Cómo no morir: un resumen animado

A continuación, hay una aproximación del contenido de audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el vídeo más arriba. La traducción y edición de este contenido fue contribuida por Cristian Camilo Guzmán y Elizabeth Romo.

Todo comenzó con mi abuela. Yo era sólo un niño cuando los médicos enviaron a mi abuela a casa en una silla de ruedas para morir. Diagnosticada con una enfermedad cardíaca terminal, ya había tenido tantas operaciones de bypass que los cirujanos se quedaron sin recursos. Confinada a una silla de ruedas, con dolor opresivo en el pecho, sus médicos le dijeron que no había nada más que pudieran hacer. Su vida había terminado a los sesenta y cinco años de edad.

Pero entonces oyó hablar de Nathan Pritikin, uno de nuestros pioneros de la medicina del estilo de vida, y lo que ocurrió después fue documentado en la biografía de Pritikin. Se habla de Frances Greger, mi abuela. Era un programa de residencia en donde todos se pusieron en una dieta basada en plantas y luego comenzaron un régimen de ejercicio graduado. Entro en silla de ruedas y salió caminando. Después de algunas semanas, estaba caminando 16 kilómetros al día, y vivió otros 31 años, hasta los 96, para seguir disfrutando de sus seis nietos, incluyéndome. Su recuperación milagrosa no sólo inspiró a uno de aquellos nietos a seguir una carrera en medicina, sino que le concedió suficientes años de vida saludable para verlo graduarse de la escuela de medicina. Así que todo es gracias a ella.

Durante el entrenamiento médico, me sorprendió descubrir que todo este conjunto de pruebas sobre la reversión de enfermedades crónicas a través de cambios en el estilo de vida, destapar las arterias sin fármacos y sin cirugía, estaba siendo ignorado por la medicina convencional. Espera un segundo, si efectivamente la cura a nuestro asesino # 1 podría perderse en el abismo e ignorado, ¿qué otra cosa puede estar enterrada en la literatura médica que pudiera ayudar a mis pacientes? Hice el averiguarlo, la misión de mi vida. Eso fue lo que me llevó a empezar NutritionFacts.org y eso fue lo que me llevó a escribir el libro Comer para no morir.

Las encuestas muestran que la gente sobrestima ampliamente el poder de las píldoras y los procedimientos para mantenerlos saludables. Por ejemplo, los pacientes creen que los medicamentos con estatinas para reducir el colesterol, son cerca de veinte veces más eficaces de lo que en realidad son en la prevención de ataques cardíacos. ¡No es extraño que la mayoría de las personas sigan confiando en los medicamentos para salvarse! Sin embargo, nuestras principales causas de muerte no tienen que ver con la deficiencia de los medicamentos. El pequeño y sucio secreto es que la mayoría de las personas encuestadas dijeron que no estarían dispuestos a tomar muchos de estos fármacos si supieran el escaso beneficio que en realidad ofrecen estos productos. Mientras que limpiar nuestra dieta no sólo es más seguro y más barato, sino que puede ser más eficaz en la prevención, detención y reversión de algunos de nuestras principales causas de muerte, porque estas tratando la causa real de la enfermedad.

Cada año, el CDC compila las 15 principales causas de muerte, por lo que tengo un capítulo sobre cada una: No morir de enfermedad coronaria, No morir de una enfermedad pulmonar, No morir de Encefalopatías, cánceres digestivos, infecciones, diabetes, presión arterial alta, enfermedades del hígado, cánceres en la sangre, enfermedad renal, cáncer de mama, depresión suicida, cáncer de próstata, Parkinson y cómo no morir por las denominadas causas iatrogénicas, que es esencialmente muerte por el médico. Esa es la primera mitad del libro. Y la buena noticia es que tenemos un enorme poder sobre el destino de nuestra salud y longevidad, la gran mayoría de la muertes prematuras y discapacidades se pueden prevenir con una dieta basada en vegetales y otros hábitos de vida saludables.

Aunque no quería escribir un mero libro de referencia. Sí, hay miles de citas a trabajos científicos revisados por colegas, pero también quería que fuera una guía práctica para traducir esta montaña de evidencia en decisiones del día a día, así que eso es en lo que se convirtió la segunda mitad del libro. Primero comienzo con un sistema de “semáforo” para clasificar en alimentos de luz roja, luz amarilla y luz verde. Aunque hay excepciones de las cuales hablo, el mejor balance de evidencia disponible sugiere que la dieta más saludable es aquella que reduzca el consumo de carne, huevos, productos lácteos y comida chatarra, y maximice la ingesta de frutas, verduras, legumbres (arvejas, garbanzos y lentejas), cereales integrales, frutos secos y semillas, hongos, hierbas y especias. Básicamente, comida real que crece de la tierra. Esas son nuestras opciones más saludables.

Sin embargo, algunos alimentos, tienen propiedades medicinales particulares, por lo cual enfoco mis recomendaciones alrededor de una lista los Doce Diarios de todas las cosas que trato de encajar en mis hábitos diarios. Así, por ejemplo, recomiendo un cuarto de cucharadita de cúrcuma al día, una cucharada de semillas de lino molidas, bayas cada día, verduras de hoja verde obscura todos los días. Hablo sobre las bebidas más sanas, los edulcorantes más saludables, la cantidad de ejercicio que debemos hacer. Toda la lista de los Doce Diarios con los tamaños de las porciones recomendadas está disponible como aplicación gratuita para Android y iPhone, sólo debes buscar “Dr. Greger’s Daily Dozen”.

Sólo hay una dieta que ha sido probada para revertir enfermedades del corazón en la mayoría de los pacientes, ésta dieta basada en plantas. Si eso es todo lo que una dieta basada en plantas puede hacer, revertir el asesino # 1 de hombres y mujeres, entonces ¿no debería ser esa la dieta por defecto hasta que se demuestre lo contrario? Y el hecho de que también puede ser eficaz en el tratamiento, detención y reversión de otras causas de muerte importantes como la hipertensión y la diabetes tipo 2, parecería apoyar la alimentación basada en plantas, simplemente de manera arrolladora.

La mayoría de las muertes en los Estados Unidos son evitables y están relacionadas con la nutrición. De acuerdo con el análisis más riguroso de los factores de riesgo que se ha publicado, el estudio de la Carga Mundial de Enfermedad, financiado por la Fundación Bill y Melinda Gates, la causa número uno de muerte en los Estados Unidos es nuestra dieta. La principal causa de discapacidad es nuestra dieta, que ahora ha desplazado el consumo de tabaco al #2. Ahora fumar sólo mata a alrededor de medio millón de estadounidenses cada año, pero actualmente la dieta mata a cientos de miles más. 

Entonces evidentemente, la nutrición es la asignatura #1 que se enseña en la escuela de medicina. ¿verdad? El asunto #1 sobre el que su médico le habla en cada visita ¿verdad? ¿Cómo puede haber tal desconexión entre la ciencia y la práctica de la medicina?

Los médicos tienen una severa deficiencia nutricional, en educación. A la mayoría de los médicos simplemente jamás se les enseña el impacto que una nutrición saludable puede tener en el curso de una enfermedad; por lo que se gradúan sin este poderoso utensilio en su caja de herramientas médicas. También existen barreras institucionales, tales como las limitaciones de tiempo y la falta de reembolso. En general, a los médicos no se les paga para orientar a las personas sobre cómo cuidar de sí mismos. Por supuesto, las compañías farmacéuticas también juegan un papel al influir en la educación y la práctica médica. Pregúntele a su médico cuándo fue la última vez que fueron invitados a cenar por la gran “industria del brócoli”. Probablemente hace ya bastante tiempo.

Es como fumar en los años 50. Ya teníamos décadas en las que la ciencia vinculaba el tabaquismo con el cáncer de pulmón, pero fue ignorada porque fumar era normal. La mayoría de los médicos fumaban. El consumo medio de cigarrillos per cápita era de 4,000 cigarrillos al año, es decir, el estadounidense promedio fumaba medio paquete al día. La Asociación Médica de Estados Unidos le aseguraba a todos que fumar, con moderación, estaba muy bien. Había esta misma desconexión entre la ciencia y la política pública. Tomó más de 25 años y 7,000 estudios antes de que el primer informe del Ministro de Salud, en contra del tabaco, saliera en la década de los 60. Uno pensaría que tal vez después de los primeros 6,000 estudios, les hubieran podido dar a las personas una advertencia o ¿algo así? Fue una industria poderosa. Y hoy, la industria de la carne, el azúcar, los productos lácteos, sal, huevo y las industrias de alimentos procesados están utilizando las mismas tácticas de la industria tabacalera para tratar de torcer la ciencia y confundir al público.

Hasta que el sistema cambie, tenemos que asumir responsabilidad por nuestra propia salud, de la salud de nuestra familia. No podemos esperar hasta que la sociedad se ponga al día con la ciencia de nuevo, porque es una cuestión de vida o muerte.

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