Cómo no comer para prevenir las apoplejías

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¿Cuál es la relación entre el riesgo de apoplejía y el consumo de huevos, lácteos, carne y refrescos?

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A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Tatiana Fernández y Macarena Troscé voluntarios activos en NutritionFacts.org.

La gran mayoría de la evidencia disponible está a favor de la asociación protectora entre el consumo de fruta y verdura y el riesgo de apoplejías. Los peores alimentos parecen ser la carne y los refrescos. Comer una hamburguesa para el almuerzo y una chuleta de cerdo en la cena, dos salchichas para el desayuno y una botella de refresco de medio litro puede aumentar el riesgo de apoplejías en un 60%. Las investigaciones sugieren que el efecto del consumo de carne puede deberse a la grasa saturada o al colesterol, la grasa oxidada a través del hierro o la sal, pero también podría ser el TMAO. La carnitina de la carne y la colina de los productos lácteos, los mariscos y especialmente los huevos es convertida por las bacterias intestinales en trimetilamina, que el hígado oxida y convierte en TMAO, lo que puede producir ataques cardíacos, apoplejías y muerte.

De hecho, en un estudio del 2019 publicado en la revista de la Asociación Médica Estadounidense en el que se estudiaron a decenas de miles de estadounidenses durante un promedio de 17 años hasta un máximo de 31 años se encontró que “un mayor consumo de colesterol alimentario o de huevos se asoció significativamente con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular incidente y de mortalidad en todas sus causas, de manera dosis-dependiente”. Esto significa que quienes consumieron más huevos o más colesterol en general, parecieron vivir significativamente menos tiempo en promedio. Y, cuanto más huevos consumieron, peor fue, y esto incluye las apoplejías. Pero eso no es lo que determinó un metaanálisis financiado por la industria del huevo.

Resulta que esos metaanálisis han sido evidentemente erróneos, con deficiencias metodológicas importantes. Así que ¿comer o no comer? Uno creería que lo recomendable es consumir huevos con moderación, al igual que otras fuentes alimentarias de colesterol, dados los datos del nuevo estudio, que tuvo la ventaja de hacer un “seguimiento más largo que la mayoría de los estudios anteriores y puede [por lo tanto] haber proporcionado más información para detectar asociaciones”.

Del mismo modo, en los metaanálisis de los productos lácteos, no surgió ningún vínculo aparente, pero se encontraron publicaciones sesgadas. Al parecer, hubo estudios perdidos o potencialmente archivados por los investigadores financiados por la industria por no mostrar efectos beneficiosos para quienes los financiaron. Los investigadores que estudiaron la relación entre los orígenes del financiamiento y las conclusiones de los estudios sobre bebidas azucaradas y la leche, encontraron que estos estudios financiados por entidades como Coca Cola o el Consejo de Productos Lácteos tenían siete veces más de probabilidades de llegar a conclusiones favorables para dichas entidades que las investigaciones independientes, lo que es el doble de malo que el caso de las empresas farmacéuticas. Las grandes farmacéuticas solo parecen ser capaces de salirse con la suya con tres veces más de probabilidades. Es interesante destacar que ni uno solo de los estudios de intervención sobre los refrescos o la leche llegaron a una conclusión desfavorable.

Lo importante es que, sí, la grasa de los lácteos puede ser mejor que otras grasas animales, como las de la carne, pero los granos enteros serían aún mejor. Reemplazar los lácteos por granos refinados o azúcar adicional no sería muy favorable. Cuando se trata del riesgo de apoplejía, la grasa vegetal es mejor que la grasa láctea. La grasa de la carne es la peor, los granos enteros son mejores y la grasa de pescado, los azúcares añadidos o los granos refinados son estadísticamente casi iguales.

En cuanto a las pautas dietéticas y las apoplejías, la mayoría de los estudios sobre dietas basadas en plantas han encontrado un efecto protector contra estos problemas, mientras que los que se centran en pautas occidentalizadas, como los que se basan más en alimentos de origen animal, azúcares y grasas adicionales, encontraron un efecto perjudicial al seguir estas pautas occidentalizadas. Los afroamericanos tienen cinco veces más probabilidades de morir de una apoplejía en la adultez, una disparidad blanco-negro impulsada en gran medida por el hecho de que tienen muchas más apoplejías. En esta población, una dieta de estilo sureño, caracterizada por una gran cantidad de alimentos fritos y carne, podría estar desempeñando un rol en el aumento del riesgo de apoplejías. El director del Centro de Investigación para la Prevención de Apoplejías y Aterosclerosis afirmó que sí, “aprender a hacer comidas vegetarianas día por medio es una tarea difícil para la mayoría de los estadounidenses, pero es factible con recetas sabrosas y una actitud positiva”.

Considera ser voluntario/a para ayudar en la página web.

Video producción de Glass Entertainment

Gráficos de Avocado Video

A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Tatiana Fernández y Macarena Troscé voluntarios activos en NutritionFacts.org.

La gran mayoría de la evidencia disponible está a favor de la asociación protectora entre el consumo de fruta y verdura y el riesgo de apoplejías. Los peores alimentos parecen ser la carne y los refrescos. Comer una hamburguesa para el almuerzo y una chuleta de cerdo en la cena, dos salchichas para el desayuno y una botella de refresco de medio litro puede aumentar el riesgo de apoplejías en un 60%. Las investigaciones sugieren que el efecto del consumo de carne puede deberse a la grasa saturada o al colesterol, la grasa oxidada a través del hierro o la sal, pero también podría ser el TMAO. La carnitina de la carne y la colina de los productos lácteos, los mariscos y especialmente los huevos es convertida por las bacterias intestinales en trimetilamina, que el hígado oxida y convierte en TMAO, lo que puede producir ataques cardíacos, apoplejías y muerte.

De hecho, en un estudio del 2019 publicado en la revista de la Asociación Médica Estadounidense en el que se estudiaron a decenas de miles de estadounidenses durante un promedio de 17 años hasta un máximo de 31 años se encontró que “un mayor consumo de colesterol alimentario o de huevos se asoció significativamente con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular incidente y de mortalidad en todas sus causas, de manera dosis-dependiente”. Esto significa que quienes consumieron más huevos o más colesterol en general, parecieron vivir significativamente menos tiempo en promedio. Y, cuanto más huevos consumieron, peor fue, y esto incluye las apoplejías. Pero eso no es lo que determinó un metaanálisis financiado por la industria del huevo.

Resulta que esos metaanálisis han sido evidentemente erróneos, con deficiencias metodológicas importantes. Así que ¿comer o no comer? Uno creería que lo recomendable es consumir huevos con moderación, al igual que otras fuentes alimentarias de colesterol, dados los datos del nuevo estudio, que tuvo la ventaja de hacer un “seguimiento más largo que la mayoría de los estudios anteriores y puede [por lo tanto] haber proporcionado más información para detectar asociaciones”.

Del mismo modo, en los metaanálisis de los productos lácteos, no surgió ningún vínculo aparente, pero se encontraron publicaciones sesgadas. Al parecer, hubo estudios perdidos o potencialmente archivados por los investigadores financiados por la industria por no mostrar efectos beneficiosos para quienes los financiaron. Los investigadores que estudiaron la relación entre los orígenes del financiamiento y las conclusiones de los estudios sobre bebidas azucaradas y la leche, encontraron que estos estudios financiados por entidades como Coca Cola o el Consejo de Productos Lácteos tenían siete veces más de probabilidades de llegar a conclusiones favorables para dichas entidades que las investigaciones independientes, lo que es el doble de malo que el caso de las empresas farmacéuticas. Las grandes farmacéuticas solo parecen ser capaces de salirse con la suya con tres veces más de probabilidades. Es interesante destacar que ni uno solo de los estudios de intervención sobre los refrescos o la leche llegaron a una conclusión desfavorable.

Lo importante es que, sí, la grasa de los lácteos puede ser mejor que otras grasas animales, como las de la carne, pero los granos enteros serían aún mejor. Reemplazar los lácteos por granos refinados o azúcar adicional no sería muy favorable. Cuando se trata del riesgo de apoplejía, la grasa vegetal es mejor que la grasa láctea. La grasa de la carne es la peor, los granos enteros son mejores y la grasa de pescado, los azúcares añadidos o los granos refinados son estadísticamente casi iguales.

En cuanto a las pautas dietéticas y las apoplejías, la mayoría de los estudios sobre dietas basadas en plantas han encontrado un efecto protector contra estos problemas, mientras que los que se centran en pautas occidentalizadas, como los que se basan más en alimentos de origen animal, azúcares y grasas adicionales, encontraron un efecto perjudicial al seguir estas pautas occidentalizadas. Los afroamericanos tienen cinco veces más probabilidades de morir de una apoplejía en la adultez, una disparidad blanco-negro impulsada en gran medida por el hecho de que tienen muchas más apoplejías. En esta población, una dieta de estilo sureño, caracterizada por una gran cantidad de alimentos fritos y carne, podría estar desempeñando un rol en el aumento del riesgo de apoplejías. El director del Centro de Investigación para la Prevención de Apoplejías y Aterosclerosis afirmó que sí, “aprender a hacer comidas vegetarianas día por medio es una tarea difícil para la mayoría de los estadounidenses, pero es factible con recetas sabrosas y una actitud positiva”.

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Nota del Doctor

¿Qué tanto aumenta el riesgo de apoplejía el refresco de dieta en comparación con uno normal? ¡Mira el video!

 Para más información sobre el TMAO, mira:

¿Cuáles son las mejores opciones de comida? Ese fue el tema de mi último video Cómo comer para prevenir las apoplejías. 

Pero espera, ¿qué hay de esos titulares que sugieren que los vegetarianos tienen más riesgo? Lo abordo en mi próximo video, ¿Es verdad que los vegetarianos tienen un mayor riesgo de apoplejía?

Actualización de 2023: recientemente publiqué el video Actualización sobre el riesgo de apoplejía en vegetarianos

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