al día millones de años. Esta dieta es similar a lo que comen las poblaciones que no sufren apenas de enfermedades crónicas. Quizá no se le debería llamar la “dieta muy alta en fibra”; quizá deberíamos decir que la dieta que seguimos hoy en día es extremadamente deficiente en fibra. Es posible que comer 100 gramos de fibra al día sea normal; también es posible que sea normal no tener enfermedades cardiacas. Quizá también sea posible no tener estreñimiento, ni hemorroides, ni diverticulitis, ni apendicitis, ni cáncer de colon, ni obesidad, ni diabetes de tipo 2, ni todas las otras enfermedades occidentales.
La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Ángela Graña Varela.
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Pierde 1 Kg de una sentada: toma el camino del Mioceno
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URLNota del Doctor
¿Cómo podemos saber que nuestros ancestros comían más de 100 gramos de fibra al día? Podemos examinar las heces fosilizadas, como explico en mi video Paleoexcrementos: qué podemos aprender de las heces fosilizadas.
Si quieres saber más sobre cuál sería nuestra “dieta natural”, puedes ver ¿Cuál es la dieta humana “natural”?.
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Este es uno de mis videos favoritos a día de hoy. Se me puso la piel de gallina cuando llegué a la línea que dice “también es posible que sea normal no tener enfermedades cardiacas”…
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