Un libro que pretende sacar a la luz los “peligros ocultos” en alimentos saludables ni siquiera pasa la prueba del olfato.
La paradoja vegetal del Dr. Gundry es incorrecta
A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba.
Empezaron a llegarme correos electrónicos sobre La paradoja vegetal, un libro que por lo visto revela “los peligros ocultos en alimentos ‘saludables’ que provocan enfermedades y aumento de peso” —alimentos como frijoles, cereales integrales y tomates. ¿Peligros ocultos? El autor se refiere a las lectinas, lo que nos recuerda a la difamada “dieta del grupo sanguíneo” de hace décadas. Hace tiempo di mi opinión sobre esta dieta, pero por alguna razón siempre vuelve. El libro La paradoja vegetal está escrito por un médico, pero, si has tenido la ocasión de ver mis videos sobre las escuelas de medicina, como por ejemplo Los médicos podrían estar desaprovechando su herramienta más importante, sabrás que de hecho ser médico no te otorga ninguna credencial para escribir libros sobre alimentación, más bien al contrario; es como si anunciaran abiertamente que probablemente no hayan recibido ninguna educación formal, o muy poca, sobre nutrición. El Dr. Atkins era, al fin y al cabo, cardiólogo. Incluso si le diéramos el beneficio de la duda, el problema está en que ni siquiera pasa la prueba del olfato.
Si las lectinas fueran dañinas, los frijoles serían el peor alimento, por lo que presuntamente veríamos menor esperanza de vida entre los consumidores de estas legumbres. Pero quizás lo correcto sea precisamente lo contrario, ya que las legumbres —frijoles, arvejas partidas, garbanzos y lentejas— parecen ser “el indicador alimentario más importante en la tasa de supervivencia de personas mayores” en países de todo el mundo. Como nos muestra Dan Buettner en su trabajo “Las zonas azules”, los alimentos ricos en lectinas son los “pilares” de las dietas de las poblaciones más sanas y longevas del planeta. Las dietas basadas en plantas en general, y en legumbres en particular —los alimentos más ricos en lectina— son el denominador común en la longevidad que vemos en las “zonas azules” de todo el mundo, como puedes ver en el minuto 1:30 de mi video.
Si las lectinas fueran perjudiciales, entonces los consumidores de cereales integrales estarían invadidos de enfermedades, cuando de hecho “el consumo de cereales integrales está asociado a un menor riesgo de enfermedades coronarias”, la principal causa de mortalidad entre hombres y mujeres, “enfermedades cardiovasculares y casos totales de cáncer, y todas las demás causas de mortalidad” combinadas. Esto quiere decir que las personas que consumen cereales integrales suelen ser más longevas y además padecen menos “enfermedades respiratorias, enfermedades infecciosas, diabetes y otras enfermedades no cardiovasculares o no relacionadas con el cáncer”. Y esto no solo se observa en estudios poblacionales. Como mostré en mi video ¿Puede la avena ayudar a la enfermedad hepática grasa?, si administramos cereales integrales a personas elegidas al azar, los beneficios son demostrables a través de la relación causa y efecto. Lo mismo ocurre con los tomates. Cuando a un grupo de mujeres al azar se les pide que consuman una taza y media de jugo o agua de tomate al día, lo que hace toda esa lectina del tomate es “reducir la inflamación sistémica” o tener efectos adelgazantes en la cintura, y reduce tanto el colesterol como los mediadores de la inflamación.
Así que, cuando me empezaron a hablar sobre La paradoja vegetal, pensé: “A ver si adivino. Seguro que vende una gama de suplementos que actúan como supresores de la lectina”. Y, ¡mira tú por dónde! Sus cápsulas bloqueadoras de lectina “ayudan a tu cuerpo a luchar contra las lectinas” por solo 79,95 dólares al mes. Tan solo unos mil dólares al año —una ganga para conseguir “gratas visitas al baño”. Y, claro, también hay como otros diez suplementos a la venta, por lo que por tan solo 8000 o 9000 dólares al año puedes saborear esas lectinas. Y no nos olvidemos de su línea de cuidado de la piel. Por 120 dólares más, puedes comprar su crema Firm + Sculpt (Reafirma + Esculpe), que por supuesto viene con descuento si te suscribes a su club VIP.
La gente no para de pedirme que comente un blog nuevo, un libro, o un video de YouTube, y yo les recuerdo que cada año se publican en la literatura médica unos 100 000 artículos científicos sobre nutrición, que además están revisados por expertos, y apenas podemos mantener el ritmo. Pero como no dejaba de recibir correos electrónicos sobre este libro, me dije: “¿por qué no?”. Nos dice que “nos olvidemos de todo lo que creemos que sabemos”. (Esta es una de las frases preferidas de todos los libros de dietas.) Vale. ¿Preparado? Capítulo 1, primera cita: “El consumo de marisco y yemas de huevo reduce considerablemente el colesterol total”. ¿¡Qué!? ¿Que la yema de huevo reduce el colesterol? ¿Qué tipo de cita es esta? He añadido un enlace al artículo que se cita sobre el consumo de marisco para que lo veas con tus propios ojos. A estas alturas, ya sabrás cómo funcionan estos estudios. ¿Cómo se demuestra que un alimento reduce el colesterol? Se elimina de la dieta tanta carne, queso y huevos que, por lo general, las grasas saturadas se ven reducidas —en este caso, aproximadamente un 50 por ciento, como puedes ver en el minuto 4:15 de mi video. Si se reduce la ingesta de grasas saturadas a la mitad, evidentemente los niveles de colesterol van a bajar. Los investigadores consiguieron una reducción en el colesterol eliminando carne, queso y yemas de huevo, y aun así utiliza este artículo para respaldar su declaración de que “las yemas de huevo reducen considerablemente el colesterol”. ¡Es el colmo! Es justo lo contrario. Como puedes ver en el minuto 4:36 de mi video, lo que de verdad sucede si añades yemas de huevo a la dieta es que el colesterol sube. ¿Cómo se atreve a decir lo contrario? Además, no es que esté soltando cualquier idiotez inofensiva, como los que dicen que la tierra es plana. Las enfermedades cardíacas son la causa principal de mortalidad entre hombres y mujeres. Sus declaraciones podrían causar mucho daño.
Y con esto termina el beneficio de la duda.
La traducción de este contenido ha sido realizada por Elisabel Gómez.
Considera ser voluntario/a para ayudar en la página web.
Iconoss creados por Eva Verbeek, Marco Galtarossa, Vladimir Belochkin, Dinosoft Labs, Rflor, B Farias y Creative Outlet del The Noun Project.
Crédito de la imagen: Kristina DeMuth. La imagen ha sido modificada.
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- tomates
- veganos
- vegetarianos
A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba.
Empezaron a llegarme correos electrónicos sobre La paradoja vegetal, un libro que por lo visto revela “los peligros ocultos en alimentos ‘saludables’ que provocan enfermedades y aumento de peso” —alimentos como frijoles, cereales integrales y tomates. ¿Peligros ocultos? El autor se refiere a las lectinas, lo que nos recuerda a la difamada “dieta del grupo sanguíneo” de hace décadas. Hace tiempo di mi opinión sobre esta dieta, pero por alguna razón siempre vuelve. El libro La paradoja vegetal está escrito por un médico, pero, si has tenido la ocasión de ver mis videos sobre las escuelas de medicina, como por ejemplo Los médicos podrían estar desaprovechando su herramienta más importante, sabrás que de hecho ser médico no te otorga ninguna credencial para escribir libros sobre alimentación, más bien al contrario; es como si anunciaran abiertamente que probablemente no hayan recibido ninguna educación formal, o muy poca, sobre nutrición. El Dr. Atkins era, al fin y al cabo, cardiólogo. Incluso si le diéramos el beneficio de la duda, el problema está en que ni siquiera pasa la prueba del olfato.
Si las lectinas fueran dañinas, los frijoles serían el peor alimento, por lo que presuntamente veríamos menor esperanza de vida entre los consumidores de estas legumbres. Pero quizás lo correcto sea precisamente lo contrario, ya que las legumbres —frijoles, arvejas partidas, garbanzos y lentejas— parecen ser “el indicador alimentario más importante en la tasa de supervivencia de personas mayores” en países de todo el mundo. Como nos muestra Dan Buettner en su trabajo “Las zonas azules”, los alimentos ricos en lectinas son los “pilares” de las dietas de las poblaciones más sanas y longevas del planeta. Las dietas basadas en plantas en general, y en legumbres en particular —los alimentos más ricos en lectina— son el denominador común en la longevidad que vemos en las “zonas azules” de todo el mundo, como puedes ver en el minuto 1:30 de mi video.
Si las lectinas fueran perjudiciales, entonces los consumidores de cereales integrales estarían invadidos de enfermedades, cuando de hecho “el consumo de cereales integrales está asociado a un menor riesgo de enfermedades coronarias”, la principal causa de mortalidad entre hombres y mujeres, “enfermedades cardiovasculares y casos totales de cáncer, y todas las demás causas de mortalidad” combinadas. Esto quiere decir que las personas que consumen cereales integrales suelen ser más longevas y además padecen menos “enfermedades respiratorias, enfermedades infecciosas, diabetes y otras enfermedades no cardiovasculares o no relacionadas con el cáncer”. Y esto no solo se observa en estudios poblacionales. Como mostré en mi video ¿Puede la avena ayudar a la enfermedad hepática grasa?, si administramos cereales integrales a personas elegidas al azar, los beneficios son demostrables a través de la relación causa y efecto. Lo mismo ocurre con los tomates. Cuando a un grupo de mujeres al azar se les pide que consuman una taza y media de jugo o agua de tomate al día, lo que hace toda esa lectina del tomate es “reducir la inflamación sistémica” o tener efectos adelgazantes en la cintura, y reduce tanto el colesterol como los mediadores de la inflamación.
Así que, cuando me empezaron a hablar sobre La paradoja vegetal, pensé: “A ver si adivino. Seguro que vende una gama de suplementos que actúan como supresores de la lectina”. Y, ¡mira tú por dónde! Sus cápsulas bloqueadoras de lectina “ayudan a tu cuerpo a luchar contra las lectinas” por solo 79,95 dólares al mes. Tan solo unos mil dólares al año —una ganga para conseguir “gratas visitas al baño”. Y, claro, también hay como otros diez suplementos a la venta, por lo que por tan solo 8000 o 9000 dólares al año puedes saborear esas lectinas. Y no nos olvidemos de su línea de cuidado de la piel. Por 120 dólares más, puedes comprar su crema Firm + Sculpt (Reafirma + Esculpe), que por supuesto viene con descuento si te suscribes a su club VIP.
La gente no para de pedirme que comente un blog nuevo, un libro, o un video de YouTube, y yo les recuerdo que cada año se publican en la literatura médica unos 100 000 artículos científicos sobre nutrición, que además están revisados por expertos, y apenas podemos mantener el ritmo. Pero como no dejaba de recibir correos electrónicos sobre este libro, me dije: “¿por qué no?”. Nos dice que “nos olvidemos de todo lo que creemos que sabemos”. (Esta es una de las frases preferidas de todos los libros de dietas.) Vale. ¿Preparado? Capítulo 1, primera cita: “El consumo de marisco y yemas de huevo reduce considerablemente el colesterol total”. ¿¡Qué!? ¿Que la yema de huevo reduce el colesterol? ¿Qué tipo de cita es esta? He añadido un enlace al artículo que se cita sobre el consumo de marisco para que lo veas con tus propios ojos. A estas alturas, ya sabrás cómo funcionan estos estudios. ¿Cómo se demuestra que un alimento reduce el colesterol? Se elimina de la dieta tanta carne, queso y huevos que, por lo general, las grasas saturadas se ven reducidas —en este caso, aproximadamente un 50 por ciento, como puedes ver en el minuto 4:15 de mi video. Si se reduce la ingesta de grasas saturadas a la mitad, evidentemente los niveles de colesterol van a bajar. Los investigadores consiguieron una reducción en el colesterol eliminando carne, queso y yemas de huevo, y aun así utiliza este artículo para respaldar su declaración de que “las yemas de huevo reducen considerablemente el colesterol”. ¡Es el colmo! Es justo lo contrario. Como puedes ver en el minuto 4:36 de mi video, lo que de verdad sucede si añades yemas de huevo a la dieta es que el colesterol sube. ¿Cómo se atreve a decir lo contrario? Además, no es que esté soltando cualquier idiotez inofensiva, como los que dicen que la tierra es plana. Las enfermedades cardíacas son la causa principal de mortalidad entre hombres y mujeres. Sus declaraciones podrían causar mucho daño.
Y con esto termina el beneficio de la duda.
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La paradoja vegetal del Dr. Gundry es incorrecta
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URLNota del Doctor
Este es un artículo un tanto diferente para mí. Normalmente intento evitar involucrarme en las denominadas guerras de dietas y centrarme en traerte lo último en ciencia. Cada año se publican en la literatura médica unos 100 000 artículos sobre nutrición, todos revisados por expertos, y apenas damos abasto, pero me gustaría saber tu opinión: ¿Te gustaría que dedicara algo de tiempo a este tipo de contenido?
Te habrás dado cuenta de que en realidad no he hablado sobre la tesis del Dr. Gundry acerca de las lectinas, pero en estos dos videos hablo precisamente de este tema: ¿Cómo evitar el envenenamiento por lectina? y ¿Son las lectinas en los alimentos beneficiosas o perjudiciales?.
Uno de los mayores beneficios de los cereales integrales es sin duda su efecto en la flora intestinal buena. No te pierdas estos videos:
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